INDONESIA 19: Tana Toraja III, sur

14 de agosto de 2014 Aquel día lo dedicamos básicamente a explorar la zona sur de Tana Toraja. Empezamos en el mercado de Bolu, que se celebraba aquel día, donde vimos como se vendían desde verduras hasta búfalos. Después visitamos las cuevas de Londa, los tau-tau de Lemo y Suaya, el cementerio de Tampangallo y las tumbas para bebés de Kambira. A la noche cogimos el bus nocturno que nos llevaría de vuelta a Makassar. Como era usual, Ance ya nos esperaba fuera cuando acabamos de desayunar, aquel chico era todo eficiencia! La primera visita del día era el mercado de Bolu (Pasar Bolu), que se celebra un día a la semana (no siempre es el mismo). Cuando nos acercábamos a Bolu nos encontramos en un caos absoluto: camionetas con animales para vender, gente que iba a comprar, camiones cargados de fruta...
14 de agosto de 2014
Aquel día lo dedicamos básicamente a explorar la zona sur de Tana Toraja. Empezamos en el mercado de Bolu, que se celebraba aquel día, donde vimos como se vendían desde verduras hasta búfalos. Después visitamos las cuevas de Londa, los tau-tau de Lemo y Suaya, el cementerio de Tampangallo y las tumbas para bebés de Kambira. A la noche cogimos el bus nocturno que nos llevaría de vuelta a Makassar.
Como era usual, Ance ya nos esperaba fuera cuando acabamos de desayunar, aquel chico era todo eficiencia! La primera visita del día era el mercado de Bolu (Pasar Bolu), que se celebra un día a la semana (no siempre es el mismo). Cuando nos acercábamos a Bolu nos encontramos en un caos absoluto: camionetas con animales para vender, gente que iba a comprar, camiones cargados de fruta... Acabamos de llegar al mercado a pie siguiendo el camino de la masa de gente. Se extendía por todos los alrededores de una gran manzana donde había unas instalaciones fijas. Primero estuvimos viendo los puestos de los campesinos que vendían verduras, chiles, pescado seco... Parecía que para vender allí solo necesitabas una lona para el suelo y echar allí los productos que tenías. Y ni eso, a veces solo era necesaria una carretilla lleno de algún producto del campo para comenzar a vender. Fue una delicia pasear entre el bullicio de los puestos, ver qué vendían y como compraba la gente local.
Mercado de Bolu
Con una carretilla ya se puede vender en el mercado!
Puesto de venta de gallos
Vendiendo café toraja, muy apreciado en todo el mundo
Puesto con setas secas y pamarassan, el ingrediente para la "salsa negra"
Verduras, chiles y jengibre
Pescado seco
Puesto con un poco de todo
El mercado de Bolu es conocido por su feria de búfalos, donde se venden y compran decenas de estos animales. La encontramos en una gran explanada, donde estaban los propietarios de cada búfalo esperando compradores. En otra zona había una gran cantidad de búfalos solos, nunca habíamos visto tantos juntos! Había mucho trasiego de personas mirándose los animales y regateando con los propietarios. Fue muy curioso!
Feria de búfalos de Bolu
Vendiendo y comprando búfalos
Después de un par de horas dejamos Bolu y fuimos a ver las cuevas de Londa, un importante centro de enterramientos toraja. Es obligatorio visitarlas con guía, al que hay que pagarle el coste de la lámpara de aceite (30.000 rupias) y la voluntad (en nuestro caso, 60.000), además de pagar 20.000 rupias de entrada. A la entrada de la cueva había algunos tau-tau modernos muy realistas, parecían personas de carne y hueso. La cueva es un enorme cementerio, con algunos ataúdes tan viejos y echos polvo que dejaban ver los huesos que había dentro. Era frecuente ver cigarrillos y monedas encima de ellos, eran ofrendas a los muertos, objetos que necesitarían en la otra vida. El guía estaba mas preocupado en hacernos fotos que en explicarnos cosas interesantes. Por eso la visita a Londa nos dejó un poco indiferentes, nos esperábamos un poco mas.
Entrada de la cueva de Londa
Curiosas formas dentro de la cueva
Ataúdes y calaveras
Tau-tau de Londa
Luego fuimos a Lemo, uno de los lugares funerarios mas famosos de Tana Toraja. En una enorme pared rocosa hay decenas de tau-tau, que representan los muertos enterrados en varias tumbas de la misma pared. Estas figuras tenían cientos de años, eran las mas antiguas que habíamos visto hasta entonces. Nos parecieron fascinantes, una lástima no poderlas ver mas de cerca (quedaban bastante elevadas). Para regresar al coche tomamos un sendero que discurría entre unos bonitos arrozales.
Campos de arroz cerca de Lemo
Lemo
Tau-tau de Lemo
Como se acercaba la hora de comer, Ance nos llevó al Bambu Restaurant, cerca de Sangalla’. Pedimos un solo plato de nasi goreng (arroz frito), con huevo y pollo frito, que no estaba nada mal. Junto con un par de refrescos nos costó 71.500 rupias (casi 5 €), un poco caro para ser un restaurante que estaba en medio de la nada.
Nasi goreng
Después de comer fuimos a Suaya (entrada 20.000 rupias), una versión moderna de Lemo. Al igual que allí había un gran acantilado con varios tau-tau, que se veían mas modernos. Una escalera se emparraba por el acantilado, pero después de subir hasta arriba no vimos hasta donde llevaba. Nos pareció un sitio prescindible sobre todo si se visita Lemo.
Suaya
Luego fuimos a Tampangallo (entrada: 20.000 rupias), un lugar donde se enterraron importantes caciques locales. Nos recordó mucho a Londa, ya que consistía en una gran cueva con raídos ataúdes y algunos tau-tau. El sitio parecía bastante descuidado, los ataúdes estaban a merced de las inclemencias del tiempo y lógicamente se habían ido pudriendo. Alrededor de la cueva había una zona con bonitos arrozales, donde pudimos ver como los campesinos recolectaban el arroz y como separaban el grano de la paja.
Tampangallo
Arrozales de Tampangallo
A continuación visitamos otro de los sitios famosos de la región, las tumbas infantiles de Kambira (entrada: 20.000 rupias). Se trata de un gran árbol donde los toraja enterraban a sus bebés cuando morían antes de que les saliera el primer diente. Se creía que el árbol alimentaría al niño con su sabia y así continuaría creciendo dentro. El árbol en cuestión estaba dentro de una gran arboleda, y tenía una gran cantidad de estas tumbas infantiles excavadas. Aunque esta tradición no se continúe haciendo, nos pareció fascinante. Y lo mas sorprendente era que el árbol continuaba vivo pese a tener todas esas tumbas en su tronco.
Kambira
Detalle de las tumbas de bebés
La última parada del día fue en Balik, un pueblo tradicional rodeado de arrozales y unos pocos tongkonans. Como a aquellas alturas ya habíamos visto bastantes de esas casas, no nos parecieron la gran cosa. Le pedimos a Ance que en Rantepao nos dejara en la oficina del bus Kharisma para dejar las mochilas y nos despedimos de él. La barrera idiomática había impedido que hiciéramos mas amistad, pero nos pareció que había hecho muy bien su trabajo. A falta de conversación, siempre amenizaba los viajes con música indonesia, aunque a menudo las mismas canciones. Las escuchamos tanto que al final ya nos las sabíamos: Cari Berkah e Indonesia Juara, de Wali Band. Que buenos recuerdos que nos trae! Os dejamos los videos, ojo que enganchan!
Tongkonans de Balik

Para hacer un poco de tiempo nos fuimos a dar una vuelta por Rantepao. Neus aprovechó para hacerse un masaje (50.000 rupias/media hora), que estuvo bien pese a lo cutre que era el local. Después, aunque solo eran las 6, decidimos entrar ya al restaurant Rimiko, donde habíamos reservado el día anterior un par de pa’piong, un plato típico toraja que consiste en una mezcla de carne o pescado con verduras embutida dentro de un trozo de caña de bambú, que se cocina durante un par de horas. Uno era de carne de cerdo y el otro de anguila, un pescado muy común en la zona. Para acompañar pedimos un arroz negro, también típico de aquí y muy fuerte de sabor. Los pa’piong nos gustaron mucho, aunque nos quedamos muy llenos, dentro del estrecho hueco de la caña de bambú había mucha comida metida casi a presión! Junto con un par de refrescos, la cena nos costó 152.900 rupias (unos 10 €).
Nuestros pa'piong
Cuando llegó las 9 de la noche, ocupamos nuestros cómodos asientos en el bus nocturno de Kharisma, que nos llevaría de regreso a Makassar. El trayecto transcurrió sin novedades y llegamos a nuestro destino unas 9 horas después. Pero eso ya lo explicaremos en el siguiente capítulo!

2 comentarios:

  1. Pues ami todo eso d elos cementerios con las cajas rotas etc...me da un mal rollo que pa' que xD

    entre vuestro diario y el de carol (creciendo con mis viajes) estoy haciendo intensivo de Indonesia jeje

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    1. Si, eso de ver los huesos daba un poco de yuyu...

      Pues no conocíamos el blog de Carol, lo iremos siguiendo para ver como fue su viaje a Indonesia.

      Saludos

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