ARGENTINA 2: Buenos Aires I

29 de diciembre 2014 Llegamos a Argentina al mediodía, y dedicamos el resto del día a explorar la zona norte de Buenos Aires, básicamente el barrio burgués de La Recoleta y el animado Palermo. Después de un largo vuelo desde Miami, aterrizamos en el aeropuerto de Ezeiza de Buenos Aires a las 12 del mediodía. Una vez pasados los trámites de inmigración, lo primero que teníamos que hacer es conseguir pesos argentinos. Nuestra intención era cambiarlos por los euros que traíamos, pero no iba a ser nada fácil. Solo había una oficina de cambio en todo el aeropuerto, la del Banco de la Nación (tenían el euro a 10,78 pesos).
29 de diciembre 2014
Después de hacer escala en Miami, llegamos a Argentina hacia el mediodía. Dedicamos el resto del día a explorar la zona norte de Buenos Aires, básicamente el barrio burgués de La Recoleta y el animado Palermo.
Después de un largo vuelo desde Miami, aterrizamos en el aeropuerto de Ezeiza de Buenos Aires a las 12 del mediodía. Una vez pasados los trámites de inmigración, lo primero que teníamos que hacer es conseguir pesos argentinos. Nuestra intención era cambiarlos por los euros que traíamos, pero no iba a ser nada fácil. Solo había una oficina de cambio en todo el aeropuerto, la del Banco de la Nación (tenían el euro a 10,78 pesos). Allí encontramos una larga cola que, según iba pasando el tiempo, apenas avanzaba así que pasamos al plan B: sacar pesos de un cajero automático. Pero tampoco iba a ser tarea sencilla. Aunque había varios repartidos por el aeropuerto, todos ellos pertenecían a la red argentina Link, y no había ninguno que aceptara Visa. Tras probar en varios cajeros y con varias tarjetas, logramos sacar 500 pesos (45 €) con una MasterCard, pero a cambio de una comisión brutal (50,36 pesos, al cambio 4,50 €). Como con ese dinero no llegaríamos muy lejos seguimos probando. Al final encontramos un cajero de HSBC en el que pudimos sacar otros 500 pesos con la Visa y sin comisión. Pensamos que con lo que habíamos sacado ya tendríamos suficiente y que podríamos cambiar euros en el centro de Buenos Aires.
El siguiente paso era procurarnos un transporte para ir a la ciudad. Desde el aeropuerto de Ezeiza existen varios buses urbanos que enlazan con el centro. También hay unos buses lanzadera gestionados por la empresa Manuel Tienda León, mucho mas rápidos y prácticos. Aunque éstos llevan a la zona de Puerto Madero, muy lejos de Palermo donde estaba nuestro alojamiento. Como estábamos cansados decidimos tirar por lo fácil y coger un taxi. En la Lonely Planet (edición 2013) decía que el trayecto valía 180 pesos (unos 16 €), un precio que nos pareció razonable. ¡Pero no contábamos con la inflación argentina! Al salir de la terminal preguntamos a un taxista y nos dijo que valía... 400 pesos!!!! ¡En un año se había doblado el precio! Y todas las compañías de taxis tenían el mismo precio. Como estábamos cansados del viaje y ya llevábamos mucho tiempo en la terminal decidimos aceptar el precio. Al final nos salió un poco mas barato pagando directamente en euros (35 €).
Tardamos tres cuartos de hora en llegar al barrio de Palermo, tiempo que pasó rápido por la conversación que tuvimos con el taxista (al enterarse que éramos de Barcelona se interesó por la felicidad de “la Pulga” - Leo Messi-). Para aquel día habíamos dudado mucho si reservar alojamiento, ya que a las 4:45 h de la madrugada teníamos que coger el vuelo hacia Ushuaia y apenas tendríamos tiempo para dormir. Hasta pocos días antes de partir nuestro plan era no reservar hotel y dormir algo en el aeropuerto, pero esto tenía el inconveniente logístico de donde guardar las mochilas durante nuestra visita a Buenos Aires durante el día. Al final encontramos un alojamiento barato (20 USD la habitación doble) y relativamente cerca del aeropuerto de Aeroparque: el Hotel Victoria. Mas que un hotel era un hostal o motel, viejo y cutre a mas no poder. Nuestra habitación era amplia, con unos pocos muebles desgastados por el paso del tiempo. El baño era compartido, con una bañera y unos azulejos con roña incrustada desde tiempos inmemoriales. Pero tampoco podíamos pedir mucho mas por el precio que estábamos pagando. El sitio era suficiente para dormir unas cuantas horas, que era lo que necesitábamos. Como teníamos que salir tan pronto al día siguiente, la propietaria nos reservó un taxi de confianza para llevarnos al aeropuerto; teníamos que salir sobre las 2:30 y no sabíamos si sería fácil parar un taxi por la calle a esa hora.
Nuestra habitación en el Hotel Victoria
El roñoso baño compartido
Entre unas cosas y otras salimos del hostal sobre las 15:30 h. El ambiente era caluroso y sofocante, muy diferente a lo que habíamos dejado en Barcelona o lo que nos encontraríamos el día siguiente en Ushuaia. Nuestra idea era visitar los barrios del norte de Buenos Aires (la Recoleta y Palermo), ya que el último día de nuestro viaje también estaríamos en la capital argentina para explorar el resto. Pero antes teníamos que meter algo de comida en nuestros castigados estómagos. Cerca del hostal encontramos una pizzería-café donde compramos empanadas argentinas. A lo largo de nuestro viaje nos aficionamos bastante a comerlas para almorzar, ya que son deliciosas y baratas. Tres empanadas (de jamón y queso, carne picada y carne fileteada) nos costaron 31 pesos (menos de 3 €). ¡Estaban buenísimas!
Empanadas argentinas
Nuestro primer objetivo era La Recoleta, el barrio mas exclusivo y burgués de la ciudad. Para llegar cogimos el metro (allí llamado subte), una de las pocas cosas baratas en el país (5 pesos por trayecto, menos de 50 céntimos de €). Primero fuimos al lugar mas conocido del barrio, el cementerio de La Recoleta. Aquí no solo están enterrados destacados miembros de la burguesía bonaerense, también los personajes mas importantes de la historia de Argentina: Yrigoyen, Mitre, Sarmiento, Argentino Roca, Alfonsín, Sáenz Peña... aunque, como ya veremos, su morador mas famoso es otro. El cementerio es tan grande que se hacen tours para descubrir todos sus secretos. Sin embargo, nosotros decidimos explorarlo por nuestra cuenta, caminando sin rumbo fijo por él.
Cementerio de La Recoleta
Lo primero que nos sorprendió del cementerio es la magnificencia de sus tumbas y mausoleos. Muchas están decoradas con estatuas que expresan una desgarradora tristeza. Otras son tan amplias que albergan una pequeña capilla dentro. Está claro que no cualquiera puede permitirse ser enterrado allí... El cementerio estaba bastante concurrido de turistas, lo que le restaba un poco de encanto y del silencio que debe tener un lugar como este.
Escultura de un mausoleo
Monumento al presidente Sarmiento
Cementerio de La Recoleta
Mausoleo con bonitas esculturas
Cementerio de La Recoleta
No nos fue difícil dar con la tumba mas famosa del cementerio de la Recoleta, delante suyo se agolpaba una enorme cantidad de turistas. Se trata del mausoleo de los Duarte, donde está enterrada Evita Perón (Duarte es su apellido de soltera). Esta actriz y política es uno de los personajes mas venerados en Argentina, pero también cuenta con sus detractores. Hizo mucho por los pobres y por los derechos de los trabajadores y de las mujeres, pero también aplicó junto con su marido una política muy autoritaria y con una gran restricción de la libertad de expresión. Sea como sea, su tumba tenía muchas placas instaladas por asociaciones e instituciones como agradecimiento y tributo.
Mausoleo de los Duarte, con la tumba de Evita Perón
Placas en memoria a Evita Perón
Dedicamos casi una hora a deambular por el cementerio de la Recoleta, nos pareció tan interesante por su estética como por toda la historia que encerraba. Después fuimos a una de las calles más distinguidas del barrio, la Avenida Alvear. Aunque de camino al cementerio ya habíamos visto que aquel era un barrio bienestante, en aquella avenida se alineaban las mansiones mas señoriales y los hoteles mas lujosos. Hasta que no visitamos los otros barrios de la ciudad no nos dimos cuenta de lo diferente que resultaba este.
Avenida Alvear
Continuamos caminando hacia al norte de la Recoleta, bajo un sol inclemente. Esta se trata de una zona amplia, con muchos jardines, donde la ciudad deja paso a los museos como el de Bellas Artes o facultades como la de Derecho. En una de las muchas plazas ajardinadas encontramos una curiosa escultura, la Floralis Generica. Como dice su nombre, representa una flor a gran escala, hecha de aluminio y hormigón. Y lo sorprendente es que tiene un sistema que abre la flor por la mañana y la cierra por la noche, como hacen algunas flores en la realidad. Estamos acostumbrados a que las esculturas sean algo estático, así que encontrar algo así nos resultó extraordinario.
Floralis Generica
Dejamos atrás La Recoleta y nos internamos en el norte del barrio de Palermo. Allí hay una gran cantidad de espacios verdes, como el Jardín Japonés o el Jardín Zoológico. Pero empezaba a ser tarde, aunque no se notara por el sol que brillaba, y esos jardines ya estaban cerrados. Así que nos refugiamos del calor en una heladería, Un’Altra Volta. Nos sorprendió que gran parte de los clientes fueran allí a comprar helados a granel, en botes de un par de kilos. Nosotros nos conformamos con un pequeño cono de 14 pesos. Nos fue bien saborear el rico helado y descansar un rato. Empezaban a pesarnos las piernas, estábamos cansados de tanto caminar y de falta de descanso.
Comiendo un rico helado
Seguimos hacia Palermo Soho, un sub-barrio completamente diferente a La Recoleta. Al caminar por sus tranquilas calles nos pareció estar paseando por un pueblo, ya que la gran mayoría de las casas son de una o dos plantas. Estas casitas se hicieron mas predominantes conforme nos internábamos por el casco antiguo de este sub-barrio, Palermo Viejo. Algunas de las casas eran viejas y estaban muy descuidadas, pero la zona se veía llena de comercios, cafés y restaurantes, con mucha gente paseando. Su epicentro es la Plaza Serrano, llena de bares y pubs, pero que aquella hora de la tarde estaba un poco adormilada; seguro que por la noche no cabría ni un alfiler en sus terrazas y mercadillos.
Plaza Serrano, Palermo Viejo
Palermo Soho
Ya estábamos reventados de caminar, así que decidimos ir tirando hacia nuestro alojamiento y cenar por allí. Este estaba en un sub-barrio contiguo, Palermo Hollywood, llamado así por la gran cantidad de productoras de TV que se encuentran allí. Estéticamente es muy similar a Palermo Soho, aunque nos pareció que el estado de las calles y de las casas era en general mas descuidado y raído. Había bastantes restaurantes, así que elegimos uno típicamente argentino, especializado en carne a la parrilla, el restaurante Las Cabras. ¡Que ganas teníamos de probar la famosa carne argentina! Pedimos dos clásicos: bife de chorizo (carne de vacuno parecida al entrecot) y asado de tira (costillar cortado de forma transversal), acompañados de una ensalada verde con queso y picatostes. ¡Los dos estaban deliciosos! Una buena forma de empezar la parte gastronómica del viaje. Junto con una cerveza de 1 L y una limonada, la cena nos costó 282,50 pesos (unos 25 €).
Palermo Hollywood
Nuestra carne a la parrilla argentina
Sobre las 22 h nos fuimos a dormir al hostal. ¡Menos mal que no teníamos que dormir en el aeropuerto! Las 5 horas que dormiríamos las íbamos a agradecer mucho. Después de dos largos vuelos y una visita fugaz a Miami necesitábamos descansar algo, aunque fueran unas pocas horas.

6 comentarios:

  1. Madre mía! vaya pinta tiene el baño :S menos mal que era para unas horas...porque si no... xD

    A mi las empanadillas me encantan!!! que buenas ^_^

    Un saludo

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    1. Si, nosotros ya sabíamos que debía ser un sitio cutre por lo poco que pagábamos. Pero lo del baño era demasiado!
      Las empanadas argentinas son buenísimas, a lo largo de nuestro viaje se convirtió en la base de nuestro almuerzo :P
      Saludos

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  2. Madre mía con la inflacción!! sí que había subido el taxi!!
    Le distéis un buen repaso a una parte de la ciudad a pesar del cansacio!
    Saludos

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    1. Lo de la inflación es escandaloso. Y el precio del taxi no era lo que mas había subido. Algunos precios llegaban a multiplicarse por 10 respecto a los de dos años atrás! :S

      Saludos

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  3. es tan hermoso buenos aires. tienen cosas muy lindas para conocer y un amplio polo gastronómico, la verdad me encanta, con el tema de la inflación, la verdad es que hay precios para todos, es cuestión de buscar y asesorase antes de viajar.

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    1. Hola Andrea,

      Ciertamente Buenos Aires tiene muchos lugares interesantes y nuestro viaje nos dio para muy poco. El tema de los precios nos sorprendió mucho, esperamos que en los próximos años se pueda arreglar el tema de la gran inflación.

      Saludos

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