VIETNAM 24: Ho Chi Minh II, templo Cao Dai y túneles de Cu Chi

14 de enero de 2020 Aquella jornada nos enrolamos en un tour para ver estos dos interesantes lugares. Primero la Santa Sede de Cao Dai, sede de una fascinante confesión religiosa que mezcla elementos de otras. Después de comer fuimos a visitar los túneles de Cu Chi, usados por el Vietcong en sus incursiones a Saigón. Aquel día iba a ser largo ya que nos habíamos enrolado en un tour de día entero para ver un par de lugares mas o menos cercanos a Ho Chi Minh. Lo habíamos reservado el día anterior en una agencia de nuestro barrio y nos había costado 400.000 VND por persona (unos 16 €). Puede parecer caro, pero es que la distancia a recorrer es mucha. De hecho, tardamos unas 3 horas de bus a llegar al primero, la Santa Sede de Cao Dai. Esta es la sede de una curiosa religión, del caodaísmo, de la cual nosotros no habíamos oído hablar pero que es realmente fascinante. Tal y como nos explicó la guía de nuestro tour, el caodaísmo es una religión sincrética, ya que une elementos de diferentes religiones (como el cristianismo, hinduismo, islam, budismo…) y de algunas corrientes filosóficas (como el confucianismo).
14 de enero de 2020
Aquella jornada nos enrolamos en un tour para ver estos dos interesantes lugares. Primero la Santa Sede de Cao Dai, sede de una fascinante confesión religiosa que mezcla elementos de otras. Después de comer fuimos a visitar los túneles de Cu Chi, usados por el Vietcong en sus incursiones a Saigón.
Aquel día iba a ser largo ya que nos habíamos enrolado en un tour de día entero para ver un par de lugares mas o menos cercanos a Ho Chi Minh. Lo habíamos reservado el día anterior en una agencia de nuestro barrio y nos había costado 400.000 VND por persona (unos 16 €). Puede parecer caro, pero es que la distancia a recorrer es mucha. De hecho, tardamos unas 3 horas de bus a llegar al primero, la Santa Sede de Cao Dai. Esta es la sede de una curiosa religión, del caodaísmo, de la cual nosotros no habíamos oído hablar pero que es realmente fascinante. Tal y como nos explicó la guía de nuestro tour, el caodaísmo es una religión sincrética, ya que une elementos de diferentes religiones (como el cristianismo, hinduismo, islam, budismo…) y de algunas corrientes filosóficas (como el confucianismo). De hecho, su máxima es que solo existe un dios, el cual cada religión llama e interpreta a su manera (Cristo, Yahvé, Mahoma…). Por eso, el caodaísmo está muy abierto a otras religiones, y sus ceremonias no están cerradas a ninguna otra confesión. La historia de esta religión es reciente, pues fue creada en los años 20 por un funcionario vietnamita que tuvo una revelación del Emperador de Jade (el principal dios del Taoísmo). Pese a su corta historia, cuenta con varios millones de fieles, especialmente en el sur de Vietnam y Camboya, y de hecho a lo largo de nuestro viaje vimos varios de sus templos. Para saber más del caodaísmo, os recomendamos leer este post de La Réplica.
El triángulo con el ojo es el símbolo del dios del caodaísmo
Nosotros íbamos a visitar su Santa Sede de Cao Dai, el templo principal de esta religión. Su edificio refleja a la perfección su filosofía. A lo lejos parecía un templo cristiano, con dos altas torres parecidas a campanarios, pero viéndolo más cerca nos fijamos que había elementos de otras religiones: un gran buda, pequeñas figuras hinduistas, dragones de la tradición china… Y siempre omnipresente, el símbolo del triángulo con un ojo, que simboliza su dios, el dios de todas las religiones. Su interior también tenía estos elementos, aunque era mas sencillo. Al igual que el exterior, estaba pintado de vivos colores, cosa que no solemos asociar a un lugar religioso. No nos entretuvimos demasiado, ya que a las 12 h se oficia una ceremonia religiosa diaria a la que podíamos asistir. La guía nos indicó que teníamos que verla desde un pequeño palco. Vimos como la nave del templo se fue llenando de fieles, ataviados con impolutas túnicas blancas. Al cabo de un momento, entraron un pequeño grupo de hombres vestidos con túnicas de diferentes colores. La guía nos había explicado que, como en la iglesia católica, hay una jerarquía eclesiástica, y que el color de la túnica es un símbolo de alto rango. Desde otro lugar del palco empezó a cantar un coro de mujeres acompañado de una pequeña orquesta con instrumentos tradicionales. Los fieles se arrodillaban y juntaban las manos mientras rezaban, fue curioso ya que nos pareció que su forma de rezar también era mezcla de la de varias religiones. No sabemos si duraba mucho la ceremonia, pero al rato la guía nos dijo que nos teníamos que ir. Abandonamos la Santa Sede de Cao Dai con el buen sabor de boca que da el haber aprendido algo nuevo, interesante y en directo. Nuestra guía nos dijo que aquel era un tour que no hacía mucha gente (en la ceremonia solo había otro grupo pequeño mas de turistas), pero a nosotros nos pareció 100 % recomendable.
Santa Sede de Cao Dai
Altar mayor del templo
Ceremonia religiosa Cao Dai
Fieles rezando dentro del templo
Después nos llevaron a almorzar a un restaurante que estaba en medio de la nada. La mayoría de los integrantes del tour tenían el almuerzo incluido y les sirvieron un gran buffet. Nosotros y un ruso no, en nuestro caso pedimos un plato de fideos fritos con ternera para compartir bastante bueno junto a un par de cervezas (170.000 VND, unos 7 €). A continuación fuimos a ver los túneles de Cu Chi. Este es sin duda uno de los lugares mas populares de los alrededores de Ho Chi Minh, y es casi un orgullo nacional para los vietnamitas. De hecho, fueron clave para la victoria del Vietcong sobre los estadounidenses y el Vietnam del Sur. Estos túneles fueron construidos por el Vietcong en los años 60 para burlar los bombardeos y ataques de los marines. Una cosa que no sabíamos era que aunque en teoría el Vietcong solo gobernaba la mitad norte de Vietnam, tenía un gran apoyo entre los campesinos de Vietnam del Sur, debido a las promesas de colectivización de tierras y al autoritarismo del presidente survietnamita Dinh Diem. El sistema de túneles comprendía varios niveles y constituían mini ciudades, con hospitales, escuelas, salas de reuniones, etc. Para evitar que los marines las encontraran, sus entradas estaban muy escondidas y estaban protegidas con todo tipo de trampas. De hecho, el pequeño tamaño de los túneles era en si una protección ante los marines, fuertes y grandes, que a menudo no podían pasar por ellos. Los túneles de Cu Chi fueron fundamentales para la ofensiva del Tet, en la que el Vietcong atacó por sorpresa Saigón, la capital del Vietnam del Sur, ya que pudieron esconder en los túneles las tropas y el material antes del ataque. Esta batalla convenció a los estadounidenses que Vietnam era una guerra perdida, y tiempo después iniciaron su retirada. Por eso es un lugar tan importante para los vietnamitas.
Maqueta con la estructura interna de los túneles de Cu Chi
Nuestra misma guía nos explicó con todo lujo de detalles (y fervor nacionalista) la historia de los túneles de Cu Chi (la gente que viene con transporte propio ha de contratar un guía). En una maqueta nos mostró los diferentes niveles de los túneles, ya que solo están abiertos al público algunos pequeños tramos. Después nos llevó a algunas secciones de túneles y salas, todo estaba bastante bien adaptado para el turista. Los túneles que comunicaban las salas eran bastante claustrofóbicos, ya que estaban oscuros, pero eran bastante cortos así que tampoco eran nada traumático. De hecho, la guía dio la opción a quien quisiera de recorrer un pequeño tramo del nivel inferior, que era mas largo y estrecho, pero nosotros declinamos la oferta. Para que viéramos cómo era una de las entradas reales, la guía nos llevó a una zona de la selva y nos pidió que las buscáramos. Al cabo de un rato rebuscando entre la hojarasca sin éxito, ella emergió de una de ellas: la abertura era tan estrecha, que una persona con algún kilo de mas no podía entrar (a David le costó un poco, pero hubo un turista que se quedó atorado…). Después nos llevó a una zona de la selva donde nos mostró las trampas de fabricación casera que hacía el Vietcong. La guía no cabía en si de orgullo: habían derrotado al gran ejército yanqui con ellas, gracias a su ingenio y su valentía. La visita duró un par de horas y la verdad es que nos gustó mucho para comprender un poco mas este famoso periodo de la historia del país. Además, al visitar los túneles por la tarde no encontramos apenas otros visitantes, ya que los tours de medio día suelen ir por la mañana.
Entrada habilitada para los turistas (izq.) y túnel (dcha.)
Entrada original de uno de los túneles
Entrada a un túnel (izq.) y recreación de una sala de reuniones (dcha.), con maniquís con el uniforme oficial del Vietcong
Volvimos al bus e iniciamos el regreso a Ho Chi Minh. Aunque Cu Chi está relativamente cerca, nos costó mucho tiempo volver, ya que pillamos la hora punta y el tráfico estaba horrible. Aunque el tour fue un poco cansado por todas las horas que hay de bus hasta los dos lugares, nos gustó mucho por el gran interés que tienen tanto Cao Dai como Cu Chi. Cuando planificamos el viaje dudábamos si hacer un tour al delta del Mekong o este, pero la zona del delta no nos llamaba demasiado y hacer aquel tour a Cao Dai y Cu Chi fue todo un acierto.
El bus nos dejó en la zona del mercado de Ben Thanh y decidimos ir a cenar directamente sin pasar por el hotel. Era nuestra última cena en Vietnam, ya que al día siguiente ya regresaríamos a casa. Fuimos paseando para estirar las piernas a Pham Ngu Lao, una animada zona mochilera con un montón de restaurantes baratos y buenos. Elegimos el Nha Hang, donde pedimos pollo frito y un hot pot de marisco. La proximidad del mar se notó en el buen sabor del marisco. Junto con una cerveza y una limonada, la cena nos salió por 204.000 VND (unos 8 €), un súper precio teniendo en cuenta que los hot pots de marisco suelen se caros, así que nos pareció un sitio súper recomendable.
Nuestra cena

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