BULGARIA 3: de Plovdiv a Veliko Tarnovo

16 de abril de 2019 La primera parada en la ruta entre estas dos ciudades fue Kazanlak, donde pudimos ver su interesante tumba tracia. Después subimos hasta el paso de Shipka, donde contemplamos el famoso “ovni” Buzludzha y subimos hasta el pico Stoletov a ver su Monumento de la Libertad. Después paseamos por el bonito museo al aire libre de Etara, con decenas de casas del siglo XIX, y subimos a dar un vistazo al monasterio de Sokolski. La siguiente parada fue en el bonito pueblo de Tryavna, famoso por sus talladores de madera. Y acabamos dando una vuelta por el monasterio de Dryanovo, antes de llegar a Veliko Tarnovo, donde dormiríamos las siguientes dos noches. Aquella mañana madrugamos un poco ya que teníamos un largo día por delante. Íbamos a hacer el largo trayecto que separa Plovdiv de Veliko Tarnovo, visitando por el camino algunos sitios interesantes. Después de desayunar un poco en el hotel nos pusimos en marcha enseguida.
16 de abril de 2019
La primera parada en la ruta entre estas dos ciudades fue Kazanlak, donde pudimos ver su interesante tumba tracia. Después subimos hasta el paso de Shipka, donde contemplamos el famoso “ovni” Buzludzha y subimos hasta el pico Stoletov a ver su Monumento de la Libertad. Después paseamos por el bonito museo al aire libre de Etara, con decenas de casas del siglo XIX, y subimos a dar un vistazo al monasterio de Sokolski. La siguiente parada fue en el bonito pueblo de Tryavna, famoso por sus talladores de madera. Y acabamos dando una vuelta por el monasterio de Dryanovo, antes de llegar a Veliko Tarnovo, donde dormiríamos las siguientes dos noches.
Aquella mañana madrugamos un poco ya que teníamos un largo día por delante. Íbamos a hacer el largo trayecto que separa Plovdiv de Veliko Tarnovo, visitando por el camino algunos sitios interesantes. Después de desayunar un poco en el hotel nos pusimos en marcha enseguida. Tardamos una hora y media en llegar a la primera visita del día, la tumba tracia de Kazanlak. El pueblo tracio constituía una antigua civilización que se desarrolló en Bulgaria y zonas próximas desde el tercer milenio al siglo III a.C. Se sabe muy poco acerca de ellos, lo poco que ha llegado a nuestros días ha sido gracias a escritores de la antigua Grecia y a los túmulos funerarios en los que enterraban a personalidades importantes, como el de Kazanlak. La mayoría de los que se conservan actualmente datan de entre los siglos VI a IV a.C., cuando los tracios entraron en contacto con la civilización griega, de la cual copiaron muchos elementos artísticos. Hoy en día, estas tumbas están incluidas en el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Encontramos el parking de la tumba tracia de Kazanlak sin problemas. Ésta está situada en un gran parque que hay en una pequeña colina al norte de la ciudad. Pasamos por al lado de la tumba tracia real, ya que lo que se puede visitar es una reproducción a escala real, para proteger sus delicados frescos. Y aunque es una copia de la tumba, hay que pagar entrada (6 leva, 3 €). La tumba está formada por un estrecho corredor que desemboca en una cámara funeraria abovedada. Su bóveda está decorada con unos fantásticos frescos que muestran un banquete y una procesión funerarias. La influencia griega nos pareció evidente, ya que los personajes representados iban vestidos como los antiguos griegos. El lugar nos pareció muy interesante, fue fascinante conocer algo de aquella civilización de la que antes no sabíamos ni que existía. No nos pudimos estar mucho tiempo dentro de la tumba, ya que es un lugar muy pequeño y enseguida vino un grupo grande de visitantes.
Tumba tracia de Kazanlak
Frescos de la cámara funeraria
Volvimos al coche, y la siguiente parada nos iba a llevar a las montañas de Stara Planina, la gran cadena montañosa que parte Bulgaria en dos. Por una carretera de montaña llena de socavones llegamos a uno lo de los lugares mas especiales de Bulgaria, el monumento Buzludzha, mas conocido como “el Ovni” por su curiosa forma. Fue alzado en 1981 en lo alto de la colina homónima, como una gran sala de congresos en el mismo lugar donde cien años atrás fue fundado el partido comunista búlgaro. A finales de los años 80, con la caída del comunismo, el edificio fue abandonado, y la falta de mantenimiento hizo el resto.
El "ovni" de Buzludzha
Una precaria carretera sube montaña arriba hasta un pequeño parking justo al lado del monumento. El “ovni” nos pareció megalómano, gigantesco, y en su día no se debieron reparar en gastos. Su forma de platillo volante era casi perfecta, y a su lado se alzaba una gran columna de hormigón con una gran estrella roja. Desgraciadamente, hoy en día no se puede entrar al interior por el riesgo de desprendimiento del techo debido a su abandono; las autoridades han tapiado todas las pequeñas entradas que existían y han colocado un vigilante de seguridad en una garita para impedir la entrada. Los chicos de Viajes Chavetas sí que pudieron entrar en su día, si queréis ver cómo es, dadle un vistazo a su genial post. Al bajar de Buzludzha hay un genial mirador del ovni con unas grandes estatuas de manos y antorchas que destilan un gran estilo soviético. El monumento de Buzludzha nos gustó mucho por su originalidad y por el auténtico toque que le da su abandono, nos pareció que nunca habíamos visto un sitio similar.
Observando el ovni
Mirador del ovni
Después fuimos por otra carretera llena de baches hasta el Monumento de la Libertad en el pico Stoletov. Dejamos el coche en un parking que hay casi justo en la base del monumento (hay otro mas abajo, por lo que hay que subir un largo tramo de escaleras). El monumento conmemora un hito muy importante en la historia de Bulgaria. El país había pasado varios siglos de represión por parte del Imperio Otomano, hasta que por fin se alzaron en armas a finales del siglo XIX. El Imperio Ruso, que vio una oportunidad de expandir su influencia, envió un gran ejército para ayudar a luchar contra los otomanos. Y la zona dónde nos hallábamos era estratégica, ya que el pico Stoletov guarda el paso de Shipka, fundamental para cruzar desde la llanura tracia al valle del Danubio (donde estaban los rusos). En aquel pico, un reducido grupo de soldados rusos y búlgaros lograron contener heroicamente al ejército otomano, que les superaba ampliamente en número. Finalmente, los otomanos acabaron perdiendo la guerra, y tuvieron que reconocer la independencia de Bulgaria. Por eso, se construyó en la cima de la montaña aquel monumento, que en si no es gran cosa si no se conoce la historia que hay detrás. Se suponía que había buenas vistas desde allí, pero el día estaba muy tapado y no se veía mucho. De hecho, se puede subir a lo alto del monumento (previo pago de entrada), pero con la mala visibilidad que había preferimos no hacerlo. Si alguien quiere saber mas sobre la fascinante historia del paso de Shipka, recomendamos este interesante post de La Brújula Verde.
Monumento de la Libertad, cerca del paso de Shipka
De nuevo en el coche, bajamos del paso de Shipka hacia el norte hasta la siguiente parada de nuestra ruta, el museo al aire libre de Etara (entrada 5 leva, 2,5 €). Este museo etnográfico reúne una cincuentena de casas de la época del Renacimiento Búlgaro (siglo XIX) y otros edificios como molinos o talleres artesanos, recreando un antiguo pueblo búlgaro. Algunos edificios se trasladaron aquí desde su ubicación original, mientras que otros son reconstrucciones o reproducciones. Etara tiene dos entradas, pero la mas importante es la sur, por donde entramos nosotros. Su ubicación es magnífica, en un valle boscoso a orillas de un bonito riachuelo. Primero encontramos varios molinos de agua, funcionando con el agua desviada desde el riachuelo; se podía entrar dentro de ellos para ver como se aprovechaba la energía, ya fuera para moler grano o para hilar lana. Cruzando un puente pasamos a la zona donde estaban las casas, alineadas formando un pueblo. Nosotros nos temíamos que todo fuera muy artificioso, pero justo al contrario, y el conjunto que formaban las casas era bastante auténtico. En algunas se podía entrar para ver el interior, y en otras había tiendas de artesanía. Fuera del pueblo, mas al norte, había algunos talleres de artesanos, y se podía ver a gente practicando sus oficios. En general Etara nos gustó bastante, ya que la zona del pueblo está muy bien conseguida y parece auténtica. Es un lugar recomendable, ya que además es relativamente pequeño y se ve rápido dando un agradable paseo.
Entrando a Etara
Diversos lugares de Etara
Antiguo pueblo búlgaro recreado en Etara
En una de las tiendas de Etara compramos algunas pastas artesanas con queso y unas halvas (un dulce típico búlgaro, de origen árabe, hecho a base de pasta de sémola con muchos sabores). Los comimos al lado del coche mientras disfrutábamos del sol que había salido. Después recorrimos los pocos kilómetros que separan Etara del vecino Monasterio de Sokolski. Es muy pequeño y mucho mas tranquilo que los que habíamos visitado hasta entonces (éramos los únicos turistas). Las estancias monásticas rodean un bonito jardín adornado con una gran fuente. Su principal reclamo es su iglesia, que está un poco escondida ya que está construida en un nivel inferior, pero desgraciadamente estaba cerrada. Sokolski para nosotros fue un monasterio mas, pero queda tan cerca de Etara que no se pierde mucho tiempo en darle un vistazo.
Monasterio de Sokolski
Continuamos nuestra ruta hacia Veliko Tarnovo y paramos en Tryavna. Este pueblo es famoso en toda Bulgaria, ya que en él se forman los mejores talladores de madera del país. Aparcamos el coche en una calle y nos desplazamos hacia el centro caminando. Nos pareció muy pintoresco, con calles adoquinadas rodeadas de bellas casas de madera. La zona mas bonita es sin duda la de la calle zar Kaloyan, sobre todo cruzando el puente peatonal de piedra hacia la plaza principal de Tryavna. Allí se encuentra una de las plazas mas fantásticas que vimos en todo el viaje, rodeada de bonitas casas del Renacimiento Búlgaro y de una gran torre del reloj. Muy cerca está la iglesia de San Miguel Arcángel, dentro de la cual pudimos admirar algunas tallas de madera típicas del Tryavna. El casco antiguo es muy pequeño y se ve enseguida, pero Tryavna está sin duda entre los pueblos mas bonitos de Bulgaria.
Explorando Tryavna
Cruzando el puente peatonal del río
Iconostasio de la iglesia de San Miguel Arcángel
Bonita vista de Tryavna
Proseguimos con nuestra ruta y un poco mas adelante hicimos una nueva parada, esta vez en el Monasterio de Dryanovo. Aunque es un monasterio bastante pequeño y poco espectacular, es tan famoso en Bulgaria como los de Rila o Bachkovo. Lo que hace especial a este monasterio es su historia. En el siglo XIX fue uno de los centros del llamado Levantamiento de Abril en el que los búlgaros se rebelaron contra el poder otomano. La rebelión fue sofocada violentamente, sus líderes fueron ejecutados y la iglesia fue destruida completamente. Las atrocidades que sufrieron los búlgaros tras la fallida revolución les dio motivos a los rusos para invadir con su ejército años después para liberar al país (recordad lo que explicábamos del paso de Shipka). De hecho, dentro del monasterio hay un osario donde reposan los restos de varios revolucionarios. Visualmente nos pareció un monasterio mas, pero como otros lugares, aquí lo importante es la historia que encierran sus muros.
Monasterio de Dryanovo
Finalmente llegamos a Veliko Tarnovo. La ruta desde Plovdiv nos gustó mucho, ya que hay un montón de sitios interesantes para ver y distan poco unos de otros. Nos dirigimos a nuestro alojamiento situado en el casco histórico, una zona con un escarpado desnivel. Pero nos costó lo suyo llegar hasta él, ya que habían cortado la calle principal y tuvimos que llegar por estrechas callejuelas por las que apenas cabía un coche. Nuestro alojamiento era el Family Hotel Silvestar, un pequeño hotel que tenía una gran ventaja, parking gratuito, algo importante en aquella zona, donde es casi imposible aparcar. Como había pocos huéspedes, la propietaria nos ofreció una habitación mejor por el mismo precio, la cual era mucho mas grande que la que habíamos pagado. El desayuno estaba incluido, y consistía en un pequeño buffet con poca variedad, pero suficiente para empezar bien el día; lo peor era que solo entraba una bebida, si querías un segundo café, lo tenías que pagar. La ubicación del hotel era inmejorable, a poca distancia de la fortaleza de Tsarevets y a 10 minutos de la zona nueva de la ciudad. Nos costó 51 leva por noche, unos 26 €, un buen precio por lo que obtuvimos a cambio.
Nuestra habitación
La propietaria nos había dicho que a las 20:15 h hacían en la fortaleza de Tsaverets un espectáculo de luz y fuegos artificiales. Nosotros habíamos leído que había un “sound and light show” que se hace en la fortaleza un par de días a la semana, pero para aquellos días no había programado ninguno, cosa que nos pareció rara. Así que nos duchamos rápidamente y fuimos a cenar en algún sitio próximo a la fortaleza. Acabamos en The Green, un restaurante que estaba lleno de gente con la misma idea que nosotros. Pedimos salchichas caseras y trucha de río, acompañados de una copa de vino y una cerveza Pirinska. La comida no nos pareció gran cosa, pero al menos fue barata, nos salió por 33 leva (unos 17 €).
Nuestra cena
Según se acercaba la hora se iba congregando una gran cantidad de gente por allí. En la placita que había enfrente de la fortaleza habían habilitado una zona para las autoridades y unos andamios para las cámaras de televisión. A la plebe como nosotros nos tocaba estar detrás de ellos, sin mucha visión de la fortaleza. Ante tal despliegue de medios unas chicas españolas nos explicaron que aquel día se conmemoraba los 140 años de la constitución búlgara, que se firmó precisamente en Veliko Tarnovo, la antigua capital del país. Mas o menos a la hora ocupó la placita un batallón del ejército vestido con el uniforme de gala y acompañado de una banda de música militar. Poco después entraron las autoridades; no sabíamos quiénes eran, pero debían ser importantes ya que los búlgaros del público parecían conocerlos. Uno de los momentos álgidos fue cuando la banda tocó el himno de Bulgaria, momento en el que todos los asistentes se arrodillaron hincando una rodilla en el suelo. Poco después empezó el espectáculo de luz y sonido; en él se iban iluminando con diferentes colores diversas zonas de la fortaleza al compás de la música, en teoría para ilustrar la historia del país. El espectáculo culminó con un gran castillo de fuegos artificiales. El espectáculo de luz y sonido nos dejó un poco indiferentes, ya que con todo el tinglado que habían montado costaba mucho de ver desde la posición de la plebe. Pero seguramente en las sesiones programadas el molesto tinglado no estará y se disfrutará mas. Así que si vais a Veliko Tarnovo, consultad su programación.
Ceremonia de conmemoración de la constitución búlgara

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2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Si, que lo es! Bulgaria es un destino poco conocido que tiene una gran cantidad de lugares muy interesantes
      Saludos

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