NORUEGA 9: Nordfjord I, Geirangerfjord

21 de agosto de 2009 Aquella nueva jornada turística iba a tener un nombre propio: Geirangerfjord. Este fiordo fue declarado patrimonio de la humanidad de la Unesco, debido a su belleza y su salvaje naturaleza. Además, un cómodo ferry permite atravesarlo, por lo que su visita es muy fácil. Empezamos el día contemplando lo que teníamos más cerca, el hermoso lago Strynsvatn (también llamado Oppstrynvatnet). El entorno es idílico, ya que el lago esta rodeado por agrestes montañas, algunas de ellas con glaciares (el lago está en el límite norte del Jostedalsbreen). Desde el pueblo de Hjelle hay una bonita vista del lago con el glaciar Breifonna al fondo.

21 de agosto de 2009

Aquella nueva jornada turística iba a tener un nombre propio: Geirangerfjord. Este fiordo fue declarado patrimonio de la humanidad de la Unesco, debido a su belleza y su salvaje naturaleza. Además, un cómodo ferry permite atravesarlo, por lo que su visita es muy fácil.

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Empezamos el día contemplando lo que teníamos más cerca, el hermoso lago Strynsvatn (también llamado Oppstrynvatnet). El entorno es idílico, ya que el lago esta rodeado por agrestes montañas, algunas de ellas con glaciares (el lago está en el límite norte del Jostedalsbreen). Desde el pueblo de Hjelle hay una bonita vista del lago con el glaciar Breifonna al fondo.

Oppstryn, Strynsvatn

panorámica del Strynsvatn

Dejamos el lago atrás y subimos por la carretera Gamle Strynefjellvegen, una de las rutas turísticas noruegas, que atraviesa la montaña de Strynefjellet. Antes de llegar a la zona alpina paramos a ver la catarata Videfossen, a la que se accede a través del aparcamiento del Videseter Hotel. Más arriba, los bosques de abedules dan lugar a los pastos alpinos, rodeados en todo momento de glaciares, neveros y lagos alpinos. Estábamos en pleno mes de agosto y aquella zona parecía que apenas había salido del letargo invernal, a tenor de la nieve que quedaba y lo poco verdes que estaban los pastos.

Gamle Strynefjellvegen

Gamle Strynefjellvegen

Gamle Strynefjellvegen

Bajamos de la montaña y llegamos a un valle, donde nos encontramos con el lago de Breiddalsvatn. Parecía una popular zona de picnic, ya que había varios grupos de personas en unas mesas pasando el día.

Breiddalsvatn

A continuación nos dirigimos a la montaña Dalsnibba, en cuya cima hay un mirador muy frecuentado por turistas, al que se accede mediante una carretera de peaje. La carretera era muy empinada, y había que tener mucho cuidado con la gran cantidad de autobuses que circulaban por ella. Arriba del todo, a 1.476 m, había una cantidad increíble de gente! Y la vista era espectacular: se veía todo un valle verde al final del cual se intuía el pueblo de Geiranger, y más al fondo, el Geirangerfjord, por donde circulaba algún crucero. Incluso se apreciaba la sinuosa carretera Ørnevegen en las laderas del fiordo. La vista fuera de la dirección del Geirangerfjord no era tan bonita, nadie se interesaba en ella, pero era agradable detenerse un momento contemplando sus montañas rocosas y sus glaciares.

Dalsnibba

Dalsnibba, con el Geirangefjord al fondo

Dalsnibba

Después de bajar del Dalsnibba fuimos hacia el Geirangerfjord. En el camino hay otro de los miradores más turísticos y masificados, el Flydalsjuvet. Consiste en un acantilado rocoso desde donde hay una vista excelente de Geiranger y su fiordo. Si buscáis "Flydalsjuvet" con el Google Images seguramente veréis la típica foto de una persona encima de una cornisa de roca casi suspendida encima del fiordo. Como no podíamos ser menos, buscamos el sitio en cuestión. Evidentemente, no dejan acceder libremente a la gente a la dichosa cornisa. Para ir hasta ella tuvimos que tomar un pequeño camino que salía de una verja de medio metro en el que había un cartel de "prohibido pasar". Al llegar al sitio, había varias personas haciéndose fotos en la cornisa, por lo que tuvimos que esperar nuestro turno. A mi, David, me tocó ir a la cornisa para posar para la típica foto, y la sensación de estar allí daba bastante miedo. A la que te asomabas un poco por la cornisa subía una corriente de aire que hacía desistir de acercarte un poco más al borde. Hay gente que se hace la foto sentado en este saliente y con las piernas colgando, pero yo fui incapaz... además de lo peligroso que es!

Flydalsjuvet, con el Geirangerfjord al fondo

Flydalsjuvet, la típica foto!

Después de bajar los últimos kilómetros de valle llegamos a Geiranger para coger el ferry que recorre el Geirangerfjord. Pensábamos que tendríamos algo de tiempo para ver el pueblo, pero el próximo ferry salía en menos de un cuarto de hora. Así que nos dirigimos hacia el puerto, pensando que, al ser una ruta muy popular y faltaba tan poco para que saliera, quizás no habría sitio para nuestro coche. Pero no hubo problema y zarpamos enseguida.

Este ferry constituye una ruta de línea que enlaza las localidades de Geiranger y Hellesylt. Como recorre enteramente el Geirangerfjord, es utilizado por muchos turistas. De hecho, en la cubierta del ferry hay unos altavoces que van explicando en diversos idiomas las diferentes cosas que se van viendo.

El Geirangerfjord es un fiordo de una naturaleza indómita. De hecho, Geiranger es el único núcleo de población a lo largo de sus 15 km. Fue declarado patrimonio de la humanidad de la Unesco en 2005 junto con el Nærøyfjord. A lo largo de su recorrido, los abedulares se van sucediendo con hermosas cascadas y con alguna pequeña granja abandonada.

Al poco de iniciar el crucero empezamos a tener bonitas vistas. Si mirábamos desde la popa, podíamos contemplar el pueblecito de Geiranger, con algunos trasatlánticos atracados en su muelle. En este primer tramo también vimos con toda claridad las eses de la Ørnevegen o carretera del Águila.

Geiranger

Más adelante el fiordo hace una curva, mostrándonos una de sus cataratas más espectaculares, las "Siete Hermanas" o Sju Søstrene. Esta catarata se precipita desde un saliente rocoso dividiéndose en unas 7 columnas de agua. Encima de ese saliente observamos la granja abandonada de Knivsflå. Por si no fuera bonita la catarata, el ferry pasó a escasos metros de ella, fue increíble!

Siete Hermanas

Knivsflå, junto a las Siete Hermanas

Siete Hermanas

Enfrente de las Siete Hermanas se halla la cascada de "El Pretendiente" o Friaren. Dice la leyenda que el Pretendiente intentó seducir a las Siete Hermanas del otro lado del fiordo, pero al ser rechazado se dio a la bebida...

El Pretendiente

Las Siete Hermanas (izquierda) y El Pretendiente (derecha)

Un poco más adelante vimos casi por casualidad la otra catarata famosa, el "Velo Nupcial" o Brudesløret. Queda un poco escondida a la vista si miras hacia delante de la proa, así que hay que estar atentos! Como el propio nombre indica, es una especie de cortina de agua que cae sobre el fiordo, pero a nosotros no nos pareció muy espectacular, no sabemos si es porque cayó poca lluvia aquel año...

Velo Nupcial (a la izquierda) y El Pretendiete (al fondo, a la derecha)

El Geirangerfjord se acaba cerca de la granja abandonada de Matvik, donde se une al Sunnylsvsfjord. Entonces el ferry viró y se dirigió hacia el fondo de este último fiordo, al fondo del cual estaba Hellesylt, el destino final del crucero. Fue algo menos de una hora que se nos pasó volando contemplando los majestuosos paisajes del Geirangerfjord.

Hellesylt

Abandonamos el ferry en Hellesylt y dimos una vuelta para ver un poco el pueblo. Es un tranquilo pueblecito separado en dos partes por la cascada de Hellesyltfossen. Al empezar el paseo empezó a llover, lo cual fue un alivio, ya que la lluvia encima de la cubierta del ferry hubiera sido todo un problema.

Hellesyltfossen

Sunnylsvsfjord, saliendo de Hellesylt

Dejamos Hellesylt y nos internamos en el Norangsdalen, un estrecho valle rodeado de altas montañas, algunos glaciares y salpicado por hermosos lagos. Uno de ellos es el Lyngstøylvatnet, en cuyas aguas cristalinas se reflejaban las montañas circundantes. Aquí nos encontramos una pareja ataviada con sus neoprenos listos para bucear en el lago.

Norangsdalen

Lyngstøylvatnet

La siguiente parada fue en el Horndøla Bru, un puente de piedra restaurado del siglo XVIII. En uno de sus extremos hay una curiosa piedra, llamada Giftesteinen o Jomfrusteinen dependiendo de cada leyenda. Una decía que las novias que se iban a casar pasaban por el agujero de la piedra para saber si estaban embarazadas o no. La otra leyenda hace referencia a las lecheras empleadas durante meses en las granjas, si al finalizar su trabajo pasaban por el agujero, es que no habían hecho nada indecoroso...

Horndøla Bru

Seguimos nuestro camino e hicimos un alto para darle un vistazo a la Hornindal Kykje, una pequeña iglesia del siglo XIX. Más adelante estaba el pueblo de Hornindal, donde paramos para ver su majestoso lago Hornindalsvatn. Con sus 514 m de profundidad, es el lago mas profundo de Europa.

Hornindalsvatn

Acabamos nuestra vuelta circular en Stryn, la ciudad más grande de la zona. En ella abundan los edificios feos de cemento, pero atravesando el río por el puente se pueden ver muchas casitas de madera realmente bonitas. Como excepción, en Stryn sí que parecía haber una cierta vida por la tarde, ya que había varios restaurantes y se veía gente paseando. Para aprovechar esta situación decidimos cenar un par de pizzas en la Napoli pizzeria (Tonningsgata 33), que tenía unos precios razonables y además nos regalaron el postre.

Stryn


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