PERÚ 16: Machu Picchu

27 de junio de 2013 El día más esperado de nuestro viaje por fin llegó: visitaríamos el mágico Machu Picchu. Pasamos todo el día explorando la antigua ciudad inca, incluyendo la subida al Wayna Picchu, la montaña que domina estas ruinas. Para visitar Machu Picchu hay que comprar las entradas previamente, ya que hay un cupo de 2.500 visitantes por día. Además, para subir al Wayna Picchu el cupo es mucho más restringido, de 400 personas diarias (en dos turnos), y hay que comprarlas cuanto antes mejor. Las entradas se compran en esta web, que también permite saber cuántas plazas quedan en un día determinado para visitar el Machu Picchu y/o el Wayna Picchu.
27 de junio de 2013
El día más esperado de nuestro viaje por fin llegó: visitaríamos el mágico Machu Picchu. Pasamos todo el día explorando la antigua ciudad inca, incluyendo la subida al Wayna Picchu, la montaña que domina estas ruinas.

Ver Perú 16: Machu Picchu en un mapa más grande
Para visitar Machu Picchu hay que comprar las entradas previamente, ya que hay un cupo de 2.500 visitantes por día. Además, para subir al Wayna Picchu el cupo es mucho más restringido, de 400 personas diarias (en dos turnos), y hay que comprarlas cuanto antes mejor. Las entradas se compran en esta web, que también permite saber cuántas plazas quedan en un día determinado para visitar el Machu Picchu y/o el Wayna Picchu. Hay que avisar que las entradas son nominales y solo valen para el día escogido. Nosotros las compramos con un mes de antelación, ya que nos dimos cuenta que quedaban pocas plazas para subir al Wayna Picchu en el turno de las 10 h; ese turno nos interesaba por que nos permitía visitar primero el Machu Picchu con tranquilidad, y después subir a la montaña (el otro turno es a las 7 y no va tan bien en ese aspecto). Pero a la hora de hacer el pago de las entradas en la web mencionada tuvimos problemas: su sistema de pago nos rechazó todas las tarjetas con las que probamos! Tuvimos un poco el “consuelo” de que no somos los únicos a los que les pasaba, como muestra este post del foro de Tripadvisor. Contemplamos horrorizados que día tras día quedaban menos plazas para subir al Wayna Picchu el día que nos interesaba: 50, 30, 20, 15… Llamamos incluso a Perú porque creíamos que en uno de los intentos fallidos nos habían cobrado la entrada, aunque después el cargo desapareció de nuestra cuenta bancaria. Nos enteramos que había agencias que podían comprar la entrada a cambio de una comisión, así que escribimos a varias. La que más rápidamente se prestó a ayudarnos fue Perú Via Tours, que en poco tiempo nos compró la entrada a cambio de una comisión de 8 USD por persona. Que peso nos quitaron de encima! Es incomprensible como el gobierno peruano tiene un sistema de pago que falla tanto. Podían dedicar algo de los millones que les roban a los turistas de las caras entradas al Machu Picchu para mejorar su sistema. Porque esta entrada no es precisamente barata, y mas si subes al Wayna Picchu: 152 soles por persona, y eso son 40 euros! Y nosotros además tuvimos que pagar la comisión y un recargo por pagar con tarjeta, así que nos salió por casi 100 € los dos. En esta web salen todas las tarifas para visitar Machu Picchu, así como las normas y horarios, vale la pena darle un vistazo.
Aquel día nos costó levantarnos, el despertador tocó a las 4:30 y habíamos dormido muy bien aquella noche. A las 5 estábamos desayunando en el hostal junto con otros huéspedes que seguramente también subirían al Machu Picchu. Nos llevamos el agua y la comida que necesitábamos en una mochila grande, la pequeña la habíamos dejado en Cuzco. Teníamos miedo que no nos la dejaran entrar al recinto, ya que las normas prohíben la entrada de mochilas de mas de 20 l (de hecho, también prohíbe la entrada de botellas de plástico y de comida). Antes de las 6 ya estábamos de camino a la avenida Hermanos Ayar, de donde salen los buses que suben al Machu Picchu. Todavía era de noche, pero aquella zona era un hervidero de turistas y autobuses. Los billetes de bus los venden en una pequeña caseta en el lado del río de la avenida. Tanto para coger los buses como para comprar los billetes había una larga cola de gente, así que cada uno se puso en una cola diferente para ahorrar tiempo. Tras mucho esperar compramos los dos billetes solo de ida por 9,50 USD cada uno (la vuelta pensábamos hacerla caminando). La cola para subir a los buses era mucho más ágil: habían varios buses aparcados, y según se iban llenando se marchaban y venían otros.
El trayecto de subida al Machu Picchu duró unos 20 minutos y a las 6:30 h llegamos a la entrada. Pese a la gran avalancha de turistas, en la entrada no se formó ninguna cola exagerada. Tras enseñar nuestra entrada impresa y el pasaporte, un par de guardias de seguridad miraban a los turistas por si llevaban objetos prohibidos. Enseguida se fijaron en nuestra mochila, en teoría de un tamaño no permitido, pero les dijimos que iba casi vacía y nos la dejaron pasar. Podríamos haberla dejado en la taquilla, una de las pocas cosas baratas en Machu Picchu (3 soles), pero decidimos ir con ella toda la visita.
Machu Picchu fue declarada hace poco una de las siete maravillas del mundo moderno. Y pese a ello, todavía le rodea un aura de misterio, son muchas las cosas que se desconocen de esta antigua ciudad inca. Seguramente fue construida por el Inca Pachacútec, en un lugar que era una importante ruta comercial entre el altiplano y la selva. La ciudad se abandonó antes de la llegada de los españoles, ya que sus historiadores no la mencionaron en sus crónicas y no había indicios de una posible batalla. Pero todo son suposiciones, hay tantas teorías acerca de Machu Picchu como estudiosos del tema. Lo que sí que se sabe es que la ciudad fue redescubierta a principios del siglo XX por Hiram Bingham, un historiador americano que la estudió y que empezó a indagar sobre su posible pasado. Hoy en día, Machu Picchu es uno de los monumentos más famosos y visitados del mundo, todo un símbolo de Perú y un motivo de orgullo para los peruanos.
Una gran horda de turistas atravesó con nosotros la entrada. El día empezaba a despuntar y parecía que iba a ser soleado. Cuando apenas habíamos recorrido los primeros 20 metros de nuestra visita, lo vimos. Delante de nosotros. Era la cosa mas increíble que habíamos visto. Ante nuestros ojos se extendían, majestuosas, las ruinas de la antigua ciudad inca de Machu Picchu, custodiadas por la gran montaña de Wayna Picchu. Después de 16 días de ruta por Perú estábamos allí, delante de una de las maravillas del mundo! Decidimos subir a la Casa del Guarda, uno de los puntos más elevados de la zona sur, para tener una mejor perspectiva; la mayoría de la gente tuvo la misma idea que nosotros. La vista desde allí no nos defraudó. Era la típica estampa que nos viene a la cabeza cuando alguien menciona el Machu Picchu. Afortunadamente, no había un solo lugar para tener una buena vista de las ruinas, había muchos metros de terraza agrícola desde donde se podían hacer buenas fotos, dependiendo del ángulo que se quisiera. Elegimos un buen sitio y nos sentamos para contemplar embelesados como amanecía en el Machu Picchu. Las luces del alba empezaron a bañar las montañas colindantes primero, el Wayna Picchu después y la antigua ciudad inca por último. Todo un espectáculo que será difícil olvidar.
la primera de las muchas fotos que nos hicimos en el Machu Picchu
foto desde la Casa del Guarda
primeros rayos de sol en el Wayna Picchu
el día va comenzando...
ahora el sol ya baña todo el Wayna Picchu
finalmente, la luz ilumina las ruinas de la antigua ciudad inca
No nos podíamos quedar allí todo el día, así que entramos en la ciudad inca por su puerta principal, fantásticamente conservada. Aquel es el sector Hanan, el más elevado, que cuenta con muchos de los edificios más importantes de Machu Picchu. Tras atravesar una zona con edificios sencillos que albergaban viviendas y talleres, llegamos a la Plaza Sagrada. Alrededor de ella, se encontraban algunos de los centros ceremoniales más importantes de la ciudad, como el Templo Principal y el Templo de las Tres Ventanas, además de la Casa del Sacerdote. Desde ella había una bonita vista de las montañas cercanas y de la Plaza Principal. Detrás de la Plaza Sagrada encontramos la Sacristía, famosa por tener la piedra de los 32 ángulos, aunque a nosotros no nos acababan de salir las cuentas.
Machu Picchu, con la Puerta Principal a la izquierda
Puerta Principal
primeros pasos tras la puerta Principal
terrazas agrícolas y Casa del Guarda (arriba)
vista del sector Hanan
terrazas agrícolas
puerta con el Wayna Picchu al fondo
Templo Principal
Plaza Sagrada
Templo de las 3 Ventanas
vista desde la Plaza Sagrada
Sacristía
piedra de los 32 ángulos
De allí subimos una escalera que nos llevó al Intihuatana, un santuario de observación astronómica. Se piensa que esta tarea se hacía usando las sombras proyectadas por el sol en una especie de asiento de piedra. También había un curioso afloramiento rocoso, no sabemos si natural o hecho a propósito, con unas rocas con la misma silueta que el Wayna Picchu y las otras montañas circundantes. Desde allí había una buena vista sobre la Plaza Central, un gran espacio que separa el sector Hanan, más ceremonial, del Urin, más industrial y residencial (aunque allí se situan el Templo del Sol y el del Cóndor).
vista de Hanan desde el Intihuatana
vista de la Plaza Principal desde el Intihuatana
Intihuatana
Intihuatana
Intihuatana, piedra de observación astronómica
rocas con el contorno del Wayna Picchu en el Intihuatana
vista de la Plaza Principal y del Wayna Picchu
Con eso acabamos de visitar el sector Hanan (u occidental) en más o menos una hora. Estábamos en el extremo de la ciudad, cerca del acceso del Wayna Picchu, pero todavía faltaba una hora para nuestro turno, así que continuamos la visita por el sector Urin, el más bajo. Empezamos con el grupo de las Tres Portadas, una zona de talleres y casas muy similar al que nos encontramos al principio. La zona más interesante de este sector está más al sur, es el templo del Cóndor. Al principio nos dejó algo indiferentes, pero después de oir la explicación de un guía que llevaba un grupo lo entendimos: dos grandes rocas oblicuas hacían la silueta de las alas del cóndor y en el suelo estaba esculpido sobre una piedra la cabeza y el pico. Ingenioso!
sector Urin
grupo de las 3 Portadas
grupo de las 3 Portadas
grupo de las 3 Portadas
Templo del Cóndor
Templo del Cóndor
terrazas del sector Urin
Plaza Principal desde el sector Urin
Subiendo unas largas escaleras llegamos a las dependencias del Inca, que éste usaba cuando visitaba la ciudad. Así podía tener acceso rápido al Templo del Sol que estaba al lado (el Inca se consideraba el enviado del dios sol a la tierra). Este templo es de los sitios importantes, con su característico muro curvo. Bajo el templo había una especie de habitación donde se hacían ceremonias, aunque también se dice que podría haber sido usada como tumba real.
Casa del Inca
Casa del Inca, con el Templo del Sol enfrente
Templo del Sol y Casa del Inca
Templo del Sol
habitación bajo el Templo del Sol
Templo del Sol
Se acercaban las 10 de la mañana, la hora de nuestro turno de ascenso al Wayna Picchu. Como Neus todavía no se encontraba fina de la barriga, caminamos un poco más hasta los lavabos, situados fuera del recinto. La verdad es que era un engorro tener que atravesar todas las ruinas y salir de allí para ir al lavabo, pero tampoco era una distancia exagerada, en unos 20 minutos ibas de un extremo del Machu Picchu a los lavabos. Y con la entrada sellada podías entrar y salir de allí tantas veces como quisieras. Esta vez dejamos la mochila con las chaquetas en la taquilla (3 soles) ya que empezaba a hacer calor. Así podríamos ir más livianos en la subida al Wayna Picchu.
Más ligeros de peso, atravesamos nuevamente las ruinas para llegar hasta el acceso del Wayna Picchu. Al llegar ya había una larga cola, pero después comprobamos que no hacía falta hacer cola: realmente la hora de entrada es de 10 a 11, así que no es necesario plantarse allí a las 10 en punto. Vimos que todavía salían algunas personas, jadeantes y sudorosas, del turno de las 7 h. Al pasar por la caseta de control tenías que apuntar tu nombre y la hora, no querían que se les perdiera ningún visitante por allí. Desde abajo, la montaña nos parecía una enorme mole vertical, no nos imaginábamos por donde discurría el camino para subir por ella!
el Wayna Picchu
El comienzo del camino engañaba un poco, hacía una gran bajada que había que hacer casi agarrado de una cuerda antes de iniciar propiamente la subida del Wayna Picchu. Como ya supusimos la subida era dura, el camino no paraba de subir, muchas veces por tramos muy inclinados; suerte que éstos eran empedrados y con cuerdas que facilitaban el paso. El camino era bonito, rodeado por frondosos bosques con exuberante vegetación, todo una novedad después de pasar dos semanas entre el desierto costero y los pastos del altiplano. Dos cosas hicieron que la caminata no nos pareciera tan dura como esperábamos. En primer lugar, el camino de subida discurre por la vertiente sur de la montaña, a la sombra (al estar en el hemisferio sur). El otro factor está relacionado con nuestro organismo, y es que tras nuestro paso por el altiplano, nuestro cuerpo habría generado un gran número de glóbulos rojos que nos ayudaban a superar el esfuerzo (se nota que somos biólogos...). Como conclusión, la subida al Wayna Picchu es cansada, pero no durísima, apta para cualquier persona con un mínimo de forma.
una primera bajada engañosa
subiendo al Wayna Picchu
tramo un poco complicado
no todos eran así...
...en muchos era un agradable paseo
solo queda una última escalera
El esfuerzo tuvo su recompensa. Tras superar unos 250 m de desnivel llegamos a unas ruinas incas cerca de la cima en la que había un mirador con unas vistas increíbles: allí abajo, a lo lejos, estaba el Machu Picchu, como una gran herida abierta en la montaña. Fijándonos un poco podíamos distinguir las terrazas incas y los principales templos. Al este vimos perfectamente la carretera por donde subían los buses cargados de turistas que visitarían la ciudad inca. Al fondo del valle estaba el río Urubamba, que sorteaba montañas y más montañas llenas de bosques espectaculares; su visión nos pareció incluso más espectacular que la del propio Machu Picchu. Al oeste vimos otro valle por el que curiosamente discurría nuevamente el Urubamba.
vista de machu Picchu
disfrutando de las vistas
hacia la izquierda se aprecia la carretera de los buses
de izq. a dcha: valle del Urubamba, carretera y Machu Picchu
foto similar, pero con el Urubamba que reaparece a la dcha.
Para llegar a la cima seguimos por un corto camino más difícil, incluyendo tramos en los que había que subir gateando e incluso un túnel. Pero no era algo imposible de hacer, mucha gente lo hacía. Finalmente conseguimos llegar a la cumbre del Wayna Picchu, a 2693 m de altitud. Había unas rocas desde donde había unas vistas similares a las anteriores. Como novedad, tuvimos vista hacia el norte, y pudimos ver todo el recorrido que hacía el Urubamba. Allí arriba estábamos cansados, pero también muy contentos de haber subido al Wayna Picchu, es algo que recomendamos totalmente.

atravesando un túnel
cima del Wayna Picchu
vista del Machu Picchu desde la cima
lo conseguimos!
vista SW
vista E, valle del Urubamba
Iniciamos la bajada por un camino empedrado que bajaba por la vertiente norte del Wayna Picchu. Había que bajar unos tramos de escalera muy inclinada y sin asideros, muy resbaladizo en caso de lluvia. Al dejar atrás las ruinas incas de la cima, nos encontramos con una bifurcación de caminos: se podía seguir caminando hasta una montaña cercana o hasta unas cuevas, pero nosotros decidimos bajar. Más adelante el camino de bajada se juntó con el de subida y deshicimos el camino hasta abajo del todo. En total tardamos unas tres horas en subir y bajar, y fue una experiencia totalmente positiva. Hay gente que lo hace en menos tiempo, pero es una excursión que se presta a ir parando para contemplar el paisaje.
iniciando la bajada del Wayna Picchu
increíble paisaje de montañas boscosas
dura bajada...
bajada con el Urubamba de fondo
ruinas incas con el mirador del Wayna Picchu
nuevo mirador para contemplar Machu Picchu
uno de los tramos de bajada más difíciles
Después de firmar conforme salíamos de la montaña en el puesto de control del Wayna Picchu, atravesamos nuevamente todas las ruinas para salir fuera del recinto y comer. Recogimos nuestra mochila de la consigna, hicimos una comida frugal y descansamos un instante. Después volvimos a dejar la mochila en la consigna (total, solo eran 3 soles, menos de un euro) y volvimos a Machu Picchu a acabar de visitar el sector Urin, que por la mañana habíamos visto un poco apresurados. Era curioso ver como se usaban las llamas como cortacéspedes naturales en las antiguas terrazas agrícolas. También vimos los típicos almacenes Qolqas, que estaban restaurados con tejados de paja.
llamas en las terrazas incas
Qolqa
Qolqas en la zona agrícola
Luego decidimos ir un sitio un poco alejado de las ruinas, el Puente Inca. Para llegar hay que caminar media hora (ida y vuelta) por un sendero más o menos llano que sale de la Casa del Guarda. El puente forma parte de uno de los accesos al Machu Picchu, y discurre sobre una cornisa excavada en la roca. Antes se podía caminar libremente por ese peligroso camino, pero ahora está prohibido y hay que verlo desde una barrera. La verdad es que nos dejó un poco indiferentes, quizás nos esperábamos que fuera más espectacular. Lo mejor de esta breve caminata es que por el camino tuvimos una de las vistas más bonitas del Machu Picchu, el ángulo nos parecía el mejor para apreciar tanto las ruinas como el Wayna Picchu. Nuestra panorámica preferida del Machu Picchu!
Puente Inca
Puente Inca, única parte transitable
la mejor panorámica de Machu Picchu!
Nos encanta!
Eran cerca de las 4 de la tarde, a poco más de una hora que se cerraran las ruinas. Lo último que nos quedaba por ver era el Inti Punku, pero había que hacer una hora de caminata así que lo descartamos. Aprovechamos para hacer un último paseo por Machu Picchu, disfrutando de su magia sin apenas visitantes a aquellas horas. A las 4 abandonamos definitivamente las ruinas tras casi 10 horas de visita que se nos pasaron volando. Nos sorprendió que a aquella hora continuara llegando gente a visitar las ruinas, solo tendrían una hora para verlas!
últimos pasos en Machu Picchu
una vista para guardar en nuestra memoria
Machu Picchu es una experiencia única, que hay que vivirla sí o sí. No son solo unas ruinas incas, los paisajes que lo rodean son espectaculares y te transportan a una antigua ciudad inca perdida. No olvidaremos nunca aquella imagen del amanecer en Machu Picchu. Como tampoco podremos borrar de nuestra memoria la ascensión al Wayna Picchu y su gran premio al final en forma de fantásticas vistas. Es de esos lugares que no se pueden explicar con palabras, de esos sitios que al verlos se te olvida respirar por un instante.
Como todavía quedaban un par de horas de sol y nos sentíamos con mucha energía (no quiere decir que no estuviéramos cansados), decidimos volver a Aguascalientes caminando en vez de coger el bus. Cerca de la taquilla sale un sendero empedrado que va bajando montaña abajo, atravesando un par de veces la carretera por donde pasan los buses. El camino es chulo, ya que atraviesa verdes bosques, pero como no para de bajar es muy cansado. Después de superar casi 500 m de desnivel, llegamos a la orilla del río Urubamba. Aquí desaparece el camino, así que hay que ir por la misma carretera que usan los buses, suerte que es ancha y hay poco tráfico. Tras una hora y media de caminata llegamos finalmente a Aguascalientes. Estábamos destrozados de tanto andar!
En vez de ir a descansar al hostal, decidimos hacerlo en las aguas termales de Aguascalientes (por algo se llama así). Pasamos por la habitación a coger los bañadores y toalla, evitando la tentación de tumbarnos en la cama. Para disfrutar de nuestro merecido descanso en las aguas termales todavía teníamos que subir una larga cuesta, estaban en lo alto del pueblo. La entrada costaba 10 soles y había una taquilla donde dejar las cosas (un sol extra) y unos vestidores (aunque sin duchas). Había un par de piscinas solitarias con agua fría y una con agua tibia en la que nos metimos. Después de poco tiempo nos fuimos a la más grande, la del agua caliente, donde estaba prácticamente todo el mundo. Aquella piscina se quedaba pequeña para la gran cantidad de gente que había, estábamos prácticamente codo con codo con el resto de bañistas. Nos relajamos un rato allí, aunque el sitio no nos acabó de gustar, no lo recomendaríamos.
aguas termales de Aguasclientes
Regresamos al hotel a ducharnos y descansar un poco. Después salimos para buscar un sitio para cenar en la calle Yahuar Huaca, donde había muchos restaurantes peruanos económicos. Escogimos el Puerto Perú, cuya propietaria nos prometió un menú de 15 soles y un pisco sour de regalo. De primero volvimos a comer ají de gallina y papas a la huancaína, ambas seguramente con la misma salsa. De segundo nos pedimos bistec de alpaca, muy bueno, aunque a David le supo sospechosamente a ternera. Pero en general cenamos bien, todo nos costó 40 soles (unos 11 euros).
ají de gallina y papas a la huancaína
bistec de alpaca
Volvimos rápido a la habitación para dormir pronto. El día siguiente nos esperaba el segundo madrugón consecutivo, teníamos que coger el tren a Ollantaytambo a las 5:35 h.

8 comentarios:

  1. Sin duda, un lugar mítico!
    A'hora bien, yo al wayna dudo que puduera subir u.u pero bueno...aún así el resto de vistas también son preciosas :-)

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    1. Seguro que si que podrías, no es tanto como parece! Nosotros no estamos en muy buena forma y subimos sin problemas... :P

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  2. Hace algo más de 3 años visité Machu Picchu por mi cuenta y me ahorre mucho dinero. Quizás no hice lo más cómodo, pero si lo más económico. Pase una noche en bus hasta un pueblo llamado Santa Teresa (5€ el billete), y desde allí llegué caminando a Aguascalientes. Allí compré la entrada a Machu Picchu, que con carnet de estudiante internacional (ISIC) te vale la mitad. Me hospede en un hostal barato y algo destartalado por 10 € la noche. No es necesario tomar un bus al yacimiento, ya que se puede subir caminando, no sin esfuerzo. En total calculo que me gasté unos 50 o 60 €.

    Un saludo
    Alfonso
    Perú

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    Respuestas
    1. Hola Alfonso!

      Sí, ya sabíamos que había otras opciones mas económicas para llegar hasta Machu Picchu. La opcion de subir andando de Aguascalientes a Machu Picchu la descartamos enseguida: si queriamos subir al Wayna Picchu, no podíamos llegar echos polvo haciendo a pie toda la subida. Solo lo recomendariamos para triatletas o montañeros en muy buena forma.

      Saludos

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  3. Hola! Me leí completo el
    Blog, excelente.
    Les tengo una pregunta para comprar
    La entrada con esa agencia que cobra comisión,
    Como hicieron, le pasan los datos de su tarjeta de
    Credito y ellos las compran en Perú?
    De ser así, da un poco de miedo porque con el número de tarjeta pueden sacarles todo el dinero?

    Si me
    Podrían ayudar gracias

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    1. Si, tuvimos que pasarles los datos, no habia otra forma. Es verdad que es un poco arriesgado por eso estuvimos un tiempo comprobando que no hubiera ningun gasto de mas.
      Nos alegra que te guste el blog :)
      Saludos

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  4. hola, el dia 26 d marzo me voy 11 d a Perú, la ruta la tengo mas o menos clara, mi duda es si comprar la entrada al machupichu antes o arriesgarme y comprarla alli. Veo q mucha gente compra tb con antelacion el billete de tren. que me aconsejais? gracias

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    Respuestas
    1. Hola!

      Si ya tienes tu ruta clara en principio es mejor no arriesgarte y comprarla por anticipado. Aunque marzo no nos parece una época con muchos visitantes... Todo depende si tu viaje es largo o corto, si puedes permitirte el lujo de estar un dia parado por no tener entrada o si tienes que visitar M.Pichhu un dia concreto.

      Respecto al tren, nosotros no lo compramos anticipadamente, pero si compras la entrada a Machu Picchu, tambien podrias hacerlo con los billetes del tren para asegurarte unos horarios que te convengan mas si tienes pocos días

      Saludos.

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