COSTA OESTE DE EEUU 17: Antelope Canyon y Gran Cañón I

19 de octubre de 2018 Empezamos el día disfrutando de las sensacionales vistas de Horshoe Bend. Luego hicimos tiempo contemplando las vistas del lago Powell en Wahweap Overlook, antes de ir al tour que teníamos reservado en el Lower Antelope Canyon. Éste fue sin duda uno de los lugares más mágicos de nuestro viaje. Después partimos hacia el Gran Cañón, donde hicimos la ruta de Desert View Drive parando en sus miradores, antes de llegar a Tusayan, donde hicimos noche. Aquel día fuimos a desayunar en nuestro hotel de Page con tranquilidad. El principal objetivo del día iba a ser la visita al Antelope Canyon y hasta las 12:15 h no teníamos nuestro turno. Después de hacer el check-out fuimos a uno de los lugares mas populares de Page, el Horsehoe Bend, un espectacular meandro del río Colorado. Para llegar al mirador hay que caminar por un corto sendero sin dificultad
19 de octubre de 2018
Empezamos el día disfrutando de las sensacionales vistas de Horshoe Bend. Luego hicimos tiempo contemplando las vistas del lago Powell en Wahweap Overlook, antes de ir al tour que teníamos reservado en el Lower Antelope Canyon. Éste fue sin duda uno de los lugares más mágicos de nuestro viaje. Después partimos hacia el Gran Cañón, donde hicimos la ruta de Desert View Drive parando en sus miradores, antes de llegar a Tusayan, donde hicimos noche.
Aquel día fuimos a desayunar en nuestro hotel de Page con tranquilidad. El principal objetivo del día iba a ser la visita al Antelope Canyon y hasta las 12:15 h no teníamos nuestro turno. Después de hacer el check-out fuimos a uno de los lugares mas populares de Page, el Horsehoe Bend, un espectacular meandro del río Colorado. Para llegar al mirador hay que caminar por un corto sendero sin dificultad. Las vistas desde el mirador nos parecieron muy bonitas, ya que está situado justo en la curva del meandro, de forma que se puede ver el río a lado y lado. Se podía caminar por las rocas fuera del mirador, pero las vistas eran fundamentalmente las mismas. Nos pareció un lugar genial para empezar aquel día, que prometía mucho.
Horsehoe Bend
Como todavía teníamos tiempo nos fuimos a ver el lago Powell, un gran embalse bautizado así en honor al mayor Powell, el primero en descender en barca por el río Colorado hasta el océano Pacífico. Forma parte del Glen Canyon National Recreation Area, una gran parque entorno del embalse que destaca por su gran oferta en actividades acuáticas. Como nosotros tampoco nos queríamos estar mucho tiempo, nos conformamos con ir al mirador de Wahweap Overlook, situado al oeste del lago Powell. Las vistas no estaban mal, ya que la superficie del agua contrastaba vivamente con el paisaje desértico de los alrededores.
Lago Powell desde Wahweap Overlook
Luego vino el principal momento de día, y fuimos con tiempo hacia el Antelope Canyon. En realidad son dos pequeños cañones, el Lower Antelope Canyon y el Upper Antelope Canyon. Visitar uno u otro tiene sus ventajas e inconvenientes: el Lower es mas pequeño, pero tiene la ventaja de que se entra por un extremo y se sale por otro. El Upper es mas grande, pero se entra y se sale por el mismo sitio, con lo que al visitarlo te encuentras en dirección contraria a toda la gente que ya lo ha visitado. Después de leer la experiencia de Viajar Code: Verónica, nos decantamos por el Lower, ya que además se suponía que estaba menos masificado. Antes no era así, pero actualmente solo es posible visitar el Lower y el Upper mediante uno de los tours que ofrecen los indios navajos, ya que pertenecen a su territorio. Hay un cupo determinado de visitantes cada hora, así que conviene reservar con antelación para ir a las mejores horas (entorno del mediodía, momento en el que los rayos del sol inciden lo suficientemente perpendiculares para bañar de luz el interior del cañón). Para visitar el Lower hay varias empresas, nosotros reservamos con Dixie Ellis’ Tours a las 12:15 y nos costó 27 $ por persona. Nuestra experiencia con ellos fue muy satisfactoria, y la guía que nos tocó contribuyó enormemente a disfrutar mas de la experiencia de descubrir el cañón.
Un poco antes de nuestra hora ya esperábamos delante de la caseta de Dixie Ellis, en el que había que presentar el impreso de la reserva. Nos explicaron que dentro del cañón no se podía llevar ninguna mochila, ni siquiera la funda de la cámara de fotos. Parecía que todo estaba muy bien organizado, y a nuestra hora se congregó una cincuentena de personas para hacer el tour. Se hicieron grupos de unas 15 y se asignó a cada uno un guía navajo. En nuestro caso era una chica joven que nos llevó por un sendero hasta la entrada del Lower Antelope Canyon (situada al norte del cañón). Al llegar todavía estaban esperando un par de grupos de la hora anterior, no pensábamos que hubiera tanta gente. Pero como hemos dicho, parecía que los navajos lo tenían todo muy bien organizado y no nos tuvimos que esperar demasiado. Durante la espera, la guía nos contó cosas interesantes del cañón. Cuando llegó el turno de nuestro grupo vimos que teníamos que descender un gran desnivel por unas escaleras metálicas. Desde allí veíamos a la gente que ya estaba en el cañón, y parecía un río continuo de personas. Pese a la gran masificación, al llegar al fondo del cañón nos quedamos impresionadísimos: era un lugar sencillamente mágico. El cañón era muy estrecho, y sus paredes parecían cinceladas con unas bellas formas armoniosas que, iluminadas por los rayos del sol, parecían refulgir ante nuestros ojos. Aunque era un lugar del que habíamos visto fotos, nos quedamos embobados contemplando sus maravillosas formas y colores.
Lower Antelope Canyon
Lower Antelope Canyon
Lower Antelope Canyon
Como las condiciones lumínicas del cañón eran muy peculiares, hacer fotos en automático no era muy buena idea. La guía navajo estuvo de 10, y nos enseñó a configurar nuestras cámaras y smartphones para sacar las mejores fotos, preocupándose porque todo el mundo tuviera la mejor configuración para sus cámaras. Y la verdad es que gracias a sus consejos fotográficos, las fotos salían mejor. Iniciamos el lento recorrido por el cañón, que era tan estrecho que normalmente teníamos que ir en fila india. La expresión de todos los visitantes era la misma: asombro. Como todo el mundo, no podíamos dejar de mirar hacia arriba, donde el sol bañaba las partes superiores del cañón y producía unos efectos lumínicos de una belleza increíble.
Lower Antelope Canyon
Lower Antelope Canyon
La guía navajo a veces se paraba para mostrarnos algunas formaciones con formas peculiares, de cabeza de tiburón, de león o, la mas espectacular de todas, la “mujer al viento”. Además, como el espacio era muy reducido, la guía nos aconsejaba dónde nos teníamos que poner para sacar los mejores encuadres. E incluso en un momento se dedicó a sacar fotos con las propias cámaras a cada miembro de su grupo. El cañón era un lugar mágico, pero aquella guía navajo hizo que guardáramos un recuerdo todavía mejor.
Lower Antelope Canyon
Formas peculiares: el tiburón sonriendo (izq.), el león (centro) y la mujer al viento (dcha.)
Al final estuvimos cerca de una hora dentro del Lower Antelope Canyon, el cual consideramos uno de los lugares mas bonitos y mágicos de todo nuestro viaje por la costa oeste de EEUU. No sabemos si el Upper es mas bonito o menos que nuestro Lower. Lo que sí sabemos es que el Lower es un lugar tremendamente espectacular, de esos que se ven una vez en la vida y que no olvidas fácilmente. Sin duda, nos pareció otro de los imprescindibles de este viaje.
Al salir cogimos el coche para continuar nuestra ruta, nos esperaban un par de horas hasta nuestro siguiente objetivo, el Gran Cañón. El día siguiente nos estaríamos todo el día en él, así que para aquella tarde solo queríamos ir a los miradores que hay al este del parque, a lo largo de la carretera panorámica Desert View Drive. No sabíamos qué nos íbamos a encontrar exactamente, ya que sabíamos por otros viajeros que el Gran Cañón había pasado unos días con muy mal tiempo, tapado con una densa niebla e incluso con nieve. El primer mirador al que fuimos fue el Desert View, que constituye el punto mas oriental desde que se puede ver el Gran Cañón (sin hacer ningún trekking). El día era muy frío allí, pero al menos soleado, y encontramos algunos restos de nieve en el margen de los caminos. Las vistas desde el mirador eran claras y espectaculares: ante nosotros se extendía en todo su esplendor el famoso Gran Cañón. Aunque nos esperábamos encontrar un cañón muy grande, no nos esperábamos que lo fuera tanto. Y puede que no lo parezca, pero el Gran Cañón tiene una anchura de unos 10 km, por lo que apenas se puede ver su borde norte. Una de las ventajas de este mirador es que se ve el río Colorado, ya que uno de sus tramos va perpendicular a la vista (en otros miradores va tan encajonado que no lo ves). Aquellas vistas nos fascinaron.
Desert View
El siguiente mirador al que paramos en nuestra ruta hacia el oeste fue el Navajo Point, que no vale mucho la pena ya que está cerca del anterior y las vistas son similares. Sí que encontramos bonitas las del siguiente, el Lipan Point, en las que se podía reseguir el recorrido del río Colorado hacia el oeste. La panorámica era espectacular, y las luces del atardecer acentuaban la belleza de los escarpados acantilados que se precipitaban al río.
Navajo Point
Lipan Point
Los dos últimos miradores estaban mas alejados de estos tres anteriores. Primero encontramos el Moran Point, cuyas vistas eran similares a los anteriores. El que sí que vale mucho la pena es el Grandview Point (su nombre ya lo indica) ya que tiene una vista de todo el cañón sin ninguna montaña que lo tape. Las vistas de los miradores de la Desert View Drive nos gustaron mucho, y fueron un buen anticipo para lo que íbamos a ver el día siguiente.
Moran Point
Grand View Point
La noche empezaba a caer sobre el Gran Cañón, así que nos fuimos a nuestro alojamiento para los dos próximos días. Los alojamientos mas cercanos al Gran Cañón están situados en el Grand Canyon Village, un conjunto de campings, lodges y pequeños hoteles. Como era fin de semana, nos había sido imposible encontrar ninguna habitación libre, y eso que lo hicimos con un mes de antelación. Nos tuvimos que alojar en el pueblo de Tusayan, lo cual tampoco es mucho inconveniente ya que está solo a 10 minutos en coche del parque. Lo bueno de alojarte en Grand Canyon Village es que no te tienes que preocupar por aparcar y te puedes mover en los buses gratuitos (hay grandes parkings en el parque, pero se hacen cortos por la gran afluencia de visitantes que hay). Nuestro alojamiento fue el Grand Canyon Plaza, un hotel con muchísimas habitaciones repartidas en tres edificios. La nuestra estaba en uno de los edificios anexos, y estaba muy bien. El precio fue de 131 € la noche sin desayuno, un pastón, pero hay que tener en cuenta que los precios se disparan en fin de semana y que estábamos muy cerca del parque.
Nuestra habitación
Antes de ir a cenar teníamos que solucionar un tema logístico. Queríamos hacer para el día siguiente o el otro el sobrevuelo del cañón en helicóptero, una de las mejores actividades que se pueden hacer allí. Quisimos ir al cercano aeropuerto de Tusayan para contratar directamente el tour, pero a aquellas horas estaba cerrado. Por suerte, en la recepción del hotel había el mostrador de un touroperador donde se podría contratar, así que nos acercamos a preguntar. Aunque era fin de semana, parecía que había mucha disponibilidad de horarios. Cuando preparamos el viaje no sabíamos si era necesario comprarlo anticipadamente por internet, pero en esa época no hace falta. Al final decidimos hacerlo al cabo de dos días, por la mañana, reservando el sobrevuelo de 30 minutos con Papillon. Es una actividad cara, ya que son 212 $ por persona, pero como ya veremos, vale mucho la pena.
En Tusayan la oferta de restaurantes es muy amplia, pero los precios también son altos. De hecho, incluso las cadenas de comida rápida tienen precios bastante mas altos que en otras partes del estado. Nos decidimos por el We cook pizza & pasta, un local de comida rápida cuyo nombre ya lo dice todo. Nos pedimos una lasaña y pasta con pollo picante, y la verdad es que estaban mas buenas de lo que nos pensábamos. Junto con una cerveza, la cena nos salió por 42 $, un buen precio teniendo en cuenta lo caro que es todo en Tusayan.
Nuestra cena

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