IRLANDA 6: Connemara y Clonmacnoise

Esa jornada exploramos una de las regiones más pintorescas del país, Connemara. Empezamos admirando la Abadía de Kylemore y sus paisajes, continuando después hacia el Parque Nacional de Connemara, donde hicimos una pequeña excursión. Después recorrimos dos populares carreteras panorámicas, la Sky Road y la R341 hasta el famoso pueblo de Roundstone. Luego hicimos un largo trecho en carretera para ver el monasterio de Clonmacnoise y sus cruces celtas. Finalmente nos trasladamos hasta Galway, una ciudad muy animada donde hicimos noche.
15 de abril de 2014
Esa jornada exploramos una de las regiones más pintorescas del país, Connemara. Empezamos admirando la Abadía de Kylemore y sus paisajes, continuando después hacia el Parque Nacional de Connemara, donde hicimos una pequeña excursión. Después recorrimos dos populares carreteras panorámicas, la Sky Road y la R341 hasta el famoso pueblo de Roundstone. Luego hicimos un largo trecho en carretera para ver el monasterio de Clonmacnoise y sus cruces celtas. Finalmente nos trasladamos hasta Galway, una ciudad muy animada donde hicimos noche.

Ver IRLANDA 6: Connemara & Clonmacnoise en un mapa más grande
Para aquel día le habíamos pedido al propietario del Quay West Guest House de Westport desayunar media hora antes para hacer frente al denso planning de aquel día. El principal objetivo era la región de Connemara pero, al igual que habían hecho los chicos de Viajeros Callejeros, queríamos intentar de llegar a tiempo para visitar Clonmacnoise. Este monasterio alberga alguna de las cruces celtas más importantes de Irlanda y por eso no nos lo queríamos perder. El problema de Clonmacnoise es que está en medio de ninguna parte, casi a medio camino entre Galway y Dublín.
Empezamos el día con un fabuloso irish breakfast para cargar bien las pilas. Enseguida nos despedimos del simpático propietario de la guesthouse y pusimos rumbo a Connemara, una de las regiones más bellas y salvajes de Irlanda. Empezamos a hacernos una idea al pasar junto al Killary Harbour, uno de los tres fiordos que tiene el país. Como toda la zona es muy agreste, sin apenas tierras cultivables, tampoco tiene grandes núcleos de población, así que es la mar de tranquila.

Killary Harbour
Un poco más allá paramos en uno de los sitios más conocidos de Connemara, la Abadía de Kylemore. Es una abadía emplazada en un castillo del siglo XIX, y que todavía alberga una comunidad de monjas y un colegio religioso. Nosotros no teníamos intención de visitarla por falta de tiempo, pero al menos queríamos admirar el fantástico paisaje donde está enclavada: a orillas de un lago y en las faldas de una montaña. Nos recordó mucho al castillo de Glenveagh que habíamos visto el día anterior.
Kylemore Abbey
Unos kilómetros más adelante paramos en el Parque Nacional de Connemara, una zona natural donde el paisaje típico de la región (pastos y brezales) está protegido. En el centro de visitantes nos explicaron que se podían hacer tres excursiones circulares, de ½, 1 y 2 ½ horas, a través de senderos señalizados. Decidimos hacer la de 1 hora. Los tres itinerarios van al principio por el mismo sendero, que va remontando un pequeño valle donde pasta el ganado. Más arriba, la brecina y el tojo ganan terreno haciendo el paisaje mas salvaje, hasta llegar a un mirador con unas vistas increíbles de toda la región. Podíamos ver algunos de sus montes y lagos, salpicados de pequeños pueblos. Al fondo estaba la bahía de Ballynakill y la inconfundible montaña de Tully, cuya cima parecía chamuscada por el color que le daba la brecina. Solo por aquella panorámica ya había valido la pena de hacer la excursión!


Connemara National Park
El sendero más largo, el de dos horas y medía subía hasta la Diamond Hill, pero nosotros continuamos por la ruta circular hasta llegar de nuevo al centro de visitantes. Fue una excursión muy agradable y bonita, con una gran recompensa en forma de bonitas vistas en el mirador. Un lugar la mar de recomendable!
Connemara National Park
Una de las actividades más típicas de Connemara es recorrer por rutas panorámicas alguna de sus penínsulas que se adentran hacia el mar. Una de las más típicas y cortas es la que hicimos a continuación, la Sky Road. Su parte norte es muy llana, y sus paisajes, aunque bonitos, no nos aportaron nada más especial. Su mitad sur es más montañosa y espectacular. Cogimos una variante de la ruta que subía montaña arriba donde había un mirador con fantásticas vistas de la península y los alrededores. Parecía que mucha gente iba a la Sky Road a pasear con bici o a hacer rutas de senderismo. La ruta en coche estuvo bien pero nos esperábamos algo más, nos dejó un poco indiferentes.

Sky Road
Al final de la Sky Road llegamos a Clifden, considerada la capital de Connemara y donde no paramos por falta de tiempo (si no, quizás le hubiéramos dado un vistazo). Continuamos por la ruta panorámica que va por la carretera R341 hacia Roundstone. La ruta atraviesa una gran zona salpicada de lagos, turberas y brezales, casi sin resto de presencia humana. Hacia la costa había algunas playas de arena, algo que no nos encajaba con la idea que teníamos del país. Sin muchos paisajes que valieran la pena, llegamos a Roundstone, uno de los pueblos más populares de la región. Estuvimos un rato disfrutando de la tranquilidad de ambiente, aunque el pueblo era muy pequeño, apenas una calle. Su principal reclamo son sus restaurantes de pescado y marisco, pero los pocos que había nos parecieron carísimos, así que no permanecimos mucho mas tiempo allí.

Roundstone
Era la 1 del mediodía, y si queríamos ir al monasterio de Clonmacnoise teníamos que ir tirando hacia allí antes de que cerraran. Decidimos pasar de largo de Galway, ya lo visitaríamos más tarde (allí es donde pernoctamos). Suerte que a partir de Galway hay una autopista (1,90 € de peaje) que va hasta Dublín, de forma que llegamos a Clonmacnoise pronto. Lo primero que hicimos fue ir a comprobar su horario de apertura, y como teníamos tiempo, comimos la comida de super en el aparcamiento. Una vez con las pilas cargadas entramos en Clonmacnoise (6 € cada uno), un conjunto monástico paleocristiano construido en el siglo VI. Además de ser uno de los monasterios más importantes de Irlanda en su día, también alberga alguna de las cruces celtas mejor conservadas del país. Precisamente, se empieza la visita de Clonmacnoise por un museo cubierto donde están las cruces originales (las que hay fuera son réplicas). La primera que vimos es la más importante y espectacular, la Cruz de las Escrituras (Cross of the Scriptures), de 4 metros de alto y construida en el siglo X en arenisca. Las figuras en relieve que decoran toda la cruz eran impresionantes, tenían temática bíblica y referencias a los fundadores del monasterio. En otra sala estaba la otra cruz importante, la Cruz del Sur o South Cross, con muchos más motivos geométricos de origen celta. Nos impresionaron ambas cruces, tanto como las que habíamos visto en Monasterboice días atrás, pero el hecho que estuvieran en un museo y no en su lugar original le restaba un poco de encanto. Pero la arenisca de que estaban hechas no hubiera aguantado bien las fuertes lluvias del clima irlandés.
South Cross
Cross of the Scriptures
Salimos del museo y fuimos a ver las ruinas del monasterio de Clonmacnoise. Allí había unas reproducciones de las cruces celtas que ya habíamos visto, pero tenían tanto realismo que parecían auténticas (incluso empezaban a acumular líquenes en su superficie). Los restos del monasterio descansan en el terreno de un cementerio. Los edificios mejor conservados son sus dos torres circulares, la de O’Rourke, la más antigua, y la de McCarthy, adosada a una pequeña iglesia; ambas servían como puntos de vigía, ya que en la edad media los monasterios católicos fueron objetivo de los vikingos y de los ingleses protestantes. De los demás edificios, el mas interesante fue la Catedral que solo conserva sus muros pero tenía algún bonito detalle como algunos relieves en una puerta lateral. Precisamente a pocos metros de este templo se dice que está enterrado Rory O’Connor, el último rey de Irlanda que murió en el siglo XII.
Réplica de la Cruz de las Escrituras
Pequeña capilla, con la McCarthy Tower al fondo
Entrada de la Catedral
Conjunto monástico de Clonmacnoise
Cementerio de Clonmacnoise
Réplica de la Cruz del Sur
La visita a Clonmacnoise nos gustó, aunque sus cruces no nos impresionaron tanto como las de Monasterboice, quizás por que éstas fueron las primeras que vimos. Después de una hora deambulando por el monasterio, cogimos nuevamente la autopista y volvimos hacia Galway. Lo primero que hicimos fue ir hacia nuestro alojamiento para aquella noche, el College Crest Guesthouse, otro típico B&B irlandés, lo cual quiere decir una buena habitación, propietarios muy amables y serviciales y buen desayuno típico irlandés. El propietario nos dio un mapa de Galway y nos explicó los principales puntos de interés. Otra de las ventajas de aquel alojamiento era que quedaba suficientemente cerca del centro como para poder ir a pie hasta él pero suficientemente lejos para no tener que pagar una fortuna por una ubicación céntrica (nos salió por 55 € la noche).
Nuestra habitación en el College Crest
Una vez dejamos nuestro escaso equipaje y el coche en el B&B nos lanzamos a dedicarle unas pocas horas a Galway. Empezamos la visita por Eyre Square, uno de los principales espacios verdes del centro. Como curiosidad vimos que en un lado de la plaza se conservaba parte de la fachada de una de las casas que habían tenido que derribar. Nos adentramos en el centro histórico por William Street, una calle peatonal llena de gente paseando y de comercios. Muchos de ellos eran joyerías que anunciaban el famoso anillo de Claddagh, usado en esta región como arras o como símbolo de amor. Es muy curioso, por que dependiendo en qué mano se lleve el anillo o si éste mira hacia abajo o hacia arriba tiene diferente significado: si por ejemplo se lleva el anillo en la mano derecha y mirando hacia arriba, el portador está soltero; en cambio, si está orientado hacia abajo, la persona está enamorada de otra.
Eyre Square
William St
En esta zona está uno de los pocos edificios históricos que han perdurado en el centro de la ciudad, el castillo de Lynch, aunque nos pareció mas bien una mansión robusta de grandes muros. Fue el hogar los Lynch, uno de los clanes medievales irlandeses mas importantes de la región de antaño. Un poco más adelante, la calle cambia de nombre y se convierte en una sucesión de pubs, restaurantes y bares. Según nos explicaron, Galway es muy famosa entre los irlandeses como sitio de fiesta y celebraciones, ya que está a tiro de piedra de Dublín por autopista. Y la verdad es que se notaba un poco ese ambiente festivo, pese a estar en martes. En aquella parte vimos alguno de los pubs más encantadores de nuestro viaje por Irlanda, como el Tigh Neachtain, decorado por fuera como si fuera la biblioteca de una casa. Su decoración está muy bien conseguida!
Lynch Castle
Pubs de Galway
Pub Tigh Neachtain
En poco tiempo ya habíamos recorrido de cabo a rabo el casco histórico de Galway. Cerca del puerto nos acercamos a ver el Spanish Arch, una de las antiguas puertas medievales de entrada a la ciudad. Se llama así en referencia a los comerciantes españoles que atracaban cerca. Aunque estaba un poco alejada del centro, nos acercamos a ver la Catedral de Galway, uno de los edificios más grandes de la ciudad. Aunque engañaba un poco, por que apenas tiene 50 años de antigüedad. Nos quedamos con las ganas de ver el interior, ya que estaba cerrada. Con aquello dimos por concluida la visita a Galway, no tiene mucho más que ver a parte de disfrutar del ambiente de los pubs. En una horita nos la habíamos pulido, y nos pareció mas que suficiente.
Spanish Arch
Catedral de Galway
Una vez con la guía bien guardada, nos pusimos a buscar un sitio para cenar. Después de dar algunas vueltas elegimos el Dail Bar, un pub enorme donde hacían platos “económicos” (entre comillas, eso quiere decir baratos para ser Irlanda...). Elegimos el especial del día, un steak con patatas fritas y la captura del día, bacalao con verduras al vapor. Ambos platos estaban muy buenos, era una de las pocas veces que los dos salíamos completamente satisfechos de un restaurante. Incluyendo sendas pintas de cerveza, la cena nos costó 34,20 €.
Nuestra cena en Dail Bar

2 comentarios:

  1. Me ha llamado mucho la atención la Abadía!! si sepuede visitar ha de ser muy interesante! ^_^

    Curioso lo del Spanish Arch!

    Nuevamente una etapa llena de paisajes y también historia! muy bonita ^_^

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    Respuestas
    1. Si, lo de la abadía parecía chulo, pero es una lástima que nunca se pueda tener tiempo para todo...

      Una de las cosas que más nos han gustado de Irlanda es que combina bonitos paisajes con lugares llenos de historia! ^_^

      Un beso!

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