GEORGIA 6: Mestia II, glaciar de Chalaadi

6 de agosto de 2018 En nuestro segundo día en Mestia hicimos la excursión que lleva al glaciar Chalaadi. Era mas corta y menos exigente que la del día anterior, y la hicimos en unas dos horas y media en total. Al final llegamos al imponente glaciar, cuya lengua de hielo alberga una gran gruta. Por la tarde abandonamos las montañas y nos dirigimos a la ciudad de Kutaisi, donde llegamos tras unas 6 h de viaje y donde haríamos noche. Al igual que la noche anterior, aquella tampoco habíamos podido dormir por el ruido de nuestros vecinos de habitación. Aquella guesthouse parecía que estaba llena de gente de paso, que se levantaba a las tantas de la mañana para irse, y que no entendía que a esas horas quizás había otra gente que quería dormir...
6 de agosto de 2018
En nuestro segundo día en Mestia hicimos la excursión que lleva al glaciar Chalaadi. Era mas corta y menos exigente que la del día anterior, y la hicimos en unas dos horas y media en total. Al final llegamos al imponente glaciar, cuya lengua de hielo alberga una gran gruta. Por la tarde abandonamos las montañas y nos dirigimos a la ciudad de Kutaisi, donde llegamos tras unas 6 h de viaje y donde haríamos noche.
Al igual que la noche anterior, aquella tampoco habíamos podido dormir por el ruido de nuestros vecinos de habitación. Aquella guesthouse parecía que estaba llena de gente de paso, que se levantaba a las tantas de la mañana para irse, y que no entendía que a esas horas quizás había otra gente que quería dormir... A las 8 bajamos a desayunar, aunque tuvimos que esperar un rato porque el día anterior no nos habíamos entendido con la hora del desayuno. Para aquel día íbamos a hacer otra de las excusiones mas populares de Mestia, la que lleva al glaciar de Chalaadi. Es mucho menos cansada que otras que parten de Mestia hasta las montañas, y el desnivel es mucho menor (menos de 300 m). El tiempo de la excursión cambia mucho si tienes transporte o no: si lo tienes, como fue en nuestro caso, puedes acercarte mucho al comienzo del sendero, así que solo se tardan unas 2,5 h (ida y vuelta); si no lo tienes y tienes que empezar caminando desde Mestia, la distancia total es el doble (unas 6 h ida y vuelta). Hay que decir que nosotros apenas vimos a gente caminando desde el pueblo, y casi todo el mundo llegaba en algún vehículo al punto de inicio (es posible que se puedan contratar transportes para ello). Nosotros recomendamos coger algún transporte, ya que todo el tramo desde el aeropuerto al inicio del sendero está lleno de obras, y no es nada bonito caminar por allí, además que puede ser peligroso por el gran tráfico de camiones y maquinaria pesada.
Cuando partimos hacia al glaciar no sabíamos si íbamos a encontrar algún parking para dejar el coche, solo queríamos dejarlo lo mas cerca posible al inicio del sendero. Una vez pasado el aeropuerto de Mestia, la carretera se convirtió en pista y empezaron las obras al lado del río durante varios km. Llegamos hasta un punto donde había una señal de “prohibido circular”, aunque solo vimos un coche aparcado. Cuando pensábamos en dejarlo allí vino un operario de las obras y nos dijo que continuáramos. Lo hicimos hasta el final mismo de la pista, donde encontramos decenas de coches aparcados (en el arcén, no había parking como tal), ¡aquel sitio sí que era el bueno! Solo había que pasar un puente colgante sobre un río y encontramos el inicio del sendero. El primer tramo es el mas duro e inclinado, aunque por suerte un denso bosque de coníferas nos daba un poco de sombra. La dura excursión del día anterior nos estaba pasando factura en las piernas. Después el sendero se acercó al río y el ascenso se hacía tan progresivo que no te dabas cuenta. Al poco salimos de la zona boscosa y pudimos ver, al final del valle, el glaciar de Chalaadi. En esta zona había un par de tramos complicados, ya que el sendero atraviesa un par de canchales con grandes bloques de roca, en los que hay que tener cuidado para avanzar.
Caminando hacia el glaciar
El glaciar empieza a emerger entre los árboles
Tras una hora de excursión llegamos a la base del glaciar Chalaadi. En si no era muy espectacular, ya que la lengua de hielo estaba cubierta en su mayor parte por tierra y rocas, con lo que apenas se veía. Pero hay que tener en cuenta que el frente del glaciar está situado a solo 2000 m de altitud, y en el contexto actual de cambio climático es casi milagroso encontrar un glaciar allí. Tenemos que admitir que siempre nos han fascinado los glaciares, cómo el hielo va bajando por un valle lenta e inexorablemente… Al acercarnos nos dimos cuenta que el río al lado del cual habíamos caminado en el último tramo nacía justo debajo del glaciar, a través de una enorme gruta de hielo. Nos acercamos hasta tocar la lengua de hielo en la boca de la gruta. Aunque era un poco peligroso, ya que el glaciar estaba cubierto de rocas muy inestables, y cada poco se iban desmoronando hacia abajo. Nos quedamos un rato contemplando aquel espectáculo de la naturaleza.
Glaciar de Chalaadi
Glaciar de Chaaladi, con su gruta (abajo dcha.)
Lengua de hielo del glaciar
No fue mucho rato, ya que enseguida se tapó y empezó a soplar un viento glacial (nunca mejor dicho). Iniciamos entonces el regreso hacia el parking. A la vuelta nos cruzamos con muchas familias con niños que hacían aquella excursión, ya que es una de las mas cortas y accesibles de Mestia. Al final completamos la excursión en algo menos de 2,5 h, y nos gustó mucho como trekking corto.
Glaciar de Chaaladi
Eran sobre a 1 del mediodía cuando abandonamos definitivamente Mestia, sin duda nuestro lugar preferido de montaña de Georgia. El resto del día iba a ser de transporte, ya que teníamos un largo viaje en coche. Hicimos una parada en el gran embalse de Jvari Enguri para comer un kachapuri que habíamos cogido del desayuno. Aunque el viaje no se nos hizo pesado, tardamos unas 6 h en llegar a Kutaisi, donde haríamos noche. Fuimos directamente a nuestro alojamiento, el Kiev Kutaisi Hotel. Nos pareció un lugar muy curioso, era como un gran piso de una familia adinerada, con altos techos y lustrosos muebles de época por doquier. Las habitaciones también estaban adornadas de forma barroca, y eran muy amplias. El desayuno estaba incluido aunque era menos sustancioso que los días anteriores, y estaba compuesto por unas pocas pastas dulces y unos mini-kachapuris (suficientes para empezar el día con energía). La ubicación era muy céntrica, con lugares donde aparcar el coche en la calle. La habitación nos salió por 63 laris (unos 21 €), un muy buen precio para lo que recibimos a cambio.
Nuestra habitación en Kutaisi
Después de descansar un rato nos fuimos a cenar por el cercano centro de Kutaisi. Escogimos el Palaty, uno de los restaurantes mas populares de la ciudad. Pedimos dos clásicos de la cocina georgiana, lobio (un guiso de alubias con verduras, acompañado de pan de maíz y encurtidos) y chakapuli (estofado de ternera con estragón), los dos muy buenos y sustanciosos. Para beber pedimos cerveza y una copa de vino georgiano (que resultó ser un poco peleón). La cena nos salió por 32,50 laris (unos 11 €), un buen precio para un restaurante muy recomendable.
La fantástica cena de aquella noche

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2 comentarios:

  1. wow. un viaje espectacular. Me encantaria visitar un glaciar.

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    1. Hola chicos,

      Si, a nosotros siempre nos impresiona cuando vamos a ver uno. Y es muy triste pensar que con el cambio climático, este tipo de maravillas estan en peligro

      Saludos

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