ESLOVENIA 2: Piran, cuevas de Postojna y castillo de Predjama

25 de julio de 2017 Empezamos el día visitando la encantadora ciudad veneciana de Piran, a orillas del Adriático. Después visitamos las espectaculares cuevas de Postojna y el imponente castillo de Predjama. Acabamos nuestra ruta en Liubliana, donde hicimos noche. Comenzamos el día a las 8 de la mañana, hora a la que bajamos a desayunar en nuestro hotel de Koper. Después de llenar el estómago y de recoger nuestras cosas pusimos rumbo a Piran, nuestro primer objetivo del día. Esta es una de las ciudades mas populares de la costa eslovena, gracias a su bonito casco histórico lleno de edificios de la época veneciana. El tráfico de vehículos en Piran está muy restringido, por lo que conviene aparcar en el parking de Fornače (1,70 €/h), situado al sur de la ciudad. Un servicio gratuito de buses une el parking con el centro de Piran.
25 de julio de 2017
Empezamos el día visitando la encantadora ciudad veneciana de Piran, a orillas del Adriático. Después visitamos las espectaculares cuevas de Postojna y el imponente castillo de Predjama. Acabamos nuestra ruta en Liubliana, donde hicimos noche.
Comenzamos el día a las 8 de la mañana, hora a la que bajamos a desayunar en nuestro hotel de Koper. Después de llenar el estómago y de recoger nuestras cosas pusimos rumbo a Piran, nuestro primer objetivo del día. Esta es una de las ciudades mas populares de la costa eslovena, gracias a su bonito casco histórico lleno de edificios de la época veneciana. El tráfico de vehículos en Piran está muy restringido, por lo que conviene aparcar en el parking de Fornače (1,70 €/h), situado al sur de la ciudad. Un servicio gratuito de buses une el parking con el centro de Piran.
Nosotros bajamos del autobús en la parada de la plaza Tartinijev, que es el epicentro de Piran. Es una bonita plaza ovalada rodeada por casitas pintadas en tonos pastel. Hay algunos edificios de la época veneciana, y el mas interesante es Benečanka, una casa del siglo XV con bonitas arcadas góticas y un balcón labrado, siendo el edificio mas antiguo de la plaza. En su lado norte se alzan unos edificios de estilo neoclásico que albergan dependencias del ayuntamiento y los tribunales, que desentonaban un poco con el conjunto. Y dominando la plaza, se alza sobre una pequeña colina la catedral de San Jorge, con su alto campanario inspirado en el de San Marco de Venecia. Nos pareció que Piran hacía honor a su fama, su plaza era realmente preciosa, nos atreveríamos a decir que una de las mas bonitas de toda Eslovenia. Y para apreciarla mejor, subimos colina arriba hasta la catedral. Por solo 1 € se puede subir a su campanario, con unas vistas increíbles de la plaza, sin duda una de las estampas mas fascinantes del país. La visita a la propia catedral también resulta interesante (entrada 1,5 €), incluyendo un museo donde se puede admirar su tesoro o las catacumbas.
Plaza Tartinijev
Plaza Tartinijev, algunos de sus edificios incluyendo la Benečanka (izq.)
Plaza Tartinijev
Plaza Tartinijev vista desde el campanario de la catedral de San Jorge
Otras vistas de la catedral, hacia el este (izq.) y al oeste, donde se extiende el casco histórico (dcha.)
Catedral de San Jorge de Piran
Después de disfrutar de las vistas, nos fuimos a callejear por el centro de Piran, que ocupa una pequeña península entre la plaza y el mar. Está atravesado por una red de callejuelas muy estrechas por las que paseamos sin rumbo. La verdad es que esta parte nos decepcionó un poco, ya que no le encontramos mucho encanto, nos dio la sensación que la mayoría de las casas eran relativamente modernas. En ese sentido, el paseo por el centro de la vecina Koper nos gustó mas. Quizás el rincón mas bonito de esta zona es la plaza 1 Maja, con bonitas casas ajadas por el paso del tiempo. Llegamos hasta el extremo oeste de Piran, donde se alza la iglesia de San Clemente, cuyo campanario evoca un faro marítimo. Volvimos a la plaza Tartinijev por el paseo marítimo que se extiende al sur del centro, que no es mas que una sucesión de restaurantes turísticos enfrente de una larga y estrecha playa de guijarros (si es que se puede llamar playa…). En unas dos horas dimos por concluida nuestra visita a Piran, que nos gustó mucho. Aunque hay que tener en cuenta que lo mas interesante es la plaza Tartinijev y las vistas a la catedral, y en cambio pasear por el resto del centro no vale mucho la pena.
Callejuelas del centro de Piran
Plaza 1 Maja
Cogimos nuevamente el bus gratuito hacia al parking para retomar nuestra ruta. Teníamos por delante casi una hora de coche hasta nuestra siguiente visita, la cueva de Postojna (parking 5 €). Es un espectacular conjunto de grutas cubiertas de una gran cantidad de fascinantes formaciones kársticas como estalactitas y estalagmitas. En su taquilla venden diferentes opciones de tickets incluyendo actividades mas lúdicas, ya que vienen muchas familias a pasar el día, pero nosotros nos decantamos por la entrada combinada de las cuevas y el castillo de Predjama (35,70 € por persona). Nos dieron entrada para las cuevas a las 14 h, y mientras esperábamos aprovechamos para comer un burek (2,70 €) que habíamos comprado en Piran. Somos unos enamorados de esta rica empanada rellena de queso que probamos por primera vez en Estambul y que es fácil de encontrar en los países balcánicos. A la hora convenida los guías agruparon a todos los visitantes y los dividieron según el idioma de la visita guiada (esloveno, italiano, inglés y alemán). Nuestro grupo, el inglés, los subdividieron ya que era el mas numeroso. Nos encaminaron a un mini tren por el que hicimos un trayecto de pocos kilómetros que fue un buen anticipo de lo que íbamos a ver. Al llegar a la parte visitable de la cueva, el guía nos hizo una breve explicación y nos guió por un sistema de pasarelas en un paseo que dura una hora y media. El paseo nos pareció maravilloso, allí donde miraras había espectaculares formaciones que habían tardado miles de años en formarse. Cada rincón de la cueva era mágico y original. Hacia el final del tour nos mostraron una enorme pecera donde nos llevamos una grata sorpresa: tenían varios ejemplares de Proteus, una curiosa especie de anfibio cavernícola con branquias externas que es todo un símbolo de Postojna. La visita acabó de la misma forma que empezó, usando el trenecito para volver a la superficie. Personalmente hemos visitado a lo largo de nuestros viajes muchas cuevas de este estilo, pero la de Postojna nos impresionó mucho. En este sentido, sus formaciones son mas espectaculares que la de Škocjan que visitamos el día anterior, pero ésta es mucho mas grandiosa, por lo que son dos cuevas complementarias.
Cuevas de Postojna
Recorriendo las cuevas
Diferentes espeleotemas de la cueva
La siguiente visita iba a ser el cercano castillo de Predjama. Al comprar la entrada combinada con las cuevas nos habían recomendado ir en el bus transfer gratuito, ya que el parking del castillo era muy pequeño. Lo único malo es que el bus pasa cada hora, y hay que tener cuidado con los horarios. Cogimos el de las 16 h y llegamos a las 16:20 a Predjama, y el siguiente bus de vuelta era a las 17:30, un tiempo suficiente para verlo todo. Sin duda, lo mas espectacular del castillo de Predjama es su ubicación, ya que protege una cueva que hay en un alto acantilado, cosa que la hace casi inexpugnable. Se dice que el castillo fue habitado por una especie de Robin Hood esloveno, el barón Lueger. El castillo fue asediado durante mas de un año sin éxito, ya que éste disponía de una entrada secreta por la que el barón entraba y salía. La leyenda dice que su destino fue trágico-cómico, ya que fue traicionado por un miembro de su corte, quien indicó a los sitiadores cuando el barón fue a hacer sus necesidades a su lavabo, momento en el que éste fue destruido de un cañonazo.
Castillo de Predjama
El exterior del castillo de Predjama nos pareció simplemente impresionante. El castillo parecía perfectamente incrustado en el acantilado, y solo se podía acceder a través de una estrecha pasarela de piedra fácilmente defendible. Al entrar nos dieron una audioguía en español que fue estupenda, con explicaciones cortas y amenas, ideales para descubrir todos los rincones del castillo. Por dentro era muy austero, los castillos medievales no tenían muchos lujos… Se podía ver perfectamente como la construcción se había hecho coincidir exactamente con las paredes de la cueva. Precisamente, al final del recorrido llegamos a la cueva, un lugar inmenso donde había algunos restos de construcciones. La visita al castillo nos encantó como colofón a aquel día tan variado. Eslovenia nos estaba maravillando, con la gran cantidad y variedad de sitios para ver. Y eso que todavía nos faltaba lo mejor del país, el lago Bled.
Entrada del castillo
Interior del castillo y entrada de la cueva (dcha.)
Volvimos a Postojna en el bus y pusimos rumbo a Liubliana, la capital eslovena, donde íbamos a hacer noche. Fuimos directamente a nuestro alojamiento, el Hotel Meksiko. Una de las razones para escogerlo fue que disponía de parking, aunque es de pago (12 € por día). La habitación era estupenda, todo se veía nuevecito y con apariencia de máxima limpieza. El desayuno estaba incluido y constaba de una gran selección de alimentos dulces y salados. La ubicación era algo alejada del centro histórico, pero se llegaba en 15 minutos caminando. La noche nos salió por 97 €, un precio algo caro, pero hay que tener en cuenta que era temporada alta, que reservamos con poca antelación, y no pudimos escoger demasiado.
Nuestra habitación en Liubliana
Después de ducharnos y descansar un poco nos fuimos a cenar por Liubliana. Acabamos en el Most, un restaurante situado justo enfrente del Puente de los Carniceros. Pedimos un plato de žlikrofi (una especie de dumplings eslovenos hechos de patata) acompañado de panceta, y fuži (un tipo de pasta que se hace en Istria y Eslovenia similar a los garganelli) con trufa y gambas. Los dos platos estaban muy buenos, especialmente los žlikrofi, que nos parecieron muy originales. Por cierto, antes de traernos la comida nos trajeron gratis un plato de polenta de hierbas con queso. Redondeamos la cena con una buena panna cotta para compartir. Junto con una cerveza y un vino esloveno, la cena nos salió por 37,10 €, un precio buenísimo teniendo en cuenta la calidad y la originalidad de la comida, así que nos pareció un sitio 100% recomendable.
Nuestra fantástica cena

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