NÁPOLES 1: centro histórico

7 de enero de 2018 Cogimos el avión de buena mañana y aterrizamos en Nápoles a las 10. Empezamos paseando por la Via dei Tribunali, donde visitamos los templos de Pio Monte della Misericordia, Duomo, San Lorenzo Maggiore y la espectacular Cappella Sansevero. Continuamos paseando por las callejas que forman Spaccanapoli, visitando la iglesia de San Domenico Maggiore y la calle S. Gregorio Armeno, que alberga los famosos pesebres napolitanos. Era el séptimo día del año y ya empezábamos un nuevo viaje. Los billetes los habíamos comprado durante el “Black Friday” del año anterior, gracias a encontrar unas ofertas realmente tentadoras. Nuestro vuelo de ida fue con Ryanair, salimos puntualmente a las 8 de la mañana de Barcelona y sobre las 10 aterrizamos en el aeropuerto de Nápoles. Ir al centro es barato y rápido en transporte público: solo hay que coger un bus de la compañía Alibus
7 de enero de 2018
Cogimos el avión de buena mañana y aterrizamos en Nápoles a las 10. Empezamos paseando por la Via dei Tribunali, donde visitamos los templos de Pio Monte della Misericordia, Duomo, San Lorenzo Maggiore y la espectacular Cappella Sansevero. Continuamos paseando por las callejas que forman Spaccanapoli, visitando la iglesia de San Domenico Maggiore y la calle S. Gregorio Armeno, que alberga los famosos pesebres napolitanos.
Era el séptimo día del año y ya empezábamos un nuevo viaje. Los billetes los habíamos comprado durante el “Black Friday” del año anterior, gracias a encontrar unas ofertas realmente tentadoras. Nuestro vuelo de ida fue con Ryanair, salimos puntualmente a las 8 de la mañana de Barcelona y sobre las 10 aterrizamos en el aeropuerto de Nápoles. Ir al centro es barato y rápido en transporte público: solo hay que coger un bus de la compañía Alibus, que en solo 15 minutos te deja en el centro de Nápoles (billete: 5 €). La primera parada del bus es en la piazza Garibaldi, junto a la estación central de trenes, y es donde nos bajamos. Nuestra alojamiento estaba a 10 minutos caminando, y era Funikuli Funikula, un bed and breakfast con unas pocas habitaciones. La nuestra estaba muy bien, era muy amplia, con muebles bastante nuevos y todo lo necesario. El desayuno estaba incluido y consistía en diversas especialidades dulces servidas en la habitación. La ubicación era muy buena, a poca distancia de la piazza Garibaldi y del centro histórico. La noche nos salió por 50 €, un precio estupendo para lo que recibimos a cambio, así que volveríamos sin dudarlo.
Nuestra habitación en el B&B
No nos entretuvimos demasiado y nos lanzamos raudos a descubrir Nápoles. Nuestro primer día lo íbamos a focalizar en descubrir su centro histórico, la parte mas antigua de la ciudad, cuyas calles siguen el trazado de la antigua ciudad romana. Como hacía horas que habíamos desayunado quisimos empezar a descubrir la fascinante gastronomía napolitana. En una pequeña panadería compramos unos sfogliatelle, un dulce típico hecho a base de hojaldre; los nuestros estaban rellenos de crema y eran deliciosos. Enseguida llegamos a una de las calles mas importantes del centro histórico, la Via dei Tribunali. Se trata de una calle que sigue el trazado del decumano superior de la antigua ciudad romana. La calle era relativamente estrecha y los edificios altos, con lo que daba la impresión de ser algo lúgubre. Además, muchos edificios daban la apariencia de estar algo descuidados, y muchas fachadas se caían literalmente a trozos. Pero aquel era el ambiente de Nápoles, una ciudad caótica y vibrante, donde ver las coladas de la gente secándose en los balcones era normal en pleno centro.
Los deliciosos sfogliatelle
Diversos rincones de la Via dei Tribunali
Via dei Tribunali
La Via dei Tribunali está salpicada de infinidad de iglesias llenas de historia la mar de interesantes. La primera a la que entramos fue la del Pio Monte della Misericordia (entrada 7 €). Mas que una iglesia es un gran museo de arte, tanto es así que delante del altar mayor se expone el cuadro de las siete obras de la misericordia, uno de los lienzos mas importantes de Caravaggio. Nos pareció una visita recomendable para quien esté interesado en el arte. Luego fuimos a ver el Duomo, sin duda uno de los templos mas impresionantes de la ciudad. Su fachada neogótica añadida en el siglo XIX engaña mucho, ya que al entrar te encuentras con un verdadero espectáculo. La nave principal es impresionante por su grandiosidad, y está ricamente decorada. La catedral está llena de obras de arte en cada rincón y verlas todas requiere su tiempo. Lo que mas nos gustó fue la capilla de San Genaro, ricamente decorada con todo tipo de obras de arte (esculturas, relieves, pinturas…) de una belleza extrema, y el Baptisterio de San Giovanni en Fonte (entrada: 2 €), que es el mas antiguo de Occidente (siglo IV), con restos de maravillosos mosaicos paleocristianos. Definitivamente, la catedral de Nápoles no le tiene nada que envidiar a los grandes templos de Roma.
Pio Monte della Misericordia, con su famoso Caravaggio (dcha.)
Duomo, la catedral de Nápoles
Capilla de San Genaro
Baptisterio de San Giovanni en Fonte
Continuamos paseando por la Via dei Tribunali, la cual tiene un aspecto bastante homogéneo de principio a fin, solo interrumpido de vez en cuando por alguna plaza. Otra de las iglesias importantes es San Lorenzo Maggiore, una de las mas antiguas de la ciudad. Su interior es gótico y oscuro, pero tiene algunas capillas maravillosas, como el cappellone di Sant'Antonio, toda una oda al barroco italiano. Aunque los amantes del arte barroco tienen una visita obligada, la Cappella Sansevero (entrada: 7 €). Es una capilla de un palacio perteneciente a una rica familia napolitana, que en el siglo XVII hizo que la adornaran con fabulosas esculturas de mármol. Éstas son realmente impresionantes, y están dotadas de un gran realismo. Nos preguntábamos cómo se había podido esculpir el mármol de una forma tan precisa y preciosa. Siempre recordaremos una escultura que estaba enredada en una red fabulosamente bien esculpida. Es una pena que no se pudieran hacer fotos, pero es sin duda uno de los lugares imprescindibles en toda visita a Nápoles.
San Lorenzo Maggiore
La Via dei Tribunali acaba en una gran plaza, la mas grande del centro histórico, la Piazza Dante. Su aspecto actual data del siglo XVIII, aunque en su día estaba dedicada al rey Carlos VII (los borbones son muy queridos en la ciudad). La plaza rebosaba vida, con gente paseando y niños jugando. Muy cerca hay una plaza mucho mas tranquila y pequeña, la Piazza Bellini, con algunas terrazas desde las que relajarse y contemplar algunos restos arqueológicos griegos que hay en la misma plaza.
Piazza Dante
Piazza Bellini
A continuación cogimos de vuelta otra de las arterias centrales del casco histórico, Spaccanapoli. Recorre el antiguo decumano inferior y es paralela a Via dei Tribunali. Su nombre quiere decir “Parte Nápoles”, ya que divide el centro en dos mitades similares. Aunque en realidad son tres calles diferentes, una detrás de otra, así que nunca veréis un cartel que ponga “Spaccanapoli”. Como el hambre volvía a llamar a nuestra puerta, decidimos parar a comprar otra de las especialidades locales, la pizza fritta. Es un tipo de pizza que se consume en toda la Campania y su nombre lo dice todo. Su sabor nos recordó a los churros españoles y la encontramos muy buena (3 €). Eso nos dio fuerzas para seguir explorando Nápoles. Spaccanapoli nos pareció una calle algo mas tranquila y no tan opresiva. De vez en cuando había alguna placita, como la Piazza del Gesù Nuovo, que es simplemente preciosa. Para los frikis del fútbol, en esta calle se encuentra el Bar Nilo, mas que un bar es un templo donde se deifica la figura del futbolista Maradona, que marcó toda una época en el equipo de la ciudad. Y como curiosidad, a Spaccanapoli da la Via S. Gregorio Armeno, famosa por albergar infinidad de tiendas dedicadas a la venta de figuras de pesebres. Se venden durante todo el año y tienen un gran realismo, a menudo representando personajes famosos de Italia.
Spaccanapoli, donde probamos la pizza fritta (dcha.)
Piazza del Gesù Nuovo
Spaccanapoli
Via S. Gregorio Armeno y sus pesebres
Como en el caso de Via dei Tribunali, Spaccanapoli está salpicado de interesantes iglesias, aunque lo mas importante son sus monasterios. Entre ellos destaca sin duda el de Santa Clara, que desgraciadamente encontramos cerrado (lo veríamos al cabo de dos días). Sí que pudimos entrar a la iglesia de San Domenico Maggiore, construida en el siglo XIII como lugar de culto de la nobleza de la Corona de Aragón, que dominó el sur de Italia durante algunos siglos. Como en otras iglesias napolitanas, lo mas interesantes son sus capillas: destaca la Cappella Brancaccio, ya que contiene unos frescos impresionantes del siglo XIII, uno de los pocos elementos originales que han sobrevivido a las sucesivas reformas de la basílica.
San Domenico Maggiore y la Cappella Brancaccio (dcha.)
En unas 5 horas nos habíamos pulido el centro histórico de Nápoles, que nos había dejado muy buen sabor de boca. Hay que tener en cuenta que sus calles carecen de la monumentalidad de Roma o Florencia, y a mucha gente les puede parecer caóticas y sucias. Pero Nápoles es una ciudad mediterránea y sureña, y el caos viene en su ADN. Si se deja atrás esta fachada, el visitante encontrará una infinidad de lugares interesantes llenos de historia.
Nos fuimos a nuestro B&B a descansar y a ducharnos. A la noche volvimos al centro histórico a cenar. Este está lleno de restaurantes, especialmente pizzerías, así que elegimos una de ellas, Donna Sofia. Pedimos una pizza con tomates del Vesubio y mozzarella y otra con salchichas caseras, ambas estaban deliciosas. Junto con una cerveza y una copa de vino, la cena nos salió por 26,50 €, un gran precio por lo que recibimos a cambio.
Nuestras pizzas

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