19 de septiembre de 2017
Antes de abandonar el Luberon, paramos en Apt para dar una vuelta por su mercado matutino. A media mañana llegamos a las Gargantas del Verdon, y pasamos todo el día recorriendo en coche las tres carreteras que permiten contemplar sus espectaculares acantilados: la Route des Gorgues, la Route des Crêtes y la Route de la Corniche Sublime.
Aquel día abandonaríamos el Luberon, donde estuvimos el día anterior descubriendo sus maravillosos pueblos, y nos encaminaríamos a otro de los lugares destacados de la Provenza, las Gargantas del Verdon, el cañón más profundo de Europa. Antes de abandonar la región hicimos una breve parada en Apt, por donde ya habíamos paseado el día anterior. Todos los martes se hace un mercado matinal donde los agricultores locales venden sus productos.
19 de septiembre de 2017
Antes de abandonar el Luberon, paramos en Apt para dar una vuelta por su mercado matutino. A media mañana llegamos a las Gargantas del Verdon, y pasamos todo el día recorriendo en coche las tres carreteras que permiten contemplar sus espectaculares acantilados: la Route des Gorgues, la Route des Crêtes y la Route de la Corniche Sublime.
Aquel día abandonaríamos el Luberon, donde estuvimos el día anterior descubriendo sus maravillosos pueblos, y nos encaminaríamos a otro de los lugares destacados de la Provenza, las Gargantas del Verdon, el cañón más profundo de Europa. Antes de abandonar la región hicimos una breve parada en Apt, por donde ya habíamos paseado el día anterior. Todos los martes se hace un mercado matinal donde los agricultores locales venden sus productos. No es tan conocido como el del sábado, que atrae a gente de todo el Luberon, pero decidimos hacer una parada para darle un vistazo ya que nos venía de camino. Este mercado se hace en la Place Lauze de Perret, donde hay un gran parking gratuito. El mercado era bastante pequeño, estaba compuesto de pequeños puestos de productores locales que vendían de todo: frutas y verduras, quesos, dulces típicos, confituras e incluso pescado. Nos estuvimos poco tiempo, pero siempre es una buena idea dar una vuelta por un mercado como aquel para ver la gente local haciendo sus compras.
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Mercado del martes de Apt |
Teníamos por delante unos 100 km por carreteras locales hasta las
Gargantas del Verdon, donde llegamos a media mañana. Fuimos a dejar el equipaje en nuestro alojamiento,
L'Odalyre, una casa de huéspedes situada en
Moustiers-Sainte-Marie, la base mas popular para explorar las gargantas. La habitación estaba bastante bien, muy amplia y con todo lo necesario. Un aspecto positivo a tener en cuenta era que tenía parking, ya que en aquel pueblo el aparcamiento es muy escaso y no se puede hacer en muchas calles. El desayuno estaba incluido y consistía en croissants, pan, mantequilla y fruta, suficiente para empezar con las pilas cargadas el día. La noche nos salió por 85 €, un gran precio teniendo en cuenta que aquella zona es bastante cara.
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Nuestra habitación |
Las Gargantas del Verdon constituyen uno de los paisajes mas espectaculares de Francia. Como hemos dicho, es el cañón más profundo de Europa, con mas de 700 m de profundidad. Toda la región ofrece un montón de actividades de turismo activo para hacer: senderismo, barranquismo, kayaking, rafting… También hay carreteras panorámicas que van bordeando las gargantas y que tienen miradores para disfrutar de sus increíbles paisajes: la Route des Gorgues en el borde norte y la Route de la Corniche Sublime en el sur, además de la Route des Crêtes que discurre por una pequeña península de la parte norte. Para aquel primer día, decidimos hacer la ruta en coche por las gargantas, dejando el turismo activo para el día siguiente.
Así que empezamos a recorrer las Gargantas del Verdon por la Route des Gorgues, la carretera que sale de Moustiers-Sainte-Marie en dirección este a Castellane. Al poco de iniciar la ruta paramos en el primer mirador, situado justo a la entrada de las gargantas. Podíamos ver hacia un lado el lago de Sainte-Croix, un importante centro de actividades de la región, y hacia el otro, los primeros acantilados calizos que limitan la garganta. Conforme fuimos parando en los siguientes miradores, el paisaje se iba haciendo mas escarpado y espectacular. La verdad es que nos alegramos de haber incluido este lugar en nuestra ruta por la Provenza, y eso que todavía no habíamos visto nada.
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Empezando la Route des Gorgues |
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Lago Sainte-Croix (izq.) y algunos primeros acantilados de la ruta |
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Viendo las vistas desde uno de los miradores |
A la altura del pueblo de La Palud-sur-Verdon sale la Route des Crêtes, una carretera circular que recorre una parte del borde norte de las Gargantas del Verdon, con alguno de los miradores mas espectaculares de toda la región. Debido a su estrechez en algunas zonas, tiene largos tramos de un solo sentido, así que conviene recorrerla en sentido horario. Uno de los primeros miradores es el de Trescaire, con unas vistas increíbles del cañón, donde se pueden observar escarpados acantilados que caen verticalmente al río Verdon. Pero cuando pensábamos que ya no nos podían sorprender mas aquellos paisajes, llegamos al mirador de la Carelle, con vistas a altísimos acantilados calizos todavía mas espectaculares.
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Route des Crêtes, mirador de Trescaire |
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Otra espectacular vista desde Trescaire |
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Mirador de la Carelle |
Luego la ruta nos siguió premiando con fascinantes paisajes que se podían disfrutar a través de cómodos miradores situados a pie de carretera, como el de Dent d’Aire. Al final la carretera baja hacia la zona de Maline, muy popular para los excursionistas ya que es punto de inicio de varios senderos. En esta zona, la carretera discurre muy cerca del borde del acantilado, y sus miradores ofrecen otras vistas maravillosas. La Route des Crêtes es una ruta imprescindible para descubrir los sensacionales paisajes que ofrecen las gargantas, y en caso de disponer de poco tiempo, tendría que ser una de las prioridades.
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Mirador de Dent d'Aire |
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Vistas desde la Maline |
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Garganta vista desde la Maline |
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Aquí los dos bordes del cañón quedan muy cerca; la zona sur es la de Cavaliers por donde pasaríamos después |
Salimos de la Route des Crêtes y al pasar nuevamente por La Palud-sur-Verdon nos compramos un par de porciones de pizza (3,50 €) en una boulangerie y nos la comimos de camino. El resto de la Route des Gorgues que nos quedaba no tenía miradores, pero ésta acaba en otro de los puntos panorámicos más espectaculares de la región, Point Sublime. Su parking estaba bastante lleno y nos costó encontrar un hueco para nuestro coche, y solo hay que andar un pequeño tramo para llegar al mirador. Las vistas hacen honor a su nombre ¡sublimes! Ante nosotros podíamos contemplar un enorme acantilado que se levantaba entre los otros para caer verticalmente hacia el río Verdon. Es de esos paisajes que te ponen la carne de gallina de lo espectaculares que son. Nos quedamos allí un buen rato saboreando la belleza de aquellas gargantas.
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La vista "sublime" de Point Sublime |
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Otra vista desde Point Sublime |
A continuación pasamos al borde sur de las gargantas, empezando la Route de la Corniche Sublime. Al poco llegamos a uno de sus lugares mas singulares, el Balcon de la Mescla. Se trata de un mirador con una ubicación privilegiada, con vistas a la confluencia de los ríos Verdon y Artuby. El paisaje que te encuentras allí es tan grandioso que se necesita un gran angular para captar toda la perspectiva. Sin saberlo contemplábamos el final de nuestra excursión del día siguiente, el sendero de Blanc Martel. Otro buen mirador está dentro del túnel de Fayet, el cual tiene una pequeña porción abierta al exterior con un mini espacio para dejar el coche y contemplar las vistas (si haces la ruta al revés no puedes parar en él).
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Mirador del Balcon de la Mescla: el río Verdon hace un gran meandro y se une al río Artuby (fuera de la foto, abajo) |
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Vistas desde el túnel de Fayet |
Luego llegamos a la Falaise des Cavallers, un largo acantilado a lo largo del cual hay varios miradores a los que se puede ir a pie. Las vistas eran tan increíbles como en el resto de la ruta, pero las primeras horas de la tarde empezaban a oscurecer el fondo del cañón. A partir de esta zona la carretera se va alejando del cañón y ascendiendo colina arriba. Las vistas que vas teniendo en esta parte son diferentes, con la perspectiva que ofrecen las alturas. Incluso desde alguno de los miradores alcanzamos a ver el lago Sainte-Croix, en el que empezamos la ruta. Sobre las 19 h acabamos la ruta por las Gargantas del Verdón, empleando en total unas 6 horas en hacer todo aquel recorrido. Éste nos encantó, nos pareció una forma estupenda de descubrir sus espectaculares acantilados calizos.
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Mirador de la Falaise des Cavallers |
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Uno de los últimos miradores de la Route de la Corniche Sublime |
Volvimos a nuestro alojamiento en Moustiers-Sainte-Marie a ducharnos y descansar un poco. Para cenar nos acercamos en coche al centro del pueblo. Moustiers estaba un poco muerto en aquella época y había muy pocos restaurantes abiertos. Al final acabamos en la
Crêperie Clerissy, donde pedimos una galette de ratatouille, queso de cabra y jamón y un plato de cordero con patatas. La comida no estaba nada mal i de postre pedimos un buen tiramisú. Junto con una jarra de vino, la cena nos salió por 39,10 €, un gran precio.
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