GEORGIA 12: Tiflis II

12 de agosto de 2018 Por la mañana nos dedicamos a explorar la parte mas moderna de Tiflis. Paseamos por la enorme avenida Rustaveli, donde están los edificios mas esplendorosos de la ciudad. Después nos acercamos al Dry Bridge Market, donde se venden todo tipo de antigüedades de la época soviética. Luego fuimos al Museo Nacional de Georgia, que alberga algunas exposiciones interesantes, como la que ilustra la época de invasión soviética. Después de comer, recogimos nuestro equipaje y fuimos en taxi al aeropuerto, de donde salía nuestro vuelo de vuelta a media tarde. ¡Último día en Georgia! Mientras desayunábamos aquella mañana pensábamos en todo lo que habíamos visto en aquel fantástico viaje. Pero aun nos faltaba una mañana, que íbamos a aprovechar para visitar la parte mas moderna de Tiflis, después de haber visto la Vieja Tiflis el día anterior.
12 de agosto de 2018
Por la mañana nos dedicamos a explorar la parte mas moderna de Tiflis. Paseamos por la enorme avenida Rustaveli, donde están los edificios mas esplendorosos de la ciudad. Después nos acercamos al Dry Bridge Market, donde se venden todo tipo de antigüedades de la época soviética. Luego fuimos al Museo Nacional de Georgia, que alberga algunas exposiciones interesantes, como la que ilustra la época de invasión soviética. Después de comer, recogimos nuestro equipaje y fuimos en taxi al aeropuerto, de donde salía nuestro vuelo de vuelta a media tarde.
¡Último día en Georgia! Mientras desayunábamos aquella mañana pensábamos en todo lo que habíamos visto en aquel fantástico viaje. Pero aun nos faltaba una mañana, que íbamos a aprovechar para visitar la parte mas moderna de Tiflis, después de haber visto la Vieja Tiflis el día anterior. Dejamos nuestro equipaje en la guesthouse y nos lanzamos a aprovechar nuestras últimas horas en el país. Iniciamos el paseo en la plaza de la Libertad, una de las más céntricas e importantes de la ciudad. En ella destaca el edificio del ayuntamiento y una escultura dorada de San Jorge matando al dragón situada en lo alto de una larga columna (en la época soviética este lugar estaba ocupado por una gran estatua de Lenin). De la plaza parte una gran avenida que forma el verdadero eje central de la Tiflis moderna, la avenida Rustaveli (nombrada en honor de un gran poeta georgiano del siglo XII). Es una avenida agradable para pasear, con árboles que dan sombra y algunos edificios interesantes por todo su recorrido. El primero que vimos fue el antiguo Parlamento de Georgia, construido en la época soviética y actualmente en desuso, ya que ahora el Parlamento se reúne en un edificio moderno en Kutaisi. En la avenida también se encuentran las principales instituciones culturales y académicas del país, como el Teatro Rustaveli, el Teatro Nacional de la Opera, la Academia de las Ciencias o el Museo Nacional (que visitaríamos mas tarde). Al final, la avenida Rustaveli converge en una pequeña plaza donde se alza una gran estatua del poeta georgiano.
Plaza de la Libertad
Avenida Rustaveli: antiguo Parlamento (arriba izq.), estatua de Rustaveli (abajo izq.) y Teatro de la Opera (abajo dcha.)
Paseando por Rustaveli
A continuación nos acercamos a ver uno de los sitios mas pintorescos de la ciudad, el Dry Bridge Market. Es un mercadillo donde se venden todo tipo de antigüedades de la época soviética: cámaras antiguas, panfletos propagandísticos soviéticos, antiguos billetes con la efigie de Lenin, artículos y medallas militares, fotografías de época, libros… Es como un auténtico museo de aquella época. Todos los puestos eran de particulares, que extendían una alfombra donde exponían toda su mercancía. Al lado de las antigüedades había puestos de artículos de menaje de segunda mano, desde cristalería a cubertería. Y en una zona ajardinada también había toda una parte dedicada a artistas locales, donde vendían sus cuadros y creaciones. Nos gustó dar un paseo por allí, sobre todo la parte de las antigüedades.
Dry Bridge Market
Alguna de las cosas que se vendían en el mercadillo
Después volvimos a la avenida Rustaveli y entramos al Museo Simon Janashia de Historia, perteneciente al Museo Nacional (entrada 7 laris). Este museo hace un recorrido (no cronológico) por la historia de Georgia a través de sus hallazgos arqueológicos. En la planta baja hay una interesante exposición sobre la evolución de los homínidos en el Paleolítico, con didácticos diagramas que explican la evolución de los diferentes linajes de nuestros antepasados. Una planta mas abajo hay una gran colección de numismática y de joyas antiguas, desde la época cólquida hasta la medieval. Otros pisos albergan colecciones tan variopintas como cerámica oriental, etnografía, historia natural o arte. Sin embargo, una de las mas interesantes está en la cuarta planta, donde está el Museo de la Ocupación Soviética. Esta ocupación duró 70 años, entre la invasión soviética de 1921 y la independencia de Georgia de 1991. Aunque lo primero que vimos al entrar fue la proyección de un video con imágenes del presidente ruso Vladimir Putin y de las guerras de Abjasia y de Osetia del Sur (para muchos georgianos, la ocupación soviética aún continua). La exposición recoge documentos, fotografías y relatos personales de aquella época oscura, incluyendo sentencias de muerte y archivos de la KGB de prisioneros políticos.
Museo de la Ocupación Soviética, Museo Nacional
El Museo Simon Janashia lo encontramos muy interesante, pero como otros es tan grande que hay que ser selectivo y centrarte solo en algunas exposiciones (nosotros, por ejemplo, no fuimos a las de arte). Como se acercaba la hora de irnos, decidimos hacer nuestra última comida en Georgia, en honor a la rica gastronomía georgiana. Fuimos al Pirosmani, un restaurante tradicional cerca de la guestshouse. Pedimos para compartir un phkali (empanada de espinacas y nueces) y unos khinkali de cordero, que nos sentaron muy bien. Junto con una limonati casera de granada y una cerveza, el almuerzo nos salió por 26 laris (unos 9 €).
Nuestro último almuerzo georgiano
Eran sobre las 16 h y fuimos a la guesthouse para recoger nuestro equipaje. En la calle paramos a un taxi para ir al aeropuerto; como no llevaba taxímetro se ofreció a llevarnos por 35 laris (unos 12 €), un precio que nos pareció razonable (a la ida nos había costado 50 laris). No tardamos mucho en llegar al aeropuerto de Tiflis, donde fuimos a facturar el equipaje. Nuestro vuelo era con Georgian Airlines, y pese a que es la aerolínea de bandera del país, solo tenía dos mostradores para facturar todos sus vuelos. De forma que aquello era un verdadero caos. Tuvimos que esperar un rato a poder deshacernos del equipaje y así matar el tiempo antes del vuelo mas cómodamente. Éste estaba programado a las 19 h, aunque acabó saliendo con media hora de retraso. Al igual que a la ida, nos sirvieron una comida bastante buena a bordo. Llegamos hacia las 23 h a Barcelona, dando por finalizado aquel intenso y fantástico viaje.

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