CAMBOYA 6: pueblo flotante de Kompong Phluk

6 de diciembre de 2017 Aquella jornada abandonamos Kompong Thom y nos dirigimos a Siem Riep en bus. Llegamos al hotel a primera hora de la tarde, y tras instalarnos cogimos un tuktuk para ir la pueblo flotante de Kompong Phluk, donde pasaríamos el resto de la tarde. Aquella mañana habíamos hecho una cura de sueño y dormimos hasta tarde, aprovechando que nuestro bus a Siem Riep no salía hasta las 10 h. Como los billetes los habíamos comprado a través de la gueshouse (6 USD cada uno), nos llevaron gratis en coche hasta la estación de bus.
6 de diciembre de 2017
Aquella jornada abandonamos Kompong Thom y nos dirigimos a Siem Riep en bus. Llegamos al hotel a primera hora de la tarde, y tras instalarnos cogimos un tuktuk para ir la pueblo flotante de Kompong Phluk, donde pasaríamos el resto de la tarde.
Aquella mañana habíamos hecho una cura de sueño y dormimos hasta tarde, aprovechando que nuestro bus a Siem Riep no salía hasta las 10 h. Como los billetes los habíamos comprado a través de la gueshouse (6 USD cada uno), nos llevaron gratis en coche hasta la estación de bus. Por llamarlo de alguna forma, porque no era mas que un tramo de acera mas ancho situado enfrente de una farmacia con algunas raídas sillas de plástico. Allí nos dijeron que en realidad el bus no llegaba hasta las 10:30, por lo que nos pusimos a desayunar unas galletas que habíamos comprado. Sorprende que precisamente aquel era el primer bus de la mañana hacia Siem Riep. Pero hay que tener en cuenta que todos los buses que circulan por allí tienen como origen o destino Siem Riep o Phnom Penh, de forma que solo puedes coger un bus pronto si tu parada está cerca del origen (no era nuestro caso).
Al final el bus llegó a las 11, y el trayecto hasta Siem Riep duró unas dos horas y media. Al bajar en la estación de Sorya nos rodeó un grupo de tuktukeros buscando contratar las visitas a los templos de Angkor. Todo el mundo que va a esta ciudad visita los templos, y normalmente se suelen necesitar tres días para verlos bien (nosotros empezaríamos al día siguiente), con lo que es un gran negocio para los tuktukeros cerrar un trato. Negociamos con uno llamado Sok Mao, con el que quedamos para el día siguiente en hacer el recorrido corto de Angkor por 15 USD (el precio está mas o menos fijado). Como agradecimiento, nos llevó gratis a nuestro alojamiento aunque estaba muy cerca, el Travellerhome Angkor. Los empleados nos recibieron al estilo camboyano, con un gran despliegue de amabilidad y simpatía a la que como europeos no estamos acostumbrados. Nos ofrecieron unas bebidas y unos snacks mientras cumplían con el papeleo. Las zonas comunes del hotel eran bastante correctas, incluso había una buena piscina con bar para combatir el calor. Nuestra habitación, sin embargo, no estaba a la misma altura, los muebles se veían viejos y raídos, aunque cumplía perfectamente su función. Una de las peores cosas era el wifi, que apenas funcionaba, y teniendo en cuenta que íbamos a estar allí cinco noches nos fastidió un poco. El desayuno estaba incluido, y era bastante bueno, se podían elegir diferentes platos cocinados de la carta. La ubicación era muy buena, estábamos en una zona que había de todo (restaurantes, agencias de viaje, cajeros, lavanderías…), a poca distancia de Pub Street y del Mercado Nocturno. El precio de la habitación doble con desayuno fue de 25 USD (unos 20 €), en general un buen precio para lo que recibimos a cambio.
Nuestra habitación en Siem Riep, y el snack de bienvenida que nos dieron
Enseguida nos preparamos y salimos, no queríamos que se nos echara la noche encima. Para aquella tarde queríamos visitar alguno de los pueblos flotantes que hay en las orillas del gran lago Tonlé Sap. El mas cercano a Siem Riep es el de Chong Kneas, pero habíamos leído que estaba muy masificado por el turismo, así que elegimos ir al de Kompong Phluk, un poco mas lejos. Fuera del hotel enseguida encontramos un tuktukero (después vimos que era el propio del hotel), con el que concertamos una tarifa de 15 USD (ida y vuelta incluyendo la espera). El viaje en tuktuk fue largo, casi una hora, ya que el pueblo está a unos 47 km al SE de Siem Riep. Primero paramos en una caseta donde teníamos que comprar los billetes, ya que la visita al pueblo se hace en barca. Parece ser que está gestionado por una cooperativa de gente del pueblo, lo cual no evitó el palo que nos dieron por los billetes, ¡25 USD por persona! Después tuvimos un corto trayecto hasta la zona del río donde tenían las barcas. Las había a decenas, tantas que nos asignaron una entera para nosotros solos. Al principio navegamos por un río totalmente rodeado de vegetación arbustiva, pero enseguida llegamos al pueblo de Kompong Phluk. Nos sorprendió comprobar que en realidad no es un pueblo flotante, ya que las casas están construidas sobre pilones que emergen del lecho del río. Como estábamos en temporada seca, el nivel del agua estaba bajo y las casas emergían varios metros del agua. Las casas nos parecieron bastante grandes, aunque solo tenían una planta, y no se veían muy humildes. Algunas tenían floridos jardines en el porche o pequeños santuarios budistas muy decorados.
Típicas casas de Kompong Phluk
Explorando el pueblo flotante
Seguramente, al principio la gente del pueblo debía dedicarse a la pesca, pero con la llegada del turismo parecía que los todos hombres se dedicaban a llevar turistas con las barcas (luego veríamos a que se dedicaban las mujeres). Eso se notaba en el pueblo, ya que no se veía casi ninguna vida: no había gente en los porches de las casas, en sus pocas tiendas, en su curiosa iglesia o circulando en barcas, cosa que abundaban en otros pueblos flotantes que visitamos a lo largo del viaje y que eran mucho mas auténticos. En este sentido, al cabo de un tiempo nos dio la sensación de estar visitando un escenario de cartón piedra.
Kompong Phluk
Diferentes casas flotantes
A medio camino la barca paró en un edificio de madera, donde había un pequeño restaurante donde podías comer algo. También te ofrecían hacer una mini excursión en una barca a remo por el bosque inundado que hay alrededor del pueblo (pagando un suplemento de 5 USD cada uno). Nosotros accedimos y fuera del edificio encontramos docenas de señoras que llevaban las barcas a remo (¡ahí estaban!), esperando a clientes. La barca que nos tocó la llevaba una señora que no decía ni pío y que llevaba a su nieto de timonel. Al nada de salir con la barca la señora paró delante de otra llena de refrescos o snacks para que compráramos algo. Obviamente todo tenía precios astronómicos y no compramos nada, pero la vendedora nos dijo que compráramos algo para la barquera y el niño. No nos pudimos negar y al final accedimos a comprarles un refresco, todo aquello nos olía a trampa para turistas. Finalmente, la señora nos llevó por el bosque inundado, lo cual nos pareció una de las pocas cosas auténticas de Kompong Pluk. La sensación de estar navegando en barca entre los troncos de los árboles nos gustó mucho.
Descubriendo el bosque inundado
Bosque inundado cerca de Kompong Phluk
Volvimos al edificio de madera donde volvimos a coger la barca grande, y estuvimos otro rato navegando entre las casas del pueblo para salir rumbo al lago Tonlé Sap. Allí el barquero paró el motor y dejó que disfrutáramos de la tranquilidad que se respiraba allí. El lago es tan grande que no alcanzábamos a ver la otra orilla. Después iniciamos el regreso hasta el punto de partida. El paseo en barco había durado unas dos horas, incluyendo el pequeño tramo en barca a remo. En general la visita nos gustó, pero para disfrutarla hay que saber a lo que se va. Y no se va a ver un típico pueblo flotante de pescadores donde se puede ver la vida local de la gente, sino un pueblo donde viven antiguos pescadores que actualmente se dedican al turismo. En este sentido, son mucho mas auténticos los pueblos de pescadores que vimos en el trayecto en barco a Battambang y sobre todo en Kampong Chhnang. Pero si no se va a ir a ninguno de estos sitios, Kompong Phluk es interesante para tener una idea de como son estos pueblos.
Lago Tonlé Slap
Volvimos con tuktuk al hotel de Siem Riep cuando ya anochecía. Después de ducharnos y de descansar un poco nos fuimos a cenar por los alrededores. La oferta en la zona es amplísima, ya que hay muchos hoteles, y lo difícil es escoger. Al final acabamos en el Restaurant Red Angkor, un establecimiento sencillo y familiar con platos de cocina jemer relativamente baratos. De entrante pedimos unos wanton de cerdo que eran bastante buenos. Después pedimos lok lak de pollo (días atrás lo habíamos probado de cerdo) y pescado frito, que nos gustaron mucho. Junto con las bebidas la cena nos salió por 11 USD (unos 8,5 €), lo cual nos pareció algo caro, se notaba que en Siem Riep los precios eran mas caros que en provincias.
Nuestra cena de aquella noche

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