INDONESIA 3: templos de Prambanan

29 de julio de 2014 Este fue uno de los días mas especiales de nuestra estancia en Java. Por fin visitaríamos los templos de Prambanan, uno de los mas importantes de todo el sudeste asiático. Y la verdad es que colmó nuestras altas expectativas. Como teníamos tiempo, visitamos los templos cercanos de Candi Sewu, Candi Plaosan y Ratu Boko. Antes de las visitas tuvimos que estar un par de horas contratando los tours de los días posteriores, pero la festividad del fin del ramadán lo complicaría todo. El jet-lag que arrastrábamos nos había impedido pasar una buena noche. Cuando sonó el despertador ya hacía rato que estábamos despiertos.
29 de julio de 2014
Este fue uno de los días mas especiales de nuestra estancia en Java. Por fin visitaríamos los templos de Prambanan, uno de los mas importantes de todo el sudeste asiático. Y la verdad es que colmó nuestras altas expectativas. Como teníamos tiempo, visitamos los templos cercanos de Candi Sewu, Candi Plaosan y Ratu Boko. Antes de las visitas tuvimos que estar un par de horas contratando los tours de los días posteriores, pero la festividad del fin del ramadán lo complicaría todo.

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El jet-lag que arrastrábamos nos había impedido pasar una buena noche. Cuando sonó el despertador ya hacía rato que estábamos despiertos. El desayuno del Aloha Hotel fue muy bueno: pedimos uno estilo indonesio a base de arroz frito y otro continental con tostadas y tortilla de tomate. Mientras comíamos el propietario nos dio una muy mala noticia: había estado haciendo llamadas y no encontró ninguna agencia para hacer el tour del Bromo e Ijen como nosotros pretendíamos al cabo de dos días. Ese tour era vital para nosotros, ya que aparte de ver los volcanes también nos transportaría a la siguiente isla de nuestra ruta, Bali. Él nos recomendó que nos fuéramos de Java y compráramos un vuelo a Bali (al ser budistas, no afectaba el fin del ramadán), como habían hecho varios huéspedes. Pero un cambio así nos descuadraría todos los planes: si íbamos a Bali como nos decía, después sería muy difícil volver a la zona de los volcanes. Además, en Bali ya teníamos reservado un coche y no sabíamos si iba a ser factible cambiar de fechas. Al menos el propietario nos dio una “buena” noticia: al día siguiente sí que podríamos hacer el tour de Borobudur y Dieng con coche con conductor; eso sí, nos valdría 850.000 rupias (57 €), mas del doble de lo normal.
Nuestro desayuno en el Aloha Hotel
Con la cabeza como un bombo decidimos salir a consultar el tema del Bromo por las agencias de Prawirotaman. Enseguida nos dimos cuenta que iba a ser difícil al estar la mayoría cerradas por vacaciones (incluidas las populares Via-Via y Losari). La única que estaba abierta nos dijo que era imposible ir al Bromo la fecha que nosotros necesitábamos. La única opción que nos quedaba era ir a la aventura, es decir, coger un tren hasta Surabaya (la ciudad mas importante y cercana al Bromo), encontrar un taxista que nos llevara al pueblo del Bromo (el cual nos pediría una fortuna) y una vez allí gestionar la ascensión al volcán. El punto débil de este plan era precisamente el tren, ya que al ser fiestas todos los trenes iban a ir hasta la bandera. El propietario del hotel ya nos había dicho que podíamos comprar los tickets de tren en cualquier supermercado Indomaret, la cadena mas extendida en Indonesia. Fuimos a uno cercano y una empleada nos ayudó a buscar los billetes en una pantalla táctil. El resultado fue el que esperaría Murphy: todos agotados.
Empezábamos a estar nerviosos con el tema. Decidimos ir a Sosrowijayan, la zona de los mochileros que tiene un montón de agencias de turismo, a ver si teníamos suerte con alguna. Además, después íbamos a ir a Prambanan y el bus que lleva allí tiene una parada cerca. Cogimos un becak (25.000 rupias) y en un rato nos plantamos allí. Decidimos probar suerte en la primera agencia que encontramos, llamada Jogja Adventure. Al plantearles que queríamos hacer el tour de Bromo e Ijen empezándolo al cabo de dos días nos dijeron... que no había problema! Nos quedamos estupefactos. No podía ser que ahora resultara tan fácil! Hicieron varias llamadas para confirmarlo y nos aseguraron que había plazas para el tour. Respiramos liberados de un enorme peso. El empleado, llamado Thomas (¿puede un indonesio llamarse así?) nos ofreció dos opciones dentro del tour: la opción clásica, minibús entre Yogyakarta y el Bromo (12 h) por 730.000 rupias, o la opción burguesa, tren rápido a Surabaya (3 h) y taxi privado hasta Bromo (3 horas) por 1.460.000. Aunque la opción del tren era el doble de cara, nos seducía por el hecho de ahorrarnos un palizón en minibús. Pero cuando llamó para ver la disponibilidad nos dijo que solo quedaba una plaza ese día. No todo podía salir bien! Nos ofreció una tercera opción, coger un tren nocturno hasta Malang y de allí en Bromo en coche (1.360.000 rupias). Lo malo era que llegábamos a media mañana al Bromo, y no podríamos subir al volcán hasta el amanecer del día siguiente (las ascensiones siempre se hacen en ese momento). Al final nos decidimos por la opción clásica con el palizón de carretera. Pagando un suplemento nos dio la opción de alojarnos en mejores hoteles, pero nosotros escogimos el mas barato. Si que pagamos un extra de 100.000 rupias por el bus entre el puerto de Gilimanuk en Bali y Denpasar. Al final nos costó 830.000 rupias por persona (unos 55 €), que incluía todos los traslados y los alojamientos con desayuno.
Eran las 10.30 de la mañana y los problemas con el tour del Bromo casi nos hicieron olvidar que teníamos que ir a visitar los magníficos templos de Prambanan. Cerca de la oficina del tour había una parada del bus 1A Transjogja (el mismo que lleva al aeropuerto). Pero al llegar nos dijeron que aquel día no circulaba al ser festivo. Empezábamos a estar del temita hasta los mismísimos... Solo nos quedaba la alternativa del taxi, que no debía ser muy caro ya que el templo no estaba muy lejos. Pero encontrar taxi tampoco fue fácil, como era festivo circulaban muy pocos y la mayoría estaban ocupados. Al final encontramos uno libre e intentamos regatear el precio. Pero con la poca oferta de taxis que había no teníamos mucho poder de negociación, y acabamos pagando 120.000 rupias (8 €).
Llegamos a Prambanan pasadas las 11:30 h por el intenso tráfico que había a la salida de Yogyakarta. En la entrada había un inmenso parking que estaba hasta los topes de gente. Parecía que toda la ciudad había venido a ver los templos en su día festivo! Fuimos a las taquillas donde un empleado enseguida nos llevó a un edificio cercano. Y es que allí estaba la taquilla para los extranjeros, que debíamos pagar 207.000 rupias por por persona para entrar (casi 14 €!), mientras que los locales solo tenían que aflojar 30.000 (2 €). Somos partidarios que los guiris paguemos mas que los locales en estos países, pero tal diferencia de precio nos pareció abusiva. Antes de entrar nos pusieron sendos sarongs (una especie de pareo que se usa como una falda, tanto para hombres como para mujeres); era un poco extraño, por que ponían esta prenda a todos los extranjeros vistiesen como vistiesen.
Entrando en Prambanan con los sarongs puestos
Los templos de Prambanan fueron construidos en el siglo IX por el reino hindú de Mataram. La primera visión que tuvimos de ellos nos dejó impresionados. Ante una gran explanada verde se alzaban las seis torres negruzcas del complejo, ajenas al paso del tiempo. Al acercarnos un poco nos dimos cuenta que esas torres estaban recubiertas por finos relieves y esculturas. Lo que de lejos nos parecía una estructura robusta e insulsa resultó ser todo un disfrute para la vista. Era la primera vez que veíamos un templo hinduista y verdaderamente colmó nuestras expectativas. Aunque estaba atestado de gente, a nosotros no nos importó ante lo que estábamos viendo. De entre los cientos de turistas indonesios que había algunos se nos acercaban para pedirnos hacerse una foto con nosotros. Los occidentales les debíamos parecer muy exóticos. Era muy graciosa la situación, nos hacían sentir como estrellas de cine!
Templos de Prambanan
Uno de los Candi Perwara, templos menores
Posando para la foto con los indonesios!
El complejo de Prambanan está compuesto de 3 grandes templos Trimurti, dedicados a los tres dioses principales de la mitología hindú: Shiva, Vishnu y Brahma. Los acompañan otros 3 mas pequeños, los Vajana, que son los animales mitológicos asociados a estos tres dioses (Nandi, Garuda y Hamsa respectivamente). Finalmente hay dos mas pequeños aun, los Apit. Empezamos la visita por los Vajana, que eran los menos saturados de gente. Sus relieves, esculturas, gárgolas… nos parecieron fascinantes. En alguno de los templos se podía subir pero su interior estaba vacío. Rodeamos cada uno de ellos empapándonos con todos sus detalles y fijándonos en cada relieve. Fue una pena no saber el significado de cada uno de ellos.
Templos de Apit (izq.) y Garuda (dcha.)
Templos de Apit y Hamsa (al fondo)
Templo Apit
Relieve de un templo Apit
Relieve del templo de Hamsa
Los templos Trimurti nos parecieron mas espectaculares, y no solo por tamaño. Sus relieves y figuras eran mas intrincados y elaborados, y cuentan diferentes escenas de la mitología hindú. En los de Vishnu y Brahma había sendas esculturas de los dioses en su interior, en un espacio minúsculo y oscuro. El templo mas impresionante y grande de todos era el central, el de Shiva, y la verdad es que no se puede explicar con palabras. Y eso que no pudimos acercarnos mucho por que estaba vallado por el peligro de desprendimientos. Una pena! Este templo tiene unos interesantes relieves de la danza ramayana, que todavía se practica en Bali. Aun así, Prambanan dejó en nosotros una huella imborrable, un recuerdo que no olvidaremos en mucho tiempo.
Templo de Brahma y Shiva (al fondo)
Relieves del Templo de Brahma
Estatua de Brahma
Templo de Brahma
Detalle del templo de Shiva
Entrada del templo de Shiva
Templo de Vishnu
Relieves del templo de Vishnu
Estatua de Vishnu
Relieves de Vishnu
Templo de Shiva, con el templo de Brahma al fondo
Al salir del complejo de Prambanan vimos que había un montón de piedras a su alrededor. Y es que antiguamente estaba rodeado por mas de 200 templos menores, destruidos por el paso del tiempo y de los frecuentes terremotos de la zona. De hecho, los 6 templos que visita todo el mundo son el resultado de un gran trabajo de restauración hecho durante años. La designación del lugar como patrimonio de la humanidad de la Unesco ha facilitado en gran medida los trabajos de restauración.
A corta distancia de Prambanan hay una serie de templos mas o menos relacionados históricamente con este. Después de pasarnos dos horas en Prambanan decidimos ir a ver alguno de ellos. El mas fácil de visitar es el Candi Sewu, situado en el mismo recinto que Prambanan. Para llegar recorrimos un camino durante casi 1 km, aunque también había un tren turístico que hacía la ruta. A diferencia de Prambanan, allí no había absolutamente nadie, los cientos de turistas indonesios pasaban de largo y solo llegábamos allí algunos occidentales. El Candi Sewu nos pareció fascinante, tanto incluso como Prambanan. Aunque es de la misma época que el anterior (siglo IX), en este caso se trata de un templo budista. Estaba compuesto de un templo principal y de mas de 200 mas pequeños, de los que solo se conservan unas decenas.
Candi Sewu
Candi Sewu, templo menor
La entrada del templo estaba custodiada por dos curiosas esculturas guardianes, los dwarapala. Los templos mas pequeños tenían unos relieves espectaculares, de una precisión y de una belleza asombrosas. Había muchas esculturas de buda y escenas del budismo, la mayoría muy bien conservadas. El templo principal era igualmente impresionante. Tenía un gran balcón que daba toda la vuelta al edificio y que permitía ir apreciando todos sus relieves. La verdad es que el Candi Sewu nos encantó, le tiene poco que envidiar a su famoso vecino Prambanan.





Candi Sewu
El siguiente templo que queríamos visitar era el Candi Plaosan, situado ya fuera del recinto de Prambanan. Como estaba solo a 1,5 km del Candi Sewu nuestra idea era ir caminando por la carretera. Al salir por la puerta norte de Prambanan preguntamos a unos agentes de seguridad por el templo, y se ofrecieron a llevarnos en moto. En menos de 5 minutos estábamos allí, así que les dimos 20.000 rupias por su amabilidad. Plaosan también es un gran complejo con muchos templos, aunque los mejor conservados son los dos principales. Al igual que Candi Sewu, es budista y de la misma época que Prambanan. Los templos principales eran muy parecidos entre ellos y tenían una estructura muy robusta. Toda su parte exterior estaba casi totalmente recubierta por relieves y esculturas. Estábamos empezando a perder la capacidad de maravillarnos ante tanta belleza. Su interior era mas espacioso y decorado con varias esculturas budistas.
Templo de Plaosan
Guardián Dwarapala
Uno de los dos templos de Plaosan
Relieves de Plaosan
Interior de un templo de Plaosan
Detalle de los relieves de Plaosan
Consideramos que Prambanan y Candi Sewu son imprescindibles, y Plaosan recomendable de visitar si sobra tiempo. Allí había solo unos pocos turistas indonesios, pero para ellos nosotros fuimos el centro de atención: familias enteras nos pedían hacernos fotos con ellos! Al acabar la visita teníamos un poco de hambre, y por suerte allí al lado había un puesto de bakso, el típico plato callejero de bolas de carne y fideos. Pedimos uno para los dos por 10.000 rupias (unos 70 céntimos), nos pareció muy bueno. Incluso estando comiendo los indonesios no podían resistirse a la tentación de hacernos fotos!
El siguiente lugar al que queríamos ir era Ratu Boko, pero no iba a ser fácil desde allí. Plaosan está situado en medio del campo, así que no hay transportes ni nada. Tras esperar un rato un becak milagroso, vino a nosotros un chico que vivía cerca ofreciéndonos transporte en su moto. Después de regatear nos dejó el precio en 100.000 rupias (unos 6 €), tampoco teníamos mucha otra opción. Llamó a un colega y cada uno en su moto nos llevaron para allá. El trayecto fue mas largo de lo que nos pensábamos, lleno de baches y frenazos, pero al final llegamos enteros.
Ratu Boko (entrada, 110.000 rupias) fue un complejo de palacios que constituyó el cuartel general de la dinastía regente del reino de Mataram (los que construyeron Prambanan). Las puertas de acceso al palacio y el perímetro amurallado se habían reconstruido muy bien. Pero del resto de edificios apenas quedaba nada, prácticamente solo la base, y así se hacía difícil imaginarlos como eran y para que se usaban. Una de las curiosidades eran unos edificios que albergaban piscinas naturales creadas en la propia roca. En un extremo del complejo había un camino hacia un mirador con vistas a Prambanan, pero éstas no eran muy buenas. La verdad es que Ratu Boko no nos gustó mucho, no vale la pena por lo difícil que fue llegar.
Entrada de Ratu Boko
Ruinas de los palacios
Edificios con piscinas naturales
Vistas de Prambanan
Empezaba a anochecer así que buscamos una forma de volver a Yogyakarta. Pensábamos que tendríamos que coger un taxi, pero vimos un minibus que resultó ser un shuttle-bus gratuito entre Ratu Boko y Prambanan. Decidimos probar suerte con la esperanza que en Prambanan pudiéramos coger el bus Transjogja 1A (aunque por la mañana no funcionara). El shuttle-bus nos dejó en Prambanan en un momento, y tuvimos la suerte de poder coger el bus 1A sin problemas. Cada billete solo nos costó 3.000 rupias (20 céntimos).
Cuando llevábamos un buen rato en el bus nos dimos cuenta de algo terrible. Nos habíamos olvidado en el shuttle-bus de Ratu Boko nuestra guía Lonely Planet! Aaaargh! Que íbamos a hacer si ella! Esto fue un verdadero problema para nosotros, nuestro viaje por Indonesia acababa de empezar y usábamos bastante la guía. Se nos hacía muy cuesta arriba ir por ahí sin ella. Pensamos que lo mejor era llamar a Ratu Boko para ver si el conductor del shuttle-bus había encontrado la guía. Pero era probable que allí nadie hablara inglés y que con nuestro móvil nos costara un ojo de la cara. ¿Y quien podría llamar por nosotros? Enseguida nos vino a la cabeza Thomas, el de la agencia de turismo con el que por la mañana habíamos reservado el tour del Bromo. Como el bus nos dejaba en Malioboro muy cerca de la oficina decidimos probar. Thomas se ofreció a ayudarnos y llamó a Ratu Boko, pero como era tarde no pilló a nadie allí. Nos dio el número y nos dijo que el sitio abría a las 6 de la mañana. Decidimos que llamaríamos al día siguiente, después de nuestra visita a Borobudur.
Después de tanta tensión y tantas aventuras nos entró hambre. Y en la calle Malioboro estábamos en el lugar indicado para calmarla. En todo un lado de la calle se alinean muchos warungs o restaurantes sencillos que a esa hora hervían de actividad. Elegimos uno llamado Lesehan Pojok que, como la mayoría de establecimientos de Malioboro, tenía mesas comunitarias y, en este caso, alfombras (sin sillas) para sentarse. Para pedir comida había que solicitar una libreta donde anotar lo que querías. Nosotros nos centramos en la especialidad de los warungs de aquella calle, ayam goreng o pollo frito. En concreto pedimos nasi goreng ayam, pollo frito con arroz frito, un acompañamiento que muchas veces constituye un plato en si. También pedimos nasi gudeg komplit, una especie de estofado con pollo y a base de nangka (yaca), un fruto muy grande de piel espinescente que cuando se cocina tiene aspecto de carne animal (engaña mucho!). Los dos pollos estaban buenos, aunque el del gudeg estaba mucho mas jugoso. En cuanto a los acompañamientos, el arroz frito estaba muy rico; en cambio, en el gudeg, el tofu y el nangka no nos gustaron mucho. Junto con un par de aguas, la cena nos costó 58.000 rupias (casi 4 €).
Warungs de Malioboro
Olla llena del típico pollo frito de Malioboro
Cenando en el warung
Nuestra cena: nasi gudeg (izq.) y nasi goreng ayam (dcha.)

2 comentarios:

  1. Que bien que encontrarais solución para la excursión! Y me he quedado con ganas de saber de la guía LP o.o
    Por cierto, unos templos preciosos ;)
    Un saludo!

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    Respuestas
    1. Lo de la guía nos tememos que durará todavía un par de capítulos... spoiler! :P Pero es q nosotros nos sentimos "desnudos" sin guía (muchas veces llevamos mas de una... :P)
      Los templos son una pasada, pese a que no era el mejor día para visitarlos por la gran cantidad de gente que había.
      Saludos!

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