Los viajes de David y Neus: GEORGIA 5: Mestia I, lagos de Koruldi

5 de agosto de 2018

La principal excursión que hicimos en Mestia para disfrutar de las montañas Svaneti fue la que asciende a los lagos de Koruldi. Es un trekking exigente, salva mas de 1300 m de desnivel a través de un camino que no tiene ni un metro llano, y que logramos completar tras 8 horas (ida y vuelta). Este esfuerzo se compensó con creces, ya que pudimos disfrutar de unas vistas fantásticas del valle y de la zona de montaña que rodea los lagos.

Aquel día nos costó levantarnos, ya habíamos tenido vecinos ruidosos y nos despertaron varias veces. Parecía que se habían llenado las otras tres habitaciones de la guesthouse, seguramente con damnificados como nosotros del overbooking de la pensión de Nino Ratiani’s (ver día anterior). A las 9 nos sirvieron un potente desayuno con dos tipos de kachapuri (que nos llevamos para almorzar de excursión), ensalada, berenjena frita, pan, mantequilla… Para aquel día teníamos previsto hacer una de las excursiones mas populares de Mestia, la que lleva a los lagos de Koruldi. Es un trekking de una jornada bastante duro, ya que supera mas de 1300 m de desnivel entre Mestia (situada a unos 1400 m de altitud) y los lagos (a casi 2800 m), y se puede completar en unas 8 h (ida y vuelta). La ascensión se puede hacer por dos caminos, uno mas largo y menos inclinado (que nosotros hicimos a la ida) y otro mas corto y empinado (que hicimos a la vuelta). Ambos convergen en una loma que hay a unos 2.200 m de altitud donde hay una gran cruz de hierro y unas grandes vistas de la región (quien no disponga de suficiente tiempo o energía, puede concluir la excursión de aquí). Mestia y los Sveneti son un paraíso para los excursionistas, hay decenas de senderos para todos los gustos. Para mas información sobre trekkings en la región, consultad Svaneti trekking o Caucasus trekking (esta última agrupa las mejores excursiones que se pueden hacer por todo Georgia).

Nuestro surtido desayuno

Nuestra intención era empezar la excursión desde la misma guesthouse, para no tocar el coche aquel día. Pero nos dijeron que iban a hacer obras en la casa y necesitaban que quitáramos el coche (no había mucho sitio para aparcar allí). Así que fuimos en coche hasta la plaza principal de Mestia y comenzamos a caminar (eran sobre las 10:30). Como es una excursión muy popular, el sendero estaba bien indicado ya desde las mismas calles de Mestia. Mientras subíamos por sus empinadas calles pudimos contemplar algunas de sus famosas torres medievales. Dejamos atrás el pueblo y sus cultivos y empezamos a subir por la solana de una pequeña colina. En el primer tramo no había nada de sombra, y el sol de justicia que pegaba y la fuerte subida del camino nos agotó enseguida. ¡Y solo estábamos empezando! Afortunadamente enseguida el camino se internó en un bosque caducifolio que nos dio algo de sombra. Mas o menos a la mitad de la solana había un mirador con unas vistas fantásticas de Mestia y su valle. Pero el camino subía y subía, sin tener ni un solo tramo llano. Por el camino nos encontramos con una pareja de chicos lituanos cargados con unas grandes mochilas, que nos explicaron que iban a hacer un trekking de varios días por aquellas montañas. Parece ser que las excursiones de varios días son las mas famosas en Mestia, y atraen a mas gente de la que nos pensábamos.

Las torres medievales de Mestia

Primer tramo de ascensión de la excursión

Vistas desde el primer mirador

Según fuimos ascendiendo el bosque caducifolio dio paso a otro dominado por coníferas, que se iba alternando con pastos. Al cabo de 2,5 h de dura caminata llegamos a la loma de la cruz de hierro, habiendo superado casi 800 m de desnivel. Estábamos hechos papilla, pero por un momento se nos olvidó al contemplar las increíbles vistas que había desde allí. Se podía contemplar casi todo el valle de Mestia y las montañas que lo rodeaba, cubiertas de frondosos bosques, verdes prados y algunos glaciares. La belleza de todos aquellos maravillosos paisajes era sobrecogedora. Nos sentamos un rato para descansar y recargar fuerzas comiendo algo, mientras disfrutábamos en primera fila de aquellas vistas. Hay que decir que no todo el mundo que subía a la cruz lo hacía andando, ya que hay una pista forestal para 4x4 que sube hasta allí. De forma que encontramos gente con sus propios todoterrenos, que subían incluso a la zona de los lagos (la pista continua, pero en algunos tramos está en muy mal estado). Es posible que se pueda contratar uno en Mestia para subir cómodamente.

Vistas desde la cruz de hierro, mirando al S

Mirador de la cruz de hierro

Vistas mirando al NE

Después de descansar un rato cogimos el sendero que subía a los lagos de Koruldi. Los bosques de coníferas habían dado paso a los pastos alpinos, y allí arriba hacía un poco de fresco que compensaba la falta de sombra. Este sendero era tan inclinado como el que llevaba a la cruz, pero alternaba unos tramos con subidas criminales con otras mas suaves. La ausencia de árboles hizo que disfrutáramos un montón de los paisajes de la alta montaña, en aquella época en todo su apogeo, con montones de plantas en flor. Aunque la subida era dura, nos cruzamos con un montón de gente que hacía la misma excursión; de hecho, nos atreveríamos a decir que aquel fue el lugar donde mas turistas nos encontramos junto con Tiflis.

Subiendo a los lagos

Paisajes en la subida a los lagos

Florido paisaje en las montañas

Diferentes paisajes de la subida

Tras unas 2 h de extenuante trekking llegamos a la zona de los lagos de Koruldi. Si habíamos llegado hechos papilla a la cruz, a los lagos llegamos extenuados. Éstos en si no son gran cosa, pero con las montañas y los valles que se ven a los lejos dejan estampas de una belleza increíble. Había bastante gente yendo y viniendo entre ellos, e incluso en uno había varias tiendas de acampada. Estuvimos un rato paseando por la zona, aprovechando que era la única zona plana de toda la excursión, para apreciar todos los detalles. Los paisajes eran simplemente maravillosos, y compensaban con creces el esfuerzo para llegar hasta allí. Nos sentamos a orillas de uno de los lagos para descansar otro rato y comer un poco para recuperar fuerzas.

Lagos de Koruldi

Vistas desde los lagos

Lagos de Koruldi

Uno de los lagos de Koruldi

Sobre las 16:30 iniciamos el descenso a Mestia. Pese a algunas nubes amenazantes que se veían, el tiempo había aguantado (días anteriores habíamos sufrido algunas lluvias torrenciales). Tardamos solo una hora en volver a la cruz, y eso que nos íbamos parando para hacer fotos (no nos cansábamos de aquellos paisajes). Decidimos bajar a Mestia por el sendero mas corto y empinado, que vimos que utilizaba muy poca gente. El sendero se infiltraba enseguida en un frondoso bosque e iniciaba un rápido descenso. Encontramos el sendero muy pesado, ya que aparte de lo inclinado que era, estaba muy embarrado en algunos tramos, con lo que había que tener mucho cuidado.

Llegando nuevamente a Mestia

Tardamos 1,5 h en llegar a Mestia (8 h en total), hechos polvo por la gran excursión que habíamos hecho pero contentos con las maravillas con las que nos había obsequiado. Eran sobre las 7 de la tarde y decidimos ir a cenar sin pasar por la guesthouse. Nos inclinamos por el Laila, uno de los restaurantes mas animados de la plaza mayor de Mestia. De entrante pedimos un puré de patata y queso típico de Svaneti llamado tashmjabi, muy cremoso y bueno. Después pedimos kubdari (un kachapuri de carne también típico de las montañas) y chqmeruli (pollo joven cocido con salsa de leche y ajo). Para beber pedimos una cerveza y una limonati de “tarragon“ (es un refresco hecho a base de estragón, muy popular en Georgia, con un sabor a jarabe dulce). La cena nos encantó, buena comida a buen precio, 27,50 laris (casi 10 €).