COSTA OESTE DE EEUU 19: Gran Cañón III y Sedona

21 de octubre de 2018 Por la mañana hicimos una de las mejores experiencias que se pueden hacer sobre el Gran Cañón, el sobrevuelo en helicóptero. Después nos desplazamos hasta la pintoresca ciudad de Sedona, donde hicimos la excursión circular de Bell Rock & Courthouse Loop. Acabamos el día dando una vuelta por el agradable pueblo de Sedona. Aquella mañana amaneció con bastante mal tiempo, llovía un poco y sonaban truenos de tormentas lejanas. Nos preocupó un poco, ya que teníamos reservada una de las actividades que mas ilusión nos hacía, el sobrevuelo del cañón en helicóptero. La habíamos reservado un par de días atrás, cuando llegamos al Gran Cañón, y no tuvimos problemas en elegir hora pese a ser domingo (finalmente las 9:30).
21 de octubre de 2018
Por la mañana hicimos una de las mejores experiencias que se pueden hacer sobre el Gran Cañón, el sobrevuelo en helicóptero. Después nos desplazamos hasta la pintoresca ciudad de Sedona, donde hicimos la excursión circular de Bell Rock & Courthouse Loop. Acabamos el día dando una vuelta por el agradable pueblo de Sedona.
Aquella mañana amaneció con bastante mal tiempo, llovía un poco y sonaban truenos de tormentas lejanas. Nos preocupó un poco, ya que teníamos reservada una de las actividades que mas ilusión nos hacía, el sobrevuelo del Gran Cañón en helicóptero. La habíamos reservado un par de días atrás, cuando llegamos al Gran Cañón, y no tuvimos problemas en elegir hora pese a ser domingo (finalmente las 9:30). El sobrevuelo lo íbamos a hacer con Papillon, y hay que decir que es una actividad cara, ya que son 212 $ por persona por solo 30 minutos en el aire, pero como ya veremos, vale mucho la pena. Al menos el sobrevuelo se hace por una zona que está bastante al oeste de los miradores que hay en Grand Canyon Village, con lo que los cañones que se ven son algo diferentes.
El helicópetro de Papillon
Después de desayunar un poco en la habitación y de hacer el check-out, nos fuimos hacia el cercano aeropuerto de Tusayan, de donde sale los tours con helicóptero. Había bastante gente esperando para sus vuelos, pero tenían muchos helicópteros, así que la cosa fue rápida. Nos montaron en el helicóptero junto a una pareja alemana y Neus tuvo la suerte que le tocó el asiento del copiloto, con lo que disfrutaría de mejores vistas; hay que decir que la distribución de asientos se hace dependiendo del peso de los pasajeros, y te pesan previamente para que no quede descompensado. Era la primera vez que nos montábamos en un helicóptero y teníamos curiosidad de saber cómo sería el viaje. Sus hélices empezaron a girar mas rápido y el aparato empezó a elevarse suavemente por encima del aeropuerto. Enseguida enfilamos en dirección norte hacia el Gran cañón, atravesando un mar de árboles. Al cabo de unos 5 minutos de vuelo llegamos al borde del cañón del South Rim. Lentamente nos fuimos internando hacia el Gran Cañón, descubriéndolo de una forma completamente diferente a la que lo habíamos hecho los días anteriores. Desde allí arriba los cañones excavados por el río Colorado parecían colosales (¡y realmente lo son!). Era imposible despegar la cara de la ventanilla del helicóptero, el espectáculo que nos ofrecía el Gran Cañón era maravilloso.
Llegando al South Rim y empezando a contemplar el Gran Cañón
Gran Cañón y río Colorado
Acercándonos al North Rim
Al cabo de unos 7 minutos llegamos al North Rim, el borde norte del Gran Cañón, momento en el que el helicóptero dio la vuelta para deshacer el camino. En esta parte teníamos el sol de cara y las vistas no eran tan bonitas (bueno, Neus en su asiento de copiloto tenía unas vistas mejores, y la pobre maldijo su olvido de no traerse su móvil para hacer fotos). Durante este trayecto por los auriculares sonó un audio en español donde explicaba algunos datos interesantes del Gran Cañón (en la ida lo habíamos escuchado en alemán). Al cabo de un tiempo parecido llegamos nuevamente al South Rim, tras lo cual regresamos al aeropuerto de Tusayan. Finalmente pasamos solo unos 15 minutos sobrevolando propiamente el Gran Cañón, que para algunos puede parecer poco, pero a nosotros nos pareció una experiencia fascinante y recomendable.
El Gran Cañón desde el helicóptero
Cañones y mas cañones
Nuevamente, el río Colorado
A continuación cogimos el coche y dejamos atrás el Gran Cañón para dirigirnos a Sedona. Esta pequeña localidad es muy popular entre los locales por la gran variedad de actividades que ofrece y sobre todo por sus bonitos paisajes presididos por cañones de un color rojizo muy vivo. Lo que nos atrajo de Sedona a nosotros es su gran oferta de senderismo, con excursiones muy variadas, espectaculares y poco difíciles. En la web de Sedona hiking trails se puede ver una lista de todos los que hay para escoger, pero para ver una pequeña selección de los mas interesantes, se puede consultar el blog de l’Auberge (uno de los alojamientos con mas solera en Sedona).
Una de los trekkings mas populares es el de West Fork, un estrecho cañón cubierto de exuberante vegetación situado al norte de Sedona. Esta era una de nuestras opciones para hacer una excursión por la zona, pero al pasar por delante vimos que sería imposible: su parking tiene solo 30 plazas y ya había una cola de coches esperando a que alguien se fuera para entrar (aparcar en el margen de la carretera de acceso también era imposible). Decidimos optar por el plan B, que era hacer la excursión de la Bell Rock & Courthouse Loop, una ruta circular sin dificultad que se puede hacer en unas 2,5 h. Lo mejor es que atraviesa los característicos paisajes de la zona, rodeando las rojizas colinas de Bell Rock y Courthouse Butte. Para llegar al inicio del sendero teníamos que atravesar Sedona y eso nos retrasó mucho, ya que encontramos un gran atasco de tráfico para cruzarla (era domingo y la ciudad estaba a tope de gente). Sobre las 13 h llegamos al parking del inicio del sendero, para el que había que pagar 5 $ (después vimos que podíamos haber usado nuestro Annual Pass).
Antes de emprender la excursión comimos para empezar con energía. El día allí era soleado y caluroso, la verdad es que desde nuestra estancia en Las Vegas una semana atrás no sabíamos lo que era ir en manga corta. Al inicio del sendero caminamos entre un bosque abierto con las enormes moles de Bell Rock y Courthouse Butte al fondo, ambos de un color rojizo tan vivo que parecían pintados artificialmente. Decidimos hacer el loop en el sentido de las agujas del reloj, de forma que lo que primero hicimos fue flanquear la Bell Rock por el oeste. Una vez en su cara norte había una gran red de senderos que subían montaña arriba, aunque muchas veces discurrían por la roca desnuda y costaban de seguir. En la Bell Rock había una gran gente encaramada a sus escarpadas faldas, ya que se cree que es uno de los vórtices de energía que hay en la zona (Sedona atrae a mucho hippie…). Seguramente la mayoría iba a contemplar sus fabulosas vistas, como nosotros. ¡Y que vistas! Se observaba la gran llanura donde se asienta Sedona, rodeada de fabulosos acantilados rojizos como la Bell Rock. Por mas que habíamos ido viendo cañones de ese estilo varias veces durante aquel viaje, aquellos tan rojizos eran diferentes, así que en ese momento nos felicitamos por la idea de venir hasta Sedona, un lugar del que nos costó encontrar información.
Empezando la excursión, con la Bell Rock al fondo
Cañones cercanos al sendero
Panorámica desde la Bell Rock
Disfrutando de las vistas desde la Bell Rock
Vista desde la Bell Rock mirando al Courthouse Butte
A continuación el sendero se internó por la cara norte del Courthouse Butte, donde encontramos un bosque mas denso y exuberante. Para volver a cruzar hacia la cara sur había que superar un poco de desnivel, prácticamente el único en toda la excursión (aparte de lo que subimos por la Bell Rock, que es opcional). Llegamos a una especie de collado algo estrecho, limitado por altos acantilados por los dos lados. El paisaje era mágico por el gran contraste entre el verdor de la vegetación y el vivo color de las rocas. Una vez en la cara sur, el sendero continuaba por el lecho seco de un rio y después hacia el oeste a la Bell Rock, cerrando el itinerario circular. Al final tardamos casi 3 h en hacer la excursión, un tiempo que se nos pasó volando gracias a su facilidad y a sus bonitos paisajes. El lugar nos encantó, en lo que fue una de las sorpresas agradables de aquel viaje.
Increíbles paisajes cerca del Courthouse Butte
Paisajes de la excursión
Debían ser las 4 de la tarde pasadas cuando volvimos el coche. Teníamos la duda de si hacer otra de las excursiones que teníamos estudiadas (concretamente el loop de Brins Mesa y Soldier Pass), pero pensamos que se nos tiraría la noche encima (en aquella época anochece sobre las 6 - 6:30), así que fuimos a dar una vuelta por Sedona. Las hordas de turistas que habíamos visto al pasar allí al mediodía habían desaparecido, y el pueblo tenía una apariencia tranquila y apacible. Era una sucesión de tiendas, una detrás de otra, pero al menos las habían construido respetando la estética del paisaje.
Centro de Sedona
Estuvimos paseando por allí hasta que empezó a oscurecer, tras lo cual nos fuimos a nuestro alojamiento. No estaba situado propiamente en Sedona, sino en West Sedona, una especie de macro urbanización al oeste del pueblo con algunos moteles económicos. El nuestro era el Green Tree Inn, un motel con varios edificios que rodeaban una piscina. Nuestra habitación era amplia y tenía de todo. El desayuno estaba incluido y era tipo buffet, bastante variado, donde se podían elegir desayunos dulces o salados (aunque como en el resto del país predominaba lo segundo). El precio de la noche fue de 102 €, que puede parecer caro, pero Sedona ya lo es aunque no lo parezca.
Nuestra habitación
Después de una buena ducha consultamos por el móvil algún sitio donde cenar. Cogimos el coche para ir al Golden Goose, un típico grill americano. Pedimos una hamburguesa con chorizo y jalapeños y un NY steak con salsa de queso azul y champiñones, con un acompañamiento de sopa y ensalada. Encontramos ambos platos bastante buenos, y junto a una cerveza la cena nos salió por 50,50 $.
Nuestra cena (y el acompañamiento de ensalada, izq.)

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