30 de diciembre de 2011
Empezaba nuestra aventura fuera de la capital de Tailandia, todo un reto para nosotros que no estamos muy acostumbrados a movernos en transporte público cuando viajamos. Ese día íbamos a coger dos autobuses, uno para ir a Kanchanaburi, donde estaba nuestro nuevo alojamiento y otro hacia las cascadas de Erawan.
Ver Tailandia 3: Erawan NP en un mapa más grande
En Bangkok existen tres estaciones de autobuses, la del norte, la del este y la del sur. Nosotros teníamos que ir a esta última. Para el taxi pedimos al conserje del hotel que nos escribiera el nombre de la estación en thai. Y suerte que lo hicimos ya que el taxista que nos cogió no sabia hablar casi nada en inglés. Nos costó lo suyo entender que quería ir por la autopista y que la pagásemos nosotros! Así que estuvimos unos pocos minutos en una de las autopistas elevadas que tiene Bangkok.
Cuando llegamos a la parada de autobuses íbamos muy perdidos ya que no sabíamos donde teníamos que comprar los billetes. Fuimos hasta la zona de las taquillas y preguntando nos llevaron a unas casetas donde indicaba Kanchanaburi. El precio que nos pedían nos pareció un poco caro, unos 150 bahts cada uno, pero como no veíamos otra opción lo compramos. La misma chica que nos los acababa de vender nos acompañó hasta el autobús. Y cuál fue nuestra sorpresa cuando, en vez de un autobús de línea, nos encontramos delante de un minivan privado. La suerte es que ya estaba lleno de tailandeses, así que una vez arriba emprendimos la marcha. El conductor parecía que tenía mucha prisa y fue un viaje suicida esquivando coches y yendo a gran velocidad. La ventaja es que en vez de ser un viaje de 2:30 tardamos menos de 2 horas.
Una vez en Kanchanaburi lo primero que queríamos hacer era ir a nuestro alojamiento a dejar el equipaje. Como estábamos un poco enfadados por el tema del minivan no quisimos coger transporte en la estación de autobuses. Y mira que al salir del minivan vinieron varios conductores de tuk-tuk a ofrecernos sus servicios pero nosotros insistimos en ir a pie. Gran error ya que aunque en el mapa de la Lonely Planet parecía que estaba cerca, tardamos casi una hora en llegar a nuestro hotel. Estábamos exhaustos y agobiados! Empezábamos bien…
Nuestro alojamiento era el Pongphen Guesthouse, situado en una callejuela perpendicular a Th. Mae Nam Kwae (la calle con más alojamientos, bares y tour operadores de la ciudad) y a orillas del río Kwai. Aunque tenía bungalows, nosotros habíamos reservado una habitación doble que resultó ser pequeña y pobre. Lo más bonito del alojamiento eran las estancias comunes, con una piscina que no llegamos a probar. Hay que decir que lo encontramos un poco ruidoso y esa noche nos costó dormir con tranquilidad.
Pongphen Guesthouse
nuestra habitación en la Pongphen Guesthouse
Tuvimos suerte y nuestra habitación estaba a punto al llegar, así que pudimos refrescarnos y relajarnos un poco antes de emprender nuestro viaje de vuelta a la estación de autobuses. Esta vez no pecamos de listos y al llegar a la calle principal (Th. Mae Nam Kwae) buscamos rápidamente un tuk-tuk con el que negociamos el precio. En Kanchanaburi, a diferencia de otras ciudades tailandesas los tuk-tuk son motos en las se les ha acoplado un sidecar lateral donde van los pasajeros. Así que en poco más de 10 minutos volvíamos a estar en la estación de autobuses.
Esta vez no nos quisimos equivocar y preguntamos bien por el autobús que iba a Erawan. Aquel día parecía que la suerte no nos acompañaba ya que acababa de irse y tuvimos que esperar casi una hora a que saliera el siguiente! Y el que nos tocó era un autobús bastante viejo que no tiraba mucho en las subidas e iba muy lento. Después de tantos transportes llegamos a Erawan a las 13:30. El último autobús volvía a la ciudad de Kanchanaburi a las 16:30 así que teníamos solo 3 horas de visita.
Erawan es un parque nacional donde el río Nam Khwae Yai cruza el bosque formando hermosas cascadas y estanques escalonados que se usan como piscinas. Está muy concurrido por la gente local y por los turistas que van en tours organizados. En el autobús de línea que fuimos nosotros, éramos pocos los turistas y abundaban sobretodo los tailandeses. Hay un sendero que va subiendo río arriba pasando por los diferentes niveles de cascadas. En total hay 7 niveles y según la guía el recorrido de ida y vuelta es de unas 3 horas.
Como teníamos poco tiempo empezamos rápidamente a andar por el sendero indicado. En el primer nivel sobretodo habían tailandeses haciendo picnic a orillas de los estanques. Iban muy bien equipados con sus manteles y comida para alimentar una multitud. Más adelante se veían los grupos de turistas extranjeros dándose un chapuzón en los estanques o duchándose en las cascadas. A medida que íbamos subiendo había menos gente en las piscinas y se podían ver unos enormes peces dentro.
cascadas de Erawan
cascadas de Erawan
cascadas de Erawan
cascadas de Erawan
cascadas de Erawan
cascadas de Erawan
Hacía mucho bochorno y andando íbamos cogiendo calor así que cada vez más nos apetecía meternos en el agua. Pero queríamos intentar ver todos los 7 niveles. Cuando llegamos al quinto nivel vimos que si queríamos disfrutar de un baño relajado no podíamos seguir subiendo más ya que se nos haría tarde. Así que escogimos una piscinita pequeña y nos metimos dentro. La verdad es que el agua estaba bastante fría y no aguantabas mucho tiempo en remojo! Después de tanto correr nos fue genial ese momento de tranquilidad en esas aguas tan estupendas.
bañándonos en Erawan
bañándonos en Erawan
Estuvimos una media hora allí y luego ya emprendimos el camino de bajada porque teníamos miedo de perder el autobús. Llegamos con el tiempo justo a quitarnos el bañador en el lavabo de la entrada del parque y ya nos volvíamos otra vez hacia Kanchanaburi.
A la vuelta, en vez de bajarnos en la estación de autobuses principal, nos bajamos delante del cementerio de Kanchanaburi. Estábamos muy cerca de la estación de tren donde el día siguiente cogeríamos el tren turístico a Nam Tok, y nos acercarnos a preguntar los horarios.
Aprovechando que aun teníamos luz nos pusimos a andar en dirección al famoso puente del río Kwai. Las distancias siempre parecen más cortas en el mapa y cuando llegamos al puente sobre las 18:30 ya se había hecho de noche. El puente estaba iluminado con luces de colores que iban cambiando, era bonito aunque parecía un poco una discoteca! En la plaza que hay justo enfrente del puente había un mercado de artesanía, pero como era tarde muchas paradas ya estaban recogiendo.
curiosa iluminación del puente del río Kwai
Estábamos exhaustos y queríamos volver al alojamiento a descansar un poco con algún tipo de transporte. No nos veíamos con fuerzas de volver caminando. Por suerte, al lado de la plaza había unas moto-taxis esperando clientela. Como el precio que nos pedía nos parecía un poco caro pedimos ir los dos en una solo moto, y no hubo problema! Así que sin casco ni nada ya nos ves a tres personas montadas en una moto! Toda una experiencia!
Después de ducharnos y descansar un poco en nuestra habitación fuimos al mercado nocturno enfrente del cementerio a cenar. Había toda una zona de ropa bastante fea, pero la zona de comidas nos pareció muy variada e interesante. La comida era muy barata y podías comprar cosas diferentes en los distintos puestos. Probamos una brocheta de sepia con salsa que estaba muuuuy picante. Comimos a base de gambas rebozadas y arroz con carne, y de postre unas crepes con leche condensada que estaban para lamerse los dedos.
puestos con comida en el mercado nocturno de Kanchanaburi
puestos de ropa del mercado nocturno de Kanchanaburi
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