NORUEGA 8: De Sognefjord a Nordfjord

20 de agosto de 2009 Volvimos a hacer las maletas y abandonábamos Kaupanger para trasladarnos a Stryn, nuestra base en la zona de Nordfjord durante tres días. Durante el trayecto visitamos una de las zonas más espectaculares de nuestro viaje: el parque nacional de Jostedalsbreen, que alberga la mayor extensión de glaciares de la Europa continental. Como teníamos un largo día por delante decidimos salir temprano. Pronto estuvimos atravesando una nueva serie de paisajes bucólicos, como los del Dalavatnet, un lago rodeado por granjas y pastos.

20 de agosto de 2009

Volvimos a hacer las maletas y abandonábamos Kaupanger para trasladarnos a Stryn, nuestra base en la zona de Nordfjord durante tres días. Durante el trayecto visitamos una de las zonas más espectaculares de nuestro viaje: el parque nacional de Jostedalsbreen, que alberga la mayor extensión de glaciares de la Europa continental.

Ver Noruega 8: Jostedalsbreen en un mapa más grande

Como teníamos un largo día por delante decidimos salir temprano. Pronto estuvimos atravesando una nueva serie de paisajes bucólicos, como los del Dalavatnet, un lago rodeado por granjas y pastos.

Dalavatnet

Nos desviamos un poco hacia el pueblo de Færland, desde donde se organizan muchas excursiones a los glaciares. Aprovechamos para ir a su oficina de turismo donde nos proveímos de folletos de la zona. Desde el puerto había buenas vistas del Færlandsfjord y, a lo lejos, los primeros glaciares.

Færlandsfjord, antes de llegar a Færland

El primer glaciar del Jostedalsbreen que veríamos de cerca sería el de Supphellebreen, que es uno de los más accesibles. Aún así, éramos los únicos turistas a parte de otra pareja española con la que intercambiamos experiencias. Se llega a través de un desvío de la carretera 5, al final del cual hay un aparcamiento. A partir de aquí sólo hay que caminar unos 300 m para verlo. El Supphellebreen es uno de los glaciares de menor altitud, ya que está a solo 60 m sobre el nivel del mar. Se alimenta gracias al hielo que le cae del Flatbreen, un glaciar más grande situado unos centenares de metros por encima. Realmente, cuando vimos otros glaciares este nos supo a poco...

Supphellebreen

Supphellebreen, con el Flatbreen arriba, amenazante...

Flatbreen

La siguiente parada fue para ver otro glaciar, el Bøyabreen. Es tan accesible como el anterior, pero más espectacular. Dejamos el coche en un aparcamiento enorme, con capacidad para muchos autobuses, y andamos el poco trecho que nos separaba del glaciar. Comparado con el anterior, estaba lleno de gente! También coincidimos con un grupo de españoles, esta vez del País Vasco. Como ellos nos encaramamos al tejado (que quedaba a nivel del suelo) de un edificio para hacer mejores fotos... El Bøyabreen es impresionante: su lengua de hielo azul va lentamente resbalando por las rocas, hacia un lago de aguas turquesas.

Bøyabreen

Bøyabreen

Continuando hacia el norte, una de las zonas más bonitas fue el lago Jølstravatnet. Tiene una longitud de más de 30 km, y hacia el sureste se desdobla formando el Kjøsnesfjorden, que no tiene nada que ver con fiordos, es simplemente un brazo del lago.

Jølstravatnet

Para llegar a la zona del Nordfjord teníamos que superar el Utvikfjellet, una zona montañosa por la que se encarama la carretera. Arriba, a unos 600 m de altitud hay una estación de esquí y una gran cantidad de senderos de trekking. Nosotros hicimos un trozo de uno para tener una buena perspectiva de la montaña... mientras íbamos comiendo arándanos silvestres.

Utvikfjellet

Al otro lado de la montaña pudimos ver el Innvikfjord, una de las partes del gran Nordfjord, el fiordo más al norte que alcanzaríamos. Sus 106 km lo hacen el sexto más largo de Noruega.

Utvik, Innvikfjord

A continuación nos desviamos para ver uno de los glaciares más impresionantes del Jostedalsbreen, el Briksdalsbreen. A partir de aquí, la carretera va bordeando el lago de Oldevatnet, con unas aguas de un azul increíble. Al final del lago se erige un imponente glaciar, pero no es el Briksdalsbreen sino el Melkevollbreen.

Oldevatnet

Oldevatnet, con el Melkevollbreen al fondo

Melkevollbreen

Cuando parecía que la carretera nos iba a llevar al Melkevollbreen, de repente giró hacia el este llevándonos por un valle perpendicular. Al final hay un conjunto de aparcamientos bien habilitados y de pago. Para llegar al glaciar Briksdalsbreen hay que hacer una pequeña excursión de una hora que no entraña ninguna dificultad. Hay un servicio de coches eléctricos que te ahorran la caminata y te dejan al pie del glaciar, pero la excursión es plenamente recomendable.

Al poco de empezar a caminar nos encontramos con la Kleivafossen. El camino pasaba justo al lado de esta hermosa cascada, así que era inevitable no quedar empapado, aunque atravesaras corriendo.

Kleivafossen

Kleivafossen

Después de atravesar la cascada viene el trecho más cansado, ya que hay que superar todo su desnivel. Al llegar arriba pudimos empezar a ver el Briksdalsbreen, con su lengua de hielo que emergía a lo lejos entre los abedules.

Briksdalsbreen

Al salir del bosque de abedules vimos el Briksdalsbreen en todo su esplendor. Su lengua de hielo azul iba serpenteando entre las rocas para acabar en un pequeño lago. Era impresionante, te quedabas sin palabras! Y esta es solo una de las pocas lenguas de hielo del inmenso glaciar de Jostedalsbreen!

Briksdalsbreen

Briksdalsbreen

Dejamos la zona de los glaciares y continuamos nuestro camino hacia Stryn. Nos paramos un momento para ver la Loen Kyrkje, una iglesia de planta octogonal del siglo XIX. Al lado de la iglesia hay una cruz celta, que con sus mil años de antigüedad es uno de los monumentos cristianos más antiguos del país.

Loen Kyrkje

vista de Loen

Continuamos adelante y después de pasar Stryn, llegamos a nuestro alojamiento, una espaciosa cabaña en el Strynsvatn Camping. Tenía capacidad para 4 personas y constaba de una cocina americana grande y un comedor, que comunicaban con el dormitorio y el baño. Desde las ventanas de la cocina había una vista encantadora del lago Strynsvatn, de las montañas y de algunos glaciares. Tanto la cabaña como el entorno eran estupendos.

nuestra cabaña en el Strynsvatn Camping

cocina de la cabaña

salón de la cabaña


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