VIETNAM 3 - 5: bahía de Halong

Del 24 al 26 de diciembre de 2019 En este post os resumiremos el tour de tres días y dos noches que hicimos por la bahía de Halong, uno de los lugares mas espectaculares de Vietnam. El primero lo empezamos haciendo un largo viaje en bus desde Hanoi y llegando a nuestro barco hacia el mediodía. Iniciamos la navegación por la espectacular bahía, parando en la cueva de Sung Sot y en la isla Titop. Por la noche tuvimos una cena de nochebuena muy especial. En el segundo empezamos visitando la cueva de Ho Dong Tien, tras lo que hicimos un rato de kayak. Después de comer nos llevaron a la cueva de Me Cung y de nuevo al barco, donde pasamos el resto de la tarde de relax. Y en el tercero, a primera hora de la mañana nos llevaron a una granja de perlas, en cuyas aguas hicimos kayak de nuevo. Después volvimos al barco e iniciamos la vuelta hacia tierra firme. Después de comer, nos dejaron en el puerto donde nos recogió un bus que nos llevó a Hanoi. Allí cenamos e hicimos tiempo, ya que a la noche teníamos que coger el tren nocturno hacia Sapa.
Del 24 al 26 de diciembre de 2019
En este post os resumiremos el tour de tres días y dos noches que hicimos por la bahía de Halong, uno de los lugares mas espectaculares de Vietnam. El primero lo empezamos haciendo un largo viaje en bus desde Hanoi y llegando a nuestro barco hacia el mediodía. Iniciamos la navegación por la espectacular bahía, parando en la cueva de Sung Sot y en la isla Titop. Por la noche tuvimos una cena de nochebuena muy especial. En el segundo empezamos visitando la cueva de Ho Dong Tien, tras lo que hicimos un rato de kayak. Después de comer nos llevaron a la cueva de Me Cung y de nuevo al barco, donde pasamos el resto de la tarde de relax. Y en el tercero, a primera hora de la mañana nos llevaron a una granja de perlas, en cuyas aguas hicimos kayak de nuevo. Después volvimos al barco e iniciamos la vuelta hacia tierra firme. Después de comer, nos dejaron en el puerto donde nos recogió un bus que nos llevó a Hanoi. Allí cenamos e hicimos tiempo, ya que a la noche teníamos que coger el tren nocturno hacia Sapa.
¡Por fin llegó el día! Estábamos emocionados y expectantes por lo que nos depararían los tres siguientes días, en los que exploraríamos la bahía de Halong, uno de los motivos que nos empujaron a visitar Vietnam. En internet hay decenas de posts y guías que explican cómo reservar el mejor tour por la bahía, así que no repetiremos la información y simplemente os contaremos algo de nuestra experiencia. Llegamos a Vietnam sin tener el tour reservado, ya que habíamos leído que lo mejor era reservarlo una vez aterrizados en Hanoi. El único problema que tuvimos es que en nuestro caso sólo teníamos dos días de antelación para la reserva, y el hecho de coincidir con fechas navideñas (nochebuena y Navidad) hizo que encontráramos menos oferta porque algunos barcos ya estaban completos. Nos habíamos anotado algunas agencias de viaje del barrio antiguo que fuimos visitando para ver qué ofertas tenían. Al final el tour lo reservamos con nuestro hotel, el Tung Trang Hotel, ya que tenía un catálogo de una quincena de compañías diferentes para todos los bolsillos (en la mayoría de agencias que visitamos solo trabajaban con una o dos compañías). Uno de los aspectos a tener en cuenta en cualquier tour a Halong es si se quiere dormir en la isla de Cat Ba o en el barco; nosotros queríamos hacerlo en el barco porque era algo que no habíamos hecho nunca y habíamos leído que los hoteles de la isla eran bastante cutres. La gran mayoría de compañías hace un trayecto similar por la bahía de Halong, ofertando una gama de actividades parecidas. La única variación es que algunas bajan hasta la bahía de Lan Ha, menos turística pero más alejada. Nosotros nos decantamos por la ruta clásica, y lo único que no queríamos dejar de hacer era practicar kayak. Los precios son muy variables y eso ha hecho que proliferen en la red multitud de posts que explican cómo conseguir el mejor precio. Según nuestra experiencia, hay tantísimas compañías que es realmente muy complicado poder comparar precios. Y normalmente los precios van en consonancia con la calidad de las instalaciones y de los servicios. Así que si pagas más de lo que inicialmente pensabas, seguramente obtendrás más a cambio. Finalmente nos decantamos por el Apricot Premium Cruise, un crucero de cuatro estrellas con relativamente pocas habitaciones. Elegimos una habitación superior con balcón, y nos acabó saliendo por 280 USD por persona. Esto es bastante más de lo que nos queríamos gastar en un principio (nuestro tope era de 200 USD), pero estamos contentos por lo que recibimos a cambio. La habitación no era muy grande, y carecía de armarios para dejar equipaje, pero creemos que eso es algo común en esos barcos. Al menos, el lavabo estaba bastante bien, con ducha e inodoro en sitios diferentes. Las comidas eran muy buenas y muy variadas, casi que podríamos decir que eran de lo mejor del crucero. Y la gama de actividades y de lugares a los que fuimos nos gustó bastante. Pudimos comparar nuestro crucero con el de otros viajeros con los que hablamos el segundo día durante una de las actividades y se notaba mucho la diferencia entre uno de tres estrellas y el nuestro de cuatro. Por eso, nuestra conclusión final es tanto pagues, tanto tendrás.
Nuestro crucero
Nuestra habitación
El primer día del tour comenzó en Hanoi, donde nos pasaron a recoger por nuestro hotel sobre las 8 h. Iniciamos un viaje en un incómodo bus de unas 3 h hasta la costa, en el que hicimos una parada en el camino de unos 20 minutos. Entre unas cosas y otras llegamos a nuestro barco Apricot Premium sobre las 13 h. En la sala común, nuestro guía Danny nos dio la bienvenida, nos explicó el funcionamiento del tour y nos entregó las llaves de nuestras habitaciones. El barco empezó a surcar las aguas de la bahía de Halong e inmediatamente nos sirvieron la comida. No nos defraudó, era un buffet muy completo y variado, con todo tipo de sabrosas comidas para todos los gustos. Lo único que no entraba en el precio del tour eran las bebidas que se pidieran. Cuando terminamos de comer nos asomamos a la cubierta para empezar a contemplar los espectaculares acantilados calizos que han hecho famosa la bahía. Lo malo es que el día estaba tapado y la visibilidad no era muy buena. Pero le daba al paisaje un aura misteriosa también interesante.
Acantilados de Halong en medio de la niebla
Navegando entre acantilados
Vistas de la bahía
Navegando por Halong
La primera visita del tour fue a la cueva de Sung Sot, una de las muchas que hay en las islas que forman la bahía de Halong, las cuales son de origen kárstico. Había que subir unas empinadas escaleras para llegar a la entrada de la cueva, desde la cual también había bonitas vistas de la bahía. No teníamos ninguna expectativa de la cueva, así que nos asombraron mucho sus fascinantes formaciones kársticas y la grandiosidad de sus cámaras. ¡Con razón la cueva también se la conoce como la Surprise Cave! De las diferentes cuevas que vimos aquellos días, ésta es sin duda la más espectacular.
Vistas desde el interior de la cueva
Cueva de Sung Sot
Enorme interior de la cueva
A continuación nos llevaron a uno de los lugares más masificados de toda la bahía, la isla Titop. Casi todos los tours acuden aquí para subir a uno de los miradores más privilegiados de Halong. En este caso nos desembarcaron en la isla y nos dieron 1 hora para hacer lo que quisiéramos. El ascenso al mirador es agotador, y se hace a través de un interminable camino con escalones. Tras unos 20 minutos llegamos al pequeño mirador, donde nos hicimos un hueco para contemplar las vistas. Éstas eran increíbles, y la mala visibilidad no conseguía eclipsarlas. Luego volvimos a bajar y mojamos los pies en la pequeña playa que hay en Titop para hacer tiempo.
Primeras vistas ascendiendo al mirador
Vistas desde el mirador, con un montón de cruceros fondeados en la bahía
Mojando los pies en la playa
Volvimos al barco y nos fuimos a duchar y a descansar un rato. A las 19 h teníamos la cena, una cena de nochebuena muy especial, a bordo de un barco en uno de los lugares mas fascinantes del planeta. Y la verdad es que la comida estuvo a la altura del lugar y del día: consistía nuevamente en un buffet muy rico y bien presentado, con exquisiteces como marisco fresco. En momentos como aquel, disfrutando de una cena exquisita, pensamos en lo bien que habíamos hecho pagando un poco más por el crucero. En la cena hicimos buenas migas con Jince, una chica india residente en Singapur que viajaba sola. Nuestro guía Danny ofició como maestro de ceremonias vistiendo un elegante frac (nosotros llevábamos unas pintas…) e incluso estaba allí el propietario del crucero para felicitarnos las fiestas. La cena acabó en el karaoke de la sala común, que rápidamente fue colonizado por los papas y mamas que querían grabar lo “bien” que cantaban sus hijos. Había la opción de hacer pesca nocturna de calamares desde el barco, pero no nos sedujo mucho el plan. La noche envolvió la bahía de Halong, cubierta de luces de unas decenas de cruceros que fondeaban en sus aguas.
Algunos de los manjares de aquella cena
El segundo día amaneció para nosotros pronto, ya que teníamos que desayunar a las 7 h. Media hora después debíamos abandonar el barco, el cual regresaba a tierra firme para dejar a los viajeros que hacían el tour de dos días. Los que hacíamos el tour de tres días nos trasladaron a un barco más pequeño con el que haríamos las visitas del día. Nos sorprendió mucho comprobar que, junto a Jince, éramos los únicos que hacíamos tres días, la gran mayoría de gente hacía solo dos. En el barco pequeño fuimos a buscar gente de otros barcos que hacía como nosotros su segundo día. Allí conocimos a una simpática pareja chileno-venezolana con la que estuvimos hablando bastante. Afortunadamente el día había mejorado y había mejor visibilidad que el día anterior, aunque continuaba bastante tapado. La primera visita del día fue a la cueva de Ho Dong Tien, muy pequeña y algo decepcionante. Lo mas interesante es que el recorrido acababa en un lugar donde se ve el pequeño lago que hay en el interior de la isla.
El barco con el que nos llevaron aquel día
Nuevo día navegando por Halong
Pescadores en la bahía
Acantilado cerca de la cueva de Ho Dong Tien
A continuación nos llevaron a hacer una de las actividades más esperadas, kayak. En una plataforma flotante había una casucha donde tenían los kayaks y fuimos saliendo en dirección al guía del grupo, que nos llevó hacia una pequeña playa que daba a una cueva. Ésta era muy pequeña y daba a otra playa mas grande donde la gente se podía bañar. La verdad es que el kayak se nos hizo muy corto, porque estuvimos mas tiempo en la playa que en el kayak. Volvimos al barco pequeño y nos sirvieron una comida (mas sencilla que los otros días), y pasamos un buen rato con los sudamericanos y Jince. Después del almuerzo nos dividieron, unos fueron a una granja de perlas (a la que nosotros iríamos al día siguiente) y otros fuimos a la cueva de Me Cung. Ésta era pequeña y no tenía nada especial, tan solo las vistas de la bahía que se disfrutaban desde la posición elevada de la entrada.
Navegando hacia la cueva
El día se iba aclarando
Vistas desde la cueva de Me Cung
Después de la visita de la cueva nos llevaron de vuelta al crucero. Nos sorprendió que no eran ni las 16 h y se suponía que teníamos el resto del día de relax. Aprovechamos para hacer una pequeña siesta y ducharnos. En la cena conocimos a la nueva guía y el nuevo pasaje, que ya se conocían entre ellos. En aquella ocasión no había buffet, ya que al resto de la gente le sirvieron lo que habíamos cenado nosotros la noche anterior. Y para nosotros y Jince cocinaron unos platos especiales que compartimos, todo un detalle que no nos hicieran repetir cena, aunque con lo buena que fue no nos hubiera importado. Acabamos las horas de aquel día disfrutando de las vistas nocturnas de la bahía.
El tercer día volvimos a madrugar para desayunar a las 7. Sobre las 8 nos llevaron al Museo de las Perlas de Halong, donde nos dieron la libertad de escoger entre una visita guiada por las instalaciones de esta granja de ostras o un paseo en kayak a nuestro aire. La mayoría escogimos la segunda opción; al alejarnos un poco de la granja nos encontramos en una tranquila bahía con espectaculares paisajes. El lugar no tenía pérdida, ya que era una pequeña bahía cerrada en la entrada de la cual estaba la granja. Aquel kayak estuvo mucho mejor que el del día anterior. Después volvimos al barco, donde teníamos que hacer el check-out y abandonar las habitaciones. El barco inició el regreso hacia tierra firme y nos dieron tiempo libre. Para los aficionados a la cocina había una masterclass para elaborar rollitos de primavera. Aunque lo mejor se podía disfrutar desde la cubierta del barco, ya que el día había amanecido soleado y había buena visibilidad, sin duda las mejores condiciones meteorológicas de los tres días. Pudimos contemplar sin prisas los enormes acantilados boscosos que emergían de la bahía mientras el barco navegaba entre ellos. Aquel fue uno de los mejores momentos del tour y fue uno de nuestros grandes recuerdos de aquel viaje.
Disfrutando de las vistas
Ultimo día disfrutando de estos paisajes
Bahía de Halong
Disfrutando de los paisajes
Posando con Jince, la simpática chica india que conocimos en el crucero
Volviendo a puerto
Sobre las 11 nos sirvieron un brunch en plan buffet en el comedor del barco. Como el resto de las comidas del tour, fue delicioso. Y un rato mas tarde llegamos al puerto de Halong, dando por concluido nuestro tour. En general estamos muy contentos del tour en el Apricot Premium, aunque si volviéramos a hacerlo no pagaríamos el suplemento para tener habitación con balcón, ya que éste es tan pequeño que no se disfruta. Las instalaciones, las actividades y la comida nos gustaron mucho y nos parecieron acordes con lo que pagamos. Sí que nos hubiera gustado alguna actividad más la tarde del segundo día, que prácticamente te la dejan toda de relax en el barco. Pero en general es un crucero que recomendaríamos.
Nos descargaron en el puerto de Halong y nos subieron a un bus rumbo a Hanoi. Por cierto, también había buses que llevaban a Tam Coc, para quienes continuaban su ruta hacia el sur. No era nuestro caso, ya que el siguiente destino iba a ser las montañas de Sapa. Llegamos a Hanoi sobre las 16 h y nos dejaron en nuestro anterior hotel, donde habíamos dejado parte de nuestro equipaje. Nuestro tren nocturno hacia Sapa no salía hasta las 22 h, así que teníamos muchas horas por delante. Fuimos a tomar un café para hacer tiempo en un sitio llamado Pablo’s Coffee, donde nos sirvieron unos cafés bastante buenos pero a precio de turista (110.000 VND, unos 4 €). Después fuimos a cenar algo, aunque no teníamos demasiada hambre después del copioso brunch del barco. Elegimos el Bun Bo Nam Bo, un restaurante muy popular entre los vietnamitas pero algo peculiar, ya que solo tiene un par de platos principales en su carta. Su especialidad es el plato que le da nombre al establecimiento, el Bun Bo Nam Bo, muy conocido en todo Vietnam a base de fideos fritos con ternera y verduras. Al principio es como una ensalada porque tiene muchos ingredientes frescos, pero en el fondo del plato hay un caldo así que también acaba siendo una sopa. Como habíamos leído que las raciones eran generosas pedimos solo un plato, y menos mal, porque era enorme. El plato nos pareció buenísimo, ya que tenía una gran cantidad de condimentos que le daban matices conforme te lo comías (especias, cacahuetes, ajos…). Probamos también un par de nem chua, una especie de tiras de carne fermentada con soja, pero tenían un sabor un poco extraño. Finalmente la cena nos salió por 113.000 VND (unos 4 €), así que este restaurante es un sitio bueno y barato para recomendar en Hanoi.
Nuestro bun bo nam bo
Volvimos a nuestro hotel, recogimos el equipaje y nos dirigimos caminando hacia la estación central de tren de Hanoi (Ga Hanoi). Solo permitían el acceso al tren media hora antes de su partida, así que tuvimos que hacer tiempo aprovechando el buen wifi de la estación. Cuando llegó la hora nos dirigimos a nuestro tren, donde encontramos sin problema nuestro camarote, que disponía de cuatro literas. Los billetes los habíamos comprado nosotros mismos a través de la web de Baolau unos días antes. Al final tuvimos suerte y nadie más ocupó las otras dos literas, así que teníamos el camarote para nosotros solos. Lo malo es que el colchón de las camas era durísimo, así que nos costó mucho dormir algo. El viaje hasta la estación de Lao Cai duraría unas 8 h, pero eso ya lo explicaremos en el siguiente post.
Nuestro camarote de literas del tren nocturno

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