30 de julio de 2017
Primero nos acercamos a disfrutar del bucólico lago de Zelenci, en Kranjska Gora. Después subimos por la carretera de montaña que lleva al paso de Vršič, donde contemplamos sus vistas. Luego pasamos al espectacular Valle del Soča, donde disfrutamos mucho de sus paisajes, y además fuimos al nacimiento del río Soča y a la catarata Kozjak. Finalmente tomamos un curioso tren para vehículos para ir de Most na Soči a Bohinjska Bistrica, donde hicimos noche.
Aquel día nos levantamos pronto ya que teníamos una jornada densa por delante. Íbamos a hacer una ruta circular por carretera por el corazón mismo de los Alpes Julianos. Para volver nuevamente a la zona de Bled tomaríamos un tren para vehículos que atraviesa las montañas por un largo túnel, y no queríamos perder el último.
30 de julio de 2017
Primero nos acercamos a disfrutar del bucólico lago Zelenci, en Kranjska Gora. Después subimos por la carretera de montaña que lleva al paso de Vršič, donde contemplamos sus vistas. Luego pasamos al espectacular Valle del Soča, donde disfrutamos mucho de sus paisajes, y además fuimos al nacimiento del río Soča y a la catarata Kozjak. Finalmente tomamos un curioso tren para vehículos para ir de Most na Soči a Bohinjska Bistrica, donde hicimos noche.
Aquel día nos levantamos pronto ya que teníamos una jornada densa por delante. Íbamos a hacer una ruta circular por carretera por el corazón mismo de los Alpes Julianos. Para volver nuevamente a la zona de Bled tomaríamos un tren para vehículos que atraviesa las montañas por un largo túnel, y no queríamos perder el último. Así que desayunamos rápidamente y abandonamos nuestro alojamiento del lago Bled. Nuestra primera parada fue cerca de la famosa estación de esquí de Kranjska Gora. En sus alrededores se encuentra Zelenci, un espectacular lago de aguas turquesas. Solo hay que caminar unos 10 minutos desde el aparcamiento, y vale realmente la pena. Es muy bonito, y los verdes bosques y escarpadas montañas le proporcionan un telón de fondo sin igual. Aquí vienen muchos aficionados a la ornitología, hay varios lugares para poder observar las aves. Pero para los que no están interesados en la materia encontrarán un lugar hermosísimo de muy fácil acceso.
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Lago Zelenci |
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Lago Zelenci |
Después enfilamos la carretera de montaña que atraviesa los Alpes Julianos por el paso de Vršič. Pero enseguida nos encontramos un gran problema: había un gran atasco de coches que apenas avanzaba. Al final un guardia nos dijo que la carretera estaba cortada hasta las 12 del mediodía, cosa que nos fastidió porque aquel día teníamos que mirar mucho el tiempo. Mas tarde vimos que el motivo del corte era que se conmemoraba el aniversario de un alud que sepultó a decenas de trabajadores rusos (prisioneros durante la 1ª Guerra Mundial), y precisamente había asistido el mismísimo ministro ruso de asuntos exteriores, Sergei Lavrov. No nos quedó mas remedio que volver hacia Kranjska Gora y aparcamos en las orillas del lago Jasna, donde hicimos tiempo dando un paseo. Parecía un lugar muy popular entre la gente de la cercana ciudad, que venía a pasear o a bañarse en sus aguas.
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Haciendo tiempo en el lago Jasna |
A la hora convenida volvimos a la carretera de montaña, y aunque habían quitado el corte, había muchísimo tráfico. Pasamos cerca de la Capilla Rusa, donde precisamente se había celebrado el acto; es uno de los atractivos de la ruta, pero la gran cantidad de coches que había y la intensa lluvia que había empezado a caer hizo que descartáramos la idea de pararnos a darle un vistazo. Seguimos subiendo hasta el mismo paso de Vršič, un puerto de montaña a mas de 1600 m de altitud por el que se puede atravesar de norte a sur los Alpes Julianos. Nos paramos en un aparcamiento para ver las vistas, que no nos parecieron del otro mundo. Lo mas interesante es que tienes escarpadas montañas casi a tocar, una al oeste y otra al este. Pero la panorámica queda truncada por densos bosques.
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Paisajes del paso de Vršič |
Al bajar del paso de Vršič nos internamos por el comienzo del valle del Soča, excavado por el río homónimo (cuando llega a Italia se llama Isonzo) que finalmente desemboca en el Adriático. Nos pareció que la mejor forma de empezar nuestra ruta por este valle era precisamente ir al nacimiento del río Soča, que estaba cerca. Se tenía que dejar el coche en un pequeño aparcamiento (donde milagrosamente encontramos un hueco) y caminar un corto sendero. Eso sí, éste es muy inclinado, y en poca distancia se salva un desnivel de unos 100 m. La primera parte del sendero se hace dentro del bosque, y en muchas zonas hay escalones de madera. Pero cuando te acercas al nacimiento la cosa se complica y mucho. Hay que avanzar por una vertiente rocosa ayudándote de una cuerda que está anclada en la roca. No es nada apto para personas que sufran de vértigo. Al final se llega a una especie de laguito encerrado en una cueva que es donde nace el río Soča. La excursión no está mal, y el paisaje es curioso, así que si se tiene tiempo no es mala idea desviarse hasta aquí.
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Camino al nacimiento del Soča, con las primeras dificultades (dcha.) |
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Tramo mas complicado de la excursión |
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Nacimiento del Soča |
A continuación nuestra ruta resiguió el curso del valle del Soča. Los paisajes eran bellos y agrestes, e íbamos rodeados en todo momento de montañas totalmente cubiertas de bosques. Fuimos parando en algunos lugares para tener vistas del río Soča. Enseguida comprendimos que eso es lo mejor del valle: las aguas del río tenían un color turquesa claro que parecía irreal. De forma que el paisaje no podía ser mas maravilloso, con el contraste de las aguas y de los bosques. Aguas abajo, cuando el río lleva mas agua, vimos mucha gente navegando en kayak por sus hermosas aguas. Nos dieron mucha envidia, debe ser una experiencia fabulosa, y de hecho es una de las principales actividades en el valle. De haber dispuesto de mas días en nuestro viaje, seguro que el valle del Soča se hubiera llevado alguno.
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Valle del Soča |
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Valle del Soča, con gente practicando kayak (izq.) |
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Valle del Soča |
Mas adelante hicimos una de las excursiones cortas mas populares del valle, la que lleva a la cascada Kozjak. El sendero es muy fácil, discurre por un bonito bosque atravesado por un riachuelo, y en menos de media hora llegamos a la cascada. Ésta no es muy grande, pero está ubicada en un lugar muy espectacular, ya que cae directamente a una poza a través de una grieta rocosa. Vimos que había gente practicando barranquismo, dejándose caer desde la grieta a la poza de la misma forma que hacía el agua. Realmente aquel valle era La Meca de los deportes acuáticos… La catarata solo se puede ver desde un estrecho mirador, en el que por cierto había cola para mirar, por lo que se ve rápido. Pero nos pareció muy recomendable.
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Cascada Kozjak (se ve la cuerda que usaron los que hicieron barranquismo) |
Muy a nuestro pesar, debíamos abandonar aquel precioso valle de Soča, un lugar que merece pasar al menos una noche allí. Nuestra prisa se debía a que teníamos coger un curioso
tren para vehículos que atravesaba las montañas y nos llevaría nuevamente a la zona del lago Bled. El último tren salía a las 18:35 de la
estación de Most na Soči (consultad los horarios actualizados
aquí), y no íbamos muy bien de tiempo. Finalmente llegamos al tren, siendo el último vehículo que subió a él (coche y dos personas, 16,58 €). En este curioso tren los vagones eran unas largas plataformas en los que iban enclaustrados los coches. Las personas teníamos que ir dentro de nuestros propios coches, de forma que al arrancar el tren nos produjo una extraña sensación: estábamos dentro del coche y nos movíamos sin hacer nada. El tren recorrió lentamente un valle rodeado por altas montañas, aunque el paisaje en si no era nada del otro mundo después de haber estado en el valle del Soča. Hacia el final el tren se internó en un largo túnel que atravesaba los Alpes Julianos (los coches que van por la carretera tienen que superar un alto puerto de montaña tras superar decenas de curvas). Tras unos 45 minutos, llegamos a la estación final,
Bohinjska Bistrica.
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Nuestro coche en el tren para vehículos |
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En el tren, dentro de nuestro coche |
Precisamente en Bohinjska Bistrica haríamos noche aquel día (no volvimos a dormir a Bled por la falta de disponibilidad). Nuestro alojamiento iba a ser
Villa Bistrica, una guesthouse situada cerca del centro del pueblo. Nuestra habitación es algo pequeña y básica, pero suficiente para una noche. Lo peor fue que no tuviera desayuno y el ruido de otros huéspedes, ya que las paredes parecían muy finas. La noche nos salió por 70 €, el mismo precio que la guesthouse de Bled que sí que ofrecía desayuno. La diferencia era que ésta está en el centro del pueblo, y te podías desplazar caminando a cenar.
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Nuestra habitación |
Después de ducharnos y de descansar un poco fuimos a cenar, la que sería nuestra última cena en Eslovenia. Elegimos la
Gostilnica Štrudl, un animado restaurante de cocina eslovena. Pedimos para compartir un plato de pasta casera con carne seca (similar a una carbonara) y plato de diferentes quesos, ambos bastante buenos. Junto con una cerveza, la cena nos salió por 23,40 €, un precio fantástico.
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Nuestra cena |
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