19 de septiembre de 2015
Aquellas iban a ser nuestras últimas horas en el parque nacional Zhangjiajie, que dedicamos a hacer un paseo por la Ten-mile Natural Gallery. Al mediodía cogimos el bus hacia Zhangjiajie city, donde cogimos otro que nos llevó a Fenghuang, donde llegamos a primera hora de la noche.
Al levantarnos aquella jornada ya vimos que el tiempo no había mejorado respecto el día anterior. Llovía mucho y la visibilidad era bastante mala. Así que decidimos tomarnos el día con tranquilidad y desayunar sin prisas. Hasta las 17:20 h no salía nuestro bus de Zhangjiajie city hacia Fenghuang, así que teníamos medio día para gastar. Si el tiempo hubiera sido bueno podríamos haber subido a la Tianzi mountain (caminando, porque el telecabina no funcionaba). Pero como no era el caso, nos contentamos en hacer una excursión por la Ten-mile Natural Gallery (1 hora ida y vuelta), una zona baja en la que esperábamos tener mejores vistas.
Entramos al parque por la entrada de Wulingyuan, a cinco minutos caminando de nuestro hostel. Enseguida cogimos un bus interno que nos llevó a la parte final del valle donde está la Ten-mile Natural Gallery. Seguía lloviendo con intensidad, pero al menos la visibilidad era aceptable en aquel valle. Hay un tren eléctrico que lo recorre hasta casi el final (38 yuans ida), pero nosotros preferimos caminar pese a la lluvia. Al empezar a caminar nos dimos cuenta que no había mucha gente que hiciera aquella excursión, y eso que el camino no tenía ninguna dificultad, era completamente llano. A diferencia del Torrente Dorado, el valle del Ten-mile Gallery era muy ancho, lo que nos permitía ver los fantásticos acantilados que había a cada lado. La cima de pináculos de piedra mas altos estaban envueltos en nubes, cosa que nos hizo pensar que hoy sería otro mal día en los miradores de montaña del parque. Pero al menos por allí veíamos algo, de forma que fue una caminata agradable pese al mal tiempo.
La Ten-mile Natural Gallery y el sendero que la recorre |
Acantilados rocosos envueltos en nubes |
Pináculos de roca |
Tren turístico que recorre el valle |
Ten-mile Natural Gallery |
En media hora llegamos a la parada final del tren eléctrico. El sendero continuaba hacia la montaña Tianzi, donde se llega tras 2 horas de subida. Decidimos probar suerte para ver como iba evolucionando el tiempo conforme subíamos. Pero se confirmaron nuestros peores temores: cuanto mas subíamos, peor visibilidad había, hasta quedar envueltos por una niebla impenetrable. Tras unos 20 minutos de subir escalones pensamos que era una tontería hacer la subida con tan mal tiempo. Decidimos pues que volveríamos al hostel e iríamos tirando con tiempo a Zhangjiajie city. Cuando recogimos nuestras mochilas nos encontramos allí un chico americano con el que comentamos la mala suerte que habíamos tenido con el tiempo. Él esperaba que el día siguiente mejorara, pero el parte meteorológico que estaba colgado en la recepción no auguraba nada bueno.
Llegados aquí haremos una valoración general de nuestra estancia en el parque nacional de Zhangjiajie, intentando que no influya el mal tiempo que sufrimos (y eso que septiembre es una de las mejores épocas para ir). Sus paisajes nos encantaron, está de entre lo mejor de China, es difícil encontrar un sitio similar en el país. Mucha gente comenta lo agobiante que es la masificación, cosa que es totalmente cierta, pero ello no debería echar para atrás a nadie. Hay algunas zonas atestadas de grupos organizados, pero por otras puedes caminar casi solo. Los dos días y medio que estuvimos fueron un poco justos para verlo todo, ya que nos quedaron en el tintero algunas zonas (Yaozi, Laowuchang, Daguangdai y sobretodo Tianzi). Desde el punto de vista práctico, el parque está muy bien montado, y el sistema de buses internos es muy efectivo. Sería un puntazo que en la cara entrada del parque estuvieran incluidos los telecabinas o el ascensor (se tienen que pagar aparte). Hay que tener en cuenta que las mejores vistas casi siempre se tienen desde arriba y si no se quieren pagar estos sistemas de transporte, la alternativa son un par de horas de subida infernal (se salva un desnivel de 200-300 m). Estamos satisfechos de haber elegido Wulingyuan como base, pero nos dio la sensación que Zhangjiajie village también lo sería. Lo que sí que puede ser interesante es hacer una noche en algún alojamiento dentro del parque para ahorrar tiempo de traslados. En definitiva: Zhangjiajie es uno de los lugares mas alucinantes de China, pero requiere tiempo para verlo bien.
Nos cargamos las mochilas a las espaldas y fuimos a la estación de bus de Wulingyuan. Enseguida se llenó y salió el bus local hacia Zhangjiajie city (12 yuanes). Llegamos allí sobre las 15 h, y como vimos que en media hora salía un bus a Fenghuang decidimos intentar cambiar nuestro billete para esa hora. Pero fue imposible, así que fuimos a comer algo a uno de los restaurantes de fuera de la estación. Entramos a uno con una especie de buffet donde se podían elegir entre una serie de pequeños platos. Había una chica muy simpática que sabía algo de inglés que nos fue indicando que era cada cosa. Al final pedimos un plato de carne especiada (un poco picante), uno con una mezcla de panceta y butifarra (colesterol al poder), arroz hervido, pastel de pollo y una coca-cola. Todo era bastante bueno, y nos costó 49 yuans (casi 7 €). Comimos con tranquilidad, aprovechando un poco el wifi del local.
Nuestra comida en la estación de Zhangjiajie |
Después fuimos a esperar un rato mas a la estación de bus. Nuestro bus con destino a Fenghuang salió puntualmente a las 17:20 h. Al final el bus iba medio vacío, podíamos haber comprado el billete aquella misma tarde, pero lo habíamos comprado dos días atrás para no arriesgarnos a quedarnos en tierra (aquel era el último trayecto del día). El viaje duró tres horas, incluyendo una corta parada a medio camino. Los asientos eran bastante cómodos pero fue imposible dormir, porque una chica se dedicó a hacer de teletienda ambulante (micro en ristre), intentando vender miles de cosas. A los pasajeros chinos parecía que les encantaba, incluso compraban alguno de sus artículos.
Estación de bus de Zhangjiajie |
Eran las 8 pasadas cuando llegamos a Fenghuang. Para nuestra sorpresa, el bus dejó a todo el pasaje en el parking de la estación. Momentos después, todo el mundo se marchó y nos quedamos solos en aquel parking a oscuras. Siguiendo el camino que había hecho la gente llegamos a una calle donde había algún taxi esperando. Como el taxista de turno no sabía donde estaba el alojamiento, llamó al teléfono que tenía nuestro comprobante de Booking. Por 20 yuans nos llevó a las puertas del casco histórico (que es peatonal) y nos indicó que nos pasaría a buscar alguien del alojamiento. En pocos minutos se presentó allí un chico, que casi sin mediar palabra nos dio un móvil. Al aparato estaba el “amigo que sabe inglés”, que nos explicó que para entrar a la zona donde estaba el hostel tendríamos que pagar una entrada (que valdría para el día siguiente). Efectivamente, llegamos a una puerta de la muralla donde había una garita en la que compramos las entradas (148 yuans por cabeza, mas de 20 €). Finalmente llegamos al alojamiento, el Fenghuang Tianya Inn (ahora se llama Fenghuang Lotus Landscape Inn). Fue el peor de todo el viaje con diferencia, y uno de los peores tugurios donde hemos dormido. Cuando entramos no nos pareció tan malo, el revestimiento de madera le daba un aire cálido. La cama consistía en una plataforma sobre el suelo donde había una especie de colchas, sin colchón ni nada, por la noche nos quedamos con la espalda para el arrastre (fue como dormir sobre el suelo). Por cierto, de una de las colchas salió una cucaracha del tamaño de una moneda de 2 € que tuvimos la suerte de neutralizar enseguida. El lavabo era sin duda lo peor, hacía tiempo que no recibía la visita de un buen estropajo. Tenía una cantidad de suciedad y de moho incrustada bestial, y la ducha caía directamente sobre la taza turca (para ducharte tenías que tener cuidado en no meter un pie por el agujero). ¡Y ni siquiera era barato! Nos costó 128 yuans la noche (unos 17 €), algo desproporcionado por lo cutre del lugar. Quien busque alojamiento en Fenghuang haría bien en alejarse lo máximo posible de este.
En las fotos no se aprecia lo cutre que era nuestra habitación, sobre todo el baño |
Para cenar decidimos no ir a la zona del río, la mas bonita y turística, ya que queríamos dejar la sorpresa para el día siguiente, que lo dedicaríamos por completo a visitar la ciudad. Así que fuimos a la plaza Congwen, a los pies de la muralla, y entramos a un pequeño restaurante que había en uno de sus lados. Era algo raro, pues alternaba platos chinos con comida rápida occidental. Pedimos unos nuggets, patatas fritas, jiaozis y unas bolas que resultaron estar rellenas de judías dulces. La comida era correcta, pero se notaba a la legua que todo era congelado. Junto con un par de cervezas, la cena nos costó 92 yuans (unos 12 €).
Nuestra cena |
buff vaya tela con el alojamiento :S y lo depagar entrada??? nose...los alojamientos no podrían tener como un "salvoconducto" para los clientes??? me parece caro la verdad :S
ResponderEliminarEl tema es que en China, al turista se le hace pagar por todo, ya sea un parque nacional o simplemente el casco histórico de una ciudad. Quizás podríamos haber intentado entrar por un sitio sin taquilla, pero al día siguiente nos habrían pillado fijo: por todo el centro habían garitas de esas en las que tenías que enseñar tu entrada!
EliminarSaludos