18 de Octubre de 2012
Ese día abandonaríamos Bucovina para explorar otra de las regiones rurales más interesantes del país, Maramureş. Empezando por el puerto de Prislop, nos adentraríamos por el valle de Iza para ver sus paisajes y sus iglesias de madera (como las de Ieud, Rozavlea o Bârsana), y acabaríamos el día en el famoso cementerio alegre de Săpânţa.
Ver Rumanía 7: Maramure? I en un mapa más grande
Pese a que teníamos otra jornada de coche larga, no nos levantamos muy temprano. Para pagar tuvimos que llamar a la propietaria de la Pensiunea Boculet, quien nos envió a la misma chica que dos días atrás. Después de un sencillo desayuno en Gura Humorului, iniciamos la jornada. La región de Maramureş está formada por diferentes valles, separados del resto de Rumanía por los Cárpatos. Nosotros accedimos por la ruta del este, la que viene de Bucovina. El viaje se nos hizo un poco pesado, ya que aunque no son muchos kilómetros, la carretera no es muy buena, sobre todo cuando se coge la 18, llena de profundos socavones que hay que ir sorteando lentamente. Por esta ruta, se entra a Maramureş por el Pasul Prislop, un puerto de montaña a más de 1400 m de altitud con unos paisajes fantásticos de las primeras colinas de Maramureş.
paisajes cerca del Pasul Prislop
paisajes cerca del Pasul Prislop
paisajes cerca del Pasul Prislop
El primer valle que encontramos bajando del puerto de Prislop fue el de Vişeu. Aquí se encuentra Staţiunea Borşa, un importante centro de vacaciones y de esquí de la región, por lo que no tiene nada que ver con el Maramureş tradicional, que vimos más adelante: campos de cultivo, pastos con animales, viejecitas de las aldeas, carros tirados por caballos, bosques...
Staţiunea Borşa
La carretera seguía hasta Vişeu de Sus, famoso por su popular ferrocarril de vapor que discurre por el valle de Vaser. Nos hubiera gustado ir pero son 12 h de viaje y se necesita un día entero. En vez de eso, nos desviamos en Moisei para internarnos por el valle de Iza, paralelo al de Vişeu. En este valle y en el resto de Maramureş hay muchas iglesias de madera, construidas entre los siglos XVII y XVIII tras la prohibición de que se erigieran iglesias ortodoxas de piedra. Ocho de esas iglesias han sido declaradas patrimonio de la humanidad de la Unesco. La de Bogdan Vodă no era una de ellas, pero como nos venía de camino nos paramos para verla. La Biserica de lemn Sf. Nicolae, del siglo XVIII, tenía una gran puerta de madera tallada, muy típica de la región. El recinto estaba abierto, pero la iglesia no. Aprovechamos para comer algo en unos bancos soleados que había al lado.
paisaje del valle de Iza
Biserica de lemn Sf. Nicolae, Bogdan Vodă
Biserica de lemn Sf. Nicolae, Bogdan Vodă
A continuación nos desviamos hacia Ieud para ver la Biserica de lemn din Deal, una de las dos que tiene el pueblo, patrimonio de la humanidad de la Unesco. Además de ser la iglesia de madera más antigua de Maramureş (siglo XIV), también albergó el documento más antiguo que se conserva en lengua rumana. Se encuentra en una colina y está rodeada de un cementerio, en aquel momento lleno de señoras engalanando las tumbas de sus difuntos. A diferencia de la de Bogdan Vodă, la de Ieud sí que parecía antigua, tenía la madera ennegrecida por el paso del tiempo. La puerta estaba abierta, ya que había una mujer realizando trabajos de restauración. El interior era oscuro, ya que las ventanas eran minúsculas, pero se podían apreciar los fantásticos frescos que adornaban las paredes.
Biserica de lemn din Deal, Ieud
Biserica de lemn din Deal, interior
Continuando con nuestro viaje por el valle de Iza, nos encontramos con otra iglesia de madera, la de Rozavlea. Fue construida en el siglo XVIII en otro sitio y trasladada a Rozavlea cuando su anterior iglesia fue destruida. Estaba cerrada, y para que vinieran a abrirla había que llamar a un teléfono móvil. Pero después de unos cuantos intentos sin respuestas desistimos, una lástima ya que el interior tenía unos frescos interesantes que nos quedamos sin ver.
Biserica de lemn, Rozavlea
típico carro tirado por caballos
La siguiente parada de la ruta fue el Mănăstirea Bârsana, un monasterio moderno de los años 90. Sin embargo, está entre las iglesias reconocidas por la Unesco, no tanto por su antigüedad sino por el esfuerzo de mantener vivo el arte de hacer iglesias de madera con el estilo de antaño. Es por eso que tiene una escuela donde se enseña a los artesanos las antiguas técnicas de construcción. El monasterio está construido entre unos cuidados jardines, con distintos edificios muy separados entre ellos. Nos sorprendió que todos estuvieran construidos siguiendo el estilo de las iglesias, aunque no fueran instalaciones religiosas. Había una iglesia de madera del mismo estilo de las que habíamos visto hasta entonces, pero con su madera nuevísima. Dimos una vuelta para ver un poco todo el monasterio, que nos gustó pese a lo moderno que era.
Mănăstirea Bârsana
Mănăstirea Bârsana
Mănăstirea Bârsana
Luego tuvimos que conducir un par de horas hasta Săpânţa, nuestro último destino de aquel día. Antes atravesamos la ciudad de Sighetu Marmației, que nos pareció otra de esas ciudades rumanas polvorientas sin interés. Săpânţa es muy conocida por el Cimitirul Vesel, el cementarlo alegre. En 1935 el tallista Stan Ioan Pătraş empezó a hacer para el cementerio cruces pintadas de azul, acompañadas de ingeniosos epitafios de su invención. En ellas también se pintaban con alegres colores retratos de los difuntos o escenas de su vida cotidiana o de su oficio. Las creaciones de Pătraş tuvieron mucho éxito, de forma que todos los habitantes del pueblo prefirieron sus cruces a las típicas. El resultado es el actual cementerio de Săpânţa, lleno de unas cruces de vivos colores que nos aleja del triste momento de la muerte.
cementerio alegre de Săpânţa
El cementerio no nos pareció muy grande, así que dimos un paseo para ver sus curiosas cruces. Lo mas curioso eran las pinturas que había en ellas, donde se podía ver el difunto realizando su oficio, rezando en su casa, o incluso el motivo de su muerte (en una se veía al difunto atropellado por un coche). Una de las tumbas era la del propio Pătraş, hecha por él mismo y decorada con un retrato suyo. Los epitafios estaban escritos obviamente en rumano, pero eran en general jocosos (“aquí descansa mi suegra, si hubiera vivido otro año más, yo ocuparía su lugar”). Seguramente no debían gustar a todos los clientes...
cementerio alegre de Săpânţa
cementerio alegre de Săpânţa
cementerio alegre de Săpânţa
El cementerio Săpânţa nos gustó mucho, es un lugar muy curioso. Al salir fuimos a ver el museo que hay en la antigua casa de Pătraş. Había algunos objetos personales, fotografías antiguas, algunos diseños de cruces... pero no valía mucho la pena.
Como empezaba a anochecer decidimos ir hacia Vadu Izei, donde estaba nuestro alojamiento para aquella noche, Casa Muntean. Es un establecimiento familiar, con unas cuantas habitaciones que comparten el mismo baño. Nuestra habitación estaba bien, con el suelo de parquet y poco decorada. Lo peor era el baño, para ser un baño compartido estaba muy mal, se caía a trozos. Aunque por 72 lei los dos no se podía pedir mucho.
nuestra habitación en Casa Muntean, Vadu Izei
Como era tarde y en Vadu Izei no había muchos restaurantes decidimos quedarnos a cenar en la misma Casa Muntean. El menú no se podía escoger, pero cenamos bien (55 lei): sopa tipo bors con verduras, ensalada de pepino, carne de vaca estofada con patatas y pastel casero de chocolate. Y para bajar la comida nos trajeron una botella de Țuică, un fuerte licor de frutas que se hace en la región.
bebiendo Țuică antes de cenar
Qué genial, nos está viniendo de lujo vuestro blog porque queremos hacer Maramures esta primavera. La otra vez nos centramos en Transilvania y nos quedó pendiente esta zona. Super bueno el blog, un montón de datos prácticos bien interesantes, muchas felicidades!
ResponderEliminarHola!
EliminarMuchas gracias, nos encanta que te guste el blog y te sea útil. En este viaje iréis a la Rumanía mas rural, que es tan o mas interesante que Transilvania. A nosotros el país nos encantó, así que no descartamos volver algún día.
Saludos