ITALIA 5: Padua y Ferrara

16 de agosto de 2016 Aquella jornada partí de Verona hacia Padua (Padova) donde estuve toda la mañana explorando su agradable casco histórico y fascinándome con la Capilla de los Scrovegni, decorada con frescos por Giotto. Al mediodía fui hacia Ferrara, donde estuve el resto de la tarde explorando su centro histórico medieval en bici. El despertador tocó temprano aquel día en Verona. En la cocina del B&B me preparé un desayuno frugal y partí enseguida hacia la estación de Porta Nuova. A las 9 tenía que coger un Frecciabianca hacia Padua, mi primera visita del día.
16 de agosto de 2016
Aquella jornada partí de Verona hacia Padua (Padova) donde estuve toda la mañana explorando su agradable casco histórico y fascinándome con la Capilla de los Scrovegni, decorada con frescos por Giotto. Al mediodía fui hacia Ferrara, donde estuve el resto de la tarde explorando su centro histórico medieval en bici.
El despertador tocó temprano aquel día en Verona. En la cocina del B&B me preparé un desayuno frugal y partí enseguida hacia la estación de Porta Nuova. A las 9 tenía que coger un Frecciabianca hacia Padua, mi primera visita del día. El billete lo había comprado con antelación por internet, por lo que lo había podido conseguir por solo 9,90 €. Al llegar a Padua me puse a buscar una consigna para dejar la mochila, ya que después continuaría mi ruta hacia Ferrara, donde haría noche. Estaba un pelín escondida, al final del primer andén, y consistía en un almacén guardado por un empleado. Dejé la mochila allí por 5 €, así podría hacer la visita mas ligero.
El centro histórico está relativamente cerca de la estación de trenes. Como en otras ciudades de la región, es peatonal y está lleno de agradables calles y edificios históricos muy bien conservados. Uno de ellos es el Café Pedrocchi, una cafetería histórica que tuvo un papel relevante en una revuelta del siglo XIX contra la ocupación austriaca. El interior está conservado como antaño, pero yo no me atreví a entrar, desde fuera tenía una pinta aristocrática y yo no iba precisamente de etiqueta. La plaza mas bonita del centro es sin duda la piazza delle Erbe, donde como dice su nombre, se estaba celebrando un mercado de frutas y hortalizas. Está rodeado por bonitos edificios con logias y el enorme Palazzo della Ragione, la sede de los tribunales durante la Edad Media. No pensaba visitarlo, ya que no disponía de mucho tiempo y tampoco quería pagar los 6 € de entrada. Pero vi que la taquilla estaba en una sala lateral, así que hice algo que no había hecho nunca: me intenté colar. Fui subiendo por la escalera de acceso haciéndome el despistado, sin mirar a la sala de la taquilla, y al final nadie me dijo nada. Hice una visita rápida, centrándome sobre todo en su gran sala, decorada con frescos originales de Giotto, que tuvieron que ser restaurados tras un gran incendio. Fue una buena toma de contacto con el pintor italiano. A parte de esta zona también vale la pena acercarse a la bonita piazza dei Signori, presidida por el típico león alado símbolo del dominio veneciano.
Piazza delle Erbe
Piazza delle Erbe vista desde el Palazzo della Ragione
Palazzo della Ragione, con los frescos de Giotto a la dcha.
Diferentes lugares del centro de Padua (arriba izq., Café Padrocchi; abajo izq., Piazza dei Signori)
Un poco mas al sur de me acerqué a uno de los sitios mas populares de Padua, la Basílica de San Antonio. Estaba atestada de autocares llenos de gente, no tanto turistas, sino mas bien devotos, ya que dentro se encuentra la tumba de San Antonio de Padua, cosa que hace de esta una de las iglesias mas visitadas de toda Italia. Por fuera ya impresionaba por sus inmensas dimensiones y sus grandes cúpulas. El interior a primera vista me pareció mas modesto, pero el templo está repleto de capillas llenas de tesoros. Lástima que no se pudieran hacer fotos (aunque no me pude resistir en hacer alguna a escondidas). Una larga cola de fieles iba hacia la tumba del santo, los cuales les rendían sus respetos con gran fervor. Algunas de las capillas estaban llenas de relieves barrocos (como la de las Reliquias) mientras otras ostentaban increíbles frescos (como la del Beato Belludi). La lástima es que la gran masificación no permite disfrutar plenamente de tantas maravillas. Aún así, la basílica es una visita imprescindible a cualquier viajero que vaya a Padua.
Basílica de San Antonio de Padua
Interior de la Basílica (izq., capilla del Beato Belludi; abajo dcha., colas de la tumba de San Antonio)
A continuación fui a la Cappella degli Scrovegni, sin duda el mayor tesoro de Padua, que alberga unos frescos de Giotto únicos. Para visitar la capilla hay que comprar la entrada (13 €) con varios días de antelación por internet (se puede escoger día y hora, en mi caso era a las 12). Al inicio de la visita se proyecta en una sala aparte un documental corto donde se explica el estilo del pintor y como fue la restauración de la capilla, muy interesante para poder apreciar mejor los detalles. Giotto fue uno de los primeros artistas italianos del Renacimiento, y su mejor obra está en esta capilla. Fue encargada por los Scrovegni, una familia de mercaderes que querían ser enterrados allí.
Después del documental, nos dejaron visitar libremente la capilla durante unos 20 minutos. La primera visión de los frescos me dejó sin palabras. La capilla no era muy grande, pero estaba completamente cubierta por maravillosos frescos. Estos se notaban que eran del principio del Renacimiento, las figuras no eran totalmente realistas pero había un volumen, una proporción y una perspectiva que las hacían diferentes de las que se pintaban siglos atrás. Los frescos de las paredes estaban organizados en una serie de cuadros, que narraban escenas del Nuevo Testamento. La parte inferior de las paredes está decorada con figuras alegóricas de vicios y virtudes, simulando como si fueran de mármol cuando también eran frescos. El techo está decorado con un gran firmamento de estrellas, muy bonito por su sencillez. Pero los frescos mas impresionantes son los de la pared opuesta al ábside, que exhibe un grandioso “Juicio Final”, con todo lujo de detalles. Los 20 minutos se me pasaron volando contemplando los fabulosos frescos, llenos de detalles en los que fijarte. Sin duda, fue uno de los mejores lugares que visité en todo el viaje.
Capilla de los Scrovegni
Diferentes imágenes de la capilla
Juicio Final de la capilla
Con esto di por finalizada mi visita a Padua, en la que invertí 3 horas. Considero que es una de las visitas imprescindibles en todo viaje por esta zona de Italia, siempre y cuando se pueda ir a la Capilla de los Scrovegni. El centro histórico y la basílica de San Antonio son también interesantes, pero sin la capilla hacen que una visita a Padua pierda interés, convirtiéndose en un destino opcional si se tiene tiempo.
Regresé rápidamente a la estación de tren, sabía que a las 13:10 h pasaba un regionale veloce que paraba en Ferrara, mi primer destino en la Emilia-Romaña. Compré el billete (6,50 €) sin problema en las máquinas expendedoras. Tras una hora de trayecto llegué a Ferrara, y lo primero que hice fue ir a mi alojamiento para aquella noche, ya que estaba al lado de la estación. Era el B&B Elías, un establecimiento sencillo y barato. Estaba regentado por un chico africano muy simpático y servicial. Las instalaciones se veían bastante viejas, sobre todo en comparación con el sitio donde había dormido el día anterior en Verona. Mi habitación era amplia, con lo mínimo indispensable, pero al menos tenía un buen ventilador de techo. El baño era compartido pero era lo mejor, muy nuevo y equipado. El desayuno también estaba incluido, y resultó consistir en una bebida caliente, un croissant relleno y un yogurt. Aún así, no podía pedir mas por los 35 € que pagué por la habitación individual. El único problema es que está lejos del centro histórico (casi 30 minutos caminando). Sin embargo, para solucionarlo el establecimiento alquila bicis a los huéspedes (a mi solo me cobraron 5 € para medio día). Hay que tener en cuenta que Ferrara es una de las ciudades italianas donde mas se usa este sistema de transporte, ya que es totalmente plana y el centro es peatonal.
Mi habitación en el B&B Elías
Ferrara es una ciudad con una historia muy interesante. A diferencia de las otras ciudades que había visitado (Verona, Padua o Vicenza), quedó fuera del alcance de la República de Venecia, gracias a la poderosa familia de los Este, que rigió la ciudad y el Ducado de Ferrara durante siglos. Éstos hicieron una gran labor de mecenazgo, atrayendo a artistas como Tiziano o Bellini. Actualmente, el centro histórico conserva una gran parte de su legado medieval, lo que le ha valido su inscripción en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Cogí mi bici y pedaleé hasta el centro histórico, presidido por el enorme Castello Estense, el castillo familiar de los Este. Aparqué la bici para poderlo contemplar mejor, era sencillamente espectacular. Construido en ladrillo, tiene todo cuanto uno imagina de un gran castillo medieval: torres defensivas, muros almenados, un gran foso, puentes levadizos… Y además está fabulosamente bien conservado, observándolo era fácil imaginarse en la Edad Media. Estaba tan contento de haber visto aquel impresionante castillo que decidí visitarlo por dentro (entrada, 8 €). Aquello fue un error, ya que lo mejor del Castillo de los Este es precisamente su exterior. En la visita se va pasando por diversas salas con plafones que explican la historia de Ferrara. Después se pasa por las mazmorras, que no me interesaron demasiado (mi opinión es vista una vistas todas). Por último se pasa por la primera planta, quizás lo mas interesante, con salas decoradas con bonitos frescos. Aunque para mi, nada de aquello podía igualar la grandeza de la estampa de este fenomenal castillo.
Castillo de los Este, con la estatua de Savonarola
Frescos en las salas del castillo
Castillo de los Este, con mi bici
Antes de proseguir con el recorrido por el centro histórico, cogí la bici para ir hacia la llamada Ciudad Renacentista. Fue un barrio proyectado al norte en el siglo XV aplicando conceptos urbanísticos muy avanzados para su época. Además, en el barrio había algunos palacios renacentistas interesantes, como el Palazzo dei Diamanti. Pero a mi no me hicieron ni frio ni calor, aquella zona me pareció una visita muy prescindible, a no ser que se esté muy interesado en el tema.
Palazzo dei Diamanti
De vuelta al casco histórico, fui hasta la piazza della Cattedrale, la plaza mas bonita de Ferrara. Estaba rodeada por edificios medievales muy bien conservados, entre los que destacaba el Palazzo Municipale. Tenía un estilo muy parecido al castillo, y de hecho fue la residencia de los Este hasta que se trasladaron a él. Aunque el edificio mas importante es la Catedral de San Giorgio, un formidable templo romanico-gótico construido en el siglo XII. Lamentablemente, la catedral estaba en obras, y toda la fachada estaba tapada, así como algunas partes del interior. Aún así, pude ver la parte exterior de uno de sus flancos y la nave principal por dentro, cosa que me hizo pensar que estaba ante una de las grandes catedrales de esta parte de Italia.
Palazzo Municipale
Catedral de San Giorgio
A continuación me adentré por el conjunto de calles medievales cercanas a la plaza, sin duda, otro de los buenos atractivos de la ciudad. Fui caminando con la bici a un lado para poder contemplar mejor sus sugerentes callejuelas. La calle mas bonita fue sin duda la via S. Romano, rodeada por vetustos edificios medievales y logias. Dediqué el resto de la tarde a pasear con la bici sin rumbo por aquellas bonitas calles, aunque hay que decir que la parte bonita de este barrio se ve enseguida, y mas en bici.
Via S. Romano
Diferentes lugares del casco medieval de Ferrara
Ya iba atardeciendo, así que di la visita a Ferrara por concluida. Le dediqué unas 3 horas y me gustó mucho, me dio la sensación que su núcleo medieval la hacía diferente a las otras ciudades que vi (o que vería). Si hubiera podido ver bien la catedral diría que se trata sin duda de otra de las ciudades imprescindibles de la zona.
Señores con sus bicis, señal de lo extendido que está este sistema de transporte
Pensé que sería pesado ir a descansar al B&B y después tener que volver en la bici al centro para cenar, así que decidí comprar algo para llevar. Al pasar por delante de un establecimiento de kebabs no pude resistirme, tengo que reconocer que son mi debilidad. Así que pedí un kebab de pollo y un par de cervezas (9 €) y me los llevé para cenar mas tarde en el B&B. Una vez que me duché y descansé me sentaron de fábula. Aquel día (y algunos mas durante el viaje) había tirado solo comiendo unos frutos secos que traje de casa (comida de supervivencia) y estaba muerto de hambre!
Mi cena de aquella noche

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6 comentarios:

  1. Muy buenas viajeros! Hemos disfrutado muchísimo con vuestro post!
    Con la entrada habéis conseguido con nos trasportáramos allí.
    Un abrazo :D

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  2. Nos parece muy interesante vuestro post y nos ha encantado! Estamos realizando un trabajo para el instituto y nos sería de gran ayuda vuestra opinión de nuestro blog, gracias. Un abrazo :)

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    1. Hola chicas,
      Felicidades por vuestro blog, contar vuestras experiencias viajeras en él es un gran paso. Si queréis que os demos un consejo, podríais cambiar alguna cosa del diseño. Un blog tiene que ser fácil de leer, y en este sentido en el vuestro eso se hace un poco difícil, por el fondo semitransparente y los colores un tanto estridentes. Por tanto, sería mejor un fondo de color sólido y un color de letra que sea mas fácil para leer. Precisamente, nos parece que hay demasiados colores en las letras. Lo suyo es jugar con una misma tonalidad de colores e irlos repitiendo por la pagina. Por ejemplo, nosotros jugamos con tonalidades de verde y gris.
      Nuevamente felicidades y ánimo con el blog
      Saludos

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  3. Buenos días chicos! El próximo mes de mayo estaré por Padua y mi prioridad es la Capilla Scrovegni, el problema es que ire con mochila y veo en las normas de entrada que no se puede entrar con mochilas. Estoy pensando en dejarla en la estación de tren. ¿Es seguro dejarlo en su consigna? He leido por ahí que en la propia capilla también hay un lugar donde dejarlas. ¿Me lo podéis confirmar? Gracias y genial post!!!

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    1. Hola Noe,

      Sí, en la estación de Padua hay consignas. No se trata de las típicas que van con monedas, sino que es una especie de almacén donde un empleado la guarda y te da un justificante. Así que es muy seguro. Creo recordar que en la capilla también hay una consigna donde te hacen dejar los bultos grandes que lleves. Así que tienes las dos opciones. Pero para visitar un poco la ciudad sin peso, la opción de la consigna de la estación es mas práctica.

      Saludos

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