JAPÓN 8: Takayama II y Shirakawa-go

25 de julio de 2012 En aquella jornada haríamos un paseo por la zona de templos de Higashiyama de Takayama, y a continuación nos desplazaríamos en bus a Shirakawa-go a ver sus típicas casas de techo de paja, patrimonio de la Unesco. A la tarde volveríamos a coger un bus para ir a Kanazawa, donde dormiríamos por primera vez en un ryokan. Nos levantamos pronto para ver los dos mercados matutinos de Takayama. Están formados de puestos ambulantes y se hacen desde hace 200 años. El mas alejado era el de Jinyamae, donde los agricultores de Hida vendían sus frutas y verduras. Aprovechamos para comprar dos manzanas grandes por 120 yens cada una.
25 de julio de 2012
En aquella jornada haríamos un paseo por la zona de templos de Higashiyama de Takayama, y a continuación nos desplazaríamos en bus a Shirakawa-go a ver sus típicas casas de techo de paja, patrimonio de la Unesco. A la tarde volveríamos a coger un bus para ir a Kanazawa, donde dormiríamos por primera vez en un ryokan.

Ver Japón 8b: Takayama II & Shirakawago en un mapa más grande
Nos levantamos pronto para ver los dos mercados matutinos de Takayama. Están formados de puestos ambulantes y se hacen desde hace 200 años. El mas alejado era el de Jinyamae, donde los agricultores de Hida vendían sus frutas y verduras. Aprovechamos para comprar dos manzanas grandes por 120 yens cada una. No había mucho ambiente en este mercado así que fuimos enseguida al otro, el de Miyagawa, especializado en artesanía y ropa. Tampoco había muchos clientes, no sabemos si este mercado está más enfocado a los turistas que suelen venir mas tarde...
mercado Jinyamae 
mercado Miyagawa 
A continuación nos acercamos a la estación de autobuses de Takayama para reservar los trayectos de bus a Shirakawa-go y Kanazawa. Hasta Shirakawa-go no había problema para llegar, hay 9 buses al día. El problema era para ir desde allí a Kanazawa, ya que solo hay tres buses diarios. Por eso preferimos reservar el bus: a las 12:50 h para ir a Shirakawa-go (1 h de trayecto) y a las 16:50 h a Kanazawa (1 h 15 min). Con esta combinación tendríamos 3 horas para visitar Shirakawa-go. Los dos buses nos valieron 3.300 yens por persona.

Ver Japón 8a: Takayama II & Shirakawago en un mapa más grande
Después atravesamos toda Takayama para acercarnos a la zona de Higashiyama, compuesta de una serie de templos conectados por un agradable paseo. Ninguno de los 13 templos y 5 santuarios de Higashiyama es muy espectacular, pero el paseo vale la pena. Además, aquella hora no había casi turistas por allí. Los templos que más nos gustaron fueron los de Unryu-ji, Daio-ji, Hokke-ji y Zenno-ji.
Higashiyama, Unryuji
Higashiyama,Daio-ji
Higashiyama,Daio-ji
Higashiyama,Hokkeji
Higashiyama,Zennoji
El Souyu-ji también era bonito, pero lo que atrajo nuestra atención fue el cartel de goshuin. Al entrar nos atendió una mujer muy amable a la que le entregamos nuestro goshuin-cho. Mientras esperábamos a que el monje estampara el goshuin, la mujer nos invitó a que entráramos al templo y que viéramos lo que quisiéramos. Después nos trajo en una bandeja un par de vasos de café helado para que nos lo bebiéramos mientras esperábamos sentados en la sala principal. Toda una muestra de la hospitalidad japonesa! Al cabo de un rato nos trajo el goshuin-cho y nosotros la recompensamos con nuestro mejor "arigato gozaimasu" (además de los preceptivos 300 yens, claro). Fue toda una experiencia!
Higashiyama, Souyu-ji 
Dejamos la zona de Higashiyama y volvimos al centro para ver un par de templos que nos habíamos visto. El primero era el Takayama Betsuin, un pequeño templo que destaca sobre todo por su fantástica puerta de entrada. Dentro, además de la sala de oraciones con un buda dorado, había una sobrecogedora exposición de una señora que perdió los brazos y las piernas hace muchos años.
Takayama Betsuin
Pero el más importante de Takayama es el Sakurayama Hachimangu, un templo dedicado precisamente a la protección de la ciudad. Estaba plagado de niños que estaban haciendo una visita con la escuela. En este templo no había muchos turistas, ya que casi todos se quedaban en el cercano Museo de las Carrozas Festivas (Yatai Kaikan), al que nosotros no entramos.
Sakurayama Hachimangu
Sakurayama Hachimangu
De esta forma dimos por concluida nuestra visita a Takayama. Nos gustó mucho, tiene una gran variedad de sitios que visitar en un espacio reducido. Por el camino hacia el Minshuku compramos en un puesto unos Mitarashi Dango, bolas de arroz fritas con salsa de soja. La verdad es que eran un poco insípidas, solo sabían a la salsa de soja...Una vez recogidos nuestros trastos del Minshuku, nos dirigimos a la estación de buses para irnos a Shirakawa-go.
puesto de Mitarashi Dango
Shirakawa-go es un lugar mundialmente conocido por sus gasshoo-zukuri, las típicas casas de madera de tejado de paja. Eran casas de agricultores o artesanos, hechas con los materiales de la zona y que tenían que ser suficientemente grandes para poder albergar a las varias generaciones que solían vivir juntas. De las tres aldeas con este tipo de casas, nosotros fuimos a la más conocida y grande, la de Ogimachi. En Gokayama existen otras dos, Suganuma y Ainokura, más pequeñas y menos visitadas por los turistas.
Shirakawa-go
Al bajar del bus fuimos a buscar las consignas para dejar nuestro equipaje. Teníamos miedo que no hubiera taquillas suficientemente grandes para poner nuestras mochilas, pero no hubo problemas. Había taquillas de todos los tamaños, y nos las arreglamos para que nuestro equipaje cupiera en una de tamaño medio (400 yens). Después de coger un mapa de la aldea en la oficina de información, atravesamos el río para ver las famosas casas.
entrada de Shirakawa-go
Las gasshoo-zukuri no nos defraudaron, eran como un viaje en el pasado. Se veían muy bien conservadas, rodeadas por unos campos de arroz que acababan de darle la poca magia que les faltaba. Muchas tenían coches estacionados en la puerta, señal de que allí vivía gente. Otras se habían transformado en tiendas para las decenas de turistas que visitaban la aldea.
Shirakawa-go
Shirakawa-go
Shirakawa-go
Shirakawa-go
Shirakawa-go
Algunas casas se habían convertido en museo, como el Myozen-ji, donde entramos. En realidad era un templo budista al que se le había añadido el típico techo de paja. En la parte superior se podía ver donde se almacenaban los capullos de seda que producían los monjes. No nos entusiasmó mucho, creemos que no vale la pena pagar los 300 yens de la entrada...
Myozen-ji,Shirakawa-go
Otra de las casas a la que entramos fue Wada-ke, la gasshoo-zukuri más grande de la aldea, que perteneció a una rica familia de comerciantes. A través de las diferentes estancias se podían ver varios objetos que pertenecieron a la familia Wada. Fue una visita más interesante que el Myozen-ji.
Wada-ke, Shirakawa-go
Abandonamos temporalmente la aldea para ir al mirador, a través de un camino que ascendía lentamente. Encontramos el popular viewpoint completamente solitario, pensábamos que habría mucha gente haciéndose fotos. Eso hizo que disfrutáramos más si cabe de la fantástica vista de las casas de Shirakawa-go que se divisaba desde allí.
mirador de Shirakawa-go
mirador de Shirakawa-go
Allí arriba nos habíamos dado cuenta que ya habíamos gastado dos de las tres horas de que disponíamos para nuestra visita a Shirakawa-go, y todavía nos quedaban cosas para ver. Así que bajamos del mirador por las escaleras que llevan directamente a la calle principal. Nos dirigimos rápidamente al Gasshoo-zukuri Mikaen, un museo al aire libre con casas traídas de toda la región (500 yens). Fue una pena que solo tuviéramos media hora para verlo, había muchas edificaciones y casas y en la mayoría se podía entrar. Una buena opción es ver los interiores de las casas solo de este museo, y no las de Ogimachi, ya que sale más a cuenta.
Gassho-zukuri Mikaen, Shirakawa-go
Gassho-zukuri Mikaen, Shirakawa-go
Se acercaba la hora del bus hacia Kanazawa, así que nos dirigimos raudos a las consignas a recoger nuestro equipaje. En la entrada nos interceptó el conductor del autobús para preguntarnos si íbamos a Kanazawa, y eso que todavía faltaban unos pocos minutos!
Al llegar a la estación de Kanazawa aprovechamos para pasar por la oficina de turismo para que nos dieran un mapa. Nos dieron uno que nos sería la mar de útil, con las principales rutas de bus señaladas, imprescindibles en aquella ciudad. Preguntamos cual era la mejor forma de ir a nuestro alojamiento desde allí. Caminando sería media hora, pero estábamos cansados, así que nos indicaron cual era el bus que nos acercaba más. Nuestro alojamiento de aquella noche fue el Ryokan Sumiyoshiya, el primero de ese estilo en el que íbamos a dormir. Nuestra habitación era típicamente japonesa, con suelo de tatami, los típicos paneles de papel y un ventanal que daba un pequeño jardín. La verdad es que la habitación estaba muy bien y era muy amplia, y el ryokan estaba muy cerca del Kenroku-en, la principal atracción turística de Kanazawa. Su onsen también estaba bastante bien, es lo mejor tras una larga jornada turística. Lo peor fue la cena: nos la sirvieron en el comedor comunitario y consistía en una bandeja con pescado asado, sashimi, verduras cocidas, yakitori... Todo era pasable y de poca calidad, para ser un ryokan nos esperábamos un poco más!
cenando en el Sumiyoshiya Ryokan 
nuestra habitación en el Sumiyoshiya Ryokan 
onsen del Sumiyoshiya Ryokan 

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