10 de abril de 2012
En nuestro último día de viaje dimos una vuelta por Brugge para ver algunas cosas que la lluvia o el tiempo nos había impedido disfrutar el día anterior, y viajamos hasta la ciudad valona de Tournai, conocida por su catedral patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Ver Bélgica 7a: Brugge II y Tournai en un mapa más grande
El día amaneció muy nuboso, aún así no llovía, una gran noticia ya que el día anterior no había parado en todo el día, lo que deslució nuestro paseo por Brugge. Así que esa mañana quisimos resarcirnos un poco y dar un paseo tranquilo, además de ir a ver por dentro el Stadhuis. Y eso fue lo primero que fuimos a hacer. Incluida con el precio de la entrada, nos dieron un par de audioguías que narraban la historia del ayuntamiento y de los diferentes puntos de interés. La verdad es que la visita fue corta, solo había un par de salas que ver. En una había objetos de diferentes épocas, a través de los cuales se iba narrando la historia de Brujas. La otra es sin duda la más impresionante, la Gotische Zaal o sala gótica. Construida a principios del siglo XV, esta sala está ricamente decorada con figuras y murales donde se describe la historia de Flandes. Vale la pena pagar la entrada solo para disfrutar de esta sala!
Stadhuis
Stadhuis, Gotische Zaal
Después paseamos un poco por los canales, mucho más agradables sin la lluvia del día anterior. Era primera hora de la mañana y la zona empezaba a llenarse de turistas, muchos en grandes grupos organizados. Continuamos hasta el St. Janshospitaal, por el que paseamos un poco ya que ayer no le dedicamos apenas tiempo.
canal con el Belfort al fondo
St. Jaanshospitaal
Después de pasear un poco por las calles de Brugge, nos encaminamos hacia la estación de tren. Era media mañana y nos cruzamos con toda la gente que venia a pasar el día a la ciudad. En la estación compramos los billetes hacia Tournai, que nos costaron 11,50 € cada uno. El tren no era directo, teníamos que hacer transbordo en Kortrijk. Allí te tenías que fijar bien, ya que en los carteles de los trenes no aparecía "Tournai" sino "Doornik", que es el nombre en neerlandés. El viaje fue largo, tardamos más de una hora y media en total.
Ver Bélgica 7b: Brugge II y Tournai en un mapa más grande
Llegamos a las 13:30 a Tournai, sobre todo conocida por su catedral, la Cathédrale Notre-Dame, patrimonio de la Humanidad de la Unesco. La catedral se empezó a construir en el siglo XII en estilo románico, acabándose un centenar de años después, añadiendo elementos góticos. La fachada gótica está dominada por una arcada y un enorme rosetón. Aunque el elemento inconfundible de la catedral son sus cinco torres, visibles desde cualquier punto de la ciudad.
torres de la Cathédrale Notre-Dame emergiendo sobre las casas de Tournai
Cathédrale Notre-Dame, fachada
Cathédrale Notre-Dame, detalle de la fachada
El interior nos desilusionó, ya que estaba casi totalmente en obras, cubierto por lonas y bastidas (según la Lonely, estará en reformas hasta 2016!). Solo se salvaba una parte de la nave central, muy alta y sobria. Para compensar decidimos pagar la entrada al tesoro, donde se guardan los objetos preciosos más importantes de la catedral: muebles, tapices, pinturas, orfebrería... Desgraciadamente no pudimos ver dos de los más interesantes, el cofre de Notre Dame, en préstamo a un museo alemán, y la cruz bizantina, sin duda el más importante y robado en el 2008.
Justo enfrente de la catedral está el Beffroi. Construido en el siglo XII, es el campanario de este tipo más antiguo de Bélgica. Decidimos pagar la entrada y escalar los 200 escalones hasta lo más alto del campanario. Allí había un balcón desde donde había unas bonitas vistas de 360º sobre Tournai. Las mejores vistas eran sobre la Grand Place y sobre todo sobre la Cathédrale Notre-Dame, donde pudimos ver bien sus fabulosas torres.
Beffroi
Grand Place vista desde el Beffroi
Cathédrale Notre-Dame vista desde el Beffroi
Cathédrale Notre-Dame vista desde el Beffroi
Después de la catedral y del campanario, el tercer sitio que mas vale la pena de visitar de Tournai es la Grand Place. Es una plaza alargada rodeada de casas y palacios del siglo XVII. Uno de los más bonitos es el Halle aux Draps, el antiguo mercado de telas. También hay que darle un vistazo a St. Quentin, una iglesia románica del siglo XIII muy restaurada. La plaza era muy agradable, aunque la fina lluvia que caía sobre Tournai hacía que estuviera desierta.
Grand Place, con la Halle aux Draps a la izquierda y St. Quentin a la derecha
Grand Place, con la Cathédrale Notre-Dame y el Beffroi al fondo
Después de comprar el almuerzo en una panadería, fuimos hacia el norte a St. Jacques, la segunda iglesia en importancia en Tournai después de la catedral. Se construyó en el siglo XIII, aunque sus orígenes se remontan a muchos años atrás. Según la guía, para entrar había que pedir cita previa; pero aquel día estaba abierta debido a los trabajos de reconstrucción que se hacían dentro. Así pudimos ver sus coloridas vidrieras y sus interesantes pinturas.
St. Jacques
Caminando por un paseo a orillas del río Escaut (Escalda) llegamos a uno de los puntos de interés más alejados del centro, el Pont des Trous. Este puente fue construido en el siglo XIV y era parte de las antiguas murallas de la ciudad, de las que son el único vestigio que queda. Era un sitio interesante, aunque la zona que lo rodeaba estaba un poco degradada.
Pont des Trous
En algo más de un par de horas habíamos visitado la ciudad, así que volvimos hacia la estación. De camino decidimos desviarnos para ver St. Brice, una iglesia del siglo XII reconstruida totalmente. Aunque eran mucho más interesantes las mansiones románicas que había enfrente (en la Rue Barre Saint-Brice), las más antiguas eran del siglo XII!
mansiones románicas en St. Brice
Faltaban pocas horas para coger el avión en Bruselas, así que descartamos la posibilidad de acercarnos a Mons y fuimos al aeropuerto con tiempo. En el trayecto en tren observamos un hecho curioso: la megafonía siempre está en la lengua del sitio que se atraviesa. Así que al principio los avisos eran en francés, después se pasaron al neerlandés cuando atravesamos Flandes y al llegar a Bruselas fueron bilingües.
El regreso a Barcelona era con Vueling, así que no íbamos al aeropuerto de Charleroi como a la ida sino al Brussels-National. Nos pareció un aeropuerto pequeño, con pocos sitios donde comer y muchas tiendas. En ellas aprovechamos para comprar los regalos de rigor: bombones y cervezas belgas, ambas cosas a precios razonables. Y así concluyó nuestro viaje por Bélgica, con un buen sabor de boca después de haber disfrutado de las populares ciudades históricas de Flandes y de alguna ciudad de Valonia.
Muy interesante vuestra pagina, me esta siendo muy util para planificar mi viaje a Belgica!
ResponderEliminarNos encanta de que te haya sido útil ^_^
EliminarLo mismo que el vecino de arriba. Me está sirviendo mucho para preparar mi viaje a Bélgica, el próximo 17 de junio.
ResponderEliminarEstoy sopesando la idea de si ir o no a Tournai. Tengo entendido que la Catedral de Notre Dame, sigu en obras y con la fachada llena de andamios.
Quizá complementarla con la ciudad de Moms... (¿?).
Gracias y un saludo.
Alberto Godino.
Hola!
ResponderEliminarPues si tras 4 años la catedral todavía sigue en obras... Cuando fuimos nosotros era el interior lo que estaba patas arriba. Igual ahora ya está bien pero no sabemos si lo vale tanto la pena, el interior.
Complementarla con Mons es una gran idea, hay un tren directo que conecta las dos ciudades. Nosotros dudábamos entre las dos ciudades, de haber sabido que la catedral estaba en obras quizás hubiéramos ido a Mons.
Saludos
...Gracias. Ya veremos lo que hacemos. Decidiremos sobre la marcha.
ResponderEliminarEstamos a pocas horas del vuelo.
Un saludo.
Alberto.
Gracias por este artículo sobre Tournai. Resulta muy útil para visitar de una forma rápida la ciudad.
ResponderEliminarLa verdad es que Bélgica es un país encantador y, al menos para mí, acogedor. Quizás sea por el ambiente tan melancólico que tiene, no sé. Son tantos y tantos rincones en forma de pequeñas ciudades, canales y monumentos que hay para visitar...
Un placer haberte leido. Un saludo. Javier.
Hola Javier,
EliminarEstamos de acuerdo contigo, Bélgica es un país con mil y un lugares para descubrir. Y lo mejor de todo, es que están en una superficie tan pequeña que se hace fácil visitar un buen numero de ellos en poco tiempo.
Saludos