JAPÓN 13: Okayama y Miyajima

30 de julio de 2012 Aquel día iniciaríamos una excursión de dos días desde Kyoto. El primer día visitaríamos por la mañana el jardín de Okayama, uno de los más famosos de Japón. Después llegaríamos en barco a la isla de Miyajima, donde hay una de las estampas mas conocidas del país, su gran torii rojo. Finalmente pasaríamos la noche en un bonito ryokan. Para esa excursión de dos días decidimos viajar con un equipaje pequeño, una mochila ligera con solo lo básico. El resto lo dejamos en la recepción del hotel, ya que regresaríamos allí al día siguiente a la noche para pasar un par de días más.

30 de julio de 2012

Aquel día iniciaríamos una excursión de dos días desde Kyoto. El primer día visitaríamos por la mañana el jardín de Okayama, uno de los más famosos de Japón. Después llegaríamos en barco a la isla de Miyajima, donde hay una de las estampas mas conocidas del país, su gran torii rojo. Finalmente pasaríamos la noche en un bonito ryokan.

Ver Japón 13a: Okayama & Miyajima en un mapa más grande

Para esa excursión de dos días decidimos viajar con un equipaje pequeño, una mochila ligera con solo lo básico. El resto lo dejamos en la recepción del hotel, ya que regresaríamos allí al día siguiente a la noche para pasar un par de días más. Iniciamos nuestra andadura cogiendo el shinkansen Hikari poco después de las 8 h rumbo a Okayama, donde llegamos tras algo más de una hora. Allí dejamos la mochila en una consigna por 300 yens, pues teníamos que volver a la misma estación para proseguir nuestro camino más tarde.

Okayama tiene pocas atracciones turísticas, pero una de ellas es de primer orden: el Korakuen, uno de los tres jardines más importantes de Japón. Fue construido por el daimyo Ikeda Tsunamasa en el siglo XVII, como lugar de recreo de su familia y de sus invitados. El resto de gente tuvo prohibida la entrada hasta la abolición del sistema feudal tras la restauración Meiji del siglo XIX.

Para llegar hasta él cogimos un tranvía por 100 yens, ya que a pie la caminata desde la estación era muy larga. Entramos al Korakuen por la puerta principal después de pagar 400 yens cada uno. El jardín nos pareció muy amplio, con grandes extensiones de césped (quizás demasiadas), lagos con lotos, colinas arboladas, casas del te... Caminamos hacia el Sawa-no-ike, el lago más grande del jardín, salpicado de islitas encantadoras. En su orilla había una pequeña colina, Yuishinzan, con un mirador desde el que había una vista espectacular del jardín.

Sawa-no-ike, Korakuen

al fondo Yuishinzan, Korakuen

vistas desde el Yuishinzan, Korakuen

Salpicando el Korakuen había algunas pequeñas edificaciones dispuestas en perfecta armonía con el jardín, añadiéndole mas encanto aún. Lo más típico eran las casas de te, como Enyo-tei, donde era recibido el daimyo cuando visitaba el jardín. Otro sitio curioso era el Ryuten, sitio de descanso del daimyo, donde había un riachuelo que atravesaba el edificio y pudimos remojarnos los pies.

Enyo-tei, Korakuen

Ryuten, Korakuen

Ryuten, Korakuen

Estuvimos una hora visitando el Korakuen y nos gustó mucho, aunque opinamos que el de Kanazawa lo supera con creces. Salimos por la puerta sur y desde el puente Tsukimi dimos un vistazo al Okayama-jo, el castillo de Okayama. Fue construido en el siglo XVII, pero a raíz de los bombardeos de la segunda guerra mundial quedó casi destruido. Es curiosa la arquitectura de los castillos japoneses, tienen mas pinta de palacios que de otra cosa.

Okayama-jo

Cogimos el tranvía hasta la estación donde recogimos nuestra mochila de la consigna. Teníamos que coger un shinkansen hacia Hiroshima, pero aquella hora pasaban muchos Nozomi, que no entran en el Japan Rail Pass. Tuvimos que esperar media hora para el Sakura, así que aprovechamos a comprar algo para comer en la estación. Nos bajamos en Hiroshima y cogimos un tren local de la JR Sanyo Line hasta Miyajimaguchi, donde sale el ferry hacia Miyajima.

En Miyajimaguchi hay dos compañías de ferrys, JR Miyajima y Matsudai, pero solo la primera está incluida en el Japan Rail Pass. También hay la opción de coger ferrys desde el puerto o del Peace Park de Hiroshima, pero son muy caros y tampoco están incluidos en el JR Pass. El ferry de la JR no iba muy lleno, y el trayecto fue rápido. Desde el ferry había unas vistas geniales del famoso torii de Miyajima y del templo de Itsukushima.

vistas del torii de Miyajima desde el ferry

Llegamos al puerto de Miyajima sobre las 13:30 y lo primero que hicimos fue ir a nuestro alojamiento, el Ryoso Kawaguchi, un ryokan muy buen situado en el pueblo de Miyajima. No pudimos hacer el check-in ya que habíamos llegado antes de la hora, pero pudimos dejar la mochila. La señora que nos atendió fue muy amable, nos dio un mapa de la isla y nos informó que la marea alta sería a las 8 h de la noche. En aquel instante era marea baja, así que la señora nos recomendó ir a ver el torii antes de que empezara a subir la marea para poder ir andando hasta su misma base.

Ver Japón 13b: Okayama & Miyajima en un mapa más grande

Teníamos medio día para visitar Miyajima así que no nos entretuvimos más en el ryokan. Aquella hora el pueblo de Miyajima era un bullicio de turistas que paseaban por sus calles llenas de tiendas con todo tipo de souvenirs. Como en Nara, allí también había muchos ciervos, y con uno de ellos tuvimos un percance: nos sentamos a descansar en un sitio y cometimos la imprudencia de dejar desatendida nuestra guía Rough Guide. En un instante un ciervo se acercó y la mordió para intentar comérsela. Tuvimos que forcejear con él para recuperarla, pero por fortuna la guía no sufrió daños (no era nuestra...).

La primera visita que hicimos a Miyajima fue a su lugar más famoso y visitado, O-torii. Esta puerta fue construida en el siglo IX, pero la actual estructura es una reconstrucción de finales del siglo XIX. Tanto el torii como el templo de Itsukushima están declarados patrimonio de la humanidad de la Unesco. Como era marea baja, era un buen momento para ver el torii de cerca, podíamos andar hasta tocarlo (en esta web se puede consultar el horario de las mareas).

O-torii, Miyajima

De cerca, O-torii impresiona mucho mas que de lejos. Pudimos ver la forma de los troncos de su estructura de madera, con sus imperfecciones y sus texturas. En la base la gente había puesto monedas en las grietas de la madera para pedir deseos. Era impresionante estar ante una de las imágenes más típicas y conocidas de Japón.

O-torii, Miyajima

O-torii, Miyajima

O-torii, Miyajima

monedas en las gritas de O-torii, Miyajima

El torii es la puerta de entrada al santuario flotante de Itsukushima-jinja, el siguiente punto de nuestra visita. Desde tiempos inmemoriales, la isla de Miyajima ha sido considerada sagrada y la gente no la podía pisar. Así que los fieles eran transportados a la isla en barca, pasaban por debajo del torii y desembarcaban en el templo flotante, sin llegar a poner los pies en tierra firme.

Itsukushima-jinja

Pese a que Itsukushima-jinja se construyó en el siglo XII, nos pareció que se había reconstruido tanto que parecía nuevo. Sus estructuras de madera estaban pintadas con el típico color bermellón alegre, y sus pasillos decorados con lámparas de cobre y los típicos faroles. Desde el muelle había bonitas vistas de O-torii y de una Pagoda de cinco pisos.

Itsukushima-jinja

Itsukushima-jinja

Itsukushima-jinja

Eran sobre las 3 de la tarde, y decidimos ir a coger el teleférico hacia el monte Misen, la montaña que domina la isla de Miyajima. A la salida del templo seguimos los carteles del bus gratuito hacia la estación del teleférico. En ella pagamos cada uno los 1000 yens del viaje solo de ida al Misen-san. Nuestra intención era hacer el camino montaña abajo a pie haciendo un poco de trekking. Aunque a esas horas tampoco hubiéramos tenido otra opción, ya que el teleférico hacía su último viaje a las 17:30 h y no nos hubiera dado tiempo de cogerlo.

teleférico del Misen-san

Llegamos a la estación del teleférico del Misen-san cerca de las 4 de la tarde. Después de hacer acopio de agua, iniciamos la caminata hacia la cima. El camino discurre en plena naturaleza, pero no tiene ninguna dificultad, ya que es ancho y en algunos tramos con desnivel hay escaleras. Nos cruzamos sobre todo con gente en sentido contrario, que volvía a la estación del teleférico, ya que se acercaba la hora del último viaje del día. A medio camino llegamos a una zona de templos en la que recuperamos un poco el aliento. El más importante de los santuarios es el Keizu-no-Reikado, donde hay una llama sagrada que se dice que lleva ardiendo más de 1.200 años. Este fuego se usa, además, para prender la llama de la paz del Parque Memorial de la Paz de Hiroshima.

Keizu-no-Reikado

Al lado del Keizu-no-Reikado sale un tramo de escaleras que lleva hacia la cima. El camino atraviesa una zona de grandes rocas graníticas, algunas de formas extrañas. Después de casi una hora de andar, llegamos a la cima, donde hay un mirador con una vista de 360º. Normalmente la perspectiva debía ser increíble, pero aquel día la visibilidad era reducida y no se veía demasiado. Aún así, se intuían las islas del sureste de Miyajima y la bahía de Hiroshima.

vistas desde la cima del Misen-san

Luego descendimos de la cima, y en la zona del Keizu-no-Reikado tomamos uno de los caminos de vuelta al pueblo de Miyajima. Había varios caminos de bajada, nosotros cogimos la ruta que lleva al Daisho-in, así que solo teníamos que seguir los carteles que indicaban hacia ese templo. La bajada se hizo pesada, ya que casi todo el rato era por escaleras de piedra. Aún así, a medio camino nos recompensó con una vista genial de O-torii y de Itsukushima.

vistas de O-torii y de Itsukishima-jinja bajando del Misen-san

Después de pasar junto al templo de Daisho-in llegamos a Miyajima, mas de dos horas después de empezar la excursión desde el teleférico del Misen (incluyendo la ascensión a la cima). Eran más de las 6 h y nos dirigimos rápidamente al ryokan, ya que habíamos dicho que cenaríamos a las 7 h. No pudimos resistirnos a pararnos unos minutos delante de O-torii, con una estampa mágica bañado por la luz del atardecer.

O-torii al atardecer

Cuando llegamos nuevamente al Ryoso Kawaguchi nos enseñaron nuestra habitación, que era fantástica: era muy amplia, tenía el suelo de tatami y los típicos paneles de papel. La verdad es que la relación calidad-precio esta muy bien, a nosotros nos gustó mucho. Lo que no sabíamos es que es el alojamiento mejor puntuado en Miyajima en Tripadvisor.

nuestra habitación en el Ryoso Kawaguchi 

Antes de cenar fuimos a darnos un baño en el onsen, en el que estuvimos de fábula. Lo bueno de este es que es privado, te puedes bañar con tu pareja o familia sin tener que separarse por sexos como es habitual. Ya limpios y con nuestros yukatas, bajamos al comedor para que nos sirvieran la cena. Ésta consistió en una serie de platos pequeños pero buenísimos: salmón frito, sopa con jengibre y tortilla de verduras, sashimi, pescado cocinado con miso, una especie de fondue de leche de soja donde teníamos que cocinar setas y albóndigas de pollo, carne de ternera, arroz especiado... Y como postre (algo raro en Japón), un sorbete de naranja que fue genial para digerir las viandas que habíamos cenado. Y el servicio era muy atento, la chica que nos traía los platos nos explicaba siempre que era cada cosa. Una de nuestras mejores cenas en Japón. Ni punto de comparación con la que hicimos en el ryokan de Kanazawa...

cenando en el Ryoso Kawaguchi

algunos platos de la cena del Ryoso Kawaguchi

otros platos de la cena del Ryoso Kawaguchi

Antes de irnos a dormir fuimos a hacer un corto paseo nocturno, ya que en el ryokan nos habían dicho que el torii estaba iluminado y seria muy bonito. Las linternas de piedra cerca de Itsukushima estaban iluminadas, generando un aura misteriosa. O-torii destacaba en la noche japonesa, unos potentes focos lo iluminaban. Estuvimos un rato gozando de esta imagen, para concluir aquel intenso día.

O-torii de noche

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