INDONESIA 10: Bali III, playas, mercados y danza balinesa

5 de agosto de 2014 Este día nos lo tomamos bastante de relax. Primero fuimos a un par de playas del sur de Bali, en concreto las de Kuta y Jimbaran. Nos decepcionaron un poco, lo mejor de esta zona fue el mercado de pescado de Jimbaran. Después fuimos al mercado de Sukawati, un buen sitio para comprar todo tipo de souvenirs. Y acabamos el día dando una vuelta por Ubud y asistiendo a un espectáculo de danza balinesa. En realidad ese día teníamos pensado ir a la región del lago Bratan, en el interior de la isla. Pero tuvimos que cambiar sobre la marcha los planes, ahora os explicamos la razón. Una de las cosas que queríamos hacer alguno de aquellos días en Bali era ver un espectáculo de danza balinesa. Ese día fuimos a la oficina de turismo de Ubud para comprar las entradas con tiempo para el día siguiente, que pensábamos que seria mas de relax. Nos dijeron que solo se podían comprar entradas para las funciones del mismo día, así que decidimos cambiar el orden del planning.
5 de agosto de 2014
Este día nos lo tomamos bastante de relax. Primero fuimos a un par de playas del sur de Bali, en concreto las de Kuta y Jimbaran. Nos decepcionaron un poco, lo mejor de esta zona fue el mercado de pescado de Jimbaran. Después fuimos al mercado de Sukawati, un buen sitio para comprar todo tipo de souvenirs. Y acabamos el día dando una vuelta por Ubud y asistiendo a un espectáculo de danza balinesa.

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En realidad ese día teníamos pensado ir a la región del lago Bratan, en el interior de la isla. Pero tuvimos que cambiar sobre la marcha los planes, ahora os explicamos la razón. Una de las cosas que queríamos hacer alguno de aquellos días en Bali era ver un espectáculo de danza balinesa. Ese día fuimos a la oficina de turismo de Ubud para comprar las entradas con tiempo para el día siguiente, que pensábamos que seria mas de relax. Nos dijeron que solo se podían comprar entradas para las funciones del mismo día, así que decidimos cambiar el orden del planning. Decidimos comprar las entradas para aquella misma tarde e ir al día siguiente a los lagos. De entre la decena de representaciones que se hacían en Ubud aquel día, de diferentes tipos de danza y compañías, elegimos la de danza legong y ramayana de la Bina Remaja (la explicaremos mas adelante en este post). Cada entrada nos costó 80.000 rupias (unos 5 €). Temíamos que hacia la tarde se agotaran, pero cuando asistimos al espectáculo había mucha gente vendiéndolas por la calle.
Como teníamos que estar a media tarde en Ubud para la danza balinesa, nos tomamos el día de relax. Fuimos hacia al sur para ver alguna de las playas que hacen tan famosa a Bali. En los alrededores de Denpasar el tráfico era muy denso, y su trama urbana nos hacía pensar en una ciudad occidental cualquiera. La primera playa a la que queríamos ir era la de Kuta, una de las mas conocidas de Bali. Conforme nos acercábamos a la costa todo se fue llenando de macro-hoteles, restaurantes y centros comerciales enormes. Aquello era radicalmente diferente al Bali que habíamos conocido hasta entonces, el de los arrozales y los templos budistas. La playa de Kuta es una enorme extensión de arena que se alarga varios kilómetros. Nos sorprendió la poca gente que había en ella, tratándose esta época de temporada alta. Entre la arena y los hoteles destinados al turismo de masas había una franja de árboles escuálidos que cobijaban vendedores ambulantes y sobre todo grandes acumulaciones de basura. La playa idílica que teníamos en la cabeza se esfumó de un plumazo.


Playa de Kuta (en las fotos parece mas bonita que in situ...)
Nos fuimos decepcionados hacia otra playa, la cercana Jimbaran. Sus aledaños son totalmente diferentes a los de Kuta, no hay grandes edificaciones ni muchos hoteles. Pero al llegar a la playa tuvimos una sensación similar a lo que nos pasó en Kuta. La playa de Jimbaran era larga y extensa, pero no tenía nada que ver con lo que entendemos por una playa paradisíaca. Si en Kuta había poca gente, en Jimbaran no había casi nadie. Tras la franja de arena había una línea continua de restaurantes de pescado. Y es que todos esos establecimientos se nutren del mercado de pescado de Jimbaran situado al norte de la playa. Como la playa no nos sedujo mucho, nos acercamos al mercado.
Embarcaciones de los pescadores de Jimbaran
Playa de Jimbaran, con Bukit al fondo
Playa de Jimbaran (sí, no había nadie!)
Aunque era cerca del mediodía, todavía había actividad en el mercado de pescado de Jimbaran. Todos los puestos estaban bajo un cochambroso edificio de ladrillo. Allí se vendía todo tipo de marisco y pescado, incluyendo tiburones pequeños. Las condiciones sanitarias del pescado eran mas que justitas, el hielo hacía tiempo que se había derretido y las moscas hacían su agosto. No era muy grande, pero estuvimos un rato deambulando entre los puestos descubriendo peces rarísimos. Fuera del mercado había un servicio de barbacoa, de forma que podías comprar pescado dentro y pagar para que te lo asaran fuera. Nos pareció una buena opción para comer, pero solo para quien tenga tiempo, era un proceso lento (que el día fuera de relax no quería decir nos estuviéramos dos horas para comer!). Nos conformamos con refrescarnos con una Bintang y un coco natural (30.000 rupias).
Vaya tamaño que tiene el marisco!
Tiburones
Pescados diversos
Mercado de Jimbaran
Refrescándonos después de visitar el mercado
Al principio pensábamos ir a una playa mas, en la península de Bukit. Pero visto que las dos anteriores nos decepcionaron decidimos dar por acabado el tema playas e ir hacia el mercado artesanal de Sukawati. María, la valenciana que se hospedaba en nuestro mismo alojamiento, nos contó días atrás que era el mejor sitio para comprar recuerdos en Bali, así que fuimos a comprobarlo. El mercado tenía una parte al aire libre, donde se vendía sobre todo comida y menaje para el día a día de los balineses. Esta es la parte que nos pareció mas interesante. Aunque no era muy grande, era bastante concurrido por balineses para hacer sus compras. Allí compramos para comer unas cuantas sate ayam, las típicas brochetas de pollo con salsa de cacahuete (1.000 rupias cada una). Estaban tan deliciosas que nos vimos “obligados” a comprar mas! De postre compramos una especie de pastelillos hechos con masa de pancake por 2.000 rupias también muy buenos.
Puesto de frutas
Campesinos vendiendo sus productos
Puesto con cajas de mimbre. Fijaros en los chicos de la entrada, llevan el traje típico balinés
Puesto de sate ayam
Sate ayam... que rico!
Pastelillos que comimos de postre
Los puestos de artesanías estaban en dos grandes edificios. Había de todo, simples souvenirs, tallas de madera y sobre todo muchos sarongs y batik. No había casi gente comprando, así que todos los vendedores enseguida se nos abalanzaban deseosos de vendernos algo. Pese a la gran cantidad de puestos que había, después de una larga vuelta vimos que la gran mayoría acababan teniendo lo mismo. La verdad es que compramos bastantes cosas, aunque había que regatear para conseguir un buen precio. Entre ellas, están los regalos que enviamos a los ganadores de nuestro concurso “adivina donde vamos este verano”.
Era media tarde cuando volvimos a Ubud, y como todavía faltaban un par de horas para la danza balinesa fuimos a dar una vuelta por el centro, que todavía no habíamos visto. El epicentro de la ciudad gira entorno del Palacio de Ubud, donde todavía vive la familia real local. Aunque la zona visitable no era muy grande, fue agradable dar una vuelta por sus patios adornados con esculturas, puertas monumentales y frondosos jardines. Después fuimos a dar un vistazo al Pura Taman Saraswati, un bonito templo que albergaba un estanque lleno de lotos. El resto del tiempo lo pasamos paseando por el centro y mirando sus tiendas.
Palacio de Ubud por fuera 
Palacio de Ubud, lugar donde se haría la danza balinesa
Palacio de Ubud
Pura Taman Saraswati
Pura Taman Saraswati
Cuando faltaban casi tres cuartos de hora para que empezara el espectáculo de danza balinesa nos acercamos nuevamente al Palacio de Ubud. Esta danza agrupa un montón de expresiones artísticas tradicionales donde a menudo de fusionan música, danza y teatro. Nosotros veríamos danza legong (el tipo mas refinado de danza, donde tienen mucha importancia los movimientos intrincados de las manos y las expresiones faciales) y ramayana (un tipo de danza teatralizada de origen hindú). Ambas están amenizadas por gamelan, la típica orquesta musical balinesa, compuesta por muchos instrumentos desconocidos para los occidentales. El mas característico es el gangsa, una especie de xilófono formado por barras metálicas.
Nos fue bien llegar tan pronto, pudimos sentarnos a primera fila hacia un lado. Junto con la entrada nos habían dado un folleto donde se explicaba el argumento de la danza que íbamos a ver. Nos fue bien haberlo leído con detenimiento para entender las escenas que se representaban. Antes del legong y de la danza ramayana, el gamelan tocó durante diez minutos un tema instrumental. Fue una buena toma de contacto, ya que así pudimos ver como tocaban los instrumentos sin “distraernos” con la danza. Nosotros estábamos sentados detrás de los músicos que tocaban el gangsa, y flipábamos como movían los dedos y golpeaban las barras de metal para producir música. Ésta nos pareció fascinante y muy diferente a todo lo que habíamos oído hasta entonces, aunque también era un poco hipnótica y al cabo de un rato podía resultar machacona.
Gamelan, con los músicos tocando los gangsa
Después vino el legong, interpretado por dos jóvenes bailarinas. En él se cuenta la historia de Subali y Sugriwa, dos hermanos reyes muy bien avenidos. Pronto surge la disputa entre ellos y son convertidos en monos (ambos caen a un río que tiene este poder, aunque esto no se muestra en la danza). Las bailarinas interpretan a los monos simplemente llevando un arbusto con hojas. Cuando son monos, los hermanos no se reconocen uno al otro y se ponen a luchar hasta que se dan cuenta. Ahí es cuando vuelven a ser humanos. Fue una historia y una danza muy interesantes, aunque a veces costaba enlazar el argumento con el baile.
Danza legong, Subali y Sugriwa
Subali y Sugriwa se pelean al transformarse en monos
Finalmente, la parte mas larga fue la de la danza ramayana, donde actuaban muchos actores, algunos de ellos niños. El argumento gira entorno a la historia de amor entre Rama y la princesa Sita. Todo se tuerce cuando el malvado rey Rahwana se enamora de ella y decide secuestrarla. Para ello se transforma en ciervo y consigue engañar a Sita, que estaba bajo la protección de Laksamana, el hermano de Rama. El pájaro Jatayu intenta liberarla, pero es derrotado por Rahwana. El malvado rey traslada a la princesa Sita a su corte y la rodea de doncellas para que le hagan compañía... y de demonios para que la vigilen. Entonces los hermanos Rama y Laksamana van a liberarla con la ayuda de Hanoman, un gran mono blanco. En el combate final, Rama logra derrotar a Rahwana, y así puede reunirse nuevamente con Sita. Tanto la danza como la historia nos encantaron, con la ayuda del folleto que nos dieron al principio se nos hizo mas o menos fácil poder enlazar ambas
La princesa Sita, acompañada de Rama (izq.) y Laksamana (dcha.), mira a Rahwana transformado en ciervo
Rahwana (en el centro) y un acólito suyo
En resumen, el espectáculo de danza balinesa nos gustó mucho, la verdad es que lo recomendamos a todo el mundo que vaya a Bali. Además, el escenario donde se hizo, el Palacio de Ubud, contribuyó a hacer mas mágica la experiencia. Es uno de los recuerdos mas vivos que nos llevamos de Bali.
Al salir del palacio buscamos un sitio alejado del centro para cenar mas barato que los días anteriores. Enfrente del campo de fútbol dimos con el Warung Nyuh Gading, el restaurante del hostal del mismo nombre. Pedimos babi kecap (cerdo en salsa de soja con verduras) y rendang (un guiso carne de ternera y especias). Ambas cosas estaban muy ricas, aunque la ternera estaba un poco picante. Junto con una cerveza (esta vez, Bali Hail) y un zumo de frutas variadas, costó 118.800 rupias (unos 8 €).
Nuestra cena

2 comentarios:

  1. La verdad es que sí, Kuta, Double six y Seminyak son mucho más bonitas en foto que al natural!! A mí me la que más me gustó fue Padang Padang, y también Dreamland. De hecho pienso que la penísula de Bukit tiene mucho que ofrecer! Para el próximo viaje a Indo....
    Nosotros no fuimos al mercado de Jimbaran pero cenamos allí. Una turistada total, yo siempre prefiero los warungs!!

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    1. Nosotros ese día también íbamos a ver la playa de Dreamland, pero después de la decepción de Kuta y Jimbaran decidimos no ir. Queda pendiente para la próxima vez ;)
      Si, los restaurantes de Jimbaran parecían muy turísticos. El servicio de barbacoa de al lado del mercado no debía funcionar por la noche. Pero nos pareció una buena opción para almorzar.

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