TURQUÍA 7: Capadocia II, Soğanlı

11 de noviembre de 2013 Esta jornada nos alejamos de Göreme y fuimos al valle de Soğanlı, con las típicas iglesias excavadas en la roca. Por el camino visitamos el espectacular Kale de Üçhisar, el valle de las Palomas y las ciudades de Ürgüp, Mustafapaşa y Ortahisar. Acabamos el día en el mirador Sun Set, con unas vistas increíbles del Valle Rojo. Aquel día nos esperaba un largo viaje en coche hasta Soğanlı, de forma que intentamos desayunar pronto. Una vez listos, salimos de Göreme en dirección sur y al poco empezamos a ver al lado de la carretera miles de puestos de souvenirs y autocares parados, señal inequívoca que había algo interesante por allí.
11 de noviembre de 2013
Esta jornada nos alejamos de Göreme y fuimos al valle de Soğanlı, con las típicas iglesias excavadas en la roca. Por el camino visitamos el espectacular Kale de Üçhisar, el valle de las Palomas y las ciudades de Ürgüp, Mustafapaşa y Ortahisar. Acabamos el día en el mirador Sun Set, con unas vistas increíbles del Valle Rojo.

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Aquel día nos esperaba un largo viaje en coche hasta Soğanlı, de forma que intentamos desayunar pronto. Una vez listos, salimos de Göreme en dirección sur y al poco empezamos a ver al lado de la carretera miles de puestos de souvenirs y autocares parados, señal inequívoca que había algo interesante por allí. Decidimos parar en un sitio indicado como Göreme Panorama. Se trataba de un bonito mirador, con unas vistas fantásticas del propio Göreme y de la vecina Üçhisar, donde se empezaba a insinuar el Valle de las Palomas. Un sitio en el que vale la pena detenerse.
vista de Göreme desde de el Göreme Panorama
vista con Üçhisar al fondo
vista desde el Göreme Panorama
Continuamos un poco más por la carretera hasta Üçhisar, dominado por su imponente Kale, un peñasco de roca lleno de antiguas viviendas trogloditas. Aparcamos al norte del Kale y subimos hacia él caminando por el pueblo. En el camino vimos de cerca las características viviendas excavadas en la roca, algunas todavía en uso. Tardamos un buen rato en subir hasta la entrada del Kale, pensamos por un momento que hubiera sido buena idea de entrar en coche a Üçhisar y aparcar por allí, pero el paseo fue agradable.
paisajes cerca de Üçhisar
Kale de Üçhisar
vivienda troglodita
En el Kale nos cobraron 5 TL por entrar, pero vale la pena. Nos pensábamos que se podría visitar alguna de las viviendas, pero estaban todas acordonadas por el riesgo de desprendimientos. La entrada da derecho a subir al fantástico mirador que hay en lo alto del Kale, que tiene unas vistas de 360º de la región. La vista más interesante era hacia el noreste, donde se veía Göreme y los badlands rosados del Valle Rosa. También se insinuaba el comienzo del valle de las Palomas, que veríamos después, y el monte Erciyes, un volcán de casi 4.000 m situado al sur de Kayseri.
vista desde el Kale de Üçhisar
panorámica
Bajamos por el Kale por su lado oeste, todo un gran acierto! Durante el camino de bajada pudimos disfrutar de las mejores vistas del propio Kale. Nos quedamos sin palabras contemplando los enormes pináculos de roca, horadados por antiguas viviendas hoy abandonadas. Tardamos un buen rato en bajar, nos resistíamos en abandonar un sitio tan bello y mágico! Üçhisar es sin duda uno de los sitios imprescindibles de la Capadocia.



Kale de Üçhisar
Nuevamente en el coche, salimos de Üçhisar y paramos nuevamente en los alrededores para ver las vistas del Valle de las Palomas o Vasil Dere. Es un hermoso valle con rocas de tonalidades blanquecinas, con iglesias y casas excavadas aquí y allá. Sin duda, es uno de los valles más bonitos de la Capadocia, y más teniendo a lo lejos la silueta del Kale de Üçhisar.
Vasil Dere
Vasil Dere, con Üçhisar al fondo
Vasil Dere
Vasil Dere y Üçhisar
Dejamos Üçhisar y tomamos la carretera hacia Ürgüp, una de las ciudades más importantes de la Capadocia junto a Nevşehir. Unos kilómetros antes de llegar volvimos a ver un gran aparcamiento al lado de la carretera lleno de turistas y de puestos de souvenirs. El sitio se llamaba Çatalkaya y decidimos parar para echar un vistazo. Todas las cámaras de los turistas se dirigían hacía un grupo de tres chimeneas de hadas, que nos hicieron cierta gracia aunque tampoco eran muy espectaculares.

Çatalkaya
Ya no volvimos a parar más hasta llegar a Soğanlı. El camino se nos hizo largo, tardamos una hora recorriendo carreteras serpenteantes que atravesaban estepas áridas. Antes de llegar al pueblo de Soğanlı, un hombre que había al lado de una barrera nos hizo pagar 5 TL a cada uno. Un poco más adelante encontramos el pueblo donde comienza un yacimiento formado por un conjunto de iglesias excavadas por monjes ermitaños entre los siglos IX y XII. El emplazamiento de las iglesias era espectacular, estaban excavadas en las laderas de unos peñascos rocosos, de la misma forma que habíamos visto en Üçhisar.
Soğanlı
Decidimos ir visitando las iglesias en coche para ir más rápido. La primera de ellas era la Tahtalı Kilise o iglesia de Santa Bárbara, en cuyo interior había algunos frescos interesantes. La siguiente, la Geyikli Kilise o iglesia del Ciervo, estaba en muy mal estado. Aunque era interesante el refectorio excavado en el que comían los monjes de la zona. Éramos prácticamente las únicas personas visitando las iglesias, excepto un par de hombres de mediana edad que también iban en coche de alquiler como nosotros.
entrada de la Tahtalı Kilise
frescos de la Tahtalı Kilise
vista general de la capilla de Tahtalı Kilise
entrada de la Geyikli Kilise
refectorio cerca de la Geyikli Kilise
Para visitar las siguientes iglesias teníamos que ir por otro valle diferente, ambos confluían en el pueblo de Soğanlı. Paramos para ver la Karabaş Kilisesi o iglesia de la Cabeza Negra, situada en un gran complejo monástico excavado en la roca bastante interesante. En la iglesia estaban bien conservados algunos frescos, aunque los que quedaban a baja altura habían sido víctimas del vandalismo; era curioso que muchas inscripciones estaban hechas en griego y fechadas en el siglo XIX, en esa época también había gamberros! Después paramos en la Yılanlı Kilise o iglesia de la Serpiente, situada también en un monasterio y con frescos bien conservados. Sin duda, estas dos últimas iglesias fueron las mejores que vimos en Soğanlı.
Karabaş Kilisesi y su monasterio
Karabaş Kilisesi, interior
Karabaş Kilisesi, frescos
Yılanlı Kilise
Yılanlı Kilise, frescos
Quedaban por ver un par de iglesias más, a las que se accedía por un sendero que ascendía hacia la montaña. Quizás hubieran resultado interesantes, pero decidimos que ya habíamos visto suficientes. Soğanlı nos dejó una sensación de “más de lo mismo”. Después de haber visto las iglesias del Museo al Aire Libre de Göreme y la de Çavuşin, las de Soğanlı no aportaban mucho más a unos profanos en la materia como nosotros.
Antes de abandonar Soğanlı, vimos un conjunto de puestos de souvenirs que vendían lo mismo: muñecas. Y es que allí es muy típico vender un tipo de muñeca vestida con traje tradicional. Al acercarnos un poco a verlas, las mujeres de los puestos salieron de su hibernación y se pusieron a ofrecernos como locas sus muñecas: “eit lira!”, “sics lira!”, “noooo, faif lira!”... Se iban regateando entre ellas! Al final nos fuimos porque no teníamos intención de comprar, pero nos las llegaron a ofrecer por solo 4 liras (1,5 €).
Volvimos hacia el centro de la Capadocia y paramos en un pueblo por el que habíamos pasado a la ida, Mustafapaşa. Este es uno de los pueblos con más encanto y singulares de la región. Estuvo habitado mayoritariamente por griegos hasta bien entrado el siglo XX, cuando se produjo un intercambio de población entre Grecia y Turquía, de forma que la mayoría de los griegos de Turquía fueron expulsados del país. Los griegos en general eran bien estantes, vivían en casas de piedra muy decoradas, como las que se pueden ver en Mustafapaşa. Un buen ejemplo es la puerta finamente esculpida de la Şakir Paşa Medresesi, una madrasa que aprovechó el edificio de un caravasar.
Şakir Paşa Medresesi, Mustafapaşa
Dimos un paseo por el pueblo para ver las singulares casas de origen griego, algunas rehabilitadas y habitadas y otras a punto de desmoronarse. Un testimonio del origen griego de Mustafapaşa es la Ayios Konstantinos-Eleni Kilise o Iglesia de San Constantino y Elena, un templo ortodoxo situado en pleno centro. Lo que más destacaba era el dintel de su puerta, decorado con racimos de uva policromados y una inscripción en griego. Pagamos 2 liras para visitar el interior, pero este estaba en obras y no valía nada la pena.
Mustafapaşa
casas griegas
Ayios Konstantinos-Eleni Kilise
inscripción en la Ayios Konstantinos-Eleni Kilise
Estuvimos media hora paseando por Mustafapaşa y nos gustó porque era algo diferente a lo que habíamos visto hasta entonces en la Capadocia. Aprovechamos para comer en un döner kebab, en el que aprendimos a decir “paket” para indicar que lo queríamos para llevar.
Continuamos nuestra ruta hacia al norte hasta Ürgüp, una ciudad bastante grande con un núcleo antiguo con las típicas casas trogloditas. Precisamente aparcamos el coche en un parking público situado al lado de un acantilado con muchas de esas casas. Dimos una vuelta por el casco antiguo y subimos hasta lo alto de uno de los acantilados, donde hay un mirador gratuito. Las vistas no son nada del otro mundo, básicamente se ve la propia ciudad. La verdad es que Ürgüp es un lugar prescindible, sin mucho que ver.
mercado en Ürgüp
mirador de Ürgüp
barrio antiguo de Ürgüp
casas del barrio antiguo
Abandonamos Ürgüp y nos encaminamos hacia Göreme. Al poco de salir de la ciudad vimos un desvío que indicaba “viewpoint”, así que la curiosidad nos pudo y nos desviamos para ver donde llevaba. Y fue una de las mejores decisiones que tomamos aquel día! Tras pagar 2 liras por persona, la carretera nos llevó a un lugar llamado Sun Set, un mirador para turistas desde donde había vistas del Valle Rojo o Güllüdere. Y que vistas! Ante nosotros se extendía la cabecera de este valle, con sus rocas rojizas tan particulares creando un escenario único. No se puede describir con palabras la belleza de aquel lugar.



vistas del Güllüdere desde el mirador Sun Set
Eufóricos por las maravillas que estábamos contemplando, decidimos empezar a caminar por uno de los senderos que salían del mirador. Parecía que a través del sendero se podía recorrer todo el valle o enlazar con el cercano Valle Rosa. Hubiera sido una gran excursión, pero nosotros no teníamos tanto tiempo, en menos de una hora oscurecería. Así que tomamos un camino que descendía al fondo del valle y subimos por otro que encontramos más adelante, llegando nuevamente al mirador. Justo a tiempo para contemplar otro espectáculo: la puesta de sol sobre el Valle Rojo. Las luces del atardecer realzaban el rojo propio de las rocas del valle, produciendo un efecto fantástico. Debía ser algo conocido, porque un ejército de turistas estaba esperando ese momento en el mirador con sus cámaras y trípodes. Sin duda, este nos pareció uno de los mejores miradores de la Capadocia, y un buen punto de inicio de interesantes trekkings.
caminando por el Güllüdere
iniciando el descenso al Güllüdere
atardeciendo en el Güllüdere...
...bañando de luz roja las rocas del valle
panorámica del Valle Rojo
Apenas quedaba luz solar, pero decidimos acercarnos a dar un vistazo a la cercana Ortahisar. El pueblo está dominado por un Kale similar al de Üçhisar, pero más pequeño y alto. Fuimos subiendo por unas escaleras estrechas y empinadas hasta el primer mirador, donde había vista del pueblo y poco más. Como ya era casi de noche decidimos no hacer el esfuerzo de llegar hasta la cima. Nos hubiera hecho falta una horita más de luz solar para ver Ortahisar como ser merecía.
Ortahisar y su Kale
vistas desde el Kale de Ortahisar
Así concluimos la jornada turística del día, contentos de cómo había ido. Volvimos al hotel de Göreme a descansar un poco y después salimos a cenar por allí. Nos quedamos en el Cappadocia Pide House, donde pedimos karides güveç, una especie de estofado de gambas, y sac tava, un guiso de ternera (hemos averiguado que es un plato que come el novio la noche antes de la boda!). El guiso estaba bueno, pero las gambas un poco sosas (el mar está bastante lejos…). Junto con un par de copas de vino (un día es un día!), la cena nos salió por 55 TL (unos 20 €).
cenando en el Cappadocia Pide House
karides güveç
sac tava

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