ARGENTINA 8: Bariloche II, Circuito Chico

4 de enero de 2015 Aquella jornada la dedicamos a hacer la ruta mas popular para descubrir el Parque Nacional de Nahuel Huapi, el Circuito Chico. Empezamos subiendo al Cerro Campanario, con una de las vistas mas impresionantes de todo el viaje. Luego fuimos al pintoresco Hotel Llao-Llao, a partir de donde empezamos una ruta a pie por el parque municipal Llao-Llao hasta la bahía López. Haciendo autoestop llegamos a la Colonia Suiza, de donde ya tomamos el bus de vuelta a Bariloche. El día empezó tarde para nosotros, todavía estábamos cansados del largo trayecto en bus del día anterior, provenientes de Puerto Madryn. El desayuno del Hotel Premier estaba bastante bien, como era habitual en Argentina predominaba lo dulce, pero a nosotros ya nos iba bien.
4 de enero de 2015
Aquella jornada la dedicamos a hacer la ruta mas popular para descubrir el Parque Nacional de Nahuel Huapi, el Circuito Chico. Empezamos subiendo al Cerro Campanario, con una de las vistas mas impresionantes de todo el viaje. Luego fuimos al pintoresco Hotel Llao-Llao, a partir de donde empezamos una ruta a pie por el parque municipal Llao-Llao hasta la bahía López. Haciendo autoestop llegamos a la Colonia Suiza, de donde ya tomamos el bus de vuelta a Bariloche.
El día empezó tarde para nosotros, todavía estábamos cansados del largo trayecto en bus del día anterior, provenientes de Puerto Madryn. El desayuno del Hotel Premier estaba bastante bien, como era habitual en Argentina predominaba lo dulce, pero a nosotros ya nos iba bien. Nos pusimos en marcha sobre las 10 h (tardísimo para nuestro ritmo habitual), y nos dirigimos a la parada a coger el bus. Nuestro plan era hacer el Circuito Chico por libre en bus, aunque existen las opciones de hacerlo en tour o en coche de alquiler. Enseguida pasó el bus 20 que nos llevó a Cerro Campanario, la primera parada de la ruta. Esta es una de las montañas que domina el lago Nahuel Huapi, con un gran mirador en su cima que domina toda la zona. Para llegar arriba usamos el telesilla (140 pesos por persona, unos 12 €), aunque también se puede llegar a pie tras superar los 200 m de desnivel (solo vimos un par de personas que lo hicieron). La vista que encontramos en la cima era sobrecogedora: ante nosotros teníamos un maravilloso panorama de toda la zona, monopolizado por el lago Nahuel Huapi hacia el este. Y en dirección contraria se alzaban las montañas de los Andes, cuyos colores contrastaban con los del lago. ¡Fue una gozada! Había varios miradores orientados hacia varias direcciones y no pudimos resistirnos a contemplar la vista de cada uno de ellos con tranquilidad. El paisaje era mas bonito que el que encontramos el día anterior en el Cerro Catedral, ya que al estar mas lejos de Bariloche todo se veía mas verde y mejor preservado.
Subiendo con el telesilla ya podíamos empezar a ver bonitas vistas
Vista desde Cerro Campanario
Mirando hacia los Andes, con los lagos Perito Moreno Este y Oeste
Mirando hacia el E, bonita vista del lago Nahuel Huapi
Vista hacia el lago Perito Moreno Este, con el Nahuel Huapi al fondo
Vista hacia el S, con Bariloche al fondo del todo 
Vista W, hacia los Alpes
Panorámica completa mirando hacia el E, con el lago Nahuel Huapi y su Brazo Campanario
Panorámica hacia el N, donde confluyen los Andes y el lago Nahuel Huapi
Volvimos abajo y cogimos nuevamente el bus 20 hasta su parada final, el Hotel Llao-Lao, un super-hotel de lujo construido siguiendo la arquitectura de la región y rodeado de bonitos jardines. Muy cerca del hotel nos acercamos a ver Puerto Pañuelo, el lugar de donde salen las excursiones en barco por el lago. El muelle estaba abarrotado de turistas, nos habían contado que estaban todos los billetes agotados para los próximos días. Y la gran mayoría de gente eran argentinos, cosa que nos chocó en un principio ya que pensábamos que el país vivía un momento difícil económicamente. No teníamos intención de hacer la excursión, pero nos acercamos al puerto ya que había bonitas vistas del lago.
Hotel Llao-Llao
Cercanías de Puerto Pañuelo
A partir de allí teníamos que continuar el Circuito Chico a pie. En el mapa que nos habían dado en la Oficina de Turismo parecía que un bus cubría el trayecto, pero realmente no era así. Un autobusero nos dijo que había 3-4 horas caminando hasta el punto donde se podía volver a coger otro bus. Nos dijo que también podíamos hacer el trayecto en bici, pero en algunos sitios había fuertes pendientes, y había que estar un poco en forma. Como no era muy tarde decidimos empezar a caminar, no nos parecían tantas horas. Enseguida llegamos al gran Parque Municipal Llao-Llao, por el que nos desviamos para caminar por uno de sus senderos. Éste no tenía ninguna dificultad, era llano y muy ancho, pensado para todos los públicos. Era una especie de parque semi-natural, donde se alternaban los coihues autóctonos con otros árboles plantados. Nos hizo ilusión encontrar un pequeño bosque de arrayanes, un árbol fácil de distinguir por su curiosa corteza rojiza.
Troncos rojizos de arrayanes
El sendero discurría casi siempre entre altos árboles, por lo que no había mucha vista del paisaje y a veces se hacía un poco aburrido. Solo hubo un par de momentos en los que tuvimos algo de vista, en unos miradores a orillas del lago Perito Moreno Oeste. Un poco mas adelante encontramos el lago Escondido, pero como indica su nombre, estaba tan rodeado de vegetación que apenas se podía ver. Mas tarde llegamos a orillas del lago Nahuel Huapi, a un lugar llamado la bahía de los Troncos, donde había una pequeña playa de guijarros con algunas personas tomando el sol como si fuera una playa normal. Aquí acababa el sendero del parque y tuvimos que continuar caminando por el arcén de la transitada carretera hasta la bahía López, con bonitas vistas del lago. Hacía un sol de justicia y un calor horroroso para el que no estábamos muy preparados logísticamente. Menos mal que alguien de ahí arriba nos envió un milagro en forma de puesto ambulante de bebidas frías, ¡fue nuestra salvación!
Lago Perito Moreno Oeste
Lago Escondido
Bahía de los Troncos
Al fondo de la bahía López había un hotel y, lo que mas nos importaba, la ansiada parada del bus 10. Llevábamos 3 horas caminando bajo un sol inclemente y empezábamos a estar cansados. Pero al llegar allí vimos que este bus solo pasaba por allí tres veces al día, y que el siguiente tardaría una eternidad en pasar. Un chico nos dijo que a 3 kilómetros había una parada donde pasaban mas buses y que podíamos llegar haciendo autoestop. No era un sistema que hayamos usado mucho, pero decidimos probar ya que estábamos un poco justos de fuerzas a esas alturas. Al cabo de 10 minutos paró una pareja de mediana edad que iba en un todoterreno y que no tuvo problema en llevarnos a la parada de buses. Antes pasamos a buscar a sus hijos que bajaban del Cerro López, una de las montañas mas escarpadas y complicadas de la zona.
En la parada del bus volvimos a tener mala suerte, el siguiente bus pasaba al cabo de casi 1 hora. Así que decidimos empezar a caminar por la polvorienta carretera de ripio, eran 4 ó 5 km hasta la Colonia Suiza. Como antes nos había ido bien con el autoestop, decidimos volver a probar suerte mientras caminábamos. Y a los pocos minutos nos paró un chico joven muy simpático que conducía un coche destartalado, lleno de latas de cerveza vacías y con un cachorro de perro. Durante el corto viaje estuvimos hablando de política y en unos pocos minutos nos dejó en la Colonia Suiza. Como dice su nombre, durante el siglo XIX aquí se establecieron muchos colonos suizos para vivir de sus tierras. La verdad es que llegábamos allí sin saber qué nos depararía aquel lugar, pensábamos que sería alguna especie de pueblo tradicional. Pero lo único que encontramos fue una gran feria de artesanos, algunos vendían productos suizos como quesos y cerveza. Desperdigados aquí y allá, había unos pocos edificios suizos interesantes, pero que tampoco justificaban el gran viaje que habíamos hecho hasta allí. Aprovechamos para comprar una especie de pan relleno de jamón y queso (40 pesos), no habíamos comido casi nada pero el calor y el cansancio nos habían quitado el hambre.
Casita de estilo suizo
Feria de Artesanos
Casa de estilo suizo
La Colonia Suiza es muy conocida por el curanto, una forma de preparar la comida asando, en un agujero excavado en el suelo, carne y verduras tapadas con hojas y piedras. Requiere muchas horas de cocción, así que el curanto no se empieza a servir hasta la noche. Estábamos cansados y decidimos no quedarnos allí y regresar a Bariloche. Como había pocos buses, la parada estaba tan llena de gente que el bus enseguida se llenó y dejó a la mitad de la gente en tierra, nosotros entre ellos. Decían que enviarían otro bus, pero teníamos miedo que tuviéramos que esperar al siguiente, que pasaba al cabo de dos horas. Pero finalmente llegó y pudimos entrar. Estábamos tan cansados que decidimos no bajarnos en el último punto del Circuito Chico, el llamado Punto Panorámico, un mirador sobre el lago Perito Moreno Oeste con vistas sobre la región. Solo teníamos ganas de llegar al hotel y de darnos una merecida ducha.
Tras descansar un poco salimos a cenar por Bariloche. Nos decantamos por el Linguini, un restaurante de pasta. Pedimos ñoquis rellenos de salsa de aceitunas y tortellonis de cordero con salsa de mantequilla, que estaban espectaculares. De postre compartimos una buena crepe de dulce de leche. Junto con una cerveza Patagonia y un refresco, la cena nos salió por 433 pesos (casi 40 €), incluyendo un 10 % de descuento al pagar con efectivo (es algo habitual en todo tipo de establecimientos).
Arriba, los ñoquis, abajo, los tortellonis
Cerveza artesana Patagonia

2 comentarios:

  1. Impresionante los paisajes...y bueno, el autostop salió bien y pudistéis sortear los inconvenientes ;)

    Realmente bonito la verdad...

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    1. Si, tuvimos bastante suerte con el autostop, aunque nos contaron que en aquella región era una práctica corriente y que los coches solían parar a los autoestopistas. El segundo que nos paró, el chico, nos dijo que él había hecho autoestop toda la vida y desde que tenía coche siempre intentaba parar, sabía lo que era...

      Saludos

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