CAMBOYA 14: Sihanoukville II (Otres Beach)

14 de diciembre de 2017 Aquel sería un día de relax y playa. A primera hora de la mañana nos desplazamos a Otres Beach, una bonita playa poco concurrida donde descansar y bañarse con tranquilidad. Mas hacia la tarde volvimos paseando por la playa hacia Sihanoukville, pasando por las playas de Serendipity y Ouccheuteal. Como bien dijo un buen viajero, a veces hay que hacer vacaciones dentro de las vacaciones. Y en este estilo de viaje mas aún, ya que habían sido muy frecuentes las largas horas en buses incómodos y las extensas jornadas a pleno sol. Cuando planificamos el viaje tuvimos claro que debíamos dejar la zona de la costa para el final, reservando unos pocos días para descansar. Y por fin teníamos un día de esos, sin prisas ni preocupaciones.
14 de diciembre de 2017
Aquel sería un día de relax y playa. A primera hora de la mañana nos desplazamos a Otres Beach, una bonita playa poco concurrida donde descansar y bañarse con tranquilidad. Mas hacia la tarde volvimos paseando por la playa hacia Sihanoukville, pasando por la playa de Ouccheuteal.
Como bien dijo un buen viajero, a veces hay que hacer vacaciones dentro de las vacaciones. Y en este estilo de viaje mas aún, ya que habían sido muy frecuentes las largas horas en buses incómodos y las extensas jornadas a pleno sol. Cuando planificamos el viaje tuvimos claro que debíamos dejar la zona de la costa para el final, reservando unos pocos días para descansar. Y por fin teníamos un día de esos, sin prisas ni preocupaciones. De forma que nos levantamos sin despertador y fuimos a desayunar en el mismo hotel. Éste tenía un bar en la planta baja con algunos menús de desayuno que se podían pagar a parte. Nosotros elegimos una tortilla de tomate, queso y jamón dulce para compartir (8 USD), esperando que fuera grande. ¡Y vaya si lo era! Y además iba acompañada de media baguette de pan. Y lo mejor de todo es que era tan deliciosa que pensamos que la teníamos que hacer en nuestra casa a la vuelta.
Nuestro fantástico desayuno de aquella mañana
Una vez listos salimos del hotel, paramos al primer tuktuk que vimos y regateamos para que nos llevara a la playa de Otres (6 USD). Al ser mas alejadas que otras, habíamos leído que era mas agradable y bonita. No tardamos mucho en llegar, y la verdad es que nos pareció que hacía honor a todo lo bueno que decían de ella. Era una gran extensión de arena fina flanqueada por casuarinas y alguna palmera. Pero a diferencia de las que están mas cerca de Sihanoukville, había muchos menos chiringuitos y hoteles y, en consecuencia, menos gente. Nos pareció el sitio ideal para los que buscan tranquilidad y alejarse del ajetreo del turismo de masas.
Disfrutando de la playa
Diferentes lugares de Otres Beach
Decidimos usar las tumbonas de un chiringuito y pagamos unos refrescos para estarnos allí un rato. En aquel sitio perdido, el chiringuito tenía un wifi que era demasiado tentador no usar mientras descansábamos en la sombra. Fuimos alternando los momentos en horizontal con baños para combatir el fuerte calor. En aquel pequeño paraíso se estaba genial, no podíamos pedir nada mas… Bueno sí, después de un rato, para matar el hambre pedimos una hamburguesa para compartir, y nos sorprendió lo buena que estaba. Aunque después vimos que la comida estrella de las playas eran una especie de galeras asadas que vendían unas vendedoras ambulantes. Neus no pudo resistirse y pidió algunas para probar, y le parecieron muy buenas. A parte de comida, cada dos por tres iban pasando mujeres vendiendo todo tipo de cosas, desde ropa a masajes. Habíamos leído que podía resultar muy agobiante que te estuvieran ofreciendo cosas constantemente, pero en aquella playa no era tan frecuente como en Ouccheuteal o Serendipity.
Disfrutando de Otres, como sus fabulosas galeras (abajo)
Final de la playa de Otres
A primera hora de la tarde decidimos ir paseando en dirección a Sihanoukville para ir volviendo hacia la civilización. Tras flanquear un promontorio rocoso, accedimos a la playa de Ouccheuteal. Bueno, mas bien a su extremo este, que era una zona un poco abandonada, donde iban los locales a hacer picnic y a bañarse. Había mucho ambiente, parecía que muchos chavales aprovechaban la salida de la escuela para ir a aquella zona a reunirse con los amigos. Conforme íbamos hacia el oeste volvían a surgir los chiringuitos y los hoteles, con lo que la playa se veía mas acondicionada y limpia. A medio camino descansamos en unas hamacas desiertas para merendar unas mandarinas que habíamos comprado hacía unos días en un mercado.
Ouccheuteal beach
Atardece en Sihanoukville
Llegamos hasta Serendipity Beach cuando estaba empezando a oscurecer. Decidimos coger un tuktuk para ir al hotel a ducharnos y descansar un poco. Mientras decidíamos si volver a la zona de la playa para cenar, cayó sobre Sihanoukville el diluvio universal. En aquel viaje no llovió mucho, pero cuando llovía era en forma de unos goterones enormes que caían con una furia incontenible. Así que decidimos aprovechar nuevamente el restaurante de la planta baja para cenar. Pedimos unas costillas de cerdo (habíamos leído que les habían dado un premio por este plato) y pescado “au gratin”. La comida fue un poco decepcionante, ya que la carne era dura a mas no poder y el pescado muy soso. Al menos nos resarcimos con un buen pastel de chocolate (21 USD en total).
La cena de aquella noche

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