MALTA 3: costa oeste

3 de abril de 2015 Ese día exploraríamos la parte oeste de la isla, sobre todo su costa. Empezamos por los templos de Ħaġar Qim, que encontramos cerrados, y la espectacular Gruta Azul. Luego hicimos la ruta panorámica que va por los acantilados de Dingli, con bonitas vistas. Después fuimos hacia la bahía Fomm ir-Riħ, un lugar salvaje y tranquilo, continuamos hacia las playas de Golden Bay y Għajn Tuffieħa y acabamos contemplando las vistas desde Ras il-Qammieħ. Aquel día nos volvió a costar levantarnos. Cuando viajamos, somos de los que madrugan para aprovechar al máximo el día, pero ese viaje no lo estábamos consiguiendo.
3 de abril de 2015
Ese día exploraríamos la parte oeste de la isla, sobre todo su costa. Empezamos por los templos de Ħaġar Qim, que encontramos cerrados, y la espectacular Gruta Azul. Luego hicimos la ruta panorámica que va por los acantilados de Dingli, con bonitas vistas. Después fuimos hacia la bahía Fomm ir-Riħ, un lugar salvaje y tranquilo, continuamos hacia las playas de Golden Bay y Għajn Tuffieħa y acabamos contemplando las vistas desde Ras il-Qammieħ.
Aquel día nos volvió a costar levantarnos. Cuando viajamos, somos de los que madrugan para aprovechar al máximo el día, pero ese viaje no lo estábamos consiguiendo. Una vez en ruta, atravesamos la isla de norte a sur para ir a los templos megalíticos de Ħaġar Qim, uno de los mas importantes de la isla. Pero al llegar vimos que estaban cerrados al ser Viernes Santo. Los malteses son profundamente católicos y durante las fiestas cristianas todos los servicios públicos se paralizan. Intentamos verlos por fuera pero apenas se veía nada, así que decidimos que ya volveríamos en nuestro último día de viaje.
Cubierta que protege los templos megalíticos
Después fuimos hacia la cercana Gruta Azul (Blue Grotto), una espectacular cueva abierta al mar que pudimos ver desde un mirador sobre un acantilado. El techo de la cueva estaba soportado por un único puente de piedra y parecía increíble que se aguantara en pie. Sin duda, la Gruta Azul es de esos paisajes imposibles que es difícil encontrar en otros lugares del mundo. Una de las actividades mas populares es hacer una breve excursión en barca para ver las aguas turquesas de la gruta, pero al ser festivo no era posible.
Gruta Azul
Después nos acercamos a dar un vistazo a Għar Lapsi, una pequeña bahía rocosa que no nos pareció que valiera mucho la pena. Continuamos entonces hacia el noroeste por la costa hasta los acantilados de Dingli. Hay una porción de la carretera 131 que va paralela a ellos, con algunos miradores desde donde se pueden contemplar. Lo malo es que no estaban señalizados, así que al final íbamos parando donde veíamos que había otros turistas parados. Los acantilados eran bonitos, con un bello contraste entre el color de la roca caliza, el verde de las plantas y el azul del mar, aunque tampoco son super-espectaculares.
Għar Lapsi
Acantilados de Dingli, en uno de los lugares donde se aprecia su altura
Gran contraste de colores
Acantilados de Dingli
Encima del acantilado parece que los campos se precipiten directamente al mar
Hicimos un breve desvío para ir a los Jardines Buskett, donde habíamos leído que se podían hacer excursiones. Al llegar nos dimos cuenta que estaba pensado para domingueros, con sitios para hacer barbacoas y zonas con vegetación seminatural donde habían plantado todo tipo de árboles no autóctonos. Y de los senderos de excursión no encontramos ni rastro, de forma que nos fuimos rápidamente de allí.
Después hicimos un buen trecho de carretera hasta Fomm ir-Riħ, una salvaje bahía alejada casi de cualquier parte. Y eso es una de sus cosas buenas, porque apenas había gente. Así pudimos disfrutar un montón de los espectaculares paisajes de esta bahía, con unos acantilados incluso mejores que los de Dingli. Había un camino que rodeaba toda la bahía que empezamos a caminar, pero mas adelante estaba cortado por desprendimientos, hubiera sido chulo poder recorrerlo por completo. Aun así, los paisajes de Fomm ir-Riħ fueron de lo mejor de aquel día.
Fomm ir-Riħ
Disfrutando de las vistas
Acantilados en Fomm ir-Riħ
Panorámica de Fomm ir-Riħ
Nuestra idea era visitar a continuación los templos megalíticos de Skorba y Ta' Ħaġrat, pero como los de antes estaban cerrados, supusimos que estos (menos importantes) también lo estarían. Así que fuimos a ver otro tramo de la costa mas al norte. Allí están las playas de Għajn Tuffieħa y Golden Bay, separadas ambas por una pequeña península rocosa. Dejamos el coche en un aparcamiento que está a poca distancia de la península, desde donde hay bonitas vistas de las dos playas. En el norte está Golden Bay, una playa no muy larga pero con mucha amplitud, muy deslucida por la presencia de enormes edificios de hoteles. Lo que vimos no nos gustó mucho así que decidimos no bajar. Sí que lo hicimos a la de Għajn Tuffieħa, mucho mas salvaje y bonita. Era mas larga, pero con menos zona de arena, y estaba rodeada por un frondoso matorral casi sin edificaciones, excepto un pequeño chiringuito. Al ser primavera, la playa estaba muy tranquila, con gente descansado en la orilla y paseando por la arena.
Golden Bay
Għajn Tuffieħa
Para acabar con la jornada turística, nos desplazamos hasta la península de Marfa, en el extremo noroeste de la isla. En su lado oeste hay un buen mirador, Ras il-Qammieħ, con unas fantásticas vistas. Hacia al norte se veían las otras dos islas que pertenecen a Malta, la pequeña Comino y Gozo, a la que iríamos el día siguiente. Hacia al sur, la vista se perdía en las costas de Malta y la cordillera de Mellieħa; en alguno de los cabos que recortaban la costa debían estar la Golden Bay y Għajn Tuffieħa. Aquel nos pareció un buen lugar para desviarse, ya que se encuentra entre la ruta mas directa entre Malta y Gozo.
Ras il-Qammieħ, vista N, con Gozo al fondo
Ras il-Qammieħ, vista S
Aunque solo eran las 5 de la tarde, decidimos volver hacia el hotel. Todavía estábamos un poco griposos y enseguida nos cansábamos por todo. Así que una vez en el hotel hicimos una pequeña siesta y a las 7 salimos a buscar un sitio para cenar en St. Julian. No nos complicamos mucho la vida y cenamos cerca, en la Pizzeria Margo’s. Pedimos una pizza “del Cavaliere” (con queso de cabra, jamón serrano y rúcula) y otra “maltese” (con mozzarella, salchicha maltesa, lomo de cerdo y tomates cherry). Ambas estaban bastante buenas, con una masa muy fina, como tiene que ser. Junto con un agua y una cerveza, la cena nos costó 27,55 €.
Nuestras pizzas en Margo's

2 comentarios:

  1. Me encanta viajar y sobretodo conocer la gastronomía de cada sitio!!!! Creo que hacéis un gran trabajo con este blog! Os voy a seguir ya por qué no quiero perderme ninguna de vuestras aventuras!!!
    Pasáos por mi blog si no es mucho pedir, acabo de iniciarme y me gustaría tener seguidores para darme a conocer! Muchas gracias. Thelauraspleasures.blogspot.com

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Laura,

      Muchas gracias por seguirnos. Ya vemos que acabas de empezar con tu blog, esperamos que te vaya muy bien y estaremos atentos a tus posts viajeros.

      Saludos

      Eliminar