13 de octubre de 2018
Salimos de Las Vegas y tras unas 3 h de coche llegamos al Parque Nacional de Zion. Con el shuttle bus paramos en los miradores de Court of Patriarchs y Weeping Rock. El resto de la tarde hicimos un tramo de la fascinante excursión de The Narrows, una de las mejores del parque.
Aquel día abandonaríamos Las Vegas y pisaríamos un nuevo estado, Utah, el cual se convertiría en uno de nuestros preferidos por sus espectaculares paisajes. Nuestro primer objetivo allí iba a ser el Parque Nacional de Zion, que tiene la fama de ser uno de los mas bellos de Utah. Sus millones de visitantes anuales se centran en recorrer el Zion Canyon, su zona mas famosa y accesible, un estrecho cañón de rocas rojizas excavado por el río Virgil formando espectaculares paisajes.
13 de octubre de 2018
Salimos de Las Vegas y tras unas 3 h de coche llegamos al Parque Nacional de Zion. Con el shuttle bus paramos en los miradores de Court of Patriarchs y Weeping Rock. El resto de la tarde hicimos un tramo de la fascinante excursión de The Narrows, una de las mejores del parque.
Aquel día abandonaríamos Las Vegas y pisaríamos un nuevo estado, Utah, el cual se convertiría en uno de nuestros preferidos por sus espectaculares paisajes. Nuestro primer objetivo allí iba a ser el
Parque Nacional de Zion, que tiene la fama de ser uno de los mas bellos de Utah. Sus millones de visitantes anuales se centran en recorrer el
Zion Canyon, su zona mas famosa y accesible, un estrecho cañón de rocas rojizas excavado por el río Virgil formando espectaculares paisajes. Durante casi todo el año no se puede entrar en el Zion Canyon con vehículo propio (excepto si te alojas dentro del cañón). Hay que aparcar el coche y montarte en el
shuttle bus gratuito que recorre el cañón haciendo varias paradas; es muy práctico, ya que su frecuencia de paso es de unos 5 minutos, así que puedes bajarte en cada parada, hacer unas fotos y volverte a montar si no tienes mucho tiempo. Hay un gran parking junto al visitor center cerca del inicio del cañón, pero pese a que es grande se llena enseguida, recomendamos madrugar para encontrar sitio. Si no, hay la opción de aparcar en Springdale, un pueblo situado a unos pocos km al sur, aunque allí todos los aparcamientos son de pago (¡incluso para aparcar en la cuneta tienes que pagar!); otro shuttle bus gratuito recorre Springdale y llega al visitor center. A diferencia de otros parques nacionales, los miradores a pie de carretera del Zion Canyon no ofrecen grandes panorámicas, ya que este es un parque que se descubre y se disfruta caminando. Existen decenas de
excursiones para todos los públicos que obsequian con unos paisajes increíbles, imposibles de ver de otra forma. Las mas populares y espectaculares son
Angel’s Landing (que haríamos el día siguiente) y
The Narrows (que explicaremos mas adelante), ambas de medio día y completamente diferentes entre si. Hay gente que visita Zion de pasada, combinándolo en un solo día con el Bryce Canyon. Pero si se dispone de algo de tiempo es mejor evitarlo, vale mucho la pena hacer alguna de las excursiones. Nosotros estuvimos un día y medio, y lo óptimo hubiera sido estar dos días completos. Por último, la
web oficial del parque ofrece un montón de información útil, conviene estar atento a los cierres de determinados senderos. También es recomendable el blog de
Joe Braun, con una buena selección de los mejores trekkings.
|
The Narrows, una de las mejores excursiones de Zion |
Aquel día pretendíamos madrugar para afrontar la larga jornada que teníamos por delante, ya que para llegar a Zion teníamos unas 3 h de viaje y además perderíamos una hora extra por el cambio de huso horario (pasaríamos de GMT -8 a -7). Pero entre ducharnos, desayunar y hacer las mochilas no pudimos salir antes de las 9:30… ¡tardísimo! Dejamos atrás a Las Vegas, donde habíamos pasado los anteriores dos días y continuamos nuestra ruta hacia el interior de EEUU. Como curiosidad, circulamos unos cuantos kilómetros por el estado de Arizona antes de entrar en Utah, así que formalmente iba a ser nuestro tercer estado de aquel viaje. Menos mal que estábamos enterados del cambio de hora de Utah, porque en la carretera ningún cartel nos avisó (sí que te avisan de la altitud en múltiplos de 1000 pies…). Así que entre la tardía salida, el trayecto y el cambio horario se nos esfumó la mañana. Llegamos hacia el mediodía a las puertas del Parque Nacional de Zion, y había una gran cola de vehículos. Hay que tener en cuenta que era sábado, y siempre recomiendan que no visites los parques nacionales los fines de semana y los festivos por las grandes aglomeraciones de gente, pero en un viaje en el que se encadena la visita a varios parques esto es inevitable. La verdad es que no nos habíamos preparado demasiado la visita al parque: sabíamos qué excursiones queríamos hacer pero desconocíamos los aspectos mas prácticos. Y cuando nos metimos por la carretera del Zion Canyon no sabíamos que solo podían usarla los buses y vehículos autorizados (sabíamos que había un bus gratuito, pero pensábamos que era opcional como en el caso de Yosemite). Menos mal que la buena señalización del parque nos lo advirtió… Así que nos tocó dar media vuelta e ir al parking del visitor center. A esa hora obviamente estaba lleno, y un cartel en la carretera lo avisaba. Pensamos que si íbamos al pueblo de Springdale a buscar aparcamiento perderíamos mucho tiempo (habíamos pasado por allí y todo estaba a tope de coches). Así que nos arriesgamos a entrar al parking del visitor center. Por suerte, después de dar un par de vueltas encontramos un sitio.
Fuimos raudos a coger el shuttle bus gratuito hacia el cañón. En el camino hacia el bus había carteles que te avisaban del tiempo de cola que te faltaba para embarcar al bus, señal de lo que se masifica este parque. En nuestro caso no había nada de cola, y entramos inmediatamente al bus. El trayecto nos pareció muy lento y nos bajamos en la cuarta parada, la llamada Court of the Patriarchs. Es un mirador con vistas a tres espectaculares acantilados bautizados así en honor a los tres patriarcas de la Biblia. El contraste entre las rocas rojizas y el verde de la vegetación del valle era increíble. La vista era muy bonita, pero solo era eso, un mirador, así que no nos detuvimos mucho tiempo.
|
Panorámica de Court of Patriarchs |
|
Court of Patriarchs |
La siguiente parada en la que bajamos sería la de Weeping Rock. Hay un pequeño sendero de subida que lleva a un gran saliente de roca del que cae agua. En las épocas mas lluviosas se forma una pequeña cortina líquida, pero cuando nosotros fuimos solo caían unas pocas gotas. La vista era bonita, pero tampoco era espectacular, servía como anticipo de los que podías ver desde la excursión a Angel’s Landing, que era la montaña que teníamos justo enfrente.
|
Vistas desde Weeping Rock |
Volvimos a subir al bus y nos bajamos nuevamente en la última parada, llamada Temple of Sinawava. De allí sale una de las excursiones mas clásicas de Zion, la que recorre
The Narrows. Este es un angosto desfiladero excavado por el río Virgil con unos paisajes increíbles. Está dentro de las excursiones difíciles del parque, ya que la mayor parte del tiempo vas caminando dentro del agua en el mismo lecho del río, en el que abundan grandes guijarros que pueden resultar resbaladizos y peligrosos. Así que hay que llevar calzado adecuado para el agua para andar con seguridad. Es una excursión larga, de unas 6 horas en total, pero mucha gente solo hace un pequeño tramo para hacerse una idea de los paisajes. Para acceder a The Narrows hay que hacer la pequeña excursión del
Riverside Walk, de una hora (ida y vuelta). Este paseo es muy fácil y está dirigido a todo tipo de públicos. El sendero va por una sección menos estrecha del desfiladero, y discurre por una plataforma pavimentada fuera del agua. Es una buena primera toma de contacto con los espectaculares paisajes que veremos mas adelante. Nosotros caminamos bastante rápido, porque solo nos quedaban unas 2 h y media de luz solar, y además nos habían avisado que el último bus desde Temple of Sinawava salía a las 19:15.
|
Riverside Walk |
|
Por el Riverside Walk, de camino a The Narrows |
Precisamente, el Riverside Walk acaba en el inicio del sendero de The Narrows. Allí encontramos un montón de gente preparándose como podían para la excursión. Había gente que iba muy preparada con una especie de botas impermeables (eran todas iguales, debían venir con un tour), otros iban completamente descalzos (algo que no nos pareció recomendable). Nosotros habíamos llevado unas sandalias de trekking que nos fueron bien: se mojaron sin problema y la suela nos dio el agarre necesario en los sitios resbaladizos. El sendero empezó en serio, con un gran vadeo en el que ya teníamos que poner los pies en remojo. ¡Y el agua no podía estar mas helada! Con una gran fuerza de voluntad sumergimos nuestros pies el gélido elemento. El río tenía algunos guijarros con los que tenías que estar atento. Mucha gente llevaba bastones de trekking para ayudarse a caminar por las secciones mas pedregosas de dentro del río, y la verdad es que los echamos en falta. La gente que tampoco los tenían habían cogido palos en el bosque para usarlos como bastones, y tuvimos la suerte que unos excursionistas que acababan la excursión en esos momentos nos dieron los suyos. Nos fueron realmente bien, nos atreveríamos a decir que es un elemento imprescindible. Una vez que nos acostumbramos a la temperatura del agua, pudimos disfrutar de aquel espectáculo: el río iba encajonado en un profundo desfiladero sencillamente impresionante. Allí dentro reinaba una cierta penumbra, como si nos estuviéramos internando por un lugar ajeno al soleado Zion Canyon que habíamos dejado atrás. La primera sensación nos dejó maravillados.
|
Primer vadeo en The Narrows |
|
De excursión por The Narrows |
La sensación que tienes conforme vas avanzando por The Narrows es la de ser un explorador. Cada recodo del desfiladero ofrece una estampa mejor que la anterior, así como nuevos retos en forma de obstáculos que hay que superar. Hay que decir que el sendero no va siempre por dentro del agua, ya que se va internando a veces por la estrecha orilla del río. Dentro del río a veces los vadeos son complicados, teniendo que atravesar lechos plagados de grandes piedras (que en ningún momento ves) o alguna sección donde la corriente es algo rápida. Cuando fuimos nosotros el nivel del agua del río no era muy alto, y raras veces te llegaba por encima de las rodillas. Y en general no es muy difícil de superar si vas con cuidado y tranquilidad. Vimos algunas familias con niños, así que no es una excursión para expertos ni mucho menos.
|
The Narrows |
|
The Narrows |
Fuimos avanzando con cautela por el río, ayudándonos con nuestros improvisados bastones. Después de un rato dejamos de sentir frío en los pies. De hecho, sentíamos mucho mas frío cuando los sacábamos del agua cuando el sendero discurría por la orilla. Aunque en muchas secciones de The Narrows ésta era inexistente, y solo había el río y el acantilado. El sendero a aquellas horas de la tarde era muy frecuentado por gente que, como nosotros, solo quería hacer un tramo de la excursión. Cuando llevábamos una hora caminando decidimos no ir mas allá e ir volviendo, para poder coger el último bus. Precisamente nos quedamos en un punto en el que el desfiladero se hacía mas estrecho si cabía. De hecho, para llegar a la sección mas estrecha de The Narrows son necesarias un par de horas. Aun así, disfrutamos mucho de la excursión.
|
The Narrows |
|
Este es el último punto de The Narrows al que llegamos |
Lo bueno del trekking de The Narrows es que es muy diferente de los otros que se pueden hacer por Zion, como el Angel’s Landing (que haríamos el día siguiente), que básicamente consisten en subir algún desnivel y tener vistas del Zion Canyon. Fue una pena no poderle dedicar mas tiempo, pero aún por las pocas horas que le pudimos dedicar no nos cabe ninguna duda que se trata de uno de los trekkings imprescindibles en Zion.
|
The Narrows |
Cuando regresamos nuevamente al inicio del sendero de The Narrows ya se estaba haciendo de noche. No tuvimos problemas en coger el shuttle bus en Temple of Sinawava, habíamos llegado con tiempo suficiente. Volvimos al visitor center y cogimos el coche para ir a nuestro alojamiento. La mayoría de gente que visita Zion se aloja en el cercano pueblo de Springdale, pero cuando buscamos opciones (un mes antes de viajar) casi no quedaba nada. Así que tuvimos que alojarnos en
La Verkin, situado a unos 34 km al oeste de Zion (una media hora en coche). Nuestro alojamiento fue
La Quinta Inn, un hotel casi nuevo situado en la carretera que va a Zion. La habitación estaba muy bien, era muy grande, con dos camas de matrimonio y todo el mobiliario con apariencia de recién estrenado. El desayuno estaba incluido, y consistía en un buffet muy bien surtido, con huevos, salchichas, tostadas, yogurts, fruta… Lo mejor para empezar con energía el día. El precio fue de 87 € la noche, un buen precio para lo que obtuvimos a cambio.
|
Nuestra habitación en La Verkin |
Nada mas dejar las mochilas, nos fuimos rápidamente a buscar un sitio para cenar. El hotel estaba situado fuera del centro de La Verkin, así que tuvimos que coger el coche. Decidimos ir al
Stage Coach Grill, un restaurante típico americano situado a unos pocos minutos en coche. El restaurante estaba a tope, y nos tocó esperar media hora. Teníamos mucha hambre, ya que como durante el día habíamos ido mal de tiempo solo habíamos comido unos frutos secos. Cuando tuvimos mesa pedimos una hamburguesa (como en todos los restaurantes de este tipo, con una carne buenísima) y chicken marsala (un plato italiano a base de una salsa de champiñones y de un vino homónimo, que nos pareció bastante normalito). Con un par de copas de vino, la cena nos salió por 50,45 $, un buen precio para un lugar sin duda recomendable.
|
Nuestra cena |
0 comentarios:
Publicar un comentario