TURQUÍA 6: Capadocia I, Göreme

10 de noviembre de 2013
Aquella jornada empezamos a descubrir las maravillas naturales de la Capadocia en los alrededores de Göreme. Comenzamos admirando las vistas del valle Rosa y Rojo de un fantástico mirador que encontramos de casualidad saliendo de Göreme. Luego fuimos a Çavuşin y visitamos sus dos fantásticas iglesias. Desde allí nos acercamos al Valle Rosa donde hicimos una pequeña excursión. Después regresamos a Göreme a visitar su famoso Museo al Aire Libre. Acabamos la tarde caminando un poco por el Zemi Vadisi.

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Nos despertamos a las 8 después de haber dormido bastante bien. Era curioso que en Göreme la primera llamada a la oración se hacía a las 5 de la mañana, una hora antes que en Estambul, y a todo volumen! Suerte que nos dormimos enseguida otra vez. El desayuno era muy bueno, había varios platos para escoger y todos muy abundantes. El problema es que en teoría empezaba a las 8, pero a esa hora los propietarios iban a hacer la compra, así que no conseguimos desayunar ningún día antes de las 8:45.
Entre unas cosas y otras salimos tardísimo, a las 10 de la mañana. Al poco de salir con el coche ya empezamos a ver las primeras formaciones rocosas tan típicas de la Capadocia. Decidimos salir de la carretera y meternos por un camino para verlas mejor. Llegamos a una gran explanada donde había un par de coches y un autobús, así que pensamos que debía haber algún mirador. Por la zona se elevaban altos pináculos de roca oscura, rodeados por badlands de colores blanquecinos. Todo era impresionante! Seguimos caminando hasta la cresta de una pequeña elevación esperando encontrar vista hacia el otro lado... y la encontramos! La panorámica era increíble! Ante nosotros se extendían las superficies blanquecinas y rosadas de los badlands del Valle Rosa o Güllüdere. El primer contacto con la Capadocia nos dejó extasiados.
primeros paisajes de la Capadocia
curiosos badlands blanquecinos
mirador del Güllüdere
vista de Göreme y, al fondo, Uçhisar
bonitos paisajes cerca de Göreme
Decidimos caminar un poco por la zona, para disfrutar de las vistas y de las formaciones rocosas que pudiéramos encontrar. Abandonamos el camino principal y caminamos por uno de los múltiples senderos que partían de él. Allí aprendimos lo difícil que es hacer senderismo en la Capadocia. Los caminos se acababan repentinamente, o se emparraban por agrestes barrancos, cada dos por tres teníamos que dar media vuelta y coger otro, y al final tuvimos que volver por camino principal. No obstante, pudimos ver las primeras viviendas excavadas en la roca tan típicas de aquí. Un poco más adelante, en la cresta montañosa que nos hacía de mirador pudimos ver los inicios del Valle Rojo o Kızılçukur.
mirador del Güllüdere, con el Kızılçukur hacia la derecha
curioso camino erosionado
rocas con algunas casas trogloditas
Güllüdere
en una casa troglodita
panorámica desde el mirador del Güllüdere, con el Kızılçukur hacia la derecha
Volvimos al coche y fuimos hasta el inicio de Çavuşin, donde estaba la Çavuşin Kilisesi o iglesia del Gran Palomar (8 TL por persona). Es una iglesia bizantina excavada en la roca en cuyo interior destacan sus hermosos frescos. Como la cueva donde estaba la iglesia se derrumbó parcialmente, algunos de los frescos se podían de ver desde fuera, aunque estos se encontraban en mal estado por estar a la intemperie. Los frescos del interior decoraban toda la iglesia y eran fascinantes. Nos sorprendió ver que las personas representadas tenían la cara rayada, estaban prácticamente irreconocibles. Los responsables no fueron los musulmanes sino los mismos bizantinos: el emperador León III llegó a la conclusión que la rápida expansión del Islam se debía a que no había culto a las imágenes santas como el cristianismo, las cuales eran unas intermediarias que dificultaban la comunión entre el fiel y su dios. De forma que prohibió el culto a las imágenes y mandó destruir las que existían. Este se conoce como el periodo iconoclasta, y afectó a muchas de las iglesias cavernícolas de la Capadocia. Como aquella fue la primera iglesia de este estilo que visitamos nos gustó mucho.
acantilado donde está la Çavuşin Kilisesi
entrada de la Çavuşin Kilisesi
frescos del interior
detalle de un fresco
habitación aledaña a la iglesia
Sin salir de Çavuşin, un poco más adelante paramos a ver la Vaftizci Yahya Kilisesi o Iglesia de San Juan Bautista. Estaba situada en un gran acantilado rocoso, lleno de viviendas trogloditas abandonadas. En la anterior iglesia no habíamos encontrado apenas visitantes, por que todos debían estar allí! Varios autobuses descargaban riadas de turistas que empezaban a curiosear por los muchos puestos de souvenirs que los esperaban ansiosos. Empezamos a subir hacia el acantilado, desde donde vimos, como en el caso anterior, que la entrada de la iglesia se había desmoronado y dejaba ver parte de su interior. Para acceder a la iglesia no se tenía que subir por la montaña, había que rodearla siguiendo los puestos de recuerdos y los hoteles, la verdad es que no estaba muy bien señalizado.
acantilado de la Vaftizci Yahya Kilisesi y los puestos de souvenirs
acantilado con viviendas trogloditas
entrada desmoronada de la Vaftizci Yahya Kilisesi
La iglesia de San Juan Bautista es una de las más antiguas de la Capadocia y se construyó en el siglo VI. Los frescos de su interior están en muy mal estado, en parte por el vandalismo, los de la Çavuşin Kilisesi nos parecieron mas chulos. Pero también vale la pena de visitar, por el espectacular acantilado donde está emplazada y sus viviendas cavernícolas.
Vaftizci Yahya Kilisesi
frescos del interior
paisajes desde lo alto del acantilado
En Çavuşin vimos un cartel que indicaba el Valle Rosa (Güllüdere), por el que queríamos hacer alguna excursión. Avanzamos en coche por una pista de arena hasta que en una bifurcación vimos que indicaba “rose valley” hacia los dos caminos. Cogimos el primero, avanzamos todo lo que pudimos con el coche y después empezamos a caminar por un sendero ancho. El sitio era bonito, con badlands rosados de relieve suave, aunque no era tan espectacular como cuando lo vimos horas antes desde el mirador. El sendero fue siguiendo un valle hasta que llegamos hasta la cabecera donde desaparecía. Parecía que había que seguir escalando un risco, pero era un poco peligroso. Encontramos la alternativa de un túnel que parecía excavado en la roca por el que había que avanzar a gatas, pero no veíamos el final, así que también lo desechamos. Una vez más, vimos lo complicado que era ser excursionista en la Capadocia.
Güllüdere
Volvimos al coche y probamos con la otra bifurcación. Empezamos a caminar por un sendero que discurría por un valle más profundo, con muchos álamos y juncales. Al cabo de un rato dimos con una iglesia excavada en lo alto de un risco, era la Üç Haçlı Kilise o Iglesia de las Tres Cruces, llamada así por las grandes cruces de Malta esculpidas en el techo. Los frescos del interior estaban muy deteriorados, pero las cruces y los relieves eran muy interesantes. Seguimos caminando y llegamos a una zona ensanchada del valle, con campos de cultivo. Desde allí las formaciones rosáceas que dan nombre al Güllüdere eran más bonitas que nunca. Aquel ramal del Valle Rosa nos gustó más.
entrada de la Üç Haçlı Kilise
cruces de Malta en el techo de la Üç Haçlı Kilise
frescos en la Üç Haçlı Kilise
Güllüdere
Volvimos al coche y proseguimos por el camino que se dirigía hacia el Valle Rojo (Kızılçukur). A medio camino encontramos un puesto de souvenirs y de comida justo al lado del camino cuyo propietario nos indicó que paráramos. Nos dijo que no se podía continuar mas allá en coche y que si queríamos aparcar allí teníamos que pagar o comprar algo de su tienda. Vaya piratilla! Se había montado allí su tinglado y se creía que era el rey del lugar. Obviamente nos negamos a darle ni una lira y nos marchamos. De todas formas, ya se nos hacía tarde y solo nos hubiera dado tiempo a asomarnos rápidamente al Valle Rojo.
Nuestra siguiente parada en la jornada fue uno de los lugares más populares de la Capadocia, el Museo al Aire Libre de Göreme (Göreme Açık Hava Müzesi). Como bien dice el nombre, es un museo al aire libre que agrupa una gran cantidad de iglesias bizantinas excavadas en la roca, algunas en un excelente estado de conservación. Era cerca del mediodía y no habíamos comido nada, así que decidimos almorzar algo antes de entrar. Pensamos que en la entrada del museo nos sablearían por comer, pero en el primer parking (que por cierto es gratuito, al contrario de lo que habíamos leído) había un sitio sencillo donde nos sirvieron 2 gözlemes por 12 liras (4 €). El gözleme es una especie de pancake que se puede rellenar de varias cosas, en nuestro caso uno de patata y otro de queso (este fue el mas rico).
almorzando unos gözleme
Después de pagar las 15 TL cada uno de la entrada, iniciamos la visita en el Museo al Aire Libre. Lo primero que vimos fue una gran mole de roca agujereada de diferentes dependencias, era el Kızlar Manastırı o Monasterio de las Monjas. Curiosamente, enfrente había otra roca donde los monjes tenían su propio monasterio. La primera iglesia a la que entramos fue Aziz Basil Şapeli o Capilla de San Basilio, con unos frescos un poco desvaídos, excepto uno del propio santo y de San Jorge. La siguiente tenía unos frescos mejor conservados, era la Elmalı Kilise o Iglesia de la Manzana. Tenían un gran colorido y realismo. Durante el periodo iconoclasta bizantino muchas de las paredes fueron despojadas de sus frescos y substituidos por motivos geométricos.
Göreme Açık Hava Müzesi
Kızlar Manastırı
Aziz Basil Kilisesi
Elmalı Kilise
Elmalı Kilise, zona donde se destruyeron los frescos
Como se ve, la visita al Museo de Göreme era una sucesión de iglesias cavernícolas, unas más interesantes y otras menos. La siguiente era la Azize Barbara Şapeli o Capilla de Santa Bárbara, con pocos frescos no muy interesantes. A continuación vimos la Yılanlı Kilise o Iglesia de la Serpiente, que tiene el curioso fresco de San Onofre, del que se dice que era una mujer que se transformó en hombre por el ayuno que hizo al hacerse ermitaño. Como la zona funcionaba como un gran complejo monástico, había también un refectorio con una larga mesa y asientos, ambos excavados en la roca.
Göreme Açık Hava Müzesi
Azize Barbara Şapeli
Yılanlı Kilise
Pero sin duda la iglesia más interesante es la Karanlık Kilise o Iglesia Sombría, pero eso hacen pagar un suplemento de 8 TL. Pero vale mucho la pena, el espectáculo de frescos tan bien conservados eran dignos de ver. El Museo al Aire Libre de Göreme nos gustó mucho, aunque al final se hacía un poco pesado tanta iglesia. Le dedicamos algo más de una hora, ya que hay muchas iglesias pero se ven rápido (para evitar aglomeraciones, en muchas te marcan una estancia máxima de 2 minutos).
Göreme Açık Hava Müzesi, con la Karanlık Kilise al fondo
entrada de la Karanlık Kilise
frescos de la Karanlık Kilise
Pero todavía no habíamos acabado del todo de ver iglesias. Fuera del recinto estaba la Tokalı Kilise o Iglesia de la Hebilla, para entrar hace falta el ticket del museo. Esta es otra de las iglesias más interesantes e impresionantes. Sus frescos también están muy bien conservados, y en ellos predomina un bello color azul. Además la iglesia es mucho más grande por dentro que las del museo, ya que la mayoría de ellas no son más que simples capillas.
Tokalı Kilise
Eran alrededor de las 5 de la tarde y solo nos quedaba una hora de sol, así que decidimos ir al cercano Valle de Zemi o Zemi Vadisi para dar un vistazo, sin saber mucho lo que nos encontraríamos. Hay que apuntar que el Zemi Vadisi a veces se le llama incorrectamente “Valle del Amor”, el auténtico es un valle que sale cerca de Çavuşin y llega a Uçhisar. Con el coche recorrimos una pista bastante buena que recorría el valle. Lo dejamos en una curva para seguir caminando en dirección de un cartel que señalaba el Görkündere, un valle lateral. Después de andar un trozo nos topamos con un grupo de una decena de chimeneas de hadas, las curiosas formaciones geológicas tan famosas en la Capadocia.
Görkündere
Como era tarde no seguimos mucho tiempo caminando, volvimos al coche y avanzamos un poco más por el Zemi Vadisi, hasta que la pista se hizo impracticable y tuvimos que aparcar. La pista se transformó rápidamente en un camino que iba paralelo a un riachuelo con frondosos álamos y abundante vegetación acuática. Nos cruzamos con una chica que iba por allí sola, según nos explicó había ido caminando desde Göreme hasta a allí para coger uvas (nos intercambiamos miradas de estupefacción). El paisaje no era muy bonito, pensábamos que veríamos las típicas formaciones rocosas y no fue así. Al cabo de otro rato nos encontramos a un chico que nos dijo que faltaban 15 minutos de caminata hasta una iglesia, pero tras caminar ese tiempo no encontramos nada. Como oscurecía rápidamente volvimos hacia el coche. En el camino de vuelta volvimos a encontrarnos a la chica de las uvas. Se llamaba Esta, era de Estonia y salía con un chico turco que regentaba un restaurante en Göreme. Nos ofrecimos a llevarla en coche a Göreme, propuesta que ella esperaba fervientemente.
Zemi Vadisi
Volvimos al hotel a ducharnos y descansar un poco, tras lo cual salimos a cenar a Göreme. Decidimos ir a un restaurante un poco más caro que las anteriores noches, el Sedef Restaurant. Como en otros restaurantes, nos regalaron unos mezze para picar. Después Neus pidió uno de los platos estrella de muchos restaurantes turcos, el testi kebap: es una especie de guiso de ternera con verduras que se cuece dentro de una vasija de barro cerrada, de forma que para comer el contenido hay que romperla. El camarero ayudó a Neus a romper su vasija dándole un golpe seco por una comisura, liberando así su contenido. Davíd por su parte pidió kiremitte de pollo y queso, una especie de guiso servido en una pequeña cazuela. El testi kebap nos dejó un poco indiferentes, era un simple estofado de ternera cocinado de una forma espectacular. En cambio, el kiremitte nos gustó mucho. En total la cena nos salió por 52 TL (19 €).
testi kebap
un golpe certero y...
...voilà!
kiremitte
Al volver al hotel fuimos a la sala común para descansar y conectarnos al wifi (en las habitaciones había muy poca señal). Y los propietarios tuvieron un detallazo: nos sirvieron un plato de fruta fresca cortada, con melón, manzana y kiwi. Nos sentó la mar de bien!

2 comentarios:

  1. Preciosa la iglesia Karanlık Kilise, que pinturas!!
    Nosotros hicimos Turquia en viaje organizado, eran otros tiempos. Ahora con la experiencia viajera nos pillaríamos una ruta parecida a la vuestra.

    Seguimos en contacto.
    Un abrazo
    http://www.siemprejuntosporelmundo.com

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    1. Si, eran preciosas! Había que pagar un suplemento pero realmente valía mucho la pena.
      Turquía es el gran destino de los viajes organizados: son baratos, esta cerca de España y ves una cultura y unos paisajes muy diferentes. Nosotros nos encontramos grupos de españoles en todos lados! La verdad es que estuvimos tentados en coger un viaje organizado, eran baratísimos! Pero tenéis razón que siempre que se pueda es mejor viajar por libre.
      Abrazos

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