7 de marzo de 2015
Nuestro primer día completo en Múnich lo dedicamos a explorar su casco histórico, una zona con agradables calles y llena de monumentos repletos de historia. Hacia la tarde fuimos al Englischer Garten, el gran jardín de Múnich, para alejarnos del ajetreo de la ciudad y ver la puesta de sol sobre su skyline.
Comenzamos el día de la mejor forma posible, disfrutando de un buen desayuno en el Hotel Schiller5. ¡Y vaya desayuno! Había un gran buffet con todo tipo de comida, tanto dulce como salada. Así que disfrutamos de una buena comilona matinal para poder aguantar bien el resto del día sin perder tiempo teniendo que hacer un gran almuerzo.
7 de marzo de 2015
Nuestro primer día completo en Múnich lo dedicamos a explorar su casco histórico (Alstadt), una zona con agradables calles y llena de monumentos repletos de historia. Hacia la tarde fuimos al Englischer Garten, el gran jardín de Múnich, para alejarnos del ajetreo de la ciudad y ver la puesta de sol sobre su skyline.
Comenzamos el día de la mejor forma posible, disfrutando de un buen desayuno en el Hotel Schiller5. ¡Y vaya desayuno! Había un gran buffet con todo tipo de comida, tanto dulce como salada. Así que disfrutamos de una buena comilona matinal para poder aguantar bien el resto del día sin perder tiempo teniendo que hacer un gran almuerzo
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Desayuno buffet del Hotel Schiller5 |
A las 8:30 nos pasó a buscar Yolanda Tenorio, la guía que nos iba a hacer un paseo guiado en español por el casco histórico de la ciudad de 2 horas, cortesía de la Oficina de Turismo de Múnich. Yolanda nos acompañó a los lugares mas emblemáticos de la ciudad, explicándonos muchas cosas sobre ellos. También nos contó curiosidades de esas que no salen en las guías, además de la forma de ser de los muniqueses, muy diferente a la de los alemanes del norte. Verdaderamente fue un paseo muy ameno e instructivo, todo un aperitivo de la visita mas intensiva que íbamos a hacer a continuación por el centro.
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Con Yolanda, que nos hizo una interesante visita guiada |
Nos despedimos de Yolanda en la Marienplatz o plaza de Santa María, el centro de Múnich por donde pasa casi todo el mundo que pasea por allí. Lo más imponente es su Nuevo Ayuntamiento o Neues Rathaus, un espectacular edificio neogótico que ocupa todo un lado de la plaza. Aunque nos recordó a los ayuntamientos medievales belgas, nos sorprendió saber que este era relativamente reciente, de principios del siglo XX. En un lado de la plaza está el Altes Rathaus, el antiguo ayuntamiento que se quedó pequeño, de un estilo totalmente diferente.
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Marienplatz |
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Campanario del Nuevo Ayuntamiento |
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Torre espiral del patio interior del Nuevo Ayuntamiento |
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Altes Rathaus |
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Neues Rathaus o Nuevo Ayuntamiento |
Estuvimos admirando los edificios de la Marienplatz hasta las 11, hora en la que el carillón (Glockenspiel) de la torre del Nuevo Ayuntamiento cobra vida: sus personajes empezaron a moverse al son de las campanadas, narrando la historia de la boda de Guillermo V de Baviera con Renata de Lorena. En honor a los novios, dos figuras de caballeros se baten en una justa, representando a los dos reinos. Obviamente, gana el caballero bávaro, que hace descabalgar al de Lorena, momento en el que los turistas que lo presencian exclaman un gran “Ohhhh!”. En la parte de abajo comienza entonces el baile de los toneleros, que se remonta a finales del siglo XVI: Yolanda nos explicó que los trabajadores de este gremio salieron a bailar a las calles desiertas de Múnich para avisar a los ciudadanos que había pasado ya la epidemia de peste que asoló la ciudad. Tras unos diez minutos, el espectáculo se terminó. Nos pareció algo muy recomendable de ver, la lástima es que solo se puede ver dos veces al día, a las 11 y a las 12 h (en verano, también a las 17 h).
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Personajes del carillón danzando al son de las campanas |
Para visitar en centro histórico seguimos el itinerario a pie que salía en nuestra Guía Verde de Michelin. Primero nos internamos por las callejuelas de la parte oriental del centro. Casi sin darnos cuenta entramos en castillo, el Alter Hof, una de las primeras residencias de los Wittelsbach, la familia que gobernó el reino de Baviera y a menudo también el Sacro Imperio Romano. El castillo parecía encerrado por las casas de los alrededores, pero desde dentro se veía claramente su forma. Aunque mas que un castillo parecía un palacio, quizás alguna vez había tenido alguna estructura defensiva de la que prescindieron mas adelante.
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Burgstrasse |
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Alter Hof |
El principal reclamo de esa zona del Altstadt es
Hofbräuhaus, la cervecería mas famosa de Múnich. Aunque no era muy tarde, el lugar empezaba a llenarse de muniqueses para beber cerveza y de turistas para contemplar sus coloridos salones. El igual que el día anterior en la cervecería de Augustinerbräu, había algunos locales que vestían el traje tradicional bávaro, sobre todo hombres con sus característicos pantalones cortos. En la visita guiada, Yolanda nos explicó que algunas mesas estaban reservadas para los stammtisch, grupos de clientes que van a la cervecería de forma asidua. Además, para los clientes mas fieles, la cervecería les ofrece la posibilidad de guardar en unos armarios sus propias jarras de cerveza. Aunque se veía que era un lugar muy turístico, todavía conservaba parte de su encanto y predominaba la gente local disfrutando de las cervezas.
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Muniqueses con el traje típico |
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Cartel de una mesa reservada a buenos clientes, con sus nombres escritos |
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Muniqueses muy auténticos disfrutando de la cerveza |
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Sala con armarios para guardar las jarras de los buenos clientes y lavarlas |
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Hofbräuhaus |
Luego fuimos hacia el norte del Altstadt, atravesando la bella plaza de
Platzl, rodeada de bonitas mansiones señoriales (una de ellas es el edificio de Hofbräuhaus). Llegamos hasta
Maximilianstrasse, una de las calles mas exclusivas de la ciudad, con tiendas de las marcas mas caras y lujosas. A continuación dimos con otra bonita plaza, la
Max-Joseph-Platz, en cuyo lado está la
Residenz, que ya visitaríamos por dentro mas tarde. En el límite norte del casco antiguo encontramos la
Odeonsplatz, otra gran plaza rodeada por varios monumentos históricos. Uno de ellos le resultó familiar a David: era el
Fernherrnhalle o Pórtico de los Mariscales, una galería inspirada en la Loggia dei Lanzi de la Piazza Della Signoria de Florencia, que David tuvo la oportunidad de admirar en su
viaje en solitario de hace unos meses. En otro lado de la plaza una fea lona tapaba una de las iglesias mas conocidas de la ciudad, la
Theatinerkirche o Iglesia de los Teatinos. Su color anaranjado hace que destaque desde cualquier punto de la ciudad. Su interior es simplemente espectacular, todo un derroche de arte barroco. Sus paredes blancas totalmente cubiertas de relieves realzan la pureza del lugar, compensando la falta de luz. Nos encantó deambular un rato por sus naves y sus capillas.
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Platzl |
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Max-Joseph-Platz |
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Fernherrnhalle en Odeosplatz |
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Theatinerkirche, interior |
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Theatinerkirche, detalle de la decoración |
Muy cerca de Odeonsplatz está Viscardigasse, un pequeño callejón que encierra una interesante historia. Resulta que Múnich fue una de las ciudades alemanas donde surgió con mas fuerza el partido nacionalsocialista. De hecho, Hitler intentó un golpe de estado aquí, razón por la que fue encarcelado (durante su cautiverio escribió su obra ideológica “Mein kampf”). Una vez que el dictador nazi subió al poder, hizo construir en Odeonsplatz un monumento en recuerdo de sus seguidores que murieron en el fallido golpe de estado. Los muniqueses que pasaban frente a él tenían que hacer el saludo nazi. Pero los que no estaban de acuerdo con el régimen nazi, usaban este callejón para evitar pasar por delante del monumento y hacer el saludo. Una estrecha línea dorada en Viscardigasse recuerda a la resistencia de algunos ciudadanos contra el nazismo.
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Viscardigasse |
A continuación volvimos hacia el corazón del Alstadt paseando por calles con bonitas casas señoriales. Dentro de una zona con tanta historia sorprendía la Fünf Höfe, unas modernas galerías que habían decorado con unos curiosos jardines colgantes. Pronto llegamos hasta otro de los símbolos de la ciudad, las dos torres de la Frauenkirche o iglesia de Nuestra Señora. Nos sorprendieron tanto sus dimensiones colosales como el uso del ladrillo en su estructura, material que en la época medieval se solía usar para edificios mas corrientes. El interior era muy sencillo, lo mas espectacular eran sus altas naves. El único toque diferente a tanta simplicidad era la tumba de Luis de Baviera, de un enorme realismo y detalle.
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Fünf Höfe |
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Las dos torres de la Frauenkirche |
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Frauenkirche, interior |
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Frauenkirche, tumba de Luis de Baviera |
Como estaba cerca, nos acercamos a ver la Michaelskirche, la iglesia de San Miguel, construida por los jesuitas en el siglo XVI. Su interior nos recordó mucho a la Theatinerkirche que habíamos visto antes, pero sus relieves eran menos bonitos. Un poco mas al sur dimos con una de las joyas escondidas de Múnich, la Asamkirche. La fachada barroca de esta pequeña iglesia ya era un anticipo de lo que nos íbamos a encontrar en el interior: un pequeño espacio completamente cubierto de frescos, retablos, relieves, mármoles, figuras alegóricas... ¡Era sencillamente espectacular! Lo peor de todo es que esta maravilla solo la pudimos contemplar a través de una verja, toda una lástima. En teoría debería haber estado abierta a aquellas horas...
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Michaelskirche |
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Asamkirche |
Después fuimos a otro de los lugares mas famosos de Múnich, el Viktualienmarkt, un enorme mercado al aire libre. Estaba organizado entorno del Maibaum, un enorme palo decorado con los gremios mas importantes de la ciudad, entre ellos los cerveceros. El mercado no era tal y como lo esperábamos: todos los puestos estaban perfectamente situados, con sus productos bien ordenados. No tenía nada que ver con los caóticos mercados mediterráneos. Y es que aquel mercado había evolucionado de vender alimentos básicos a especializarse en delicatessen y productos gourmet. A aquella hora del mediodía, y siendo un sábado, había un gran ambiente. Además, para nuestra sorpresa, había abierto su biergarten, la terraza típica bávara donde los locales disfrutan del buen tiempo y la cerveza. Yolanda nos explicó que aquel biergarten era público, lo gestionaba el ayuntamiento, el cual otorgaba la concesión de la venta de cerveza a todas las cervecerías muniquesas de forma rotatoria. En aquellos días, por ejemplo, le tocaba el turno a Hofbräuhaus. Por cierto, que el precio de las jarras de medio litro no nos pareció tan caro como pensábamos (3,60 €), tratándose de un lugar tan céntrico. Para comer algo compramos un pretzel en un puesto por solo 50 céntimos; estaba recién hecho y nos vino fenomenal para llenar algo el estómago.
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Puesto de verduras de Viktualienmarkt |
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Biergarten |
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Viktualienmarkt |
Volvimos muy cerca de la Marienplatz, donde habíamos empezado nuestro recorrido para visitar la Peterskirche, la iglesia de San Pedro. En si este templo barroco es otro mas de los que salpican el Altstadt. Lo interesante es su campanario al que se puede subir para tener vistas de la ciudad (entrada: 2 €). La subida puede resultar muy claustrofóbica, el espacio es justo para que pase una persona, así que cuando nos cruzábamos con alguien era todo un problema. Pero los interminables escalones tuvieron su recompensa a modo de espléndida panorámica de Múnich de 360º. La mejor vista era sin duda la norte, donde se veía la Marienplatz, el Nuevo Ayuntamiento y la Frauenkirche. Al fondo también se podía ver la Theatinerkirche y mas lejos se podía llegar a intuir la torre del Olympiapark y el enorme edificio del BMW Welt. Hacia el sur lo único interesante era la perspectiva sobre el Viktualienmarkt, con sus paradas y el ajetreo de la gente. Las fantásticas vistas compensaron el difícil ascenso y sobre todo el agobio de la gente que se agolpaba en el mirador, tan estrecho como las escaleras que nos habían llevado a él.
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Vista hacia el Altes Rathaus y la Heilig-Geist-Kirche |
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Vista hacia el Viktualienmarkt |
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Al fondo, la torre del Olympiapark y el BMW Welt |
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Y la mejor vista, con la Frauenkirche y el Neues Rathaus |
Después de bajar de la torre de la iglesia fuimos a una tienda singular, Dallmayr, que lleva vendiendo productos delicatessen desde hace mas de 300 años. El interior conserva un aire vintage y vende casi de todo: embutidos, quesos, chocolates, frutas, verduras... Yolanda nos dijo que uno de los productos estrella es el café, su marca Prodomo es conocida en todo el mundo. Los precios estaban acordes a la calidad que ofrecían, así que no compramos nada. Pero vale mucho la pena entrar para chafardear un poco.
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Delicatessen de Dallmayr |
Atravesamos todo el casco histórico para volver a la Residenz, la Residencia de Múnich. Esta fue la principal residencia de los Wittelsbach, la familia que gobernó el reino de Baviera durante varios cientos de años. En la Residenz se pueden visitar tres zonas: el Museo (que incluye las antiguas habitaciones reales), el Tesoro y el Teatro de Cuvilliérs. En nuestra visita fugaz a la ciudad de 2007 ya visitamos el Tesoro (Schatzkammer), lo recordamos como un derroche de objetos de piedras preciosas, oro, plata... hechos por los mejores orfebres del tiempo. Así que esta vez nos centramos en el Museo (entrada: 7 €). El palacio es enorme, con una gran cantidad de habitaciones, cada una mas lujosa que la anterior. En el circuito pudimos ver el Anticuario y sus enormes bóvedas adornadas con frescos, una de las partes mas antiguas del palacio (siglo XV). En siglos posteriores, el palacio se fue ampliando con nuevas alas y habitaciones, al tiempo que se iban acomodando allí princesas, príncipes y reyes del Sacro Imperio Romano. Era increíble el lujo de aquellas dependencias, y además no faltaban las salas de audiencias, las salas de música, las capillas privadas, etc. Una de las últimas es la Sala de los Ancestros, donde se puede ver los retratos de todos los Wittelsbach. Estuvimos mas de hora y media explorando los aposentos, pero podíamos habernos estado tranquilamente mucho mas tiempo. En general la Residenz nos gustó, es un buen lugar para aprender sobre la historia de las diferentes generaciones de regentes de Baviera.
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Residenz, Anticuario |
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Sala de fiestas de la Residenz |
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Capilla privada |
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Sala de los AAncestros |
Eran las 16:30 h, y con la Residenz dimos por concluida nuestra visita por el casco histórico de Múnich. Nos gustó mucho la tranquilidad de sus calles y sus interesantes monumentos. ¡Pero Múnich no se acababa allí, todavía nos quedaban muchas cosas que ver! Caminamos hacia al norte hasta el Englischer Garten o Jardín Inglés, un enorme espacio verde en el corazón de la ciudad. Primero nos acercamos a ver un lugar muy curioso: en el parque hay un pequeño río artificial, el Eisbach, en el que se producen unas fuertes corrientes y olas. Este lugar es aprovechado por los surfistas de la ciudad, que pueden cabalgar esas olas como si estuvieran en el mar. Allí había una docena de surfistas, tratando de mantenerse en pie sobre aquellas olas. Los que se caían eran arrastrados río abajo y tenían que caminar por la orilla del rio para volver a la zona de las olas. Resultaba sorprendente que en una ciudad como Múnich se pudiera practicar surf.
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Ola de Eisbach, Englischer Garten |
Después estuvimos paseando un rato por el mismo Englischer Garten, que estaba lleno de deportistas y de gente disfrutando del día soleado. En una colina hay un pequeño templo neoclásico llamado Monopteros, desde donde hay una bonita vista del casco histórico de Múnich. Una gran cantidad de gente se había agolpado allí para disfrutar de la puesta de sol.
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Vista de Altstadt desde Monopteros |
Un poco mas al norte dimos con la
Chinesischer Turm, una enorme construcción de madera alzada en el siglo XVIII imitando una pagoda china. A sus pies se extendía un gran
biergarten, el segundo que veíamos aquel día. Habíamos leído que no los empiezan a abrir hasta el mes de abril, pero seguramente el buen tiempo y el día festivo hizo que se abrieran algunos. A parte de la cerveza, había algunos puestos donde se podía comprar algo de comida. Así que nos unimos a los locales y compramos una cerveza de medio litro (Hofbräuhaus, 4 €) y una especie de donut bávaro (3,5 €), el
Auszogne (también conocido como Knieküchle). Era muy esponjoso por dentro y estaba delicioso. Nos vino de maravilla, habíamos tirado todo el día con un pretzel para los dos.
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Biergarten de la Torre China |
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Nuestra "merienda" |
Volvimos a la civilización por Schwabing, el barrio bohemio de artistas e intelectuales. Hacia al sur encontramos el enorme arco de Siegestor, construido a finales del siglo XIX a imagen y semejanza del Arco de Constantino de Roma. A esas alturas ya empezaba a oscurecer y estábamos reventados de caminar, de forma que dimos por concluida la jornada turística del día. Cogimos el metro en Universität y volvimos al hotel a descansar un rato.
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Siegestor |
A la noche habíamos quedado con Paula (una prima de Neus) y su marido alemán Christian, que vivían en Múnich. Nos llevaron a cenar a un típico restaurante bávaro del centro,
Weisses Bräuhaus. Nosotros pedimos un par de clásicos bávaros,
Schweinshaxe (codillo de cerdo asado) y
Schweinsbraten (asado de paletilla de cerdo). Y de postre, los cuatro compartimos un
apfelschmarrn, un enorme plato (¿era la ración para una persona?) con trozos gruesos de crepes con compota de manzana. Todo estaba delicioso. La cena nos salió por unos 30 € los dos.
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Schweinshaxe |
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Schweinsbratten |
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Apfelschmarrn |
Mi primer viaje fue por la zona del tirol, visitando Munich, así que me has traído buenos recuerdos (yo también hice ohhhh el ver salir el carrillón jejeje) y me los has refrescado también porque después de tantos años hay sitios que no recordaba con claridad. Algunos otros no los visité como la cervecería o las bonitas vistas desde el campanario. Tendré que volver, está claro! ;-)
ResponderEliminarVoy a seguir leyendo entradas que por alguna razón he visto que no seguía el blog desde google (sí desde facebook) y no me aparecían vuestras actualizaciones.
Un abrazo!
Pues que coincidencia, uno de nuestros primeros viajes también fue al Tirol austriaco. Y en el estuvimos unas pocas horas en Munich, demasiado poco tiempo, así que siempre hemos tenido ganas de volver.
EliminarEstaremos también atentos a tus entradas ;)
Saludos