CROACIA 2: de Zagreb a Plitvice pasando por Velebit

17 de abril de 2011 Este día íbamos a comenzar nuestra ruta en coche por Croacia, con destino final en Dubrovnik. De camino a la oficina de la compañía de alquiler, acabaríamos nuestra visita de Zagreb. Una vez motorizados, llegaríamos hasta la costa adriática para después volver al interior atravesando el macizo montañoso de Velebit, alcanzando finalmente Jezerce, de pleno en la región de los lagos de Plitvice. Después de levantarnos por la mañana fuimos al mercado de Dolac a comprar la comida del día y a desayunar algo. Al llegar estaban justo montando las paradas con los productos de la zona: hortalizas, quesos, frutas, flores...
17 de abril de 2011
Este día íbamos a comenzar nuestra ruta en coche por Croacia, con destino final en Dubrovnik. De camino a la oficina de la compañía de alquiler, acabaríamos nuestra visita de Zagreb. Una vez motorizados, llegaríamos hasta la costa adriática para después volver al interior atravesando el macizo montañoso de Velebit, alcanzando finalmente Jezerce, de pleno en la región de los lagos de Plitvice.

Ver Croacia 2: Zagreb - Plitvicka Jezera en un mapa más grande
Después de levantarnos por la mañana fuimos al mercado de Dolac a comprar la comida del día y a desayunar algo. Al llegar estaban justo montando las paradas con los productos de la zona: hortalizas, quesos, frutas, flores... Como era semana santa, también vendían ramas de olivo, que tenían mucha aceptación entre los locales. En un puesto compramos algo de fruta, y en una "pekara" (panadería) unas pastas saladas para la hora de comer.
Dolac
Volvimos al apartamento a coger la maleta y partimos hacia la oficina de alquiler de coches. En la plaza Trg Bana Josipa Jelačića vimos un puesto donde vendían fritules, un dulce típico croata. Compramos unos para desayunar y nos gustaron mucho, tenían un sabor que recordaba al churro español.
los famosos fritules!
Fuimos en dirección oeste por Ilica, una de las calles comerciales más importantes del centro, aunque a aquella temprana hora estaba desierta. A continuación nos desviamos hacia la Trg Petra Preradovića, una agradable plaza dedicada a un famoso poeta croata. Se conoce popularmente con el nombre de Plaza de las Flores, debido a las ferias que se hacían aquí.
Ilica
Trg Petra Preradovića
En la calle Masarykova encontramos un curioso edificio, la Kuća Kallina. Construido a principios del siglo XX, se considera uno de los mejores ejemplos del estilo secesión de la ciudad.
Kuća Kallina
Finalmente llegamos al gran espacio verde de la Trg Maršala Tita, la plaza del Mariscal Tito, la última de las 8 grandes plazas planificadas en Zagreb en el siglo XIX. En su centro se alza el Hrvatsko Narodno Kazalište, el Teatro Nacional Croata, construido en el siglo XIX en estilo barroco. Cerca de su entrada se encuentra la escultura zdenac života o "fuente de la vida", del famoso escultor croata Ivan Meštrović.
Hrvatsko Narodno Kazalište, el Teatro Nacional Croata
la "fuente de la vida", delante del Teatro Nacional Croata
Atravesamos por un paso las vías del tren y caminamos hacia la oficina de Sixt en el Hotel Four Points. Al llegar tuvimos el primer problema: no había nadie dentro, y aunque un cartel decía que volverían en cinco minutos, iba pasando el tiempo y por allí no aparecía nadie. Una vez llegó el empleado, tuvimos el segundo problema, su maquina no conseguía leer nuestra tarjeta de crédito. Después de múltiples intentos, llamó a la oficina central donde lograron solucionarlo. Entre una cosa y otra perdimos más de una hora!
Habíamos reservado un coche pequeño, pero como no quisimos pagar el seguro a todo riesgo, nos ofrecieron con el seguro básico uno más grande: un Opel Astra. A diferencia del pequeño, que era nuevo, este era más viejo y tenía tantas rozaduras que una más no importaría. El empleado repitió una vez y otra que era un coche más caro y que nos dejaba al mismo precio por su bondad bendita ("It's a double price car!"). Otra cosa que nos repitió era que fuéramos cuidadosos conduciendo ("Be careful, be careful!")... en los días posteriores fuimos comprobando que lo decía por que sus paisanos son unos suicidas al volante.
nuestro coche de Sixt
Abandonamos la ciudad y partimos hacia la costa por la autopista A1. Nos desviamos en la salida de Žuta Lokva en dirección a Senj. Esta región era muy rural, salpicada de pastos y granjas, algunas de las cuales vendían sus productos a pie de carretera. Al acercarnos al mar, condujimos por un bonito cañón de altos crestones calizos, cubierto por una vegetación exuberante.
paisaje cerca de Senj
Finalmente llegamos a Senj, un tranquilo pueblo de pescadores. Paramos en el mismo puerto, que parecía desierto, donde aprovechamos para comer lo que habíamos comprado en la pekara de Zagreb. Senj está dominada por la pequeña fortaleza de Nehaj, pero no nos acercamos a visitarla.
Senj
A continuación reseguimos la costa hacia el sur, con el mar en un lado y el impresionante macizo de Velebit en el otro. A lo largo de este tramo hay buenas vistas de diferentes islas croatas del Adriático: Krk, Prvić y Rab.
cerca de Sv. Juraj
panorámica de las islas de Krk, Prvić y Rab
En Sv. Juraj cogimos la carretera que se internaba hacia Velebit. Esta zona estaba prácticamente deshabitada, y pasamos de los matorrales pedregosos de la vertiente marítima a los frondosos hayedos y bosques de coníferas del interior. El pueblo más desarrollado que encontramos fue Krasno Polje, situado al fondo de un ancho valle y centrado en la industria de la madera.
Krasno Polje
Krasno Polje es la principal puerta de entrada al parque nacional de Velebit norte (Sjeverni Velebit). Nuestra idea inicial era hacer alguna excursión allí y visitar el centro de información del parque. Lástima que la temporada turística empezaba a partir del 15 de mayo y cuando fuimos estaba cerrado.
Dejamos el Velebit atrás y tomamos la carretera 52 hacia Plitvička Jezera, donde estaba nuestro siguiente alojamiento. El camino estaba salpicado de pequeños pueblecitos, y en alguno de ellos se podía observar alguna casa con la fachada destrozada por los efectos de la guerra. Fue la única zona de Croacia donde encontramos signos tan evidentes del pasado bélico del país.
Finalmente llegamos a Jezerce (en el municipio de Plitvička Jezera), que más que un pueblo parecía una sucesión de "sobe" (casas que ofrecen habitaciones), eso sí, muy bien organizadas. La nuestra era House Ana, donde la propietaria nos esperaba para enseñarnos nuestra habitación, un dormitorio con baño amplio y nuevo, que incluso tenía balcón.
nuestra habitación en House Ana, Jezerce
Para buscar algún sitio para cenar tuvimos que alejarnos unos cuantos kilómetros. Llegando a Rudanovac encontramos un sitio con la típica foto de cordero asado que habíamos visto a lo largo de la carretera 52 y por el que tanto habíamos suspirado. Era el Bistro Vila Velebita, y nos atendió un camarero que sabía hablar español, debido a que había trabajado en varios cruceros. Degustamos las especialidades locales, cordero al horno (janjetina) y trucha de Plitvice, aderezado con una Velebitsko, la cerveza de la zona. Y de postre, palačinke de chocolate, una especie de crepe típica croata. Fue todo buenísimo!
nuestra cena en Bistro Vila Velebita

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