PRAGA 1: llegada

4 de Enero de 2013
Este viaje fue un regalo de Navidad que nos hicimos uno al otro (Neus a David). Neus ya había estado en esta ciudad en un viaje de fin de curso pero la verdad es que no se acordaba mucho y David tenía muchas ganas de ir debido a la buena fama que tiene.
Encontramos una oferta de Atrapalo de vuelo + hotel por 246 € por persona para viajar en reyes. Estuvimos mirando la opción de pasar el fin de año allí pero el precio se disparaba. Así que nos decidimos por este pack que incluía el vuelo de ida con Vueling, el de vuelta con WizzAir y 4 noches de alojamiento en Atlantic Prague Hotel***. La verdad es que nunca habíamos cogido un pack de estos y es muy cómodo, ya que se puede escoger el vuelo que uno quiera y hay muchas opciones de hotel. Siempre tenemos tendencia a comprar los vuelos en las propias compañías y no por intermediarios como Atrapalo pero no tuvimos ningún problema, en los dos vuelos pudimos hacer el check-in en la propia web de la compañía.
El día 4 nos salía el vuelo a las 18 h así que después de trabajar fuimos directamente al aeropuerto. El vuelo salió a la hora pero fue un poco pesado debido a algunas turbulencias. Llegamos a Praga a la hora prevista y lo primero que hicimos fue ir a cambiar moneda. Había una caja de cambio antes de salir de las llegadas pero con una cola inmensa de gente. Así que nos arriesgamos a salir y buscar otra. Tuvimos suerte y fuera había otra con la misma tasa de cambio sin nadie. El cambio no era muy bueno (un poco más de 21 Kč por euro), el día siguiente vimos que en el centro de Praga era mucho mejor (de 24 Kč).
Luego fuimos a comprar los billetes del autobús para ir al centro. A esa hora de la noche (eran casi las 21 h) lo mejor era el Airport Express (AE). Encontramos la caseta donde vendían los billetes que estaba a punto de cerrar, y nos costaron 60 Kč cada uno. El autobús salía unos 20 minutos más tarde, así que nos tocó esperar un poco. Cuando fue la hora salió muy puntual y fue bastante rápido. Este autobús hace muy pocas paradas, pero nos iba genial ya que la segunda era en Náměstí Republiky, muy cerca de nuestro hotel.
Llegamos a nuestro alojamiento en Atlantic Prague Hotel sin ningún problema. Este hotel se encuentra en la calle Na Poříčí 9 muy cerca de la plaza Náměstí Republiky. Lo que nos decantó para escoger este hotel fue su ubicación y sus buenos comentarios en el tripAdvisor. Y la verdad es que no nos drefaudó! La ubicación es perfecta, muy cerca del centro y de la estación central de tren. Además, la relación calidad precio es aceptable, con habitaciones correctas y desayuno-buffet, aunque poco variado, abundante.
nuestra habitación en el Atlantic Prague Hotel
Estuvimos dudando de si llevarnos algo para cenar desde Barcelona ya que vimos que los restaurantes cerraban a las 23 h, pero al final decidimos arriesgarnos y poder degustar la gastronomía local. Como no teníamos mucho tiempo nos encaminamos al centro comercial Palladium donde nos pareció que sería más fácil encontrar algo. Y la verdad es que estaba bastante muerto, aun siendo viernes por la noche casi no había nadie. Al final fuimos al restaurante-pizzeria Uno y acabó siendo una buena elección. Aunque nos avisaron que no faltaba mucho para cerrar nos dejaron sentarnos sin problemas. Pedimos Svíčková na smetaně (solomillo de buey en crema con arándanos) con houskový knedlíky (rebanadas de pan al vapor) y Marinovaná vepřová žebírka (costillas de cerdo adobadas) con patatas fritas. La verdad es que salimos muy contentos. Las costillas estaban buenísimas y la salsa de crema con arándanos y el pan también, solo el solomillo era un poco duro.
cenando en el restaurante Uno
Al final terminamos de comer que eran las 23 h y ya estaban recogiéndolo todo. A la hora de pagar nos avisaron que el servicio no estaba incluido en el precio de 524 Kč. En la guía recomendaban dar un 10% del precio de la comida. La verdad es que aún no entendemos muy bien esto de que el servicio no está incluido. La información que hay en internet es un poco contradictoria, pero lo que está claro es que no deja de ser como una propina que en ningún momento es obligatoria. Pero como nos habían tratado bien y la comida había sido rica decidimos dejar 50 Kč.

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