JAPON 6: Tokyo III

23 de Julio de 2012
Ese día teníamos solo media jornada para dedicar a Tokyo antes de coger el tren hacia las montañas del interior. Decidimos hacer un par de rutas en los barrios de Nippori y Asakusa que salían en la Lonely Planet de Tokyo.
Nos levantamos pronto para dejar listo el equipaje que guardamos en la recepción después de dejar la habitación del hotel. Para desayunar compramos comida en el supermercado y nos fuimos a Ueno a coger la línea circular Yamanote hasta Nippori. Al final nos comimos el desayuno en la estación de Nippori porque el tren estaba lleno y no encontramos ningún asiento hasta entonces.
Nippori es uno de los pocos barrios de Tokyo donde se pueden ver casas y santuarios del período Edo (1603-1867). La gran mayoría de edificaciones de Tokyo de esta época quedaron destruidas por el gran terremoto de 1923 y los bombardeos de la segunda guerra mundial.

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Empezamos la visita por el templo budista de Tenno-ji, muy cercano a la estación de Nippori. Estaba cerrado pero pudimos pasear por su pequeño jardín y contemplar en él la estatua de Buda que es su principal reclamo. Data del siglo XVII y se hizo poco después que el gran Buda de Kamakura siguiendo su estilo, aunque a mucha menor escala.
Tenno-ji
A continuación dimos un paseo por el cementerio de Yanaka, lleno de tablas de madera (Touba) y lápidas commemorativas. Al salir del cementerio, la ruta seguía por una calle de casas bajas que daban la sensación de estar en un pueblo en vez de una gran ciudad como Tokyo. Todo rezumaba tranquilidad...
cementerio de yanaka
El siguiente punto de interés era el templo de Kannon-ji. Estábamos en una área de muchos templos y nos costaba distinguir cual era cual. Tuvimos que preguntarlo un par de veces para saber si ya nos lo habíamos pasado. La gente, aun no sabiendo inglés, fue muy simpática e intentaba hacerse entender. Finalmente, una señora mayor que tenía una frutería nos acompañó en bici hasta la puerta del templo. Estaba cerrado pero entramos en su cementerio para ver las vistas de la ciudad moderna (según la guía) pero casi no se apreciaban.
Kannon-ji
calle de Nippori
Como estábamos cerca de la estación de Nippori decidimos irnos a nuestro siguiente paseo. Para eso cogimos la línea Ginza (G) del metro hasta Asakusa. Allí se encuentra el famoso templo de Senso-ji que visitamos el primer día. Aprovechando que ahora teníamos el goshuin-cho nos pusimos a buscar la caseta donde obtener una nueva firma. La verdad es que nos costó lo suyo encontrarla, nos dimos cuenta que es imposible dar con ella si no se sabe lo que se está buscando. Se encontraba en la sala Yogodo, una de las edificaciones secundarias del Senso-ji. Fue construida en 1994 para conmemorar el 1200 aniversario del nacimiento de Ennin, el monje que fundó Senso-ji.

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Senso-ji, desde la sala Yogodo 
Nos dimos cuenta que el primer día no habíamos paseado por esta zona, así que fuimos a ver la sala Awashimado, enfrente de Yogodo. Este edificio es antiguo, del siglo XVII y esta dedicado a Awashima, una deidad protectora de las mujeres. Nos acercamos a ver el jardín del Demboin, la residencia del sacerdote principal de templo, pero no está abierto al público.
Awashimado
Hozo-mon, con el Skytree al fondo
Dimos por concluida la segunda visita al Senso-ji y nos encaminamos al templo Chingodo-ji donde empezaba el paseo de la Lonely Planet de Tokyo. Se trata de un pequeño templo situado a las afueras del Senso-ji sin mucho interés. Tenía unas cuantas estatuas Jizo protectoras de los viajeros y los niños. Este templo se encuentra en Demboin-dori, una calle muy auténtica llena de pequeñas tiendecitas y restaurantes.
Demboin-dori
Fuimos entonces andando hasta Kaminarimon-dori, la mayor avenida del barrio de Asakusa. Mientras paseábamos vimos un montón de restaurantes con buena pinta. Lástima que era demasiado pronto para comer, aun no eran ni las 12h.
galería comercial cerca de Kaminarimon-dori
A continuación, la ruta nos llevó al templo Higashi-Hongan-ji justo cuando los monjes estaban haciendo una ceremonia. Era el primer templo que veíamos con sillas y nos sentamos un rato a ver lo que se hacía. Fue originalmente construido en el siglo XVII en el barrio de Kanda, pero 6 años más tarde debido a un incendio se movió a Asakusa. Al salir fuimos a que nos hicieran un goshuin y resultó ser el más caro de todo Japón: 500 yens.
interior del Higashi Hongan-ji
La ruta terminaba en Kappabashi-dori, una calle comercial dedicada básicamente a la cocina. Había tiendas de utensilios de cocina, de uniformes para cocineros y camareros, de accesorios para restaurantes (como las famosas lámparas rojas), de vajillas de estilo japonés,… Pensábamos que habría más tiendas de comida de plástico pero solo vimos dos. Y eran carísimas, un pequeño sushi de plástico valía 1000 yens. Hicimos la calle de subida y de bajada y al llegar a Asakusa-dori decidimos seguir andando de vuelta al hotel. Llegamos más rápido de los que nos imaginábamos.
tienda de comida de plástico, Kappabashi-dori
Antes de ir a buscar el equipaje buscamos un sitio para comer. Nos decidimos por un Kitasoba, un restaurante de comida rápida japonesa. El sistema es bastante sencillo y va todo muy rápido. Fuera del establecimiento hay una máquina donde comprar el tiquet de la comida que uno quiere (a partir de las fotos). Al llegar a la cocina das el tiquet y sin esperar mucho ya te dan el plato que has escogido. Se puede comer de pie o sentado en una de las pocas mesas que hay. Nosotros pedimos fideos soba con caldo, tempura de gambas y arroz, todo por 700 yens los dos. Estábamos cansados así que nos sentamos y comimos con tranquilidad. Nos alucinó la rapidez con que comían los japoneses. En el rato que estuvimos nosotros vimos tres personas diferentes en un mismo sitio en la barra. El sonido de sorber los fideos era omnipresente!
comiendo en un Kitasoba
Llegamos al hotel con tranquilidad y a las 2:30 del mediodía ya nos dirigíamos a nuestro siguiente destino: Takayama. Fuimos a Ueno a coger el tren circular Yamanote hasta Tokyo. Allí cogimos el shinkansen dirección Kyoto hasta Nagoya, donde cambiamos a un tren expreso hasta Takayama. Los dos trenes los habíamos reservado por la mañana en la oficina del Japan Rail Pass de Ueno. La verdad es que los dos iban bastante vacíos, pero vale la pena reservar ya que la mayoría de vagones son de asientos reservados. En el tren expreso nos tocaron los asientos de un Green car, que es más amplio que el normal. Pero no pudimos descansar mucho debido al frío del aire acondicionado y a lo mucho que se movía el tren!
viajando en el shinkansen
Llegamos a Takayama a las 8:20 muy cansados. Ya se estaba haciendo de noche así que nos dirigimos rápidamente a nuestro alojamiento. Se trataba de la Minshuku Kuwataniya, una pensión de estilo japonés, parecida a un ryokan pero más sencilla y barata. Estaba en un callejón lateral pero la vimos bien ya que tenía las luces exteriores encendidas, parecía que nos estaban esperando. La señora de la casa nos enseño las habitaciones y los onsen, que enseguida nos gustaron. Nuestra habitación era muy amplia, con tatamis en el suelo y futones para dormir. Decidimos tomarnos un baño en el onsen que nos sentó de perlas! Eso si, antes de meternos en el agua caliente nos duchamos bien. Como se había hecho tan tarde solo tuvimos la opción de comprar comida en el supermercado para cenar.
nuestra habitación en la Minshuku Kuwataniya
cenando en el Minshuku Kuwataniya
La verdad es que recomendamos mucho este alojamiento. Las dos noches que estuvimos dormimos muy bien y nos dimos unos buenos baños en los onsen. Había dos, uno para hombres y otro para mujeres, las dos veces que los usamos estuvimos solos completamente. Hay la opción de coger cena y desayuno, pero como nosotros no lo cogimos no sabemos como está. La única pega que a lo mejor podemos encontrar es que las ventanas no tenían persianas (algo habitual en Japón) ni cortinas oscuras así que uno se despertaba con el sol. Aunque a nosotros ya nos iba bien para aprovechar bien el día!
Onsen del Minshuku Kuwataniya

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