TAILANDIA 9: Chiang Mai

5 de enero de 2012 Nuestro primer día en el norte de Tailandia lo íbamos a dedicar por entero a Chiang Mai, la capital de la región y una de las ciudades más hermosas del país. Aunque también es una de las ciudades más grandes, su centro es suficientemente abarcable para recorrerlo a pie. Chiang Mai fue fundada en el siglo XII y pronto constituyó la capital del reino de Lanna. Éste fue contemporáneo al de Sukhothai y se extendió por el norte de Tailandia hasta Chiang Rai. Pero en el siglo XV acabó sucumbiendo a las guerras contra los birmanos y el reino de Ayutthaya, siendo conquistados por los primeros.

5 de enero de 2012

Nuestro primer día en el norte de Tailandia lo íbamos a dedicar por entero a Chiang Mai, la capital de la región y una de las ciudades más hermosas del país. Aunque también es una de las ciudades más grandes, su centro es suficientemente abarcable para recorrerlo a pie.

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Chiang Mai fue fundada en el siglo XII y pronto constituyó la capital del reino de Lanna. Éste fue contemporáneo al de Sukhothai y se extendió por el norte de Tailandia hasta Chiang Rai. Pero en el siglo XV acabó sucumbiendo a las guerras contra los birmanos y el reino de Ayutthaya, siendo conquistados por los primeros. No fue hasta el siglo XVIII, cuando el reino de Siam recuperó el control de Chiang Mai. El reino de Lanna quedaría como una provincia más dentro del reino, aunque gozaría de cierta autonomía.

Ese día nos lo tomamos más light, ya que el día anterior habíamos llegado a las tantas desde Sukhothai y decidimos dormir lo suficiente para estar descansados. Como Trigong no servía desayunos, nos acercamos a comer algo en el cercano Prego.

Empezamos la visita paseando por las calles de los alrededores de la Trigong Residence. Allí todo eran callejas estrechas, poco transitadas y llenas de árboles y pequeños jardines. Era una zona muy bonita, que no vimos en otra parte de la ciudad.

aledaños de la Trigong Residence

Uno de los principales atractivos de Chiang Mai son sus templos. Hay muchos y muy bonitos. Así que decidimos bien cuales queríamos ver. El primero fue el Wat Chiang Man (nos costó de encontrar y nos llegamos a meter en otro templo por error). Este es el más antiguo de la ciudad, construido en el siglo XIII por el rey Mengrai, el fundador de Chiang Mai. El edificio más imponente es el ubosot, que tiene su interior hecho completamente de madera de teca.

Wat Chiang Man, ubosot

Wat Chiang Man, interior del ubosot

Al lado hay un wihan que alberga el Phra Sila, una imagen de buda tallada en el siglo X en la India que se cree que atrae a la lluvia. En el recinto también destaca Chang Lom, un chedi rodeado por esculturas de elefantes, que es el edificio más antiguo del templo.

Wat Chiang Man, wihan

Wat Chiang Man

Caminamos unos 15 minutos entre calles de tráfico denso, para llegar al Wat Pan Tao. Es un pequeño templo donde destaca su wihan de madera de teca, muy bien conservada. Era esa madera vieja la que le daba un aire antiguo al templo, que le faltaba al Wat Chiang Man, mucho más restaurado. De la fachada también nos llamó la atención el frontón decorado con un pavo real dorado, símbolo típico birmano.

Wat Pan Tao

Wat Pan Tao, interior

A la salida del Wat Pan Tao nos pasó una cosa curiosa. Se acercó a nosotros un tailandés bien vestido que nos preguntó de donde éramos, y que "casualmente" tenía un familiar viviendo en Barcelona. Después empezó a interesarse por lo que íbamos a hacer los días siguientes y nos recomendó que nos acercáramos a la Oficina de Turismo para informarnos. Nos marcó en nuestro mapa su ubicación, pero para entonces ya sabíamos que la Oficina de Turismo oficial no estaba allí, había algo que olía mal. Horas después pasamos por delante y el sitio que nos había indicado era una agencia de viajes camuflada como oficina de turismo, con un cartel que decía "Tourist Information" y una "i". Así que aquel tío se dedicaba a captar clientes potenciales para la agencia para la que trabajaba. Uno de otros tantos timos en Tailandia!

Al lado del Wat Pan Tao está el Wat Chedi Luang, construido en el siglo XV para albergar unas reliquias reales. El primer edificio que nos encontramos en el recinto de este wat fue un wihan ricamente decorado, en cuyo interior se hallaba un buda de pie.

Wat Chedi Luang, wihan

Wat Chedi Luang, entrada del wihan

Wat Chedi Luang, entrada del wihan

Pero el edificio más interesante era su gran chedi, de 60 m de altura. Originalmente era más alto, pero un terremoto lo derruyó en parte. En los años 90 se intentó una reconstrucción polémica, ya que no respetó el estilo original, cosa que saltaba a la vista cuando lo mirabas. Aún así, sigue conservando sus interesantes columnas de elefantes y los amenazantes nagas que custodian las escaleras.

Wat Chedi Luang, chedi

Un poco más al oeste había un conjunto de pequeños templos, de fachadas muy ornamentadas y con sus respectivos budas dentro. Eran toda una joya de la arquitectura tailandesa.

pequeño templo del Wat Chedi Luang

Tras otros 15 minutos de paseo llegamos al Wat Phra Singh, el templo más importante de la ciudad antigua. El edificio que da la bienvenida al visitante es el wihan Luang, construido en el siglo XIX en estilo Rattanakosin. Dentro había un gran buda dorado, al que los fieles le depositaban unas curiosas ofrendas de billetes de 20 bahts dentro de fundas transparentes. Nos sorprendió la cantidad de dinero que se había recolectado!

Wat Phra Singh, wihan Luang

Wat Phra Singh, ofrendas en el wihan Luang

Wat Phra Singh, buda

Al lado del wihan estaba el ho trai, nombre genérico que se les da a las bibliotecas de los templos. Esta era un delicado edificio de madera elevado sobre una plataforma de ladrillos. Otra obra maestra.

Wat Phra Singh, ho trai

Rodeando el wihan por la izquierda llegamos a un conjunto de edificios compuesto por un chedi blanco, un ubosot y el fabuloso wihan Lai Kham. Nos pareció uno de los templos más bonitos de Tailandia! Su fachada era armoniosa, combinando el dorado con el ocre de la madera. Y su interior era igual de interesante: albergaba el venerado buda Phra Singh y estaba decorado con unos interesantes frescos del siglo XIX, que mostraban la vida de la región en aquella época.

Wat Phra Singh, wihan Lai Kham

Wat Phra Singh, frescos del Lai Kham

Después de unas cuatro horas, dimos por vistos los templos del centro. Así que cruzamos el foso para descubrir la parte de la ciudad que hay entre el centro y el río. Conforme nos acercábamos a él, las tranquilas calles residenciales dejaban paso a las "autovías" llenas de vehículos. Entramos en Warorot, un mercado donde los tailandeses se abastecen de alimentos, ropa, calzado... y todo lo que necesitan para su día a día. Realmente no era un sitio para turistas. A aquella hora de la tarde no había mucha actividad, ya que faltaba poco para el cierre. Entre los dos edificios que lo componen se montaba un mercadillo callejero muy típico, donde las mercancías de cada vendedor competían por cual ocupaba más metros de acera.

mercado de Warorot

mercado de Warorot

puestos cerca de Warorot

A continuación fuimos hacia el mercado nocturno (Night Bazaar). Pero estábamos reventados de estar todo el día caminando, así que decidimos hacernos un masaje de pies de 30 minutos en uno de los miles de sitios que había. Nos dejó como nuevos! Ya estábamos preparados para pasear por el mercado nocturno. Estaba compuesto por decenas de puestos donde se vendía de todo de cara al turista: ropa, calzado, imitaciones, artesanía, relojes... Hicimos algunas compras, la verdad es que todo estaba muy bien de precio, mejor que en Bangkok. Pero a diferencia de la capital, aquí se tenía que negociar los precios, por lo que al final todo se reducía a la capacidad de regateo del comprador (la del vendedor se presuponía). Ahora nos arrepentimos de no haber hecho más compras en Chiang Mai ya que el regateo se nos daba bastante bien.

Bazar nocturno (Night Bazaar)

En el mercado nocturno también había algunos restaurantes tailandeses grandes, con muchas mesas y al aire libre. Elegimos uno llamado Sila-Aat, donde pedimos un rico pescado asado con ajo y pimienta y sai auw, unas salchichas de cerdo típicas de la región, buenas pero extremadamente picantes.

cenando en Sila-Aat


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