10 de enero de 2012
Después de dos días de mucho trajín, ésta iba a ser una jornada de relax: tumbarse en la playa y bañarse en las cristalinas aguas de Rai Leh, una península en la que pasaríamos todo el día.
Ver Tailandia 14: Raileh en un mapa más grande
Salimos pronto del hotel y fuimos hacia el muelle de Khong Kha de Krabi para coger un long-tail hacia Rai Leh. Antes de llegar al puerto ya nos asaltaron un par de hombres para preguntarnos si íbamos a Rai Leh. Eran barqueros y estaban reclutando gente para llenar sus barcas y llevarlas hacia allí. Entre los reclutados había una pareja suiza que hacía bastante tiempo que se esperaba y una familia italiana. Tuvimos que esperar bastante, hasta que no llenamos las plazas del long-tail no pudimos zarpar.
Partiendo rumbo a Rai Leh
Rai Leh (también conocida como Railay) es una península tan escarpada, que está completamente aislada de tierra firme. La única forma de llegar es por mar. Es un sitio muy turístico, lleno de hoteles y restaurantes. Pero también es un buen sitio para relajarse en sus hermosas playas.
En tres cuartos de hora llegamos a Hat Rai Leh east, la playa donde amarraban las embarcaciones que llegaban de Krabi. El barquero nos dijo que estuvieramos allí a las 5 de la tarde para hacer el viaje de vuelta. Aquella playa no era muy apta para el baño, no había apenas arena, la playa principal es Rai Leh west.
Playa de Hat Rai Leh east
Las playas de Hat Rai Leh east y west están conectadas por un estrecho istmo arenoso, en el que están agolpados todos los hoteles y restaurantes. Caminar de una playa a otra se tarda unos cinco minutos. La playa de Hat Rai Leh west era más grande y bonita, con unas aguas tranquilas y cristalinas. Enormes peñones de gran belleza la limitaban a norte y sur. La gran cantidad de terrazas de bares y de turistas le restaban algo de encanto. Aquí es donde atracaban los long-tail provenientes de Ao Nang, y por la cantidad de ellos que había parecía que el transporte era más frecuente y fácil que desde Krabi.
Playa de Hat Rai Leh west
Playa de Hat Rai Leh west
Hat Rai Leh west
Hat Rai Leh west
Volvimos a Rai Leh east, desde cuyo extremo sur salía un sendero hacia un popular mirador (viewpoint). Lo llamamos sendero por decirlo de alguna manera, más bien era una pared casi vertical por la que se tenía que avanzar agarrándose a las raíces de los árboles y a un par de cuerdas dispuestas al efecto. Así que el avance por el "sendero" era lento y difícil, casi imposible de hacer con chanclas (mucha gente optaba por hacerlo descalzo). Después de media hora de ascensión, llegamos al mirador, una especie de estrecha ventana entre los árboles desde donde se podía ver Hat Rai Leh. La vista era espectacular, valió la pena la subida! Antes del mirador el camino se bifurcaba hacia el lagoon, un lago interior al que también iba mucha gente. Hicimos un trozo del camino pero no llegamos al lago, el sendero estaba mojado y nos pareció un poco peligroso.
Subiendo al mirador de Rai Leh
Vista del mirador de Rai Leh
Ahora nos toca bajar!
Bajamos del mirador y nos encaminamos hacia la playa de Hat Phra Nang, una de las mejores de Rai Leh. Estaba presidida por un enorme peñasco de roca, que tenía una gran pared vertical llamada Thaiwand wall, todo un paraíso por los escaladores. Nos tumbamos un poco en la playa y nos bañamos un rato, también nos merecíamos un poco de relax. La verdad es que aquella playa era muy bonita, ya que no había hoteles ni bares que le quitaran su encanto.
Camino a Hat Phra Nang
Playa de Hat Phra Nang
Playa de Hat Phra Nang
En Hat Phra Nang el tema de la comida estaba muy bien organizado. Los distintos puestos de comida estaban en long-tails amarrados junto a la arena. Principalmente vendían kebabs, zumos y bebidas. El hecho de que estuvieran en barcas lo hacía menos agresivo para la vista, que si hubiera puestos en plena playa. Nosotros cogimos un par de kebabs y nos los comimos mientras descansábamos sobre la arena.
Comprando comida en Hat Phra Nang
Como teníamos algo de tiempo fuimos a la playa de Hat Rai Leh west, y la recorrimos hasta el final. Su apariencia era totalmente diferente a como la habíamos visto por la mañana, ya que había bajado mucho la marea y había menos gente. Al norte de esa playa hay un camino que conduce hasta Hat Ton Sai, una pequeña playa rodeada por agrestes acantilados. Se podía acceder por un sendero tortuoso que subía por el acantilado, pero como la marea era baja, pudimos caminar entre las rocas para llegar.
Hat Ton Sai, con la marea baja
A las 5 de la tarde, tal y como habíamos acordado con el barquero, fuimos al muelle de Hat Rai Leh east para volver hacia Krabi. En el muelle de Krabi nos acercamos a PP Family Co, una gran agencia de viajes en la que se podían comprar los billetes del ferry a las Phi Phi que cogeríamos el día siguiente. El precio era bueno (700 bahts) e incluía el traslado desde el hotel hasta el muelle de Khlong Chilat, a unos kilómetros de Krabi, desde donde salía el ferry.
Abandonándo Rai Leh east, en plena marea baja
Nos duchamos y salimos a cenar por Krabi. Como era pronto, todavía estaba abierto el otro mercado nocturno, el de Maharaj Soi 10, justo delante de nuestro hotel (City Hotel). Era el mercado al que iba la gente local, a comprar fruta, verdura, carne... Había también algunos pequeños restaurantes y puestos ambulantes. Nosotros elegimos uno musulmán, de los pocos que tenía mesas y sillas para sentarse, en el que nos dejaron probar la comida antes de comprarla para comprobar que no fuera picante. Cenamos un pescado hervido con salsa de coco y un pollo en salsa muy buenos.
Mercado nocturno de Maharaj Soi 10
Cenando en el mercado nocturno
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