IRLANDA 3: Newgrange, Monasterboice y Belfast

Aquel día recogimos el coche de alquiler y empezamos nuestra ruta circular por Irlanda. Por la mañana visitamos las ruinas prehistóricas de Newgrange y las cruces celtas de Monasterboice. Por la tarde nos dirigimos hacia Irlanda del Norte, donde dimos un paseo de unas horas por su capital, Belfast. Para recoger el coche de alquiler teníamos que desplazarnos al aeropuerto de Dublín. De esta forma evitamos el recargo de “one-way”, y así podíamos dejar el coche el último día en el aeropuerto. Después de atiborrarnos con nuestro segundo “full irish breakfast”, nos dirigimos hacia la parada de bus de O’Connell Street. Allí pensábamos coger un bus de línea normal, pero como era sábado no pasaban muchos. Así que cogimos el bus 700 (Aircoach), que es más rápido pero también más caro (7 € cada uno). Una vez en la terminal de llegadas del aeropuerto fuimos al mostrador de Budget, la compañía con la que habíamos alquilado el coche.
12 de abril de 2014
Aquel día recogimos el coche de alquiler y empezamos nuestra ruta circular por Irlanda. Por la mañana visitamos las ruinas prehistóricas de Newgrange y las cruces celtas de Monasterboice. Por la tarde nos dirigimos hacia Irlanda del Norte, donde dimos un paseo de unas horas por su capital, Belfast.

Para recoger el coche de alquiler teníamos que desplazarnos al aeropuerto de Dublín. De esta forma evitamos el recargo de “one-way”, y así podíamos dejar el coche el último día en el aeropuerto. Después de atiborrarnos con nuestro segundo “full irish breakfast”, nos dirigimos hacia la parada de bus de O’Connell Street. Allí pensábamos coger un bus de línea normal, pero como era sábado no pasaban muchos. Así que cogimos el bus 700 (Aircoach), que es más rápido pero también más caro (7 € cada uno). Una vez en la terminal de llegadas del aeropuerto fuimos al mostrador de Budget, la compañía con la que habíamos alquilado el coche. El más básico nos costó 220 € para los 9 días de ruta (unos 25 € por día), un muy buen precio. Hay que tener en cuenta que pagamos un extra por segundo conductor (9 €/día, un precio muy caro, pero las otras compañías irlandesas tenían un recargo similar por este concepto) y por seguro a todo riesgo (3 €/día, nos insistieron mucho en cogerlo, y al final nos arreglaron el precio por que habíamos cogido el segundo conductor). Nos llevaron en un minibús al lugar donde teníamos que recoger el coche, a un par de minutos de trayecto. Cuando fuimos a la plaza donde tenía que estar nuestro coche de alquiler, vimos que en ella estaba aparcado por error un flamante Nissan Qashqai. Nuestra sorpresa fue cuando activamos el mando a distancia de la llave para buscar nuestro coche... y se abrió el Qashqai! Vaya pedazo de coche que nos habían dado! Nunca habíamos conducido un coche tan grande, tan nuevo ni tan “lujoso” (para nuestros estándares, claro).
Nuestro Nissan Qashqai de Budget
Empezamos nuestra ruta en coche hacia el norte, y la verdad es que éste iba de fábula. El tema de conducir por la izquierda nos inquietaba un poco, aunque teníamos la experiencia lejana de nuestro viaje a Escocia. Pero es algo a lo que enseguida te acostumbras. Hay que tener cuidado en las rotondas y en las intersecciones, donde a veces si no lo piensas bien no sabes de que lado te pueden venir los coches. Lo que nos pareció más difícil es el manejo: al estar el volante a la derecha, las marchas se tienen que cambiar con la mano izquierda, algo a lo que uno no está habituado (mas de una vez se nos disparaba la mano derecha para cambiar de marcha y nos dábamos con la puerta!). Pero nada que no se arreglara con un poco de práctica!
Nuestra primera parada iba a ser en la zona de Brú Na Bóinne, el Valle del Boyne. Aquí se acumulan, a relativamente poca distancia, una gran cantidad de lugares interesantes, como la abadía de Mellifont, el castillo de Trim, la colina de Tara... y los que visitaríamos: los túmulos de Newgrange y el cementerio de Monasterboice. Newgrange forma parte del Conjunto Arqueológico de Brú Na Bóinne, constituido además por los yacimientos de Knowth y Dowth. Todos estos túmulos funerarios del neolítico son patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Llegamos sobre las 11 h al centro de visitantes, donde gestionan las diferentes opciones de visita: se puede ver solo el yacimiento de Newgrange, solo el de Knowth o los dos (el de Dowth está cerrado al público). Como íbamos cortos de tiempo elegimos la primera opción (6 € por persona), ya que Newgrange es el conjunto mas importante. A los yacimientos no se puede ir por cuenta propia, la visita es guiada y para llegar a ellos hay que hacer un corto trayecto en bus (incluido en la entrada).
Newgrange
Tuvimos suerte y en poco tiempo partió nuestro tour hacia Newgrange. Allí la guía nos hizo una breve explicación sobre el lugar: resulta que fue descubierto por casualidad por un agricultor, que arando su campo dio con una de las piedras decoradas del yacimiento (si se hubiera topado con otra, probablemente no le hubiera dado importancia). Posteriormente se excavó todo el emplazamiento, pero los responsables de la época tuvieron la mala idea de reconstruirlo con unas piedras blancas que llaman mucho la atención (en vez de usar las originales, que estaban dispersas por la zona). Una de las cosas que más nos sorprendió era que a día de hoy todavía no se sabe con certeza si Newgrange era un monumento religioso o una necrópolis.
Entrada de Newgrange
Después de la explicación, nos dispusimos a visitar el conjunto. Enfrente de la puerta de entrada de Newgrange hay una gran piedra adornada con relieves geométricos que nos parecieron increíbles. Después entramos dentro por un estrecho pasillo por el que teníamos que caminar un poco agachados. Al final nos encontramos en medio de una pequeña cámara muy oscura, adornada con algunos relieves geométricos. La guía nos explicó que el pasillo estaba orientado astronómicamente, de forma que el sol entra por el pasillo hasta la cámara únicamente en el solsticio de invierno. Para mostrarlo, encendió un foco que simulaba los rayos de sol en ese momento del año. La verdad es que el lugar era muy interesante y las explicaciones muy amenas (aunque por nuestro bajo nivel de inglés a veces nos perdíamos cosas…). Después de salir, dimos un rodeo por la colina que formaba Newgrange, donde se podían ver algunos megalitos mas decorados con relieves.
Principal megalito decorado de Newgrange
Otro megalito decorado
En una hora hicimos todo el tour y volvimos hacia el centro de visitantes. En él había una exposición que no habíamos tenido tiempo de ver antes, así que le dimos un vistazo. Se explicaba un poco de la vida en el periodo neolítico y sobre los túmulos del Boyne y de otras zonas de Irlanda. Al haber aprendido algunas cosas en la visita de Newgrange, lo encontramos mas interesante. Concluyendo podemos decir que Newgrange nos gustó mucho; aunque las cosas que se ven no sean demasiado espectaculares en si mismas, la historia asociada es fascinante.
A poca distancia de Newgrange está el cementerio de Monasterboice, aunque nos costó un poco de llegar por que nos liamos con las carreteras. El principal motivo para visitar este pequeño cementerio son sus cruces celtas. El lugar era un poco solitario, al estar situado lejos del pueblo más próximo, y había pocos visitantes. Nos costó poco encontrar la primera cruz, y su visión nos quitó la respiración: era increíble! Era la Muiredach's Cross, una de las cruces celtas mas importantes del país. Se construyó en el siglo X y está adornada con escenas bíblicas. De hecho, el objetivo principal de estas cruces era evangelizar en la fe cristiana a los paganos en los primeros tiempos del cristianismo en Irlanda. Por eso, en las cruces se esculpían escenas con gran realismo, para enseñar el evangelio, y además las adornaban con motivos de arte celta, para integrarlas mejor en la idiosincrasia del país.
Cementerio de Monasterboice
Muiredach's Cross
Detalle de la cruz
La otra cruz celta importante de Monasterboice es la West Cross. Es mas alta que la anterior, pero sus relieves están mas deteriorados. A su lado se yergue una alta torre cilíndrica muy característica del siglo X, que servía para avisar de la presencia de vikingos, ya que en esa época se dedicaban a saquear por toda la isla (aunque finalmente se hicieron sedentarios y fundaron alguna ciudad... como Dublín!).
West Cross y la torre cilíndrica
Resumiendo, la visita a Monasterboice nos encantó, fue uno de los mejores recuerdos que guardamos de Irlanda. Quizás nos gustó tanto al ser las primeras cruces celtas que vimos. Posteriormente vimos las de Clonmacnoise y las de Kilfenora y no nos impresionaron tanto. Pero podemos aventurarnos a decir que la cruz de Muiredach es la más bonita que hemos visto.
Después de comer unas espartanas barritas energéticas, cogimos el coche y continuamos nuestra ruta hacia al norte. Casi sin enterarnos atravesamos la invisible frontera con Irlanda del Norte, con destino a su capital, Belfast. Una vez llegamos allí nos encaminamos al hotel para aquella noche, el Etap Hotel, situado al sur del centro. Dejamos el coche en un aparcamiento de pago cercano, en aquella zona había muchos muy bien indicados. El hotel era muy nuevo (de hecho, no estaba construido cuando pasó por allí la cámara del street view!), muy estupendo para lo que nos solemos permitir. Nuestra habitación era muy amplia, con una decoración muy minimalista y moderna, mas que suficiente para nosotros. Su ubicación también era buena, no estaba en pleno centro pero si a poca distancia; además también quedaba cerca de West Belfast, la primera zona que visitaríamos. Nos costó 47 libras la noche (58 euros), un buen precio tratándose de la ciudad y de que era fin de semana (tuvimos que pagar un plus de 4,95 libras por el desayuno).
Nuestra habitación en el Etap Hotel
Como nos encontrábamos en territorio del Reino Unido, necesitábamos tener algo de dinero en libras esterlinas. En un cajero cercano sacamos 100 libras para pasar los dos días que estaríamos en Irlanda del Norte. Con pounds frescos en el bolsillo, nos lanzamos a descubrir la ciudad. Nuestro primer objetivo era el barrio de West Belfast, donde tomaríamos el pulso al conflicto de Irlanda del Norte que tanto nos interesaba. Explicar los orígenes sería un poco complicado y extenso, pero vamos a intentar hacer un resumen. Hay que remontarse a la primera mitad del siglo XX cuando Irlanda consiguió la independencia del Reino Unido... aunque no de toda la isla. Irlanda del Norte continuo en manos británicas ya que tenía una mayoría de la población protestante, cosa que disgustó a la “minoría” (un 40 % de la población) irlandesa católica, que hasta entonces había vivido una especie de apartheid (años atrás no podían votar, ni tener determinados oficios, ni poseer tierras). El IRA, el grupo armado irlandés, que hasta entonces había peleado por la independencia del país, empezó a luchar mediante atentados terroristas por la reunificación de la isla. Por su parte, los protestantes unionistas (partidarios de la unión con el Reino Unido), también crearon sus grupos paramilitares como el UVF, y se creó una gran espiral de violencia y de matanzas sin sentido. El conflicto social llegó a ser tal, que muchos barrios católicos tuvieron que ser separados físicamente de los protestantes para evitar conflictos. Afortunadamente, los Acuerdos de Viernes Santo en los años 90 iniciaron un proceso de paz bastante sólido, formando un gobierno constituido por protestantes y católicos (antes solo mandaban los protestantes) y reconociendo el derecho de autodeterminación democrático de Irlanda del Norte.
El conflicto norirlandés tiene mucha importancia en el barrio que visitamos primero, West Belfast, ya que es profundamente católico-republicano-irlandés. Fuimos andando hasta el inicio de Falls Road, la arteria principal del barrio. Allí nos desviamos por Townsend Street, un pequeño callejón en el que se podía ver el muro que separaba este barrio del sector protestante. Pensamos en lo duro que debía ser para la gente estar separado por sus vecinos y nos vino a la cabeza el muro de Berlín. En el muro había una pintada que ponía “Irlandeses, olvidad el pasado”, seguramente hecha por algún protestante.
Muro que separa sectores protestantes y católicos de West Belfast
Después empezamos a pasear por Falls Road, famosa por sus murales católicos reivindicativos. Los primeros que vimos fueron los del Solidarity Wall, dedicados a revolucionarios ligados de una manera u otra al republicanismo (Arnaldo Otegi, Nelson Mandela, líderes cubanos y palestinos...). También había algunos referidos a hechos históricos en el Ulster importantes para los católicos y otros que recordaban antiguos líderes del IRA. Cerca estaba el Garden of Remembrance, un memorial en recuerdo a las víctimas del lado católico del conflicto, ya fueran civiles o miembros del IRA.

Murales en Solidarity Wall
Garden of Remembrance
Un poco más adelante vimos uno de los murales republicanos más famosos, el que ocupa un lado de la sede del Sinn Féin (el brazo político del IRA), y que representa a Bobby Sands, que falleció como consecuencia de una huelga de hambre en los años 80. Otros murales se mostraban a favor de la lengua irlandesa (oficial después de los acuerdos de paz) o conmemoraban hechos violentos, como uno que mostraba las 17 personas muertas por balas de plástico disparadas por la policía (y que después se prohibieron). Otro de los importantes es el que recuerda el Alzamiento de Pascua, que tuvo lugar en el General Post Office de Dublín (que sale en un rincón del mural) y que precipitó años más tarde la independencia del país.
Mural de Bobby Sands en la sede del Sinn Féin
Mural homenaje a los muertos por balas de plástico
Mural que conmemora el Alzamiento de Pascua
Nos gustó mucho el paseo por Falls Road y sus murales republicanos; de hecho fue lo que mas nos gustó la ciudad. La historia que explican es fascinante y nos quedamos con ganas de saber más. Para completar la visión del conflicto nos hubiera gustado ver la otra cara de la historia, es decir, los murales protestantes unionistas de Shankill Road, no muy lejos de allí. Como cosa práctica, recomendamos a quien quiera visitar West Belfast que lleve una guía donde indique y explique los murales (como la Lonely Planet), ya que in situ no había nada de información (al contrario que en Derry).
Para regresar al centro tomamos el bus 10 (1,90 libras por persona) y bajamos en el City Hall, el edificio más singular de Belfast. Esta enorme mole alberga el ayuntamiento de la ciudad. Nos pareció exageradamente grande para ser “solo” un ayuntamiento, pero había que reconocer que es el edificio mas bonito de la ciudad. El City Hall está en medio de una gran plaza rodeada por algunos edificios antiguos, de los pocos que encontramos en una ciudad tan moderna como Belfast. Vimos aparcados unos cuantos Black Taxi, los característicos taxis británicos; mucha gente los alquila para hacer tours por la ciudad (por West Belfast vimos alguno), pero no son nada baratos (25 libras por persona como mínimo).
City Hall
Black taxi
Belfast no es una ciudad muy bonita para pasear, es muy moderna y escasean los edificios históricos. Pero lo que no le falta es una gran cantidad de pubs antiguos, algunos con cientos de años de historia. Después de dar un vistazo al City Hall, fuimos a ver un par de ellos. Primero entramos en el Robinson’s, un pub británico de los de toda la vida, decorado en su interior como el salón de una casa (con butacas y estantes con libros y todo). Pero el más singular de la ciudad es el Crown Liquor Saloon, con su característica fachada victoriana de azulejos de colores. El interior también es muy curioso, tiene una especie de reservados para poder estar tranquilamente lejos de miradas curiosas.
Robinson's
Robinson's, interior
Crown Liquor Saloon
Crown Liquor Saloon, interior
Luego fuimos a una de las zonas más antiguas de Belfast, The Entries. Se trata de una red de estrechos callejones que se remontan al siglo XVII. La gran mayoría de casas que los rodean son modernas, así que estos callejones carecen de encanto (de hecho, algunos son un poco sórdidos). Lo que más vale la pena de The Entries son algunos pubs históricos, los únicos edificios históricos que quedan. El más singular es la White’s Tavern, el más antiguo de la ciudad, fundado hace casi 400 años. Su interior es muy rústico, y la práctica ausencia de luz eléctrica (casi todo eran velas) le da una atmosfera muy especial.
Barrio de The Entries
White's Tavern
Después fuimos hacia el cercano barrio de la catedral, que también tiene algunos callejones muy animados. El que más nos gustó fue el Commercial Court, mucho mas agradable que cualquiera de los de las Entries, ya que era mas ancho, con más pubs y animación, con flores adornando las fachadas... Domina el barrio la propia catedral, la St. Anne's Cathedral, que no es nada del otro mundo pero que tiene un par de curiosidades. Primero, tiene un pináculo moderno que la corona y que le da un aspecto bastante desconcertante, como si no estuviera acabada. Y segundo, la catedral es la sede de dos diócesis diferentes, por lo que técnicamente no puede ser una catedral (ésta solo puede tener un obispo, y cada diócesis tiene el suyo).
Commercial Court
St. Anne's Cathedral
Con esto dimos por acabada nuestra visita a Belfast, en la que invertimos unas tres horas. La ciudad en si no es muy bonita, apenas tiene casco histórico ni monumentos remarcables. Lo que más nos gustó fueron los murales del barrio de West Belfast. Quizás podríamos haber visitado los murales unionistas de Shankill Road de haber sabido que el centro de Belfast era tan poco interesante. También tenemos que decir que últimamente se publicita mucho el Titanic Belfast un moderno museo sobre el famoso barco. De hecho se emplaza en los muelles donde se construyó realmente el Titanic. Pero el tema tampoco nos apasionaba y la falta de tiempo hizo decidirnos a no visitarlo.
Pese a que no era muy tarde, decidimos buscar algún sitio para cenar ya que estábamos reventados de caminar y empezaba a hacer mucho frío. Pero todos los restaurantes que vimos por la zona nos parecieron carísimos, no había ninguno de precio medio. Decidimos regresar a la zona del hotel, donde cerca había un döner kebab y cenar algo barato. Pedimos un par de steak kebabs que nos parecieron enormes. El precio no fue tan barato como nos pensábamos tratándose de comida rápida, 10,50 libras en total (casi 7 € cada kebab!).

7 comentarios:

  1. Vaya tela para el coche básico!! quepasada O.O eso si, nosotros en Escocia lo pillamos automático, para evitar el follón con las marchas y poder estar atentos a no equivocar el carril xD

    Un día lleno de historia y de diferentes épocas! genial.
    Esas cruces celtas son enormes O.O nunca las vi tan grandes....
    Y bueno, supongo qu enosotros si que iríamos al museo titanic xD pero a gustos...

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, pero a nosotros lo que nos costaba mas no era el hecho de cambiar de marcha sino tenerlo que hacer con la manos izquierda. Los primeros dias ibamos muy pez... Menos mal que, eso no lo hemos dicho en el post, que los conductores irlandeses son super-respetuosos, nunca te pitan, o te adelantan o se ponen nerviosos.
      Un saludo

      Eliminar
  2. Me quedé con ganas de ir a Belfast, (tendré que volver a Irlanda). Tiene buena pinta.
    Un saludo
    Carmen

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Belfast en si no es una ciudad muy bonita, incluso podríamos decir que es un poco fea. Pero la parte de los murales republicanos nos encantó, es una parte de la historia fascinante!
      Un saludo

      Eliminar
  3. Venga, venga siguiente día que estoy impaciente!

    ResponderEliminar
  4. Descubrir vuestro blog ha sido estupendo para poder planificar nuestro próximo viaje a Irlanda en Agosto.
    Estamos decidiendo el alquiler del coche, pero el importe de la franquicia nos parece elevado. He leído que alquilasteis un seguro a todo riesgo por una cantidad diaria ¿éso os eliminó la franqucia?
    Muchas gracias.
    ¡Un saludo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola!
      Cuando alquilamos el coche por internet no pusimos ningún seguro, nunca lo hacemos. Normalmente siempre vamos con el seguro básico que esté incluido. En este viaje cogimos un seguro a todo riesgo por que nos insistieron mucho y nos lo dejaron muy bien de precio por haber contratado el segundo conductor. Si hubiera sido mucho mas caro, no lo hubiéramos cogido. Pero el contratar un seguro o no es algo personal, a nosotros nunca nos ha pasado nada y por eso nunca lo solemos coger.
      Saludos

      Eliminar