Los viajes de David y Neus: INGLATERRA 3: Oxford y Blenheim

30 de marzo de 2018

Partimos de Salisbury a primera hora de la mañana rumbo a Oxford, sede de una de las universidades mas antiguas del mundo. Allí estuvimos haciendo una ruta a pie para descubrir alguno de sus famosos “colleges”, como el de Christ Church. A primera hora de la tarde cogimos nuevamente el coche y fuimos a visitar el cercano palacio de Blenheim, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Finalmente nos dirigimos a la zona de los Cotswolds, en Bourton-on-the-Water, donde dormiríamos aquella noche.

Aquella mañana no madrugamos demasiado y bajamos a desayunar mas tarde de las 8 h. En nuestra guesthouse de Salisbury podías elegir el desayuno, así que escogimos pancakes y salmón ahumado con huevos revueltos. Cargar bien las pilas es lo mejor para poder empezar bien el día. Salimos algo tarde de Salisbury rumbo a Oxford, con una hora y media de carretera por delante. Oxford es una de las universidades mas antiguas y prestigiosas del mundo. Por ella han pasado presidentes, ganadores de premios Nobel, escritores, economistas, deportistas y científicos de todo el mundo. La universidad de Oxford está dividida en 38 colleges, cada uno con sus propias normas y cierta autonomía académica. La mayoría de ellos están instalados en interesantes edificios antiguos, formando una especie de centro histórico de Oxford. Normalmente se puede visitar el interior de ellos (previo pago de entrada), pero su horario de apertura es muy variable, hay unos que abren por la mañana, mientras que otros lo hacen por la tarde. Así que antes de hacer una visita a la ciudad es buena idea consultar los horarios de los colleges que se quieran visitar en sus webs oficiales.

Llegamos a Oxford algo después de las 11 h y fuimos a aparcar al parking de Gloucester Green, uno de los mas cercanos al centro histórico (pagamos 9 libras por 3-4 h). Era viernes santo, y aunque no había oficialmente clases, Oxford estaba lleno de gente, principalmente turistas. Bajamos por Cornmarket St, una calle peatonal muy agradable y que limita el oeste de la zona de los colleges. También hay varios monumentos históricos, como la iglesia de St. Michael at the North Gate (el edificio mas antiguo de la ciudad) o la Carfax Tower (el campanario de una antigua iglesia). Nuestro objetivo final era llegar a Christ Church College, uno de los mas importantes y que queríamos ver por dentro. La entrada solo nos costó 8 libras, ya que desgraciadamente la Catedral estaba cerrada. Sí, este college es tan importante que incluso contiene dentro una catedral, que funciona como capilla para el personal del centro. En efecto, Christ Church es uno de los mas grandes de Oxford y tiene fama de ser el mas aristocrático. A nosotros ya nos lo pareció al empezar a pasear entre sus patios y edificios, que destilaban distinción. Pero donde mas se nota es en el Hall del college, al que se accede a través de una espectacular escalinata renacentista. El interior del Hall parece que haya sido congelado en el tiempo, por su decoración con maderas nobles y con los retratos de sus antiguos alumnos mas distinguidos. La visita a este college nos encantó, realmente vale mucho la pena entrar dentro de uno para no quedarte en la simple fachada.

Iglesia de St. Michael at the North

College de Christ Church

Escalera de entrada al Hall de Christ Church

Hall de Christ Church

Al salir nos internamos por el centro de Oxford para ir visitando algunos de sus colleges, aunque solo fuera por fuera. En algunos no te dejan ver nada si no pagas la entrada, pero otros, como el Oriel o en New College puedes al menos ver el patio principal y alguno de sus edificios (este último tiene un claustro precioso). Después llegamos a uno de sus lugares mas famosos, el Bridge of Sights, un bonito puente que conecta dos edificios del Hereford College. Su nombre tiene el origen en su semejanza al famoso Puente de los Suspiros de Venecia, pero nosotros no le encontramos demasiado parecido (además, el puente veneciano llevaba a unas mazmorras, por eso se llama “de los suspiros”).

Explorando Oxford y sus colleges: Oriel (arriba dcha.), Corpus Christi (abajo izq.) y New College (abajo dcha.)

Bridge of Sights

Luego llegamos a la Bodleian Library, una biblioteca del siglo XVII que habíamos leído que era muy interesante, pero solo se podía visitar mediante una visita guiada y para la próxima faltaban casi dos horas. Nos tuvimos que conformar con entrar a la cercana Divinity School, que contiene una espectacular bóveda finamente decorada, famosa por ser escenario de varias escenas de Harry Potter. Después fuimos a la iglesia de St. Mary the Virgin, cuyo campanario gótico es una de las estampas de la ciudad. Precisamente, se puede subir a lo alto de la torre para contemplar las vistas, ¡y qué vistas! La panorámica nos pareció espectacular y es de 360º, pudiéndose ver algunos de los colleges mas cercanos.

Divinity School

St. Mary the Virgin

Vistas desde el campanario de St. Mary the Virgin

Con esto dimos por concluida nuestra visita por Oxford, en la que empleamos algo mas de 3 h. Nos gustó mucho sobre todo por lo diferente que es de cualquier otra ciudad del sur de Inglaterra, y por el gran ambiente académico y aristocrático que se respira, muy auténtico. Seguidamente nos dirigimos al parking donde teníamos el coche, no sin antes comprar un kebab (5,40 libras) para comer durante el camino.

Nuestro siguiente objetivo iba a ser el Palacio de Blenheim, situado a las afueras de Oxford. Este palacio fue construido en el siglo XVIII por encargo de la reina Ana Estuardo, quien se lo regaló al duque de Marlborough, como recompensa a su ayuda en la Guerra de Sucesión Española. Seguro que os sonará el apellido del duque, John Churchill, antepasado del primer ministro británico Winston Churchill (del que se dice que nació en aquel mismo palacio). Está construido en estilo barroco, y lleno de dependencias lujosamente decoradas. Su gran valor histórico y artístico le valió su inscripción en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Fachada del Palacio de Blenheim

La entrada al Palacio de Blenheim es bastante cara, 26 libras (unos 30 €), y te permite visitar tanto el palacio como los jardines. Empezamos por el palacio, en el que hay definido un recorrido por las State Rooms o grandes dependencias. Fuimos recorriendo salas de estudio, bibliotecas, salones… todas bellamente decoradas con muebles de época, óleos y grandes tapices. Algo que diferencia este palacio de otros es que todos sus elementos son originales, ya que el palacio siempre ha pertenecido a los duques de Marlborough, los cuales se han esforzado por mantenerlo en su estado mas o menos original (de hecho, los actuales duques viven en dependencias no visitables del palacio). En varias habitaciones hay objetos que pertenecieron a Winston Churchill, incluso se indica la habitación donde se dice que nació.

Interior del palacio

Diferentes dependencias del Palacio de Blenheim

Después salimos a fuera y visitamos el llamado Jardín acuático, un bonito conjunto de jardines y de fuentes que quedan orientados a la fachada interior del palacio. De allí parten una red de senderos que se internan por los Jardines Oficiales, pero la lluvia de aquel día no acompañaba a dar un paseo (en un día soleado nos pareció una actividad muy chula). La visita al Palacio de Blenheim nos gustó, aunque si has visto otros palacios de este estilo te puede parecer “mas de lo mismo”. Empleamos unos 45 minutos en visitar por dentro el palacio; puede parecer poco tiempo, pero se visitan un número relativamente corto de dependencias. Nosotros no lo hicimos, pero hay la posibilidad de visitar los Aposentos Privados pagando un suplemento de 5 libras. En los jardines no nos estuvimos mucho tiempo por la lluvia, pero en un día bueno puede dar para hacer algún paseo mas o menos largo.

Jardines acuáticos del palacio

A continuación volvimos al coche y condujimos hasta la región de los Cotswolds, que visitaríamos durante los tres días siguientes. Esta región está plagada de guesthouses y pequeños hoteles, pero está muy solicitada en periodos festivos como semana santa. Nuestra intención inicial era pasar las 3 noches en el mismo lugar, pero fue totalmente imposible, no había casi disponibilidad y lo poco que había era carísimo. Decidimos entonces reservar un alojamiento diferente para cada noche, lo que finalmente fue un acierto, ya que aunque los Cotswolds no son una región grande, las carreteras no permiten ir muy rápido y haciéndolo así ahorras en trayectos. Así pues, nuestra primera noche en los Cotswolds iba a ser en Bourton-on-the-Water, en la guesthouse Sunny Nest. Nuestra habitación era muy amplia y acogedora, y disponía de todo lo necesario. El desayuno estaba incluido y consistía en un full english breakfast, muy contundente y bueno. Un problema era que no estaba propiamente en el pueblo, sino en los alrededores (a un par de km). Para que os hagáis una idea de los precios de los alojamientos en la zona, por aquel pagamos 100 libras la noche (unos 116 €), y era de los mas baratos al estar en medio de la nada.

Nuestra habitación

Después de una merecida ducha y de descansar un rato, cogimos el coche para ir a cenar a Bourton-in-the-Water. Al final se nos había hecho tarde, así que no pudimos elegir demasiado. De hecho acabamos en Kingsbridge Inn, un pub en el que nos dijeron que pidiéramos rápido ya que iban a cerrar ya la cocina (eran casi las 20 h). Pedimos un par de hamburguesas, que resultaron ser bastante buenas. Junto con un par de cervezas, la cena nos salió por 26,60 libras (unos 31 €), un buen precio para una buena cena.