28 de julio de 2011
Aquel día visitaríamos otra de las zonas más interesantes de Islandia, la región de Mývatn. Primero exploraríamos las curiosas formaciones volcánicas a orillas del lago Mývatn, y después visitaríamos la zona geotermal de Krafla.
Ver Islandia 9: Mývatn & Krafla en un mapa más grande
Empezamos por la orilla sur de Mývatn, donde encontramos los pseudocráteres de Skútustaðagígar. Se llaman así por que no son cráteres auténticos, se formaron por explosiones de gas cuando el terreno quedó cubierto por lava. Andamos por un camino que iba serpenteando por los distintos pseudocráteres, similar al que propone la Guía Rother en su excursión nº 27 (en la 2ª edición del 2013 no existe). Eran unas formaciones muy curiosas!
pseudocráteres de Skútustaðagígar
pseudocráteres de Skútustaðagígar
pseudocráteres de Skútustaðagígar
Continuamos por la orilla sureste del lago hasta llegar a Höfði, una península boscosa con unas hermosas estructuras rocosas. Desde el aparcamiento, salía un camino que nos llevó hasta la cima de una pequeña colina desde donde había una interesante panorámica de la zona.
Höfði
Höfði
Cerca de allí se encuentran las estructuras de lava únicas de Dimmuborgir. Se formaron cuando una gran colada de lava quedó atrapada en su camino hacia Mývatn, formando un gran lago de lava. Cuando se empezó a solidificar, el obstáculo cedió y el lago de lava se vació, dejando los "castillos oscuros" que podemos ver hoy en día.
panorámica en Dimmuborgir
Aunque la guía Rother explicaba una ruta por Dimmuborgir (nº 26, en la del 2013 es la nº 30), había unos senderos muy bien señalizados y unos mapas en cada intersección de los caminos, así que explorar la zona fue fácil. Las columnas de lava eran impresionantes, a medida que avanzábamos por la zona descubríamos formaciones cada vez más curiosas. Había una zona donde los pilares de lava parecían perforados, tenían unos agujeros enormes.
Dimmuborgir
Dimmuborgir
A partir de un arco de lava salía un sendero hacia el volcán Hverfjall, un enorme cono de ceniza volcánica. El camino subía hasta la cumbre, pero el volcán nos pareció demasiado lejano, así que continuamos por Dimmuborgir.
vista del Hverfjall a través de un arco de lava
Muchos de los caminos confluían en una curiosa estructura volcánica llamada Kirkjan (iglesia). Era una especie de cueva volcánica que parecía una capilla de una iglesia gótica. Similar a la cueva del día anterior en Jökulsárgljúfur, pero mucho más pequeña.
Kirkjan, Dimmuborgir
Después de ver la Kirkjan, iniciamos el camino de vuelta. Hasta entonces habíamos ido por unos caminos pavimentados limitados a veces con pequeñas vallas de cuerda. Pero para el regreso elegimos una ruta marcada como "difficult path". No era más que un sendero típico de excursionismo, no apto para turistas con chancletas. Además de no encontrar tanta gente por esta ruta, atravesamos por el medio la zona de Dimmuborgir (los otros senderos discurrían por su periferia).
atravesando un muro de lava por un estrecho agujero...
Después de tomar un almuerzo en el microscópico pueblo de Reykjahlíð, fuimos hacia la zona de Krafla. Este nombre hace referencia tanto al principal volcán como a toda la zona circundante, ya que está por encima de una enorme caldera magmática subterránea todavía activa. Krafla tiene una larga lista de grandes erupciones volcánicas, como la de 1724 que duró 5 años (conocida como los Fuegos de Mývatn, ya que la lava llegó hasta el lago!) o la más reciente de 1984.
En la zona sur de Krafla nos acercamos a ver una de las atracciones más populares de la zona, el área geotermal de Hverir (Hverarönd). Justo al lado de un parking encontramos un conjunto de pozas de lodo hirviendo, respiraderos humeantes y fumarolas sulfurosas muy curiosas, testimonios de la actividad volcánica de la zona. El aire estaba saturado del olor putrefacto que producen los vapores sulfurosos. Al principio lo encontramos exótico, minutos después ya estábamos un poco hartos del olorcillo...
poza de lodo hirviendo en Hverir, con el Namafjall al fondo
solfarata en Hverir
depósitos de azufre en Hverir
Desde Hverir empezamos la excursión nº 30 de la Guía Rother (la nº 33 en la 2ª edición del 2013), que sube hasta el Namafjall, una montaña de color pastel que domina toda la zona. El primer tramo de la ascensión era el más complicado, ya que el sendero se inclinaba lateralmente y era muy pedregoso, lo que hacía que resbaláramos continuamente. Pero el esfuerzo valió la pena, al llegar arriba había una gran panorámica de Hverir y sus alrededores.
vista de Hverir desde el Namafjall
panorámica desde el Namafjall
Más adelante atravesamos una pequeña depresión llena de solfaratas y depósitos de azufre. A diferencia de Hverir, por allí no había absolutamente nadie, excepto un grupo excursionista francés que nos adelantó. Después había otra cima un poco más pequeña, en la que teníamos vistas hacia el lago Mývatn. Bajamos por una cresta que quedaba enfrente de la ring road y llegamos nuevamente a Hverir.
A continuación cogimos la carretera 863 hacia el centro de Krafla. Atravesamos la gran planta geotérmica de Kröflustöð, que aprovecha la gran cantidad de energía que se genera en la zona. Fuimos hasta el final, cerca del volcán Krafla, para ver el cráter de Stóra-Viti, creado en la gran erupción de 1724. En su interior había un gran lago de color turquesa, y un camino circular permitía rodear el cráter por completo. Nosotros solo hicimos un trozo para dar un vistazo.
cráter de Stóra-Viti
Retrocedimos por la 863 y paramos en el siguiente parking, desde donde nos acercaríamos al Leirhnjúkur. Aquí se originaron las fisuras de donde salió la gran cantidad de lava de los fuegos de Mývatn (Mývatnseldar) en 1724. De hecho, actualmente toda la zona descansa encima de una gran cámara magmática aún activa, situada a unos 3000 m de profundidad. En algún sitio leímos que era una de las zonas más peligrosas vulcanológicamente de Islandia...
volcán Krafla, desde las lavas de Leirhnjúkur
Desde el parking salía un sendero muy bien marcado, similar al trayecto de la excursión nº 31 de la Guía Rother (la nº 34 en la 2ª edición del 2013). Después de atravesar un pequeño campo de lava llegamos a un grupo de hermosas pozas de agua hirviendo y de respiraderos humeantes.
poza de agua hirviendo en Leirhnjúkur
El camino continuaba por un campo de lava humeante. Con el humo de las fumarolas parecía que la lava acababa de salir. En algunas zonas se veía la forma de la lava que se había solidificado según fluía.
colada de lava en Leirhnjúkur
Leirhnjúkur
Leirhnjúkur
Un poco más adelante nos topamos con una colada de lava muy negra, sin apenas líquenes o musgos. Era la que había escupido el Leirhnjúkur en su última erupción de 1984. Subimos a una pequeña colina desde donde la pudimos contemplar con un poco de perspectiva. Allí también había una gran panorámica del resto de la zona, una de las vistas más impresionantes. Hacia el norte se veía la gran colada negra de 1984 avanzar por encima de una de color gris más antigua, de 1975. De entre la lava surgía el pequeño volcán de Hófur. El oeste también ofrecía una bonita vista de coladas de lava de distinta edad y de cráteres volcánicos.
distintas coladas de lava del Leirhnjúkur
panorámica de las distintas coladas de lava del Leirhnjúkur
lava del 1984 bajando por un valle
Bajamos de la colina y caminamos al lado de la última colada de lava, que discurría por un pequeño valle. Al fondo, encontramos el sitio donde la colada se había detenido debido a la solidificación de la lava. Era espectacular ver el paso de lava casi congelado en el tiempo. Llegamos al final de la excursión pensando que habíamos hecho otra de las mejores excursiones de nuestra estancia en Islandia!
frente de avance de la lava de 1984
frente de avance de la lava de 1984
Para descansar de tanta emoción decidimos darnos un baño en Jarðböðin við Mývatn, los baños naturales de Mývatn. Es una réplica del famoso Blue Lagoon de Reykjavík pero en pequeño, con lo que también la entrada es más barata (2500 ISK por persona). Desde el vestuario accedimos a la gran piscina natural azul claro, que estaba a una temperatura muy agradable. Fuera del lago hay dos piscinas con agua mucho más caliente. Dentro del lago se estaba muy bien, ya que en los bordes había unas rocas en las que te podías sentar. Nos relajamos un buen rato!
Jarðböðin við Mývatn, los baños naturales de Mývatn
Volvimos a Fosshóll para hacer una nueva cena de supervivencia. Esta vez fue mas extrema, ya que intentamos preparar fideos instantáneos con el agua tibia que salía del grifo... nada recomendable!
Hola...Islandia es única... pero hay que comer bien y de eso se encargan los de limesviajes.com
ResponderEliminarsalida fotográfica de este Septiembre pasado y con unas cenas en los Hostels de lujo...
Pásate por mi blog
salut
joan
Hola Joan,
EliminarFelicidades por las fotos de tu blog, ¡son increíbles!
Saludos