CAMBOYA 18: tour por Kampot

18 de diciembre de 2017 Aquel día hicimos un agradable tour por la campiña de Kampot. Empezamos viendo sus salinas, que habían abastecido de sal a toda la región, y su zona agrícola, donde pudimos ver las tareas de recolección de sus arrozales. Después de parar a ver las vistas del Secret Lake, llegamos a la plantación de pimienta La Plantation, sin duda lo mejor del tour, donde se obtiene una de las mejores pimientas del mundo. Luego entramos en la Cueva del Elefante Blanco con sus fascinantes formas y acabamos en Kep, degustando los cangrejos en su famoso mercado y descansando en su playa. Aquella mañana nos levantamos pronto para ir a desayunar en la guesthouse. El desayuno no estaba incluido, pero por un par de dólares podías elegir algunos platos de su carta. A las 8:30 h ya estábamos listos en la recepción esperando a que nos viniera a recoger la minivan del tour.
18 de diciembre de 2017
Aquel día hicimos un agradable tour por la campiña de Kampot. Empezamos viendo sus salinas, que habían abastecido de sal a toda la región, y su zona agrícola, donde pudimos ver las tareas de recolección de sus arrozales. Después de parar a ver las vistas del Secret Lake, llegamos a la plantación de pimienta La Plantation, sin duda lo mejor del tour, donde se obtiene una de las mejores pimientas del mundo. Luego entramos en la Cueva del Elefante Blanco con sus fascinantes formas y acabamos en Kep, degustando los cangrejos en su famoso mercado y descansando en su playa.
Aquella mañana nos levantamos pronto para ir a desayunar en la guesthouse. El desayuno no estaba incluido, pero por un par de dólares podías elegir algunos platos de su carta. A las 8:30 h ya estábamos listos en la recepción esperando a que nos viniera a recoger la minivan del tour. Y es que el día anterior habíamos contratado uno de los populares tours que se pueden hacer por la región de Kampot. En la recepción de la guesthouse ofertaban varios, pero la noche anterior nos habían ofrecido hacerlo de forma privada en tuktuk por 45 USD. Como nos pareció caro nos fuimos a investigar por la zona, ya que había varios touroperadores, y enseguida encontramos uno con un tour que tenía buena pinta por 13 USD por persona. Nuestro tour se llamaba Countriside Experience Tour, e incluía visitas a las salinas, los arrozales, al Secret Lake, la plantación de pimienta, la Cueva del Elefante Blanco, el mercado del cangrejo de Kep y su playa ¡Un tour la mar de completo! Pagando un suplemento de 5 USD te llevaban a la Rabbit Island, pero aquel día hacía demasiado viento y no se podía ir.
La minivan vino a recogernos bastante puntual. El resto del pasaje del tour era un grupo de chicas post-adolescentes cuyo único interés era saber cuándo íbamos a parar en la playa de Kep (les faltaba lo suyo, ya que iba a ser lo último de todo). La primera parada fue en las salinas de Kampot, muy famosas en todo el país por producir una sal muy apreciada. En aquel momento estaban muy al principio de la época de la recogida de la sal, que dura desde diciembre a abril aprovechando los días soleados y la falta de lluvias de la temporada seca. De forma que visualmente no era muy espectacular ya que solo veíamos una gran extensión de campos inundados esperando a que el sol los seque. Suponemos que mas avanzado la temporada debe ser mas interesante, ya que se debe poder ver la faena de la recolección de la sal.
Salinas de Kampot
En principio el tour incluía la visita a un pueblo de pescadores, pero no sabemos porque no hicimos la parada. La siguiente resultó mas interesante. La minivan se internó por la inmensa llanura agrícola que se extiende al este de Kampot. Por caminos de tierra a veces muy estrechos, pudimos ver un poco del modo de vida rural, de la gente que tiene un pedazo de tierra que cultiva y unos pocos animales. Nos paramos en unos arrozales que estaban recolectando en ese momento. El guía del tour nos explicó un poco las tareas que hacía cada persona. Como en el resto del país, la trabajadores del campo al vernos se mostraron muy simpáticos con nosotros, daba gusto visitar un país así.
Recolección de arroz
Campesino recolectando arroz en su campo
La tercera parada fue muy corta, era simplemente para admirar el Secret Lake, un enorme lago boscoso que emergía milagrosamente del mar de cultivos que lo rodeaba. Reemprendimos la marcha circulando por pistas pedregosas, pero valió la pena, porque la siguiente parada iba a ser lo mejor del tour (y quizás de Kampot): La Plantation, una plantación de pimienta. En esta plantación hay un centro de visitantes con guías gratuitos que te explican todo lo referente a la pimienta y luego te hacen una visita por ella. Lo primero que aprendimos era que la pimienta de Kampot es una de las mas apreciadas del mundo, y la usan los mas reputados chefs. Esta plantación creció gracias a dos franceses que buscaban un lugar donde cultivar pimienta y vieron en esta zona de Kampot las condiciones climáticas y edáficas ideales para hacerlo. Para cultivar la gran cantidad de terreno que querían necesitaban mucha mano de obra cualificada, con lo que construyeron una miniciudad dentro de la plantación, con casas, escuela, comedores, supermercados… Así los trabajadores no tenían que recorrer grandes distancias, ya que Kampot queda bastante lejos. Después nos explicaron el modo de cultivar que tenían, que era totalmente ecológico y tradicional, prácticamente no usaban nada de maquinaria y los fertilizantes eran completamente naturales. Y por último, nos enseñaron todo lo referente a la pimienta, que es el fruto de una planta enredadera de la familia de las Piperáceas. Hay diferentes tipos de pimienta (verde, negra, roja y blanca) que básicamente corresponden a diferentes estados de maduración del fruto, y cada uno tiene un sabor y unas propiedades diferentes. Nos dieron la posibilidad de catar los diferentes tipos, y resultó estupendo intentar captar las diferencias de sabor… aunque masticar un grano entero de pimienta no es lo mas bueno del mundo.
Los diferentes tipos de pimienta que catamos
Después nos llevaron a ver la propia plantación de pimienta. Cultivaban las plantas en una especie de cobertizos rudimentarios hechos de hojas de palmera cuya única función era evitar la luz directa. Allí pudimos ver como crecían los preciados frutos que se convertirían en la famosa especia de la región. Aparte de la pimienta, también cultivaban algunas frutas tropicales para su venta. La verdad es que estuvimos encantados de todo lo que aprendimos del tema, sin ser la pimienta algo de lo que estuviéramos especialmente interesados a priori. ¡Una experiencia totalmente recomendable!
Cobertizos con las plantas de pimienta
Pimienta verde
Pimienta india
La siguiente parada fue Phnom Sorsia, un templo budista que dominaba una pequeña colina de la llanura agrícola. Allí el guía nos dejó en manos de un señor (el cual no sabía nada de inglés) que nos enseñaría el lugar. Tras subir una larga escalera, nos llevó al interior del templo, decorado con bonitos frescos de temática budista. Allí había un monje cuya única misión parecía que era conseguir donativos. Sin embargo, lo más famoso del templo era la Cueva del Elefante Blanco, que fuimos a ver seguidamente. Allí el señor nos enseñó la famosa formación rocosa con la forma de la cabeza de un elefante blanco (animal sagrado para el budismo); curiosamente los minerales que precipitaban en la superficie de la roca le daban ese color. El señor nos llevó a un lugar de la cueva donde vivían muchos murciélagos, por un camino un poco peligroso si no ibas bien calzado. La verdad es que aquel lugar no nos hizo ni frío ni calor.
Templode Phnom Sorsia (izq.) y vistas de la llanura agrícola desde el templo (dcha.)
Cueva del Elefante Blanco
La siguiente parada es otro de los lugares famosos de la región, el mercado de cangrejos de Kep. Y es que en Kep este crustáceo es la estrella, y atrae a miles de personas que se acercan a este pequeño pueblo a comerlos. El guía nos dio una hora y media para que hiciéramos lo que quisiéramos. En el mercado hay dos zonas muy diferenciadas, una con restaurantes (obviamente especializados en cangrejo) y otra con el mercado. Primero fuimos a éste, y vimos que se trataba de un mercado de pescado normal y corriente, donde los puestos con el pescado se alternaban con parrillas donde los asaban. Nos extrañó no ver cangrejos en venta, pensábamos que en aquel mercado debía ser el principal producto. Solo los vimos en la zona tocando al muelle, donde unas pocas señoras los vendían en unas jaulas de madera. Así que vimos que la única forma de probar los cangrejos era en los restaurantes, y no eran baratos. Fuimos al que nos había recomendado el guía del tour, el Kimly [https://www.tripadvisor.es/Restaurant_Review-g608456-d1965950-Reviews-Kimly_Restaurant-Kep_Kep_Province.html]. Neus se pidió el plato estrella, cangrejos con salsa de pimienta de Kampot (todo una oda a esta zona) y David rollitos de primavera de cerdo (él y el marisco no se llevan bien…). La comida estaba a la altura de las expectativas y disfrutamos con ella. Como esperábamos, nos salió cara (14.50 USD), pero probar el cangrejo es algo que hay que hacer.
Vendedores de cangrejos (arriba izq.) y mercado de pescado (abajo) de Kep, donde el cangrejo (arriba dcha.) es el rey
Neus estaba muy contenta de probar los cangrejos
Nuestro almuerzo en Kep
La última parada fue la playa de Kep, y lo primero que nos sorprendió era lo pequeña que era, tan solo medio kilómetro (nos habíamos acostumbrado a las infinitas playas de Sihanoukville o Koh Rong Sanloem). Y la playa tampoco era bonita, ya que tras la arena se levantaba un muro de cemento que la separaba de la acera y la carretera. No había ni una sola sombra en la playa, a excepción de las ramas mas largas de los árboles plantados en la acera. Las chicas que iban en nuestro tour solo aguantaron un corto rato en la arena bajo el sol inclemente. Nosotros, al ver el poco interés de la playa, decidimos explorar un poco el pueblo. Pero el pueblo de Kep es microscópico, solo unas pocas casas pegadas a la playa (hay muchos alojamientos desperdigados, pero no hay un núcleo de la población). Así que nos quedamos sin mucho que hacer.
Playa de Kep
El guía nos recogió nuevamente y nos devolvió a Kampot a eso de las 17 h. Fuimos a la habitación a ducharnos y a descansar un rato (¡tras varios días teníamos wifi!). Para cenar decidimos atrevernos con un restaurante italiano, el Divino, y la verdad es que acertamos (el cocinero era italiano y eso se notó). Pedimos unos platos de pasta fresca rellena de carne y de gambas que estaban deliciosos. El precio era algo caro, 15.50 USD, pero en Kampot todo lo era.

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