ALEMANIA 3: Königswinter

10 de octubre de 2010 Volvía a ser un día soleado y para aprovecharlo bien, decidimos dejar de lado las grandes ciudades y explorar algún pueblo y algo de naturaleza. Una buena opción es hacer un crucero hacia el sur por el Rin, en cuyas orillas pueden encontrarse algunos pueblos realmente auténticos. Uno de ellos es Königswinter, que se situa a los pies del Drachenfels, una de las siete colinas del sur de Bonn. Hay varias compañías que hacen cruceros desde Bonn o Köln por el Rin. Las más importantes son Köln-Düsseldorfer Rheinschiffahrt o K-D y Bonner Personen Schiffahrt o BPS. Elegimos BPS por que nos iban mejor sus horarios.
10 de octubre de 2010
Volvía a ser un día soleado y para aprovecharlo bien, decidimos dejar de lado las grandes ciudades y explorar algún pueblo y algo de naturaleza. Una buena opción es hacer un crucero hacia el sur por el Rin, en cuyas orillas pueden encontrarse algunos pueblos realmente auténticos. Uno de ellos es Königswinter, que se situa a los pies del Drachenfels, una de las siete colinas del sur de Bonn.

Ver Alemania 2: Königswinter en un mapa más grande
Hay varias compañías que hacen cruceros desde Bonn o Köln por el Rin. Las más importantes son Köln-Düsseldorfer Rheinschiffahrt o K-D y Bonner Personen Schiffahrt o BPS. Elegimos BPS por que nos iban mejor sus horarios. Así que de buena mañana nos dirigimos a Alter Zoll, la zona de muelles de Bonn desde donde salen los cruceros recreativos. En una caseta vendían los tickets, en nuestro caso nos costó 7,50 € cada uno solo ida (teníamos la intención de volver en tranvía o tren).
El barco de BPS que nos tocó se llamaba Rheinprinzessin. Cuando embarcamos, estuvimos un rato contemplando los interiores, muy decorados e incluso lujosos. Aquello no era un simple ferry de pasajeros, dentro se ofrecían a comidas, no demasiado caras teniendo en cuenta lo suntuoso del lugar.
Rheinprinzessin (BPS)
interior del Rheinprinzessin (BPS)
Salimos a la cubierta del barco, donde había una especie de solarium con tumbonas y sillas para descansar. Durante el verano debía ser una delicia estar allí, pero en octubre hacía un poco de frío y te tenías que estirar con el abrigo y todo...
crucero por el Rin
El trayecto dura una hora más o menos. Al principio del crucero íbamos viendo la parte sur de Bonn, con sus dos grandes rascacielos, el Langer Eugen y el Post Tower. Después la ciudad va dando lugar a casitas rodeadas por árboles, dibujando un paseo que va siguiendo en todo momento la orilla del Rin.
crucero por el Rin, con el Langer Eugen y el Post Tower al fondo
El barco hizo una parada en Godesberg. Después el paisaje va cambiando y se van empezando a ver las colinas boscosas que hay al sur, las Siebengebirge o Siete Colinas. Una de ellas es el Drachenfels o montaña del Dragón, en cuyas faldas esta Königswinter. Desde el barco alcanzamos a ver incluso las ruinas del castillo que hay en su cima.
crucero por el Rin, con el Drachenfels al fondo
Finalmente llegamos a Königswinter, y nada más desembarcar fuimos a buscar la oficina de información turística. Nos costó de encontrar, ya que está dentro de la estación del funicular Drachenfelsbahn. En la oficina no había mucha información, únicamente algunos folletos en alemán. Uno de ellos detallaba una ruta por el pueblo viendo los edificios más representativos.

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Así que nos dispusimos a hacer la caminata que nos sugería el folleto. Ésta empieza en el Rathaus o ayuntamiento, un edificio del siglo XIX que en su lado derecho exhibe el escudo del pueblo.
Rathaus de Königswinter
Bajamos hacia el Rin por la Drachenfelsstraße y giramos hacia la izquierda por el Rheinallee, el paseo paralelo al río. El edificio más destacable en este tramo del paseo es la Altes Fährhaus, una casa de vinos cuyo origen se remonta al siglo XVII.
Altes Fährhaus
Giramos a la izquierda por Jakob-Kaiser-Straße, y al llegar a la Hauptstraße está una de las casas más bonitas del pueblo. Se trata de la Weinhaus Jesuiterhof, una casa de vinos del siglo XVII, con un entramado de madera oscura muy típico de las fachadas de la zona.
Weinhaus Jesuiterhof
La Hauptstraße es la calle principal de Königswinter, y por tanto hay una gran cantidad de edificios históricos. El primero que vimos fue la Orangerie, un edificio del siglo XIX situado en el número 473. Cerca está la Altes Kelterhaus, un edificio del siglo XVIII del que sólo conserva su fachada original.
En la confluencia de Hauptstraße y Drachenfelsstraße está la iglesia parroquial, la Pfarrkirche St. Remigius. Es uno de los edificios más altos del pueblo gracias a su campanario. La fachada, del siglo XVIII, es muy sencilla, sólo pintada de blanco. El interior es igualmente austero, sin apenas ornamentos.
Pfarrkirche St. Remigius
A partir de este punto, la Hauptstraße cambia completamente: se hace peatonal y se llena de tiendas, restaurantes, cafés y cervecerías. Resulta una auténtica delicia pasear por este tramo, algo totalmente imprescindible para quien se acerque a Königswinter. Como edificios destacados está el número 419, uno de los pocos que sobrevivió a un gran incendio que en 1689 destruyó 2/3 partes de la ciudad.
Hauptstraße
419 de Hauptstraße
Giramos por Kellersstraße, donde se encuentra el Siebengebirgsmuseum, el museo de este parque natural, emplazado en una mansión barroca del siglo XVIII. A continuación volvimos al Rheinallee, donde destaca el Hotel Loreley, un establecimiento de lujo del siglo XVIII.
Hotel Loreley
Abandonamos este paseo por Tombergerstraße, donde se encuentra el Tomberger Hof, un antiguo tribunal de justicia con orígenes documentados desde el siglo XV.
Tomberger Hof
Volvimos a la Hauptstraße para girar la primera calle a la izquierda, la Altenberger Gasse. En el número 8 se conserva otra de las pocas casas que sobrevivió al gran incendio.
Llegamos hasta el Rheinallee y giramos por Pfefferstraße hasta llegar otra vez la Hauptstraße. Hicimos esta última calle de vuelta para poder disfrutar de su zona peatonal. Una de las casas que no habíamos podido ver con tantas vueltas era Im Tubak, una cervecería del siglo XVII.
Im Tubak
Una vez concluido nuestro extenso paseo por Königswinter nos dispusimos a subir al Drachenfels. Como estábamos cansados de caminar decidimos coger el funicular Drachenfelsbahn para subir hasta arriba. Este tren salva los más de 200 metros de desnivel entre el pueblo y la estación final. En medio del trayecto hace una parada en el castillo Drachenburg.
Drachenfelsbahn
El funicular nos dejó a pocos metros de la cima de Drachenfels. Allí había un gran restaurante y un mirador, del que se tienen unas vistas increíbles del Rin: hacia el sur se veían los pueblecitos que van rodeando el Rin, el más cercano de los cuales es Bad Honnef. También se ven los diferentes montes de Siebengebirge, cubiertos de frondosos bosques de caducifolios. Buscamos un sitio con sol para comer los bocadillos que traíamos.
vista hacia el sur del Rin desde el Drachenfels
panorámica de las Siebengebirge desde el Drachenfels
Tomamos el camino que ascendía los últimos metros hasta la cima del Drachenfels, donde se encuentra el Burg Drachenfels, las ruinas de un castillo del siglo XII. Las ruinas en si no son gran cosa, la gente sube arriba más bien a contemplar las vistas, todavía mejores que en anterior mirador, ya que son de 180º: además de la vista sur, también hay vista hacia el norte, apreciándose los edificios más altos de Bonn (Langer Eugen y Post Tower).
Burg Drachenfels
Burg Drachenfels
Bajamos de las ruinas del castillo e iniciamos el descenso del Drachenfels. Esta vez decidimos bajar por el sendero señalizado en vez de hacerlo por el funicular. El camino discurría bajo un denso bosque de caducifolios. A medio camino pasamos por el Schloß Drachenburg o castillo de Drachenburg. Nos animamos a entrar y pagamos los 5 € por cabeza de la entrada, y la verdad es que no nos arrepentimos! Este castillo es una mezcla de estilos, construido en solo dos años durante el siglo XIX. Los exteriores son bellísimos, y sus terrazas también ofrecen buenas vistas del Rin.
Schloß Drachenburg, con el Rin y Bonn al fondo
Schloß Drachenburg
Schloß Drachenburg
Dentro pudimos visitar algunas de las estancias del palacio, las cuales destilaban un aire aristocrático. Las estancias de la planta superior sólo se pueden ver mediante visitas guiadas que se hacen varias veces al día.
habitación del Schloß Drachenburg
habitación del Schloß Drachenburg
habitación del Schloß Drachenburg
Subimos por la torre norte del castillo, desde donde tuvimos buenas vistas del castillo, del Rin y de Bonn. También se tienen buenas vistas del castillo de Hirschburg (construido por los mismos arquitectos que Drachenburg y actualmente sede de Vodafone) y de Petersberg (antigua hospedería de personalidades de la RFA y hoy en día un hotel de lujo).
vista desde la torre del Schloß Drachenburg (Hirschburg y Petersberg)
vista desde la torre del Schloß Drachenburg, al fondo Bonn
Salimos del castillo e hicimos el tramo del camino de bajada que nos quedaba. Durante el mismo hay buenas vistas de Königswinter. Como estábamos cansados volvimos al pueblo y buscamos una cafetería en la Hauptstraße para descansar un poco. Elegimos el Café Venezia, enfrente de Im Tubak, un establecimiento que además de cafés hacía unas copas de helado gigantescas por un precio irrisorio.
vista de Königswinter
Después de hacer un café decidimos volver a Bonn en transporte público. La forma más sencilla era coger el tranvía de la línea 66, ya que nos dejaba en la misma Hauptbahnhof de Bonn. Al llegar a la ciudad fuimos a buscar un sitio para cenar en el centro. Nos decantamos por la cervecería Bönnsch buscando algo de comida típica renana: currywrust (salchichas con curry) y liverwrust (salchichas de hígado), estas últimas muy raras... También pedimos unas cervezas sin filtrar que hacen en esta cervecería, la mar de buenas.
cenando en Bönnsch

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