Los viajes de David y Neus: MALTA 4: isla de Gozo

4 de abril de 2015

Esa jornada la íbamos a dedicar casi por completo a explorar la isla de Gozo. Antes intentamos visitar los templos megalíticos de Ta' Ħaġrat y Skorba, que solo pudimos ver desde fuera. Una vez en Gozo, visitamos los impresionantes templos megalíticos de Ġgantija, paseamos por la Ciudadela medieval de Victoria, dimos un vistazo al famoso santuario de Ta’Pinu, nos asombramos ante los espectaculares paisajes de Dwejra y su Ventana Azul y dimos una vuelta por el pueblo pescador de Xlendi.

Aquel día abandonamos nuestra base en St. Julian para trasladarnos a la isla de Gozo, a la que se accede en un ferry para vehículos. Antes queríamos visitar un par de templos megalíticos; Malta tiene un gran patrimonio de esa época y sus templos mas importantes han sido declarados Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. El primero de los que queríamos ver era el de Ta' Ħaġrat. Al llegar la chica que estaba en la entrada nos dijo que los billetes se tenían que comprar en el ayuntamiento del pueblo. Pensamos que era un sistema muy poco práctico, y mas cuando localizamos el ayuntamiento y vimos que estaba cerrado. Por un momento pensamos que la chica, al ver que no teníamos forma de comprar las entradas, se apiadaría de nosotros y nos dejaría pasar. Pero se mostró inflexible, incluso un poco desagradable. Había unos turistas franceses en la misma situación que intentaron razonar con ella pero fue en vano. Y eso que en aquel templo no había ningún visitante aparte de nosotros. Si el gobierno maltés quiere que los extranjeros descubramos su patrimonio cultural, esta sin duda no es la manera de hacerlo. Tuvimos que contentarnos con verlo desde afuera, que no se veía demasiado. Los templos de Ta' Ħaġrat se cuentan entre los mas antiguos de la humanidad, se construyeron hace mas de 5000 años. Es un conjunto de dos templos, de los que nosotros solo pudimos ver la puerta del principal. Todo el conjunto estaba en muy mal estado de conservación (como corresponde a algo construido hace tanto tiempo). Al día siguiente vimos otros templos que valen mucho más la pena (como Ħaġar Qim o el Hipogeo).

Esto es lo poco que pudimos ver de Ta' Ħaġrat

Después nos acercamos al cercano templo de Skorba, con un éxito parecido al anterior. En este caso, la persona responsable nos dijo que no se vendían entradas y que solo podíamos comprarlas por internet. Nuevamente nos quedamos con las ganas y lo tuvimos que ver desde la verja. Skorba es del mismo periodo que el anterior y también está en un estado de conservación similar. Los restos mas destacables son unas largas columnas que sostenían toda la estructura. Nuestra valoración es la misma que en el anterior templo, solo es interesante para la gente muy metida en el tema.

Y lo poco que pudimos ver de Skorba

Con mal sabor de boca, nos fuimos a Cirkewwa, donde sale el ferry que une las islas de Malta y Gozo. Es un barco grande, que puede transportar muchos coches e incluso camiones. Sale cada 45 minutos y vale 20,35 €, que se pagan a la vuelta (la ida es “gratis”). Tuvimos suerte y no esperamos demasiado a que saliera el siguiente ferry. El trayecto es corto, menos de una hora, y durante ese tiempo estuvimos en la cubierta viendo las vistas. El ferry pasa cerca de Comino, la otra de las islas que forma parte del país, sería el único momento en que podríamos verla. Lentamente empezamos a ver la costa de Gozo, donde pasaríamos el resto del día.

Isla de Comino desde el ferry

Llegando a la isla de Gozo

Una vez en Gozo, nuestro primer objetivo fueron los templos megalíticos de Ġgantija (pronunciado en maltés “yigantiya”), uno de los mas importantes de todo Malta (entrada 9 €). Al entrar nos dimos cuenta del porqué del nombre en maltés de “torre de los Gigantes”: el recinto está rodeado de una muralla con piedras de varios metros de altura. Nos sorprendió que se conservaran tan bien aquellas murallas teniendo en cuenta que el complejo tiene unos 5000 años de antigüedad. En el lado que mira hacia el este, las murallas estaba en peor estado, pero dejaban bien visibles las entradas a los dos templos de que forma parte el complejo. El templo del sur es el mas grande, está compuesto de una serie de ábsides conectados por un pasillo, y al final hay una especie de altar de piedra. Es increíble su buen estado de conservación, en algunas estancias incluso ha perdurado el enlosado del suelo. El templo del norte es mas pequeño, pero tiene unos nichos muy enigmáticos. La visita a Ġgantija nos encantó tanto por la espectacularidad del templo como por su gran estado de conservación.

Muralla exterior de los templos

Pequeña capilla, con restos del enlosado

Altar mayor

Entrada del templo norte

Después fuimos hacia la capital de la isla, Victoria, también conocida como Rabat. Antes de empezar la visita, pasamos por una panadería para comprar algo para comer: un pastizzi de pollo, un ftira de queso (una especie de pan plano maltés) y un qassatat (es similar al pastizzi, una pasta de hojaldre con diferentes rellenos, en este caso de espinacas). Todo un festín por 4,15 €.

Abajo, la ftira (izq.) y el qassatat (dcha.), arriba el pastizzi (un poco comido por Neus, que tenía mucha hambre!)

En Victoria, el principal punto de interés es su Ciudadela medieval, que cuando fuimos estaba totalmente en obras. Su interior es muy pequeño, y parece casi monopolizado por la Catedral de la Asunción (entrada 3,5 €). Por dentro, la catedral está muy decorada al estilo barroco, y el trampantojo del techo nos pareció lo mas interesante, simulando la cúpula que no llegó a construirse. La entrada también daba derecho a visitar el museo catedralicio, que se parecía mas a un almacén de piezas diversas que un museo.

Catedral de Victoria

Detalle del trampantojo de la catedral

Después hicimos el corto recorrido por las murallas de la Ciudadela, sin duda lo mejor. Había una gran perspectiva de los edificios de la propia Ciudadela y una gran vista de Gozo. La Ciudadela nos supo a poco, pero cuando se acaben los trabajos de restauración será un sitio digno de visitar. Para acabar con Victoria estuvimos dando una vuelta por las callejuelas que hay al sur de la Ciudadela, que son geniales para dar un paseo con tranquilidad.

Vista N desde las murallas, con Marsalforn al fondo a la izq.

Recorriendo las murallas, con la Catedral al fondo

Murallas de la Ciudadela

Vista W desde las murallas

Callejuela del centro de Victoria

Pjazza l-Indipendenza

Volvimos al coche y condujimos los escasos kilómetros que hay hasta el santuario de Ta’Pinu. La importancia de este lugar está mas en su historia que en el propio edificio, una iglesia colosal construida en el siglo XX con poco interés. En la antigua capilla que había antes de construirse el santuario, una campesina oyó la voz de la virgen, y a partir de entonces empezaron a producirse infinidad de milagros. Tal fue la popularidad del lugar, que pronto se construyó un templo mas grande. Y para los malteses, que son profundamente católicos, este es uno de los lugares mas santos de su país.

Santuario de Ta'Pinu

Interior del santuario

A continuación fuimos a uno de los lugares mas populares y hermosos de todo Gozo, la bahía de Dwejra. Es muy conocida por la Ventana azul (Azure Window), un espectacular arco de piedra natural situado decenas de metros encima del nivel del mar. Este lugar se ha hecho incluso mas famoso a raíz de su aparición en la serie “Juego de tronos” (en la boda de Khal Drogo y Daenerys), había muchísima gente haciéndose fotos con el arco de fondo y con pose nupcial. E incluso habían unos cuantos que se atrevían a caminar por encima del puente de piedra, algo que estaba prohibido. Para nosotros, la Ventana Azul es uno de los imprescindibles de cualquier viaje a Malta.

Ventana Azul

A parte de la Ventana Azul, Dwejra tiene algunos tesoros mas. Es muy conocido por los submarinistas por el Blue Hole, una serie de cuevas submarinas con abundante fauna marina. Nosotros solo pudimos ver la enorme abertura de la cueva, que parecía que alguien había excavado en un afilado acantilado. Un poco mas al sur hay una tranquila bahía donde está la isla de Fungus Rock. Mucha gente piensa que el nombre viene por su forma, pero en realidad es porque allí se descubrió una planta con forma de hongo que era muy apreciada como medicinal. Dwejra nos gustó mucho por sus paisajes, un lugar que tiene justificada su fama.

Blue Hole

Isla de Fungus Rock

Bahía de Dwejra, con Fungus Rock al fondo a la dcha.

Luego cogimos el coche y fuimos hacia al sur, a Xlendi, que las guías nos pintaban como un pueblo típico de pescadores. Al pasear por él pensamos que eso debía ser cierto hacía años. Ahora solo quedan unas pocas casas de pescadores, que han sido engullidas por los enormes bloques de apartamentos y hoteles. En el extremo noroeste del pueblo subimos por unas escaleras que trepaban montaña arriba hasta un mirador donde ratificamos lo anterior, Xlendi había abrazado la causa del turismo. Lo único interesante de allí es la gastronomía, había muchos restaurantes de pescado y marisco y habíamos leído que algunos se contaban entre los mejores de la isla.

Xlendi

Como empezaba a hacerse tarde, decidimos ir yendo hacia Marsalforn, donde pasaríamos la noche. Nuestro alojamiento, el Santa Martha Hostel, estaba un poco alejado del centro, en un barrio residencial un poco sórdido. Nuestra habitación era bastante grande y funcional, con pocas florituras y muebles, justo lo que necesitábamos. El baño era compartido pero estaba muy bien, era enorme y tenía una fantástica ducha. Con desayuno incluido la noche nos salió por 37,34 €, un buen precio teniendo en cuenta lo que recibimos a cambio.

Nuestra habitación

Después de adecentarnos un poco salimos a dar una vuelta por Marsalforn. Como Xlendi, parecía el típico pueblo pesquero que se ha transformado por el turismo. En Semana Santa la mayoría de hoteles y apartamentos debían estar vacíos, porque solo se veía gente local por la calle. Para cenar la oferta era muy amplia, y elegimos el restaurante Il Gambero, que ofrecía un poco de todo a precios razonables. Nos trajeron una buena bruschetta gratis mientras esperábamos nuestros platos. Éstos fueron un costillar asado y pulpo estofado, ambos buenos aunque el pulpo les quedó algo aceitoso. Para acompañar nos trajeron patatas al horno, verduras a la brasa, patatas fritas y ensalada. Junto a un vino maltés, todo nos salió a un super precio, 32,45 €.