INDONESIA 13: Islas Gili I, Gili Air I

8 de agosto de 2014 Al cabo de cinco días magníficos, dejamos Bali y fuimos hacía las Islas Gili, un paraíso del descanso y del snorkeling. Aquel primer día sirvió como una primera toma de contacto de nuestra isla, Gili Air, y para hacer nuestro primer buceo con snorkel. Días atrás habíamos comprado el billete del fast boat para ir a las Gili por 600.000 rupias por persona (40 €). El precio era el mismo en las agencias de Ubud que miramos. Puede parecer muy caro, pero la alternativa low-cost es coger un ferry entre Bali y Lombok, un bus y un barco, con lo que se necesita una gran cantidad de tiempo (el fast boat solo tarda un par de horas).

8 de agosto de 2014

Al cabo de cinco días magníficos, dejamos Bali y fuimos hacía las Islas Gili, un paraíso del descanso y del snorkeling. Aquel primer día sirvió como una primera toma de contacto de nuestra isla, Gili Air, y para hacer nuestro primer buceo con snorkel.

Días atrás habíamos comprado el billete del fast boat para ir a las Gili por 600.000 rupias por persona (40 €). El precio era el mismo en las agencias de Ubud que miramos. Puede parecer muy caro, pero la alternativa low-cost es coger un ferry entre Bali y Lombok, un bus y un barco, con lo que se necesita una gran cantidad de tiempo (el fast boat solo tarda un par de horas). Nosotros lo teníamos claro, no queríamos estarnos todo el día para arriba y para abajo. Otra de las ventajas del barco rápido es que te vienen a recoger a tu alojamiento (solo funciona con las ciudades mas cercanas a Denpasar) y a la vuelta te dejan donde quieras (en nuestro caso, en el aeropuerto).

Tal y como nos habían dicho, nos pasaron a buscar a nuestro alojamiento de Ubud a las 7 h en un microbús. Después de recoger varias personas mas, el microbús nos llevó al puerto de Padangbai, de donde salía el fast boat (no todas las compañías salen de allí, también lo hacen en Amed, Sanur o Serangan). El puerto era el caos absoluto, lleno de turistas, vendedores y empleados de los barcos. Allí nos cambiaron nuestro resguardo de compra por los tickets del barco, en nuestro caso de la compañía Marina Srikandi. Nos subimos al pequeño barco que nos indicaron, que ya estaba casi lleno de gente. Antes de iniciar el viaje, nos tomamos sendas píldoras contra el mareo, ya que habíamos leído que solía ser muy movido y que la gente a menudo se mareaba.

El fast boat de Marina Srikandi desembarcando en Gili Air

No sabemos si es que no había mucho oleaje o es que el medicamento hizo su efecto, pero el caso es que no nos mareamos. El viaje fue mucho mas largo de lo que nos pensábamos (3 h), y el barco paró en Lombok y en Gili Trawangan, antes de llegar a Gili Air, nuestra base en las Islas Gili. Las Gili son un conjunto de tres islas, cada una con su personalidad y dirigida a un público diferente. La mas grande de todas es Gili Trawangan, muy dirigida hacia el turismo de discoteca. La mas pequeña es Gili Meno, ideal para quien quiera descansar y olvidarse de todo; pero también es la que tiene menos infraestructura turística. La tercera isla, Gili Air, es un término medio entre las dos, suficientemente pequeña para tener tranquilidad y suficientemente grande para tener de todo. Y por eso la escogimos para nuestra estancia en las Gili.

El fast boat no nos dejó en ningún muelle de Gili Air sino en la propia playa. Así que había que quitarse las chanclas y meterse en el agua hasta las rodillas para llegar hasta tierra firme. Nuestro alojamiento no estaba muy lejos de allí, era Gilinta Villa, un conjunto de bonitas cabañas de madera dispuestas entorno de un jardín. Por dentro, la cabaña no tenía lujos, pero era muy acogedora. El interior era un único espacio con una gran cama y unos pocos muebles, y en la parte trasera había un baño abierto al exterior. Lo malo era su ubicación, un poco alejada de las zonas de snorkeling de la parte oriental de la isla (donde los alojamientos son mucho mas caros). Aunque por esa misma razón el lugar era tranquilo, sin ruidos ni molestias. Nos costó 1.950.000 rupias las 3 noches (unos 43 € por noche), un buen precio comparándolo con la media de los hoteles de la isla.

Nuestra cabaña de Gilinta Villa

Nuestra cama

Interior de la habitación

No nos entretuvimos mucho en la cabaña y enseguida salimos a descubrir la isla. Fuimos paseando por el camino de la costa, en el que están la mayoría de restaurantes y de hoteles. Llegamos a la costa oriental de la isla, donde hay la zona mas apta para el snorkeling. Y es que uno de los principales reclamos de las Gili es que tienen arrecifes ideales para esta actividad y, lo que es mas importante, que se puede llegar a ellos por uno mismo, sin necesidad de viajes en barco. La verdad es que esta fue una de las principales razones que nos empujó a visitar las islas Gili. Habíamos traído en el equipaje nuestras propias gafas y tubo, aunque allí no hay problema en alquilarlas. Miramos cómo buceaba la gente en los arrecifes, para a ver si necesitábamos algún “gadget” mas. Al principio no nos lo pareció, pero cuando mas tarde fuimos a bucear echamos en falta unos escarpines para caminar por el fondo rocoso cuando la marea baja por la tarde.

Chiringuitos de Gili Air

La estancia en Gili Air nos la habíamos planteado de relax, sin prisas ni estreses, unas vacaciones dentro de las vacaciones. Así que hicimos lo que no solemos hacer casi nunca, sentarnos a almorzar en un restaurante. Pedimos una sola pizza de pollo en el Unzipp Restaurant, buena aunque con poca chicha. Junto con una coca-cola y un zumo de frutas nos costó 85.000 rupias (casi 6 €). Nos comimos la pizza en una de las típicas butacas de fibra vegetal orientadas hacia la playa, disfrutando del paisaje y de la tranquilidad.

Playa de Gili Air, con Lombok al fondo

Volvimos a la cabaña a coger nuestros bártulos de buceo para hacer nuestro primer snorkeling. Fuimos hacia la parte sureste de la isla, donde vimos que había bastante gente haciendo lo mismo (buena señal). Era primera hora de la tarde, así que nos encontramos con que la marea había bajado y tuvimos que caminar dificultosamente por encima del coral hasta el agua (nota mental: la mejor hora para bucear es por la mañana). Para mas inri, había empezado a llover, con lo que el agua también estaba mas removida. Al principio nos costó ver peces, todo lo que veíamos era coral muerto (desgraciadamente es lo que mas abunda en Gili Air). Pero cuando nos alejamos un poco empezamos a ver multitud de peces de colores, incluso algunos pequeños arrecifes coralinos todavía vivos. Estuvimos un buen rato mirando maravillados la rica fauna marina, aunque nos esperábamos un poco mas; no sabíamos que había tanto coral muerto. Aunque tampoco le dimos mas importancia, nos quedaban un par de días mas para descubrir mejores lugares para hacer snorkeling.

Arrecife en Gili Air

Volvimos a la cabaña para ducharnos y cambiarnos. Después de descansar un poco fuimos a dar un paseo, aprovechando para dejar ropa sucia en una lavandería (25.000 rupias/kg). En una agencia de turismo reservamos un tour para el día siguiente con Cha Cha Adventure por 100.000 rupias (en todas las oficinas vale lo mismo); se trata del clásico tour en barco en el que te llevan a los mejores lugares para hacer snorkeling de las tres islas. Una vez resuelto el plan para el día siguiente, fuimos a pasear por la otra costa de la isla, la occidental. Llegamos tarde para ver el atardecer, pero las vistas desde allí eran bonitas: entre las sombras se veían las otras dos islas Gili, Trawangan y Meno, y al fondo la cumbre del Gunung Agung, el enorme volcán de Bali.

Contemplando el atardecer

En primer término, Gili Meno, al fondo, Gili Trawangan, y mas lejos, Bali

En aquella zona había menos restaurantes, pero decidimos quedarnos allí a cenar. Elegimos el Safari’s Bar, un bar que ofrecía comidas sencillas. Pedimos sate daging (brochetas de ternera con salsa de cacahuete) y gambas asadas. Todo estaba bueno, pero los platos eran tan escasos que nos tuvimos que pedir postre, una especie de pancakes de chocolate. Junto con una cerveza y un zumo de frutas nos costó 210.000 rupias (14 €).

Esperando nuestra comida

Nuestra cena

Puedes leer el resto de entradas de este viaje aquí