Los viajes de David y Neus: RUMANÍA 8: Maramureş II

19 de Octubre de 2012

Esa jornada visitaríamos la parte sur de Maramureş, que corresponde al valle del Mara. A parte de contemplar los bucólicos paisajes rurales de la región, veríamos las iglesias de madera de Deseşti, Budeşti y Șurdeşti, para después salir de la región por el puerto de Gutâi. Finalmente haríamos noche en Gherla, cerca de Cluj-Napoca, que visitaríamos al día siguiente.

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Siguiendo la tendencia de los últimos días nos levantamos tarde, así que no perdimos tiempo en desayunar. Fuimos directamente hasta el primer punto de interés de día, la Biserica de lemn de Deseşti, una de las iglesias de madera inscritas en la lista del patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Por fuera, la iglesia de Deseşti tenía una forma muy similar a las otras que habíamos visto, pero lo interesante estaba dentro. Para entrar tuvimos que ir hasta una casa cercana para pedir que nos abrieran la puerta. Y la verdad es que el interior vale mucho la pena: se habían conservado de una forma fabulosa sus frescos del siglo XVIII. Era la primera vez que conseguíamos entrar dentro de una iglesia de madera rumana de las protegidas por la Unesco y no nos defraudó.

Biserica de lemn de Deseşti

Biserica de lemn de Deseşti, interior

Bajando de la iglesia, en el mismo pueblo de Deseşti, vimos una cafetería de pueblo donde pensamos desayunar algo caliente. Era un sitio muy típico, y su clientela la componían casi exclusivamente las típicas viejecillas que llevaban el pañuelo en la cabeza. A éstas les hacía mucha gracia nuestro rumano rudimentario, nos miraban y se reían mucho cuando decíamos “buna ziua”, “mulţumesc” o “cafea cu lapte”.

Además de las iglesias protegidas por la Unesco, el valle del Mara alberga un sinfín de iglesias de madera, cada pueblo tiene como mínimo una. Así que decidimos buscar alguna más mientras recorríamos los paisajes de este bello valle. Pero no fue una tarea fácil ya que, fuera de las iglesias más turísticas, las otras no estaban señalizadas. Buscamos sin éxito las de Ocna Șugatag y Călineşti, pero al menos tuvimos la recompensa de unos paisajes rurales excepcionales.

pastos en Ocna Șugatag

paisajes en Ocna Șugatag

pastos en Călineşti

panorámica cerca de Călineşti

Más conocida es la Biserica de lemn de Budeşti Josani, incluida en la lista de la Unesco. Construida en el siglo XVII, difiere de otras por llevar en el campanario cuatro pequeñas torrecillas suplementarias. Para entrar había que llamar a un teléfono móvil, pero la mujer que nos contestó solo hablaba rumano y no logramos entendernos, parecía que por algún motivo no podía venir a abrirnos la iglesia.

Biserica de lemn de Budeşti Josani

Para seguir hacia el sur tuvimos que subir por una carretera de montaña hasta el puerto de Cavnic, con unos paisajes muy bonitos aunque sin apenas sitios para tener un poco de vista de la zona. Nuestra intención era coger una carretera que salía del pueblo de Cavnic hacia el puerto de Gutâi, pero no la encontramos (en el Google Maps parece mas bien una pista forestal).

Así que seguimos un poco mas al sur, donde había otra de las iglesias de la Unesco, la Biserica de lemn de Șurdeşti, que tiene el campanario más alto de Maramureş. Para entrar al interior había un timbre, pero no tuvimos que usarlo al estar la puerta abierta. En el interior había bonitos frescos, aunque no tan bien conservados como en la de Deseşti, que nos pareció más interesante.

Biserica de lemn de Șurdeşti

Biserica de lemn de Șurdeşti, interior

Después fuimos hacia Baia Sprie, donde comimos en un parque; de postre compramos un par de gogoşi por 1 leu cada uno. De esa ciudad sale la carretera que sube hacia el Pasul Gutâi, así que decidimos recorrerla solo para ver las vistas del puerto. A diferencia del puerto de Cavnic, en la vertiente norte había unos cuantos sitios con una vista muy bonita de las colinas colindantes, llenas de coníferas y hayas.

Pasul Gutâi

Volvimos a deshacer el camino hacia Baie Sprie y continuamos hacia al sur. Teníamos unas cuantas horas de coche hasta Gherla, en los alrededores de Cluj-Napoca. Nuestro alojamiento para aquella noche era la Pensiunea Ioana, una pensión grande que en ese momento estaba medio en obras. Nuestra habitación era muy espaciosa y tenía lavabo, y a un super-precio de 70 lei!

nuestra habitacion en la Pensiunea Ioana, Gherla

Para estirar un poco las piernas y hacer tiempo para la cena decidimos dar una vuelta por Gherla, que no tenía demasiado interés. Para cenar nos quedamos en la misma Pensiunea Ioana, donde pedimos ensalada de pepino con queso y nata, tochitură con mămăligă y salchichas con patatas y mici (albóndigas alargadas especiadas). Estaba todo bueno, y solo nos costó 43 lei (unos 9.5 euros) contando las bebidas.