PERÚ 21: Lima III y regreso

2 de julio de 2013 Último día de nuestra aventura por Perú! Fue una jornada que nos tomamos con mucha tranquilidad. Por la mañana fuimos a visitar el Museo Larco, con una interesante colección de cerámica precolombina. Al mediodía fuimos a un restaurante para disfrutar de nuestra última comida peruana y a la tarde ya cogimos el vuelo que nos devolvería a Barcelona. Ese día nos levantamos con la calma, era nuestro último día y no queríamos ir con prisas. El desayuno en el Miraflores Lodge fue de los mejores a lo largo de nuestro viaje: un buffet a base de panes para tostar, mermeladas, embutido, queso, huevos, cereales… todo buenísimo.

2 de julio de 2013

Último día de nuestra aventura por Perú! Fue una jornada que nos tomamos con mucha tranquilidad. Por la mañana fuimos a visitar el Museo Larco, con una interesante colección de cerámica precolombina. Al mediodía fuimos a un restaurante para disfrutar de nuestra última comida peruana y a la tarde ya cogimos el vuelo que nos devolvería a Barcelona.

Ver Perú 21: Lima III en un mapa más grande

Ese día nos levantamos con la calma, era nuestro último día y no queríamos ir con prisas. El desayuno en el Miraflores Lodge fue de los mejores a lo largo de nuestro viaje: un buffet a base de panes para tostar, mermeladas, embutido, queso, huevos, cereales… todo buenísimo. Hicimos las mochilas y las dejamos en la recepción. Nuestro plan era dedicar la mañana a ver el Museo Larco y el Museo de Antropología, Arqueología e Historia, ambos en el lejano barrio de Pueblo Libre. Como no teníamos prisa, decidimos no ir en taxi y coger un autobús. Nos acercamos al Óvalo y allí tomamos alguno de los buses que ponían “Bolívar” en su lateral; la avenida Simón Bolívar es la ubicación del Museo Larco.

El trayecto en autobús se nos hizo eterno y llegamos al museo a media mañana. Nos costó encontrar su entrada, que no da a la avenida si no a la calle Navarra. El Museo Larco es la colección de cerámica precolombina más importante de Perú, si bien también alberga objetos textiles y de metales preciosos. El centro del museo es su colección de vasijas de cerámica, principalmente de culturas precolombinas del norte de Perú, aunque también había unas pocas de los incas y los nazca. Nos asombraron unos grandes tapices huaris tan tupidos que tienen el segundo record mundial de hilos por centímetro cuadrado. También eran interesantes los objetos ceremoniales de oro usados por los sacerdotes incas. Nos sorprendió que en un plafón informativo se explicaba que los incas no hacían sus objetos de oro puro, siempre hacían aleaciones con plata, bronce u otros metales. Por eso los conquistadores españoles no los fundieron para obtener el oro, casi todo el oro que llegaba a España provenía de las minas peruanas. Así que la idea que los españoles fueron responsables de un genocidio artístico al fundir el oro de las piezas de arte incas no sería del todo cierta.

patio interior del Museo Larco

diferentes piezas del Museo Larco

En otra sección del museo había su parte más famosa, aunque no fuera la más importante: una gran colección de cerámica erótica. La verdad es que las vasijas tenían unas figuras muy explícitas, no había lugar para la interpretación. Otra curiosidad del museo es que se puede visitar el fondo con toda la cerámica que tienen almacenada y que no exponen. Con todo ese material podían llenar decenas de museos! El Museo Larco nos gustó mucho, y le dedicamos una hora y media.

cerámica erótica del Museo Larco

Al salir del museo llamamos a Carmen, la amiga peruana de la familia, para quedar a comer con ella. El plan inicial era ir a ver el Museo de Arqueología, pero como queríamos comer con tranquilidad no nos iba a dar tiempo. Así que decidimos ir directamente a comer con Carmen, que nos llevó a un establecimiento de Lince, la Choza Nautica. Este restaurante pertenece a una cadena con cuatro locales en Lima, especializados en platos peruanos de pescado y marisco. Pedimos trucha empanada, chicharrones con ceviche mixto (de pescado y marisco) y una jalea mixta. Los platos eran muy abundantes y estaban buenísimos. De postre nos regalaron unos pisco sour, los más fuertes que probamos!

comiendo en La Choza Náutica

Neus y su plato doble de chicharrones y ceviche mixto 

Salimos del restaurante, nos despedimos de Carmen y regresamos al Miraflores Lodge en autobús. Recogimos las mochilas y fuimos en busca de un taxi que nos llevara al aeropuerto. No fue tarea fácil, ya que varios de los que paramos no tenían la licencia necesaria para entrar en él. Una opción hubiera sido que el taxi nos llevara a la avenida Faucett lo más cerca posible del aeropuerto, hubiera sido mucho más barato. Pero finalmente encontramos uno con sus papeles en regla que nos pedía 50 soles (conseguimos rebajarlo hasta 40). El tráfico a primera hora de la tarde era horroroso en Lima, fue bien salir con tiempo porque nos costó lo suyo llegar al aeropuerto.

Al igual que el vuelo de ida, el de regreso a Barcelona era con Air France. Casualmente, mientras esperábamos la salida del avión nos encontramos los franceses con quien habíamos compartido el tour del Colca; ellos viajaban con Iberia vía Madrid y nosotros con Air France vía Paris, todo un contrasentido! El vuelo transoceánico fue bien, tuvimos la suerte de poder dormir bastante tiempo. Una vez en París hubo un poco de caos: en la parte de la aduana había muchísima gente y solo un policía para comprobar los pasaportes. Varios pasajeros se quejaron que iban a perder su vuelo. A nosotros nos fue de poco, solo teníamos una hora y media de escala y embarcamos de los últimos pasajeros. El vuelo a Barcelona fue el punto final de uno de los viajes más emocionantes que hemos hecho!

Puedes leer el resto de entradas de este viaje aquí