TURQUÍA 13: Costa Egea IV, Parque Nacional Dilek

17 de noviembre de 2013 En nuestro último día en la Costa Egea decidimos hacer algo diferente: disfrutar de la naturaleza del Parque Nacional Dilek. Después de comer nos dirigimos hacia el aeropuerto de Izmir donde cogimos el vuelo que nos devolvería a Estambul, donde todavía nos quedaban un par de días de estancia. Aquel día nos lo tomamos más tranquilamente y nos despertamos bastante tarde. Pensábamos estarnos la mitad del día en el Dilek Milli Parkı, un parque nacional de desbordante naturaleza situado en la península del mismo nombre.
17 de noviembre de 2013
En nuestro último día en la Costa Egea decidimos hacer algo diferente: disfrutar de la naturaleza del Parque Nacional Dilek. Después de comer nos dirigimos hacia el aeropuerto de Izmir donde cogimos el vuelo que nos devolvería a Estambul, donde todavía nos quedaban un par de días de estancia.

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Aquel día nos lo tomamos más tranquilamente y nos despertamos bastante tarde. Pensábamos estarnos la mitad del día en el Dilek Milli Parkı, un parque nacional de desbordante naturaleza situado en la península del mismo nombre. Fue una lástima que el día no acompañara, estuvo muy tapado y por la mañana llovió un poco. Antes de entrar al parque de Dilek visitamos la Zeus Mağarası o cueva de Zeus, una gruta natural alimentada con agua de mar. El acceso era un poco difícil, había que caminar por unas piedras muy resbaladizas para llegar. Pero la cueva es bonita, sus aguas cristalinas tenían un llamativo color turquesa, vale la pena darle un vistazo.

Zeus Mağarası
Justo al lado de la cueva estaba la entrada al Dilek Milli Parkı. Para entrar hay que pagar 10 TL por coche (independientemente del número de ocupantes) o 3 TL por persona si vas a pie. Pero es mucho mejor recorrer la península de Dilek en coche para ir haciendo paradas y disfrutar así de sus paisajes. Al lado de la carretera hay miradores con bonitas vistas de sus hermosos pinares y de los paisajes costeros. Desde uno de ellos divisamos muy cerca de la costa una isla, Samos, que pertenece a Grecia. La verdad es que toda la península es un sitio muy bonito, agradecimos aquel día disfrutar de un poco de naturaleza después de tanta ruina griega.
pinares de Dilek
paisajes costeros, con la isla griega de Samos al fondo a la derecha
tortuga que tuvimos que "rescatar" del medio de la carretera
De la carretera que recorre la península bajan varios desvíos hacia sendas playas. Nosotros bajamos a la última, donde la carretera está cortada y no se puede continuar más. Es la Karasu Koyu, una playa de piedrecitas por la que paseamos un poco. El día no estaba mucho para estar en la playa, estaba muy tapado y el oleaje era bravo, pero aún así había unas niñas turcas que se bañaban como si nada. El agua estaba helada!
Karasu Koyu, con la isla de Samos al fondo
Deshicimos parte de la carretera de Dilek hasta el inicio del Olukludere Kanyonu, un cañón por el que se puede hacer una de las excursiones más populares de Dilek. Es una caminata larga, unas 6 horas en total. Como no teníamos tanto tiempo, decidimos empezar a caminar por el sendero y regresar al cabo de una hora. La excursión es muy fácil, al menos la parte que hicimos. El sendero discurre por el valle al lado de un río, entre pinos, cipreses, algarrobos e higueras. Un poco más adelante empezamos a ver las paredes del cañón que se iban cerrando sobre el valle. El paisaje en si no es espectacular, pero es bonito y era la primera vez que paseábamos entre bosques en nuestro viaje a Turquía. Así que visitar el Dilek Milli Parkı es muy recomendable para ver algo diferente de las ruinas griegas (también son interesantes!). Solo estuvimos dos horas en el parque, una lástima ya que se le puede dedicar mucho más.

Olukludere Kanyonu
Nuestro vuelo de regreso a Estambul salía a media tarde de Izmir, así que no nos pudimos entretener mucho mas en Dilek. Como era cerca del mediodía decidimos parar en el pueblo cercano de Davutlar a comer. En lo que nos pareció su centro había algunos restaurantes sencillos, donde no parecían que vieran a menudo turistas. En uno de ellos pedimos iskender kebab y lahmacun, acompañado de ensalada cortesía de la casa (todo 19 TL).
comiendo en Davutlar
Nos quedaba un largo trecho hasta el aeropuerto de Izmir. Además teníamos que devolver el coche en la gasolinera de la entrada del aeropuerto donde nos lo habían entregado. Devolver un coche de alquiler con el depósito vacío es un problema: si apuras el combustible te puedes quedar tirado, y si pones de mas le regalas a la empresa un pico. Para que no nos pasara ninguna de las dos cosas paramos a medio camino en una gasolinera a poner 30 TL de gasolina (el empleado se extrañó de que pusiéramos tan poca). Después devolvimos el coche sin problema y el empleado de First Rent a Car que nos esperaba también nos llevó a la terminal del aeropuerto.
Nuestro vuelo de Izmir a Estambul era con Pegasus Airlines, salía a las 18:15 y llegaba una hora más tarde. Esa compañía tiene varios vuelos diarios entre las dos ciudades pero solo uno al aeropuerto de Atatürk, que era el que cogimos nosotros, así podríamos ir más fácilmente en transporte público hacia el centro. El vuelo fue bien y llegamos a la hora al destino. Después de coger el metro y el tranvía llegamos a Sultanahmet, donde estaba nuestro alojamiento, el Hotel Anadolu, el mismo donde nos alojamos al principio de nuestro viaje por Turquía. Nuestra habitación para las siguientes dos noches estaba en el edificio principal del hotel (en nuestra anterior estancia, ésta estaba en un edificio cercano). Estaba muy bien, pero parecía que no estaba totalmente preparada cuando entramos (tuvimos que mangar papel higiénico y jabón de una habitación cercana que estaba libre).
nuestra habitación en el Anadolu Hotel
Era tarde cuando salimos a cenar por Sultanahmet. Algunos restaurantes ya empezaban a cerrar así que no nos complicamos mucho la vida. En un restaurante cercano compramos un par de dürums de cordero por 20 TL y nos lo llevamos a la habitación para comerlos tranquilamente. Nos merecíamos un buen descanso!

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